Héroes fuimos nosotros los espectadores (poquitos para ser el día del espectador).
Menuda chorrada, especialmente después de las altas expectativas creadas.
Perdida de tiempo.
Ni pena , ni gloria.
...y los actores estaban fatal (ingenuidad supina)

Héroes es una película que no se produjo con grandes aspiraciones de arrasar en taquilla. En absoluto. Pau Freixas lo enfocó como un trabajo personal que quería llevar a cabo, como una historia que le interesaba contar. Una historia que era muy análoga a su propia infancia y a una serie de vivencias que tuvo en el pueblo en el que pasaba los veranos.

La película alterna dos tiempos: la infancia setentera de unos chavales y la "actualidad", en la que dos de ellos se reencuentran casualmente. Ella es una aventurera que va con mochila adonde le lleva el viento, y él es un empresario publicista que vive agobiado por su trabajo y por su afán de conseguir dinero y posición social. El choque entre ambos personajes es una provocación directa al espectador: ¿quién soy -o quiero soy- yo? No creo que la solución sea convertirse en hippie, pero sí disfrutar de cada instante que la vida nos regala. Y ese es un propósito fácil de corromper, especialmente por el dinero y el poder. La fábula de siempre, lo cual no hace que deje de ser cierta.

Sobre la infancia de ese grupo de pequeños "héroes", es fácil que se nos despierte una nostalgia por el verano, la amistad y lo sencilla y bella que puede ser la vida a veces. Una vez más, el tándem Freixas-Espinosa vuelve a servirse de los niños como protagonistas para hacernos sentir envidia por la mirada y la ilusión con que, de entrada, afrontan las cosas, y por referirse a aquella época de la vida en la que todo, incluso el sufrimiento, era nuevo.

No es un filme espectacular ni mucho menos, aunque puede que lo intente con esa épica un tanto forzada. Pero sí es una película para ver, por lo menos, un par de veces, y saborearla, disfrutarla, recordar el pasado y tener, una vez más, la posibilidad de cambiar de mentalidad.

En una entrevista con el director este reconoce que lo que mas le gusta es "el cine comercial americano", aquel que sin renunciar a contar bien una buena historia tiene siempre muy presente al espectador. Y se nota. Héroes está muy bien contada y podría estar firmada por cualquiera de esos directores yanquis con los que sabemos que vamos a pasar una buena tarde de cine y apela a algo que no puede fallar: la nostalgia de lo que fuimos y seguimos siendo a pesar que nuestro caparazón externo se transforme con el paso de los años. Los años 80 , los "veranos azules" y los amigos, aquellos que para bien o para mal nunca se olvidan.
Héroes emociona utilizando todos los tópicos al uso sin que nos importe lo mas mínimo y nos deja un poso agridulce, un sentimiento no confesado de que hemos estado a punto de soltar la lagrimita con una peli "de niños".
El trabajo de los cuatro chavales es impecable en un país donde los actores infantiles no abundan y del que deberían aprender muchos de los adolescentes y jóvenes que pueblan las series de tv. Los mayores (Lluís, Enma, Álex, Constantino, Nerea, Eva...) no fallan y aceptan su rol de secundarios.
Al final a Pau Freixas lo fichará el cine comercial americano.
jcelziete.blogspot.com

Fui al cine porque se fue la luz en mi casa. Era la única película que ponían a esa hora y estoy enamorado de Emma Suárez desde siempre. Entré, pobre de mí. Me inspiró un romance de ciego, pido perdón por los ripios:


Ya les cuento y les relato
el error y el desacierto
del hombre que se fue al cine
por no haber luz en su pueblo.

Héroes se llama el filme
y ya desde los letreros
no ha empezado bien la cosa:
está doblada, y mal hecho.,

pues no sería problema
con dobladores tan diestros
como los que hay en España:
pero ésta vez la jodieron.

Se me iba pasando el rato
con un gran aburrimiento
pues argumento no había,
lo que había era pretexto.

Una edulcorada trama
de amores entre pequeños
provocara una diabetes
al mismo Antonio Mercero.

Un niño busca a su padre:
sólo falta el mono Amedio
para completar el cuadro
de tonterías sin cuento.

Y Emma Suárez casi ausente,
por un poco ni la vemos
y como a Tosar en Lope
no la echaríamos de menos.

Mientras los niños hastían
pasa algo en paralelo
con la Eva Santolaria
sobreactuada en exceso.

No interesa, no entretiene,
ni tiene escenas de peso
ni tiene escenas de nada,
me desanimo y me duermo.

Y el hombre que se fue al cine
pensó en no perder más tiempo
y se salio de la sala
jurando hasta en arameo.