La dama de Shanghai
1947 

7.7
13,181
Cine negro. Intriga
Michael O'Hara (Orson Welles), un marinero irlandés, entra a trabajar en un yate a las órdenes de un inválido casado con una mujer fatal (Rita Hayworth) y queda atrapado en una maraña de intrigas y asesinatos. (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2019
4 de marzo de 2019
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué es ésta una de las mejores películas de la historia? porque es redonda. Y no porque sea de Orson Welles, sino porque él mismo anda en estado de gracia y el engranaje es perfecto. Todo funciona. Guión, dirección, interpretación, fotografía...¿Cuántas veces puedes ver la misma película con la misma intensidad? ¿Qué efecto hipnótico puede producir algo que conoces con la misma sorpresa que una primera vez?
Recién casados la pareja Welles -Hayworth, exhiben pasión, la misma que un día se desvanecería, aunque nunca faltarían las buenas relaciones entre ambos.
Rita que había vivido un infierno en su vida habló en su vejez de que aquellos años, los de Welles, habían sido los más hermosos de su vida. Cuentan que Welles triste, desmitificó y respondió': "que si esos habían sido los mejores, cuales serían los peores" de la pobre Rita.
Desde el primer momento la voz en off de Michael O'Hara (Orson Welles), el protagonista nos lleva atropelladamente a los brazos de una bella mujer Elsa Bannister( Rita Hayworth). Es decir en apenas dos minutos de película ya nos han metido el gol de la femme fatal. Estamos ya ante el dilema fiarse o no fiarse de ella. Seguir tu camino o caer en las redes. Por más mundo o más duro que sea un marinero irlandés (O'Hara), qué fácil es picar ...Así conocemos como entra a trabajar en un yate para la dama y su marido, Arthur Bannister, un lisiado, famoso abogado criminalista que no ha perdido un caso (magnífico Everett Sloane ya destacó en Ciudadano Kane ). En el viaje, el millonario marido comparte vacaciones con su socio libidinoso Grisby ( sudorosamente encarnado por Glen Anders). O' Hara no puede escapar de la tela de araña que tejen los tres a sus pies. Una complicada trama de conspiración de asesinato. Buenísima la metáfora de los tiburones. La culpa, la debilidad por la mujer hacen que los tres hombres giren alrededor de esa mujer que tuvo un pasado dudoso en Shanghai.
Con un guión prácticamente perfecto, que se embrolla, sí pero como casi todo el cine negro (el vino sabe a vino) y conserva un sabor particular del enredo. En todo momento te aferras a la trama y a las imágenes.
Innovación y creación. Invención del cine y sus encuadres subjetivos. Por esto se dice que Welles es un genio. Innegable e incuestionable. Las secuencias nos llevan de la mano en un ritmo trepidante. Exotismo de las Bahamas y Acapulco que recuerda a la posterior "Sed de mal", otro peliculón de Orson. La música latina sonando y la confusión en la cabeza, las palabras tentadoras de escapar con la chica de tu vida hacia un mundo mejor y distinto. Otra vez el protagonista enamorado que quiere cambiar de vida.Todo marea, es como haber abusado de una copa de más y no saber gestionar el vértigo. Las imágenes del juicio. La huída al teatro chino. Y por último siempre me ha fascinado el paso por "la casa de los locos" del personaje, a camino entre la rareza de "Carnival of Souls" y el enrevesado David Lynch, pasando por los decorados dalinianos que se exhiben en "Recuerda" de Hitchcock. El tiroteo final mítico y onírico y el ajuste de cuentas del destino entra dentro de los grandes finales y escenas de la historia del cine en mayúsculas.
Recién casados la pareja Welles -Hayworth, exhiben pasión, la misma que un día se desvanecería, aunque nunca faltarían las buenas relaciones entre ambos.
Rita que había vivido un infierno en su vida habló en su vejez de que aquellos años, los de Welles, habían sido los más hermosos de su vida. Cuentan que Welles triste, desmitificó y respondió': "que si esos habían sido los mejores, cuales serían los peores" de la pobre Rita.
Desde el primer momento la voz en off de Michael O'Hara (Orson Welles), el protagonista nos lleva atropelladamente a los brazos de una bella mujer Elsa Bannister( Rita Hayworth). Es decir en apenas dos minutos de película ya nos han metido el gol de la femme fatal. Estamos ya ante el dilema fiarse o no fiarse de ella. Seguir tu camino o caer en las redes. Por más mundo o más duro que sea un marinero irlandés (O'Hara), qué fácil es picar ...Así conocemos como entra a trabajar en un yate para la dama y su marido, Arthur Bannister, un lisiado, famoso abogado criminalista que no ha perdido un caso (magnífico Everett Sloane ya destacó en Ciudadano Kane ). En el viaje, el millonario marido comparte vacaciones con su socio libidinoso Grisby ( sudorosamente encarnado por Glen Anders). O' Hara no puede escapar de la tela de araña que tejen los tres a sus pies. Una complicada trama de conspiración de asesinato. Buenísima la metáfora de los tiburones. La culpa, la debilidad por la mujer hacen que los tres hombres giren alrededor de esa mujer que tuvo un pasado dudoso en Shanghai.
Con un guión prácticamente perfecto, que se embrolla, sí pero como casi todo el cine negro (el vino sabe a vino) y conserva un sabor particular del enredo. En todo momento te aferras a la trama y a las imágenes.
Innovación y creación. Invención del cine y sus encuadres subjetivos. Por esto se dice que Welles es un genio. Innegable e incuestionable. Las secuencias nos llevan de la mano en un ritmo trepidante. Exotismo de las Bahamas y Acapulco que recuerda a la posterior "Sed de mal", otro peliculón de Orson. La música latina sonando y la confusión en la cabeza, las palabras tentadoras de escapar con la chica de tu vida hacia un mundo mejor y distinto. Otra vez el protagonista enamorado que quiere cambiar de vida.Todo marea, es como haber abusado de una copa de más y no saber gestionar el vértigo. Las imágenes del juicio. La huída al teatro chino. Y por último siempre me ha fascinado el paso por "la casa de los locos" del personaje, a camino entre la rareza de "Carnival of Souls" y el enrevesado David Lynch, pasando por los decorados dalinianos que se exhiben en "Recuerda" de Hitchcock. El tiroteo final mítico y onírico y el ajuste de cuentas del destino entra dentro de los grandes finales y escenas de la historia del cine en mayúsculas.
2 de julio de 2014
2 de julio de 2014
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo un clásico del cine negro hace uso de todas las convenciones del género de forma perfecta, salvo con una: la voz en off de Orson Welles a veces rompe un poco la dinámica del filme y a veces es algo sobreexplicativa.
Es increíble como la historia al principio comienza perdiendo en sí misma y diluyéndose, pero como poco a poco se va atando y terminando en un final apoteósico.
En el apartado técnico el filme brilla con algunos planos innovadores para época, muy originales, aunque también algunos fallos que no creí posibles de la mano de Orson Welles.
Una película totalmente recomendada para los fans del género.
Es increíble como la historia al principio comienza perdiendo en sí misma y diluyéndose, pero como poco a poco se va atando y terminando en un final apoteósico.
En el apartado técnico el filme brilla con algunos planos innovadores para época, muy originales, aunque también algunos fallos que no creí posibles de la mano de Orson Welles.
Una película totalmente recomendada para los fans del género.
28 de abril de 2009
28 de abril de 2009
24 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto era una tipa de ésas que se casan con un adefesio podrido de dinero, porque no quieren estropearse sus lindas manos trabajando como todo quisqui, y qué cutre eso de tener un pisito normal, un marido con un sueldo modestito cargado de deudas (la hipoteca, las letras del coche, las facturas...), vecinos de clase trabajadora, y tener que hacer la compra en los mercadillos, los baratos y las rebajas. Qué cosa tan súper chunga de la muerte, eso de dar el callo alguna vez en la vida, no hay nada más horrible que romperte una uña que te has pintado con tanto esfuerzo y que ha tardado horrores en secarse, porque has tenido que comprarte el esmalte de uñas en un "Todo a 1 euro" y por supuesto es más malo que el vino de garrafón. Y, después de semejante trauma, no tiene perdón no poder salir pitando hacia la consulta de un prestigioso psiquiatra que te saque los cuartos por escucharte decir que el maquillaje que te has comprado no tiene el tono adecuado, o que no estás muy satisfecha con el último cuadro que te has comprado, total, una bagatela de apenas unos milloncejos de euros, poca cosa.
Y claro, la pobrecita que no quiere dar el callo (sí que es tonta, si cualquiera está loco por arrimar el hombro, aguantar a un jefe capullo, y trabajar más horas que un reloj por una miseria), pues le echa el guante al primer pardillo con pasta, y tiene el estómago de una vaca por lo visto, pero qué más da, ya no tiene que vivir en una mierda de pisito, ni estar casada con un fracasado de clase media, ni pagar una hipoteca, ni cientos de facturas, ni tiene que estropearse sus lindas manos haciendo faenas, ni tiene que comprarse el esmalte de uñas en el "Todo a 1 euro". Ni que romperse ni una uña, por descontado. Ahora vivirá en un caserón, estará casada con un fracasado pero, eso sí, cargado de dinero, gastará a manos llenas, tendrá un yate, podrá comprarse mil esmaltes de Chanel si se le antoja, y acudir a un psiquiatra de ésos que se forran a costa de las señoras ricachonas.
Si, además, la tipa está como un tren, entonces podrá cazar a algún otro pringao que le baile el agua.
Pobrecita, hay que entenderla, es duro eso de casarse con un millonario...
Y claro, la pobrecita que no quiere dar el callo (sí que es tonta, si cualquiera está loco por arrimar el hombro, aguantar a un jefe capullo, y trabajar más horas que un reloj por una miseria), pues le echa el guante al primer pardillo con pasta, y tiene el estómago de una vaca por lo visto, pero qué más da, ya no tiene que vivir en una mierda de pisito, ni estar casada con un fracasado de clase media, ni pagar una hipoteca, ni cientos de facturas, ni tiene que estropearse sus lindas manos haciendo faenas, ni tiene que comprarse el esmalte de uñas en el "Todo a 1 euro". Ni que romperse ni una uña, por descontado. Ahora vivirá en un caserón, estará casada con un fracasado pero, eso sí, cargado de dinero, gastará a manos llenas, tendrá un yate, podrá comprarse mil esmaltes de Chanel si se le antoja, y acudir a un psiquiatra de ésos que se forran a costa de las señoras ricachonas.
Si, además, la tipa está como un tren, entonces podrá cazar a algún otro pringao que le baile el agua.
Pobrecita, hay que entenderla, es duro eso de casarse con un millonario...
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