Los miserables
7.2
44,349
Musical. Drama. Romance
El expresidiario Jean Valjean (Hugh Jackman) es perseguido durante décadas por el despiadado policía Javert (Russell Crowe). Cuando Valjean decide hacerse cargo de Cosette, la pequeña hija de Fantine (Anne Hathaway), sus vidas cambiarán para siempre. Adaptación cinematográfica del famoso musical 'Les miserables' de Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil, basado a su vez en la novela homónima de Victor Hugo. (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2014
13 de febrero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francia en el siglo diecinueve era una convulsa olla en ebullición. Revolución, república, imperio, restauración monárquica, todo ello en un lapso muy breve. Pero había una cosa que no cambiaba: el hambre del pueblo.
Daba igual quién o quiénes gobernaran, en las mesas del vulgo, si las tenían, había poco que comer. La miseria era lo único que abundaba. Legiones de indigentes, pillos y maleantes atestaban las calles hediondas e insalubres.
Víctor Hugo, autor romántico, fue una de las voces literarias más representativas de aquella Francia que casi nada tenía de romántica. En su novela más célebre entretejió varias historias aclamadas e inmortalizadas. Jean Valjean, Javert, Fantine, Cosette, Pontmercy y Éponine eran personajes que probaban el sabor de la pobreza, de la tragedia, de la injusticia, del tormento moral y/o de la carencia de amor. En aquel entorno oscuro, rapiñado y corrompido no parecía posible encontrar un solo rayo de luz.
Pensaba que me iba a aburrir un poco con la versión musical, y por ello la pospuse. De nuevo me equivoqué al emitir un juicio preconcebido. Afortunadamente he enmendado mi error.
Es que más de dos horas y media pueden echar para atrás tratándose de un musical. Lo de que los actores estén el noventa y nueve por ciento del metraje cantando no es fácilmente digerible.
Pero mis temores eran infundados. Incluso se encuentra deleite en algunas de las voces, especialmente las de Anne Hathaway y Samantha Barks, melodiosas y bellas. A la última se le nota que además de actriz es cantante profesional.
Y la música, gran protagonista, no chirría, no se ve antinatural. Bastante bien integrada en el conjunto, exterioriza los sentimientos individuales y colectivos de esa Francia castigada y turbulenta.
Valjean, convicto que recibe una oportunidad para ser libre tras diecinueve años de injusto presidio y brutales trabajos forzados; Javert, el severo y rígido inspector de policía que sólo vive para hacer cumplir la ley; Fantine, la dulce joven caída en desgracia; Cosette, la inocente niña a merced de unos "protectores" sanguijuelas; Marius, el revolucionario que se enamora a primera vista; Éponine, buena y honesta chica a pesar de sus circunstancias muy desfavorables, enamorada sin esperanzas; y algunos otros secundarios también destacables, como el valiente y avispado niño de las calles llamado Gavroche... Todos componen historias encadenadas en las que florecen la fe y el perdón en medio del descreimiento y del odio, las esperanzas que nacen en los momentos más negros, el amor que viene a embellecer este mundo de solitarios y desalmados, el valor para luchar por una vida más digna...
Sí, no dudo de que Víctor Hugo era un romántico, porque hizo que pareciera hermosa una Francia paupérrima y arrasada. No porque la idealizara ni porque la describiera mejor de lo que era, sino porque gran parte de sus protagonistas tenían alguna cualidad que los elevaba del fango: o bien una tenacidad de acero, o una naturaleza generosa, o poderosas razones sentimentales, o unos ideales muy fuertes. Casi todos ellos caían en el lodo de todos los miserables del mundo y resurgían o se sacrificaban con el corazón limpio, ayudando a construir una nueva Francia más libre y feliz.
Daba igual quién o quiénes gobernaran, en las mesas del vulgo, si las tenían, había poco que comer. La miseria era lo único que abundaba. Legiones de indigentes, pillos y maleantes atestaban las calles hediondas e insalubres.
Víctor Hugo, autor romántico, fue una de las voces literarias más representativas de aquella Francia que casi nada tenía de romántica. En su novela más célebre entretejió varias historias aclamadas e inmortalizadas. Jean Valjean, Javert, Fantine, Cosette, Pontmercy y Éponine eran personajes que probaban el sabor de la pobreza, de la tragedia, de la injusticia, del tormento moral y/o de la carencia de amor. En aquel entorno oscuro, rapiñado y corrompido no parecía posible encontrar un solo rayo de luz.
Pensaba que me iba a aburrir un poco con la versión musical, y por ello la pospuse. De nuevo me equivoqué al emitir un juicio preconcebido. Afortunadamente he enmendado mi error.
Es que más de dos horas y media pueden echar para atrás tratándose de un musical. Lo de que los actores estén el noventa y nueve por ciento del metraje cantando no es fácilmente digerible.
Pero mis temores eran infundados. Incluso se encuentra deleite en algunas de las voces, especialmente las de Anne Hathaway y Samantha Barks, melodiosas y bellas. A la última se le nota que además de actriz es cantante profesional.
Y la música, gran protagonista, no chirría, no se ve antinatural. Bastante bien integrada en el conjunto, exterioriza los sentimientos individuales y colectivos de esa Francia castigada y turbulenta.
Valjean, convicto que recibe una oportunidad para ser libre tras diecinueve años de injusto presidio y brutales trabajos forzados; Javert, el severo y rígido inspector de policía que sólo vive para hacer cumplir la ley; Fantine, la dulce joven caída en desgracia; Cosette, la inocente niña a merced de unos "protectores" sanguijuelas; Marius, el revolucionario que se enamora a primera vista; Éponine, buena y honesta chica a pesar de sus circunstancias muy desfavorables, enamorada sin esperanzas; y algunos otros secundarios también destacables, como el valiente y avispado niño de las calles llamado Gavroche... Todos componen historias encadenadas en las que florecen la fe y el perdón en medio del descreimiento y del odio, las esperanzas que nacen en los momentos más negros, el amor que viene a embellecer este mundo de solitarios y desalmados, el valor para luchar por una vida más digna...
Sí, no dudo de que Víctor Hugo era un romántico, porque hizo que pareciera hermosa una Francia paupérrima y arrasada. No porque la idealizara ni porque la describiera mejor de lo que era, sino porque gran parte de sus protagonistas tenían alguna cualidad que los elevaba del fango: o bien una tenacidad de acero, o una naturaleza generosa, o poderosas razones sentimentales, o unos ideales muy fuertes. Casi todos ellos caían en el lodo de todos los miserables del mundo y resurgían o se sacrificaban con el corazón limpio, ayudando a construir una nueva Francia más libre y feliz.
15 de agosto de 2015
15 de agosto de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miren si no han llovido opiniones divididas con esta película y uno entiende porque al verla, aunque a mí sinceramente no me parece nada especial.
Vamos por partes:
El reparto:
¿Hugh Jackman? Correcto, pero me queda a deber para ser un actor con formación musical en Broadway. Eddie Redmayne es un sosainas de sensibilidad agudizada y limitado registro vocal, Russell Crowe resulta risible a ratos y no termina de convencer como Javert. Helena Boham Carter y Sacha Baron Cohen interpretan a sus personajes de siempre, Anne Hathaway está bastante bien pese a su efímera aparición...aunque tampoco hace nada que ningún actor de Broadway haga todas las noches ¡ojo!
Yo me quedo con Samantha Barks, de poco protagonismo, pero muy convincente, a la par que emocional.
La historia por otra parte, se ahoga entre tanta elipsis temporal que no permite ver la evolución de los personajes, lo que a veces conlleva a un problema de empatía importante. Por ejemplo: Valjean pasando de fugitivo a alcalde de una escena a otra como si nada. Lo mismo que la relación entre Marius y Cosette que esta marcada por lo poco creíble y mal tratada que esta.
Tampoco podemos obviar ese ¿estilo? visual tan criticado y con razón debo decir. Si ya sabíamos que Hooper no hacia maravillas con la cámara, pero aquí no solo es limitado, sino hasta vulgar: en lugar de desprenderse del corsé teatral de la obra y aprovechar las posibilidades del cine, llena la película de primerísimos primeros planos, tomas cerradas y encuadres inclinados que hacen que película pierda personalidad y se vea corriente y sin clase.
¿Y las canciones? Bien, gracias...ahora quiero oír algo de la película.
¡Diablos! La verdad muy poco para el potencial que tenía un material como este. Imagínense lo que hubiera sido en manos de un tipo más capacitado y valiente, a Hooper le ha quedado grande.
Una pena.
Vamos por partes:
El reparto:
¿Hugh Jackman? Correcto, pero me queda a deber para ser un actor con formación musical en Broadway. Eddie Redmayne es un sosainas de sensibilidad agudizada y limitado registro vocal, Russell Crowe resulta risible a ratos y no termina de convencer como Javert. Helena Boham Carter y Sacha Baron Cohen interpretan a sus personajes de siempre, Anne Hathaway está bastante bien pese a su efímera aparición...aunque tampoco hace nada que ningún actor de Broadway haga todas las noches ¡ojo!
Yo me quedo con Samantha Barks, de poco protagonismo, pero muy convincente, a la par que emocional.
La historia por otra parte, se ahoga entre tanta elipsis temporal que no permite ver la evolución de los personajes, lo que a veces conlleva a un problema de empatía importante. Por ejemplo: Valjean pasando de fugitivo a alcalde de una escena a otra como si nada. Lo mismo que la relación entre Marius y Cosette que esta marcada por lo poco creíble y mal tratada que esta.
Tampoco podemos obviar ese ¿estilo? visual tan criticado y con razón debo decir. Si ya sabíamos que Hooper no hacia maravillas con la cámara, pero aquí no solo es limitado, sino hasta vulgar: en lugar de desprenderse del corsé teatral de la obra y aprovechar las posibilidades del cine, llena la película de primerísimos primeros planos, tomas cerradas y encuadres inclinados que hacen que película pierda personalidad y se vea corriente y sin clase.
¿Y las canciones? Bien, gracias...ahora quiero oír algo de la película.
¡Diablos! La verdad muy poco para el potencial que tenía un material como este. Imagínense lo que hubiera sido en manos de un tipo más capacitado y valiente, a Hooper le ha quedado grande.
Una pena.
21 de marzo de 2020
21 de marzo de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy fan de los musicales desde niño. Siempre pensé que mi favorito era Jesucristo Superstar, hasta que vi esta película. Nunca me había llamado la historia de los miserables a pesar de haber leído el libro de adolescente (es que me lo leía todo), la historia era algo como la de crimen y castigo, algo anacrónico y que no estaba muy acorde con estos tiempos. Y puedo decir que si el arte es sentimiento, está película me hace algo por dentro que la tengo que ver con pañuelos, y cada vez que la veo peor. Es emoción pura, dirán los puristas que si no cantan bien, pero yo como no soy del mundo de la canción y valoro una película por su interpretación pues qué queréis que diga los actores impecables. Y no cantan nada mal (para un profano) y si encima la partidura es redonda, tenemos el musical perfecto para ver en el cine o la televisión.
No le deis vueltas, está película lo tiene todo. No se puede superar, de ahí el "hostión" de Cats. Eso sí no es para ver con los colegas que luego te ven llorar y se portan como unos hijos de fruta.
No le deis vueltas, está película lo tiene todo. No se puede superar, de ahí el "hostión" de Cats. Eso sí no es para ver con los colegas que luego te ven llorar y se portan como unos hijos de fruta.
4 de marzo de 2022
4 de marzo de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al final va a ser verdad eso de que la edad te da perspectiva. Hasta no hace mucho sentía algo muy cercano a la pereza al considerar el género de los musicales (aplicado el concepto de ‘musical’ tanto a una obra de diálogos melódicos como a una producción en la que la trama normal se detiene ocasionalmente para ejecutar un número de canto o baile. Cercano también al desprecio, para ser del todo honestos, tanto en formato cine como en formato teatro. Por un lado, me parecía totalmente antinatural y anticlimático ver a los personajes canturrear para decirse las cosas y, por otro lado, me indignaba ver cómo se desaprovechan las capacidades narrativas del cine en aras de elementos accesorios.
Pero con el tiempo fui llegando a dos conclusiones. Primero, que, en cierto modo, los musicales teatrales modernos vienen a ser lo que en su día representaban las óperas. Y, segundo, que si el musical es honrado y crea su propio repertorio (o adapta canciones existentes), se puede hasta considerar como una especie de concierto. Con la modalidad cine sigo teniendo más reticencias, en mis momentos de mente más abierta no puedo dejar de verlo como una especie de estirar el chicle y recaudar dinero fácil reciclando ideas… pero probablemente, con unos años más, me parecerá que es una forma de acercar la obra a gente que no puede disfrutar de ella en grandes ciudades. No sé.
Lo que sí tengo claro es que la adaptación de “Los Miserables” era una apuesta segura. Basada en un libreto que había sintetizado la obra de Victor Hugo con notable perspicacia, capturando la esencia, respetando conceptos y eliminando ciertos pasajes hiperdescriptivos típicos del Realismo pero incompatibles con la lírica (algunos míticos como la recreación de la batalla de Waterloo, otros indigeribles como la vida de las órdenes religiosas), sólo una realización muy torpe o unas interpretaciones indignas podrían haber evitado hacer una película de alura. Por el lado de la dirección, Tom Hooper aseguraba cero riesgo en cuanto a ataques de creatividad que degeneraran en extravagancia. Como es habitual en él, lleva las riendas con firmeza por caminos que han demostrado ser seguros y exitosos. Construye una extraña atmósfera irreal, mezcla de novela, cine y teatro, basada en una escenografía potente y colorista, que envuelve al espectador y le lleva al patio de butacas primero y a las páginas del libro, después. Alcanzada la inmersión, los números musicales (que ya son historia del teatro y la música) evolucionan por sí solos con la eficacia que se espera y es normal buscarlos una y otra vez en Youtube. Lo de que la gente hable en gorigori lo sigo llevando regular, pero al final te acostumbras.
En las interpretaciones… Pues Jackman me parece formidable, como si Victor Hugo estuviese pensando en él cuando escribió el personaje. Hathaway me parece que se pasa de intensa, pero le funcionó y logró el oscar. No vi en ella la Fantine de la novela. Russell Crowe bien en la interpretación, pero muy forzado en lo vocal. Redmayne y Seyfried por encima de su nivel normal. Así que en conjunto, es una película que no puede dejar de ser notable. Con todo, es inevitable que la película y su formato le resulte irresistible a algunos e interminable a otros, pero debo decir que adaptaciones no-musicales de la obra me han parecido excesivamente melodramáticas y que cogerle el punto es siempre complicado.
Pero con el tiempo fui llegando a dos conclusiones. Primero, que, en cierto modo, los musicales teatrales modernos vienen a ser lo que en su día representaban las óperas. Y, segundo, que si el musical es honrado y crea su propio repertorio (o adapta canciones existentes), se puede hasta considerar como una especie de concierto. Con la modalidad cine sigo teniendo más reticencias, en mis momentos de mente más abierta no puedo dejar de verlo como una especie de estirar el chicle y recaudar dinero fácil reciclando ideas… pero probablemente, con unos años más, me parecerá que es una forma de acercar la obra a gente que no puede disfrutar de ella en grandes ciudades. No sé.
Lo que sí tengo claro es que la adaptación de “Los Miserables” era una apuesta segura. Basada en un libreto que había sintetizado la obra de Victor Hugo con notable perspicacia, capturando la esencia, respetando conceptos y eliminando ciertos pasajes hiperdescriptivos típicos del Realismo pero incompatibles con la lírica (algunos míticos como la recreación de la batalla de Waterloo, otros indigeribles como la vida de las órdenes religiosas), sólo una realización muy torpe o unas interpretaciones indignas podrían haber evitado hacer una película de alura. Por el lado de la dirección, Tom Hooper aseguraba cero riesgo en cuanto a ataques de creatividad que degeneraran en extravagancia. Como es habitual en él, lleva las riendas con firmeza por caminos que han demostrado ser seguros y exitosos. Construye una extraña atmósfera irreal, mezcla de novela, cine y teatro, basada en una escenografía potente y colorista, que envuelve al espectador y le lleva al patio de butacas primero y a las páginas del libro, después. Alcanzada la inmersión, los números musicales (que ya son historia del teatro y la música) evolucionan por sí solos con la eficacia que se espera y es normal buscarlos una y otra vez en Youtube. Lo de que la gente hable en gorigori lo sigo llevando regular, pero al final te acostumbras.
En las interpretaciones… Pues Jackman me parece formidable, como si Victor Hugo estuviese pensando en él cuando escribió el personaje. Hathaway me parece que se pasa de intensa, pero le funcionó y logró el oscar. No vi en ella la Fantine de la novela. Russell Crowe bien en la interpretación, pero muy forzado en lo vocal. Redmayne y Seyfried por encima de su nivel normal. Así que en conjunto, es una película que no puede dejar de ser notable. Con todo, es inevitable que la película y su formato le resulte irresistible a algunos e interminable a otros, pero debo decir que adaptaciones no-musicales de la obra me han parecido excesivamente melodramáticas y que cogerle el punto es siempre complicado.
28 de diciembre de 2012
28 de diciembre de 2012
22 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo siento mucho porque para mi ha sido INFUMABLE. ¿Se imaginan una película de la duración de Ben-hur pero que, en este caso, es un musical?. Si vale, estamos de acuerdo que un musical puede ser bueno y tener esa duración pero es que es la primera vez que veo a gente saliendo del cine antes de media hora. El problema que tiene esta película es que no tiene RITMO, no te mantiene en vilo y eso básicamente es porque es larguiiiiiiiiiiisima y porque TODO el mundo canta y canta.....hay auténticos monólogos musicales para cada "pasito" que da la película. Ha habido veces que quería salir corriendo y por respeto a mi pareja no lo he hecho.
En fin que para mi muy aburrida y sentimentalmente poco convincente.
Y que sepan que es la primera vez que dejo una opinión aquí, pero....quería evitarles un disgusto...conmigo ya es suficiente.
Un cordial saludo
En fin que para mi muy aburrida y sentimentalmente poco convincente.
Y que sepan que es la primera vez que dejo una opinión aquí, pero....quería evitarles un disgusto...conmigo ya es suficiente.
Un cordial saludo
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