El sueño de Walt
6.7
17,869
16 de agosto de 2015
16 de agosto de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía muchas ganas de ver esta película, porque no aceptarlo. Y cuando la vi, me quedé con un leve pensamiento de no haberme quedado totalmente satisfecho. La película es normalita, no es nada del otro mundo, pero yo pensé que saliendo de la compañía Disney me encontraría con una memorable película, porque nos están acostumbrados a ese tipo de pelis.
Lo malo es que recurre demasiado a los flashbacks de la infancia de Emma Thompson, que al final se hacen pesados. Pero aún así, me ha enseñado una cosa que desconocía: el imponente carácter de PL Travers.
Y además, la música de John Williams es muy bonita, aunque saliendo de él, no es de extrañar.
Lo malo es que recurre demasiado a los flashbacks de la infancia de Emma Thompson, que al final se hacen pesados. Pero aún así, me ha enseñado una cosa que desconocía: el imponente carácter de PL Travers.
Y además, la música de John Williams es muy bonita, aunque saliendo de él, no es de extrañar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Aunque no me sé bien la historia... ¿Enserio cambia tan rápido de carácter PL Travers? No sé, no me resulta realista.
15 de enero de 2017
15 de enero de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí la escritora de "Mary Poppins" me importa poco, no me gusta Mary Poppins, y los dibujos animados de Walt Disney , visto el maratón que pusieron en el canal cuatro el día de navidad , los voy a ver de otra manera, indudablemente tenían algo de lo que carecen los actuales, dicho esto.
Lo que hizo que viera con interes la película era la obsesión de Walt Disney por llevar al cine las novelas de Mary Poppins, y la negativa casi patológica de ella a cualquier idea que tuviera el equipo de guionistas y productores para adaptar el personaje al cine, desde las canciones al empleo de dibujos animados puntualmente en algún momento de la película, teniendo que entremezclar imágenes de la infancia de la protagonista para que podamos entenderla mejor.
Lo que hizo que viera con interes la película era la obsesión de Walt Disney por llevar al cine las novelas de Mary Poppins, y la negativa casi patológica de ella a cualquier idea que tuviera el equipo de guionistas y productores para adaptar el personaje al cine, desde las canciones al empleo de dibujos animados puntualmente en algún momento de la película, teniendo que entremezclar imágenes de la infancia de la protagonista para que podamos entenderla mejor.
31 de enero de 2014
31 de enero de 2014
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Si el cine fuera una fábrica de sueños –que lo es- resulta evidente que Walt Disney sería el propietario. Una fábrica que ha hecho disfrutar, y sigue haciéndolo, a millones de niños –y no tan niños- de todo el mundo. Saving Mr. Banks (la traducción del título chirría un poco) es una visita a esa fábrica.
John Lee Hancock dirige con encanto y sentimiento paternal el acertado guión de Sue Smith y Kelly Marcel. Una historia ambientada en Los Ángeles y narrada con flashbacks en Australia para entender como Mary Poppins saltó del papel a la gran pantalla.
La película es en el fondo una doble ofrenda. Por un lado a lo que llamamos “los entresijos del cine”. Todo eso que pasa detrás de las cámaras o antes incluso de que estas empiezan a funcionar y que pocas veces vemos. Y dentro de ese saco encontramos: una escritora que coge un avión con rumbo a Hollywood, al chófer que la espera en el aeropuerto (notable una vez más Paul Giamatti con esas conversaciones que evocan a Paseando a Miss Daissy), un recibimiento juguetón en un hotel o el duro trabajo con los músicos y guionistas para preparar el guión.
Y por la otra cara nos encontramos con un claro mensaje al corazón de un padre. Esta no es una película para niños (o sí, según se mire), es una intrahistoria (de esas que tocarán la fibra sensible a más de uno) de la figura del padre. Para ser más exactos, Saving Mr. Banks es un regalo al vínculo paterno-filial.
Es evidente que en nuestros primeros años de vida, y debido a la experiencia que en ellos vivimos con nuestro entorno paternal, se crea nuestra personalidad. En el caso de P.L. Travers, la personalidad de una ser solitario, triste y con cierto sentimiento de culpabilidad por acontecimientos del pasado. Todo esos miedos interiores quedan exteriorizados gracias una extraordinaria interpretación de Emma Thompson. Con semblante serio y vestida de inmaculado corte británico, la actriz londinense se cuela en esa señora maniática, enfurruñada con el mundo, alérgica a los dibujados animados y quisquillosa con todo cambio que se quiera hacer en su obra. No cabe duda de que su personaje es el pilar que se sostiene la película, y sin ella, probablemente esta no funcionaría.
Tom Hanks, para no perder la costumbre, se transforma (bigote incluido por supuesto) en un digno imitador de Walt Disney, que intenta desesperadamente que la Sra. Travers firme los derechos para la película. En los minutos finales, los dos actores comparten un té (primero la leche recuerden) en el que queda demostrado porque ambos llevan tantos años triunfando en este oficio. Por último, nombrar también a un interesante Colin Farrel en el papel del padre de la escritora.
Puede que a la idea le falta un poco de sustancia, quizás le pesa la falta de sorpresas o una gran escena para aligerar el ritmo narrativo, pero la verdad es que hay cierta magia en Saving Mr. Banks. No sólo desvela como se creó un clásico del cine, si no que además nos deja la estelar interpretación de una dama inglesa llamada Emma Thompson y nos recuerda lo bonito y necesario que es seguir soñando.
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John Lee Hancock dirige con encanto y sentimiento paternal el acertado guión de Sue Smith y Kelly Marcel. Una historia ambientada en Los Ángeles y narrada con flashbacks en Australia para entender como Mary Poppins saltó del papel a la gran pantalla.
La película es en el fondo una doble ofrenda. Por un lado a lo que llamamos “los entresijos del cine”. Todo eso que pasa detrás de las cámaras o antes incluso de que estas empiezan a funcionar y que pocas veces vemos. Y dentro de ese saco encontramos: una escritora que coge un avión con rumbo a Hollywood, al chófer que la espera en el aeropuerto (notable una vez más Paul Giamatti con esas conversaciones que evocan a Paseando a Miss Daissy), un recibimiento juguetón en un hotel o el duro trabajo con los músicos y guionistas para preparar el guión.
Y por la otra cara nos encontramos con un claro mensaje al corazón de un padre. Esta no es una película para niños (o sí, según se mire), es una intrahistoria (de esas que tocarán la fibra sensible a más de uno) de la figura del padre. Para ser más exactos, Saving Mr. Banks es un regalo al vínculo paterno-filial.
Es evidente que en nuestros primeros años de vida, y debido a la experiencia que en ellos vivimos con nuestro entorno paternal, se crea nuestra personalidad. En el caso de P.L. Travers, la personalidad de una ser solitario, triste y con cierto sentimiento de culpabilidad por acontecimientos del pasado. Todo esos miedos interiores quedan exteriorizados gracias una extraordinaria interpretación de Emma Thompson. Con semblante serio y vestida de inmaculado corte británico, la actriz londinense se cuela en esa señora maniática, enfurruñada con el mundo, alérgica a los dibujados animados y quisquillosa con todo cambio que se quiera hacer en su obra. No cabe duda de que su personaje es el pilar que se sostiene la película, y sin ella, probablemente esta no funcionaría.
Tom Hanks, para no perder la costumbre, se transforma (bigote incluido por supuesto) en un digno imitador de Walt Disney, que intenta desesperadamente que la Sra. Travers firme los derechos para la película. En los minutos finales, los dos actores comparten un té (primero la leche recuerden) en el que queda demostrado porque ambos llevan tantos años triunfando en este oficio. Por último, nombrar también a un interesante Colin Farrel en el papel del padre de la escritora.
Puede que a la idea le falta un poco de sustancia, quizás le pesa la falta de sorpresas o una gran escena para aligerar el ritmo narrativo, pero la verdad es que hay cierta magia en Saving Mr. Banks. No sólo desvela como se creó un clásico del cine, si no que además nos deja la estelar interpretación de una dama inglesa llamada Emma Thompson y nos recuerda lo bonito y necesario que es seguir soñando.
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31 de enero de 2014
31 de enero de 2014
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Al encuentro de Mr. Banks, está inspirada en la historia real de como llegó a la gran pantalla el clásico de Disney - Mary Poppins (1964), básicamente la película nos cuenta todo el proceso de realización y producción de Mary Poppins, y la reñida relación entre su autora y creadora Pamela Lyndon Travers (Emma Thompson) con Walt Disney (Tom Hanks) por la venta de los derechos cinematográficos de la famosa niñera a este. Es una cinta biográfica que sirve y funciona como autopromoción y marketing para Disney ... la cual no termina por ser una comedia ni tampoco un drama, quedándose a medio camino entre ambos géneros y sin decidirse por ninguno. La historia resulta interesante, original y "bonita" al estilo soñador y característico del universo Disney, pero la trama se hace algo pesada y larga según avanzan los minutos por el ritmo lento que tiene el film. Lo mejor es la fabulosa interpretación de Emma Thompson y Tom Hanks. Y el impecable diseño de vestuarios y producción.
Para curiosos y fans de Disney.
Para curiosos y fans de Disney.
1 de febrero de 2014
1 de febrero de 2014
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Que nadie se engañe. Por mucho que en "Al encuentro de Mr. Banks" salga Walt Disney, interpretado y caracterizado muy bien en la persona de Tom Hanks, esta película no deja de ser un dramón. Ya no por el borde personaje de una, eso sí, inmensa y muy natural en cuanto a su edad Emma Thompson, sino por la amarga historia oculta que encerraba la inspiración de Mary Poppins para su autora. Una mujer difícil de tratar, con la que las negociaciones y conversaciones resultaban sumamente complicadas para cualquier avance, pero que - oh, qué extraño, gracias al poder de persuasión y al mundo mágico de Disney - cedió finalmente a prestar sus derechos para que él pudiera rodar el musical de sus sueños. Una historia que empieza con interés, pero que por culpa de su repetitividad (encontronazos y flashbacks) desearás que termine cuanto antes.
En cuanto a Colin Farrell, me cuesta verlo en papeles tan serios como el que le han asignado para la película.
Mi nota: 6,3
En cuanto a Colin Farrell, me cuesta verlo en papeles tan serios como el que le han asignado para la película.
Mi nota: 6,3
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