Los amantes pasajeros
2013 

4.3
27,087
Comedia
Un grupo de estrafalarios pasajeros viaja de Madrid a Ciudad de México en un avión cuya tripulación es absolutamente esperpéntica. Durante el vuelo, una grave avería hace que los pasajeros de clase business, al verse inevitablemente al borde de la muerte, se sientan inclinados a revelar los asuntos más íntimos de su vida. Todo ello desembocará en una comedia caótica y disparatada. (FILMAFFINITY)
5 de marzo de 2013
5 de marzo de 2013
26 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he defendido una postura clara; la crítica más constructiva y rentable es la que uno hace de sí mismo. Porque desde dentro es mucho más fácil extraer el jugo para criticar, y desde luego, puede resultar mucho más divertido. En una época como la que estamos viviendo actualmente, no son muchos los que se atreven a echar la vista dentro para reirse a nuestra propia costa, pero quien lo hace, al menos que lo haga bien. Y qué mejor para dicho cometido que Pedro Almódovar, quien regresaba del Olimpo del cine español con la promesa de divertir a su pueblo en una época en la que un minuto de diversión puede valer su precio en oro. El machego nos ofrece 90, por el precio de una entrada de cine.
Tras varias películas lejanas al característico estilo de sus inicios, el doblemente Oscarizado director español vuelve a pintarnos un variopinto y extravagante cuadro de personajes y situaciones absurdas, esta vez enmarcado en un único escenario aéreo. Un viaje con destino a México se ve abordado por un problema que les impide aterrizar, lo que creará una situación de catarsis generalizada donde las pasiones y problemas más íntimos y profundos saldrán a relucir entre ellos. Una especie de ‘Aterriza como puedas’ adaptada a la era moderna. O lo que es lo mismo: una comedia sin prejuicios que huye de la pretenciosidad y cumple a la perfección con su cometido, el del entretenimiento puro y duro, el de divertir y hacer disfrutar de forma entrañable al espectador. Una cinta tan absurda e inverosímil que por desgracia, también acaba por ser demasiado exagerada, e incluso predecible, aunque por suerte se da cuenta de ello a tiempo para finalizar el metraje.
El “trío dinámico” formado por Carlos Areces, Raúl Arévalo y Javier Cámara lideran, o mejor dicho, acaparan la película aportando la mayor parte de la vena humorística y protagonizando la mejor escena de la cinta. Un momento musical que, me atrevo a decir, pasará de manera prácticamente instantánea a la meca de nuestro cine. Entre el resto del reparto encontramos grandes estrellas de la televisión como Miguel Angel Silvestre o Hugo Silva, viejos conocidos del cine de este director como Cecilia Roth, una radiante Blanca Suárez, un gran Willy Toledo y las fantásticas actuaciones (como siempre) de Lola Dueñas y Antonio de La Torre. Una gran diversidad de estilos que ayuda en la labor de fortalecer el variopinto ambiente retratado en la cinta. Una metáfora de la España actual que Almódovar critica de una forma fácil pero profundamente simbólica y efectiva.
El director realiza una de sus películas más desenfrenadas y sin ningún tipo de prejuicios. Su película, según él, más “gay”, donde sus fans más incondicionales encontrarán una vuelta a su estilo más puro y una vuelta a su comedia más alocada y divertida, mientras que el resto de mortales pasarán un buen rato alejados de las preocupaciones que da la verdadera realidad. Ni es de las mejores del machego ni pretende serlo. Almodóvar es Almodóvar, para lo bueno y para lo malo.
Tras varias películas lejanas al característico estilo de sus inicios, el doblemente Oscarizado director español vuelve a pintarnos un variopinto y extravagante cuadro de personajes y situaciones absurdas, esta vez enmarcado en un único escenario aéreo. Un viaje con destino a México se ve abordado por un problema que les impide aterrizar, lo que creará una situación de catarsis generalizada donde las pasiones y problemas más íntimos y profundos saldrán a relucir entre ellos. Una especie de ‘Aterriza como puedas’ adaptada a la era moderna. O lo que es lo mismo: una comedia sin prejuicios que huye de la pretenciosidad y cumple a la perfección con su cometido, el del entretenimiento puro y duro, el de divertir y hacer disfrutar de forma entrañable al espectador. Una cinta tan absurda e inverosímil que por desgracia, también acaba por ser demasiado exagerada, e incluso predecible, aunque por suerte se da cuenta de ello a tiempo para finalizar el metraje.
El “trío dinámico” formado por Carlos Areces, Raúl Arévalo y Javier Cámara lideran, o mejor dicho, acaparan la película aportando la mayor parte de la vena humorística y protagonizando la mejor escena de la cinta. Un momento musical que, me atrevo a decir, pasará de manera prácticamente instantánea a la meca de nuestro cine. Entre el resto del reparto encontramos grandes estrellas de la televisión como Miguel Angel Silvestre o Hugo Silva, viejos conocidos del cine de este director como Cecilia Roth, una radiante Blanca Suárez, un gran Willy Toledo y las fantásticas actuaciones (como siempre) de Lola Dueñas y Antonio de La Torre. Una gran diversidad de estilos que ayuda en la labor de fortalecer el variopinto ambiente retratado en la cinta. Una metáfora de la España actual que Almódovar critica de una forma fácil pero profundamente simbólica y efectiva.
El director realiza una de sus películas más desenfrenadas y sin ningún tipo de prejuicios. Su película, según él, más “gay”, donde sus fans más incondicionales encontrarán una vuelta a su estilo más puro y una vuelta a su comedia más alocada y divertida, mientras que el resto de mortales pasarán un buen rato alejados de las preocupaciones que da la verdadera realidad. Ni es de las mejores del machego ni pretende serlo. Almodóvar es Almodóvar, para lo bueno y para lo malo.
9 de marzo de 2013
9 de marzo de 2013
18 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues a mi me ha gustado, es una película ideal para echarte unas risas. Estoy leyendo las críticas de Boyero y sus colegas, y no se si es que no han pillado la esencia de la película o se pensaban encontrar con el culmen del séptimo arte. Vamos a ver, es una comedia negra a más no poder y desde mi punto de vista ha sido llevada al cine en el momento oportuno, es ahora y no antes cuando una película de este tipo tenía que salir a la palestra. Ahondando un poco en ella te das cuenta que Almodóvar no pretendía hacer una comedia más tipo ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ sino que lo que quiere es reírse y mostrar al gobierno en el que estamos viviendo todo lo que no soporta ver en su día a día, pero que sin embargo forma parte de la sociedad: homosexuales, prostitución, asesinos a sueldo, y hasta el banquero estafador de turno. Para mi, una de las películas más inteligentes de Almodovar, no en su forma pero si en su fondo.
10 de marzo de 2013
10 de marzo de 2013
11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las luces se apagan. El Deseo presenta: Los amantes pasajeros. Los títulos de crédito aparecen bailando al ritmo de la versionada bagatela de Beethoven, "Para Elisa", que Los Destellos se han encargado de destrozar para la ocasión. La película comienza. Vemos expectantes cómo Antonio Banderas y Penélope Cruz hacen el papel que el director manchego les ha regalado para la ocasión. Me sorprende el habla de Antonio Banderas con un puntualizado acento andaluz que resulta demasiado forzado. Penélope parece algo perdida, no termina de ubicarse y además no soy capaz de entenderla ¿Por qué narices tienen que hablar en andaluz? Tanto bombo para nada. Nuestros dos actores más internacionales hacen una aparición como si de dos estrellas fugaces se tratase, sin aportar lo más mínimo, y sin resquicio alguno de originalidad en sus papeles. Me quedo indiferente y decepcionado. Primera oportunidad para encandilarme desaprovechada, una lástima.
El trío de azafatas despierta mi interés. Carlos Areces me hace reír por su aire de reprimido y su latente candidez, creo que es el personaje más logrado junto a un Javier Cámara que también me gusta, resulta graciosa su inoportuna sinceridad. El trío lo cierra Raúl Arévalo, que como siempre está perfecto en su interpretación, pero ha de lidiar con un personaje al que el guión deja de lado y no saca todo el provecho que se merece. Me quedo con ese sinsabor. La segunda oportunidad de encandilarme también está perdida. El trío de azafatas no llena mis expectativas.
Conocemos al resto de los pasajeros. Cecilia Roth interpreta a una especie de escort despechada que es considerada una estrella en su país, y que por lo que cuenta, parece conocer los secretos más ocultos de las instituciones políticas más importantes del mundo. Sinceramente este habitante del avión me aburre y me resulta, en ocasiones, demasiado histriónico. También nos encontramos a una pareja que pasa el 90% del viaje durmiendo. Esto es lo más interesante que puedo decir de ellos. Miguel Angel Silvestre y Laya Martí son los entregados actores que los interpretan. Para no extenderme demasiado diré que también se nos presentan un asesino a sueldo que busca redimirse de su último encargo, un empresario estafador que se ve en una situación límite y busca desesperadamente reencontrarse con su hija, una especie de Casanova barato que protagoniza, supuestamente, uno de los momentos de mayor romanticismo de la película, pero que, en mi opinión, tiene un romanticismo equiparable al de un libro de recetas de cocina. Todos estos personajes a los que me acabo de referir están interpretados por María Yazpik, Jose Luis Torrijo y Guillermo Toledo respectivamente, enormemente entregados en sus interpretaciones (no podía ser de otra manera). Por último, la perla, la que se lleva el honor de ser el personaje más absurdo de todos los pasajeros de ese avión, es una especie de monja con poderes mentales que se muere por sentir un pene dentro de ella que interpreta la pobre Lola Dueñas, devota de Almodóvar. Nos hace una interpretación muy digna, y esta sí que si, se entrega en cuerpo y alma a la causa.
Para terminar también me quiero referir a los dos pilotos (Gays) del avión, Hugo Silva, interpreta a uno de esos pilotos y he de decir que su personaje sólo sirve para que el director manchego se jacte de defender la homosexualidad y sus numerosas ventajas con respecto a otras tendencias sexuales. El otro piloto, interpretado por Antonio de la Torre, es más de lo mismo, solo que sin gracia.
Referirme a Blanca Suarez y Paz Vega sería perder el tiempo.
Aquí Almodóvar tampoco logra encandilarme. Suspenso con nota.
Lo único que salva ligeramente la película es, como ya dije antes, ese trío alocado de azafatas que nos regalan momentos hilarantes. Si la película hubiese explorado mas en cada una de “ellas” hubiese ganado mucho, pero desgraciadamente Almodóvar opta por meter mas y mas personajes que saturan la película y que vagan sin rumbo por un avión en el que todo es caos desde el comienzo.
Me alegra que sea catalogada como una película menor del director manchego porque, sinceramente, cuanto más quede en el olvido, más fácil será que Almodóvar mantenga su honorabilidad en los estratos más altos del cine internacional.
El trío de azafatas despierta mi interés. Carlos Areces me hace reír por su aire de reprimido y su latente candidez, creo que es el personaje más logrado junto a un Javier Cámara que también me gusta, resulta graciosa su inoportuna sinceridad. El trío lo cierra Raúl Arévalo, que como siempre está perfecto en su interpretación, pero ha de lidiar con un personaje al que el guión deja de lado y no saca todo el provecho que se merece. Me quedo con ese sinsabor. La segunda oportunidad de encandilarme también está perdida. El trío de azafatas no llena mis expectativas.
Conocemos al resto de los pasajeros. Cecilia Roth interpreta a una especie de escort despechada que es considerada una estrella en su país, y que por lo que cuenta, parece conocer los secretos más ocultos de las instituciones políticas más importantes del mundo. Sinceramente este habitante del avión me aburre y me resulta, en ocasiones, demasiado histriónico. También nos encontramos a una pareja que pasa el 90% del viaje durmiendo. Esto es lo más interesante que puedo decir de ellos. Miguel Angel Silvestre y Laya Martí son los entregados actores que los interpretan. Para no extenderme demasiado diré que también se nos presentan un asesino a sueldo que busca redimirse de su último encargo, un empresario estafador que se ve en una situación límite y busca desesperadamente reencontrarse con su hija, una especie de Casanova barato que protagoniza, supuestamente, uno de los momentos de mayor romanticismo de la película, pero que, en mi opinión, tiene un romanticismo equiparable al de un libro de recetas de cocina. Todos estos personajes a los que me acabo de referir están interpretados por María Yazpik, Jose Luis Torrijo y Guillermo Toledo respectivamente, enormemente entregados en sus interpretaciones (no podía ser de otra manera). Por último, la perla, la que se lleva el honor de ser el personaje más absurdo de todos los pasajeros de ese avión, es una especie de monja con poderes mentales que se muere por sentir un pene dentro de ella que interpreta la pobre Lola Dueñas, devota de Almodóvar. Nos hace una interpretación muy digna, y esta sí que si, se entrega en cuerpo y alma a la causa.
Para terminar también me quiero referir a los dos pilotos (Gays) del avión, Hugo Silva, interpreta a uno de esos pilotos y he de decir que su personaje sólo sirve para que el director manchego se jacte de defender la homosexualidad y sus numerosas ventajas con respecto a otras tendencias sexuales. El otro piloto, interpretado por Antonio de la Torre, es más de lo mismo, solo que sin gracia.
Referirme a Blanca Suarez y Paz Vega sería perder el tiempo.
Aquí Almodóvar tampoco logra encandilarme. Suspenso con nota.
Lo único que salva ligeramente la película es, como ya dije antes, ese trío alocado de azafatas que nos regalan momentos hilarantes. Si la película hubiese explorado mas en cada una de “ellas” hubiese ganado mucho, pero desgraciadamente Almodóvar opta por meter mas y mas personajes que saturan la película y que vagan sin rumbo por un avión en el que todo es caos desde el comienzo.
Me alegra que sea catalogada como una película menor del director manchego porque, sinceramente, cuanto más quede en el olvido, más fácil será que Almodóvar mantenga su honorabilidad en los estratos más altos del cine internacional.
11 de marzo de 2013
11 de marzo de 2013
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me pongo a leer el artículo de hoy de Almudena Grandes, "Sede vacante", y me viene a la memoria la película: "Desde el Vaticano hasta el gobierno de Venezuela, pasando por las sedes de los dos grandes partidos españoles y hasta por la Casa Real, se extiende la sensación de que avanzamos a través de un tiempo gelatinoso del que nacerá un futuro distinto, el fruto más o menos lejano de un cambio irremediable."
Un avión en el que la gente está narcotizada, un comienzo extrañísimo, en el que no se sabe qué es lo que pasa, sin ritmo, un decorado y un planteamiento de sensación de irrealidad completa. Un planteamiento formal casi suicida, nada agradecido. Pero está claramente hecho adrede: este es el país en que vivimos. Como una pintura naïf: poco agradecida, huyendo de la realidad, huyendo de un clasicismo y de los elogios de la pretendida "obra de arte". Pero Almodóvar se lo quiere permitir, por lo que puede aportar. Realmente difícil.
Lo mejor, el plantel de actores masculinos. El mejor de todas las películas de Almodóvar, para mi gusto. Los tres azafatos y los dos pilotos están perfectos. Y, sorprendentemente para mí, Guillermo Toledo y todo lo que pasa a su alrededor también.
Todo lo que asquea a muchos, lo que dicen zafio y grosero, para mi gusto está perfecto en la película, son diálogos que cualquiera que haya estado en un bar de ambiente sabe que son así. Tremendamente bien hecho y escrito
El númeo con la coreografía de Blanca Li, maravilloso. Da igual que lo hayamos visto previamente en los trailers. Es muy bueno, pero es que esta artista es una joya.
En fin, habrá que verla otra vez más adelante para apreciarla en su medida, como tantas veces. Pero no es un paso atrás, sino adelante, tanto por la libertad de elección de lo que ha hecho, como por ¡¡por fin!! haber acertado de pleno con los actores masculinos.
Difícil disfrutarla por la cantidad de prejuicios que tenemos antes de verla. Y es que no es una película de risa risa. Porque reírnos de lo que está pasando en este país es realmente difícil.
Un avión en el que la gente está narcotizada, un comienzo extrañísimo, en el que no se sabe qué es lo que pasa, sin ritmo, un decorado y un planteamiento de sensación de irrealidad completa. Un planteamiento formal casi suicida, nada agradecido. Pero está claramente hecho adrede: este es el país en que vivimos. Como una pintura naïf: poco agradecida, huyendo de la realidad, huyendo de un clasicismo y de los elogios de la pretendida "obra de arte". Pero Almodóvar se lo quiere permitir, por lo que puede aportar. Realmente difícil.
Lo mejor, el plantel de actores masculinos. El mejor de todas las películas de Almodóvar, para mi gusto. Los tres azafatos y los dos pilotos están perfectos. Y, sorprendentemente para mí, Guillermo Toledo y todo lo que pasa a su alrededor también.
Todo lo que asquea a muchos, lo que dicen zafio y grosero, para mi gusto está perfecto en la película, son diálogos que cualquiera que haya estado en un bar de ambiente sabe que son así. Tremendamente bien hecho y escrito
El númeo con la coreografía de Blanca Li, maravilloso. Da igual que lo hayamos visto previamente en los trailers. Es muy bueno, pero es que esta artista es una joya.
En fin, habrá que verla otra vez más adelante para apreciarla en su medida, como tantas veces. Pero no es un paso atrás, sino adelante, tanto por la libertad de elección de lo que ha hecho, como por ¡¡por fin!! haber acertado de pleno con los actores masculinos.
Difícil disfrutarla por la cantidad de prejuicios que tenemos antes de verla. Y es que no es una película de risa risa. Porque reírnos de lo que está pasando en este país es realmente difícil.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1.- No se ve ni despegar el avión ni aterrizar. Eso incrementa esa sensación de irrealidad. Y es que vemos cómo se desliza el país hacia el abismo, y nos parece igual de irreal.
2.- Soberbia la escena del "aterrizaje", sólo se oye, mientras aparecen las imágenes del aeropuerto de Ciudad Real. Vacío porque nunca se usó. Da miedo. Almodóvar ha dicho que es un hipócrita por haberlo usado engañando a los dueños del aeropuerto, porque la película es demoledora en relación con los gestores del aeropuerto fantasma.
3.- Todo el mundo dice que el papel de la dominatrix Cecilia Roth es un trasunto de Barbara Rey. A mí a quien me recuerda es a la Cospedal: Recordemos que todo sucede en torno a La Mancha. Y se parece físicamente a "esa señora de pelo liso", como la llama Almodóvar.
2.- Soberbia la escena del "aterrizaje", sólo se oye, mientras aparecen las imágenes del aeropuerto de Ciudad Real. Vacío porque nunca se usó. Da miedo. Almodóvar ha dicho que es un hipócrita por haberlo usado engañando a los dueños del aeropuerto, porque la película es demoledora en relación con los gestores del aeropuerto fantasma.
3.- Todo el mundo dice que el papel de la dominatrix Cecilia Roth es un trasunto de Barbara Rey. A mí a quien me recuerda es a la Cospedal: Recordemos que todo sucede en torno a La Mancha. Y se parece físicamente a "esa señora de pelo liso", como la llama Almodóvar.
11 de marzo de 2013
11 de marzo de 2013
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mala comedia, reiterativa en sus gags, la chispa genuína del Almódovar más locuelo, se estanca en un producto de gays para gays, sin dejarnos a los amigos, a los que sentimos empatía por el colectivo, porque el amor y el desamor es igual para todos, fuera de las risas juveniles. Es tan prefabricado y manierista, que todo el argumento del film (en caso que éste lo tuviera), cabría como un simple atrezzo del Almódovar ochentero en plena forma.
Pero no todo son malas noticias, que ir a una fiesta de gays invitado y ver como todo el mundo se da el filete, se hacen mamadas mútuas y sodomiza delante tuyo, puede tener su aquel. Pues al otro lado del guateque, al ladito del ponche lisérgico de "agua de Valencia", está Pedro también, oculto tras sus anteojos oscuros, haciendo de anfitrión porque casi le han obligado. ¿Comedia pura?...Lo intentaremos. Vale...meteremos un contexto "alegórico" y alguna hebra argumental zurciremos para el amigo Willie Toledo..aunque el retal no tenga nada que ver con un traje que ya de por sí parece de Agatha Ruíz de la Prada.
Para destacar, papeles como el de Javier Cámara, que hace de un gay extraño con aires de Gary Cooper...cosa rarísima, yo no he visto personaje de cine más raro que éste, de verdad. Y una Lola Dueñas que está bien y reivindica desde ya ( a parte de una buena polla), papeles de más calado en próximas desventuras y tragedias almodovarianas, que seguro serán geniales.
Por lo demás, Almódovar intenta vestirse de Payaso Alegre y animar la propia fiesta que le obligaron a organizar, cuando él ya no está para desfases, drogas fuertes, ni casi...casi una mamada como Díos manda.
Aunque lo intenta, no lo consigue. Pero "qué más dará!", se debería decir a sí mismo.
Pero no todo son malas noticias, que ir a una fiesta de gays invitado y ver como todo el mundo se da el filete, se hacen mamadas mútuas y sodomiza delante tuyo, puede tener su aquel. Pues al otro lado del guateque, al ladito del ponche lisérgico de "agua de Valencia", está Pedro también, oculto tras sus anteojos oscuros, haciendo de anfitrión porque casi le han obligado. ¿Comedia pura?...Lo intentaremos. Vale...meteremos un contexto "alegórico" y alguna hebra argumental zurciremos para el amigo Willie Toledo..aunque el retal no tenga nada que ver con un traje que ya de por sí parece de Agatha Ruíz de la Prada.
Para destacar, papeles como el de Javier Cámara, que hace de un gay extraño con aires de Gary Cooper...cosa rarísima, yo no he visto personaje de cine más raro que éste, de verdad. Y una Lola Dueñas que está bien y reivindica desde ya ( a parte de una buena polla), papeles de más calado en próximas desventuras y tragedias almodovarianas, que seguro serán geniales.
Por lo demás, Almódovar intenta vestirse de Payaso Alegre y animar la propia fiesta que le obligaron a organizar, cuando él ya no está para desfases, drogas fuertes, ni casi...casi una mamada como Díos manda.
Aunque lo intenta, no lo consigue. Pero "qué más dará!", se debería decir a sí mismo.
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