El muelle (La Jetée)Mediometraje
7.8
12,198
Ciencia ficción. Fantástico
Tras una apocalíptica guerra nuclear, el mundo ha quedado devastado. Un grupo de científicos del bando vencedor llega a la conclusión de que el único modo de salvar a la humanidad es recurriendo a los viajes a través del tiempo: o bien mandar a una persona al pasado para pedir ayuda, o al futuro para buscar una solución a la situación presente. El elegido para realizar el viaje a través del tiempo es un prisionero. Historia de corte ... [+]
13 de agosto de 2022
13 de agosto de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un mediometraje que solo puede ser entendido por entendidos. Normal que el género experimental esté extinguido u obsoleto. Querían traer algo pretencioso y moderno para justificar por qué el cine era arte y se les ocurrió algo nuevo como el cine experimental, género innecesario para explicar por qué el cine es arte, y se quedaron obsoletos los primeros.
La película es anticine, en realidad, ya que cine etimológicamente significa imágenes en movimiento. Aquí no están en movimiento, es alguna colección de fotografías que muestran lo que una película normal y corriente mostraría si estuviesen hilvanadas mediante fotogramas. Por lo que son fotogramas que cada uno muestra una imagen distinta y cada uno tiene una cosa distinta que contar mediante la narración vocal de la voz en off en francés, aunque son fotogramas cohesionados con los siguientes.
Yo no entiendo el propósito de esto más allá que el de crear un nuevo cine, el anticine. La película tiene un mensaje interesante para lo que te cuentan, se salva eso y la música de la película, por lo demás solo ver como curiosidad por parte de espectadores científicos, por llamarlos de alguna manera, pero como película no vale ni lo que significa. Es más, si no has leído la sinopsis, no entenderás ni una palabra, y no porque estén en francés.
La película es anticine, en realidad, ya que cine etimológicamente significa imágenes en movimiento. Aquí no están en movimiento, es alguna colección de fotografías que muestran lo que una película normal y corriente mostraría si estuviesen hilvanadas mediante fotogramas. Por lo que son fotogramas que cada uno muestra una imagen distinta y cada uno tiene una cosa distinta que contar mediante la narración vocal de la voz en off en francés, aunque son fotogramas cohesionados con los siguientes.
Yo no entiendo el propósito de esto más allá que el de crear un nuevo cine, el anticine. La película tiene un mensaje interesante para lo que te cuentan, se salva eso y la música de la película, por lo demás solo ver como curiosidad por parte de espectadores científicos, por llamarlos de alguna manera, pero como película no vale ni lo que significa. Es más, si no has leído la sinopsis, no entenderás ni una palabra, y no porque estén en francés.
16 de julio de 2023
16 de julio de 2023
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Pues eso, que el mayor mérito que tiene esta ¿¿película?? es poder verificar que el tiempo es una magnitud relativa. Media hora se te puede hacer más larga que un día entero haciendo algo entretenido.
A los que han puesto más nota a esta película que a obras maestras como 2001, Blade Runner, El planeta de los Simios, Soy Leyenda o tantas otras, les castigaría a volver a verla 3 veces (con las pinzas de La naranja mecánica puestas, claro).
Será que no tengo la suficiente capacidad emocional para que estas chorradas me deslumbren.
Le doy un 4 porque valoro que el director haya tenido la delicadeza de no hacer un largometraje. Gracias, majo.
A los que han puesto más nota a esta película que a obras maestras como 2001, Blade Runner, El planeta de los Simios, Soy Leyenda o tantas otras, les castigaría a volver a verla 3 veces (con las pinzas de La naranja mecánica puestas, claro).
Será que no tengo la suficiente capacidad emocional para que estas chorradas me deslumbren.
Le doy un 4 porque valoro que el director haya tenido la delicadeza de no hacer un largometraje. Gracias, majo.
19 de marzo de 2010
19 de marzo de 2010
12 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Floja.
Si hay un desequilibrio entre la importancia del texto y la de la imagen, algo no está funcionando.
Si quitas las imágenes (que cumplen una mera función estética y experimental si te apetece) el producto es el mismo.
El cine como yo lo entiendo debe ser imagen, lo mínimo posible de texto porque sino es preferible hacer un libro (véase W.G. Sebald que añadía imágenes a sus libros).
El contenido es pretencioso hasta la médula. La forma de narrar está tan rodeada de ornamentos como vacía.
¡Una película con fotos, qué original! Para eso me veo los stop-motion de Svankmajer que le dan mil vueltas en todo y también tenía pocos recursos, ah y en silencio.
Encima es aburrida. Le doy un 3 por el intento.
Si hay un desequilibrio entre la importancia del texto y la de la imagen, algo no está funcionando.
Si quitas las imágenes (que cumplen una mera función estética y experimental si te apetece) el producto es el mismo.
El cine como yo lo entiendo debe ser imagen, lo mínimo posible de texto porque sino es preferible hacer un libro (véase W.G. Sebald que añadía imágenes a sus libros).
El contenido es pretencioso hasta la médula. La forma de narrar está tan rodeada de ornamentos como vacía.
¡Una película con fotos, qué original! Para eso me veo los stop-motion de Svankmajer que le dan mil vueltas en todo y también tenía pocos recursos, ah y en silencio.
Encima es aburrida. Le doy un 3 por el intento.
31 de julio de 2011
31 de julio de 2011
11 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Cine" experimental de corta duración (gracias a Dios) que tiende mucho a lo poético y cuya parte de ciencia ficción es una mera anécdota y si no es así... entonces lo han hecho muy mal* (ver spoiler).
Si eres un romántico empedernido puede que te parezca maravillosa. Si deseas ver ciencia ficción aunque sea ligera pero congruente y una historia que no sea empalagosa, entonces tal ves sólo debas verla por curiosidad.
Me parece inaudito que durando tan poco (apenas unos 27 minutos), a medio visionado quería que ya contaran algo importante o trascendental, algo inteligente o por lo menos que ya terminara. Y es que cuenta tan poco y lo poco que cuenta es tan poco llamativo o que invite a la reflexión en algo que no sea el romanticismo (y no estoy en contra de ello, sólo que aquí es tan ordinario aún cuando es contado usando los viajes en el tiempo). Tal ves tanto leer a Isaac Asimov influya en que valore tan bajo a ésta película, pues aunque Asimov tampoco se explayaba mucho en explicar aparatos del futuro ni futuras tecnologías, sí que mantiene tu mente en suspenso y te mete de lleno en sus relatos.
Mi puntuación: Floja (3) así como me sentí al verla.
Si eres un romántico empedernido puede que te parezca maravillosa. Si deseas ver ciencia ficción aunque sea ligera pero congruente y una historia que no sea empalagosa, entonces tal ves sólo debas verla por curiosidad.
Me parece inaudito que durando tan poco (apenas unos 27 minutos), a medio visionado quería que ya contaran algo importante o trascendental, algo inteligente o por lo menos que ya terminara. Y es que cuenta tan poco y lo poco que cuenta es tan poco llamativo o que invite a la reflexión en algo que no sea el romanticismo (y no estoy en contra de ello, sólo que aquí es tan ordinario aún cuando es contado usando los viajes en el tiempo). Tal ves tanto leer a Isaac Asimov influya en que valore tan bajo a ésta película, pues aunque Asimov tampoco se explayaba mucho en explicar aparatos del futuro ni futuras tecnologías, sí que mantiene tu mente en suspenso y te mete de lleno en sus relatos.
Mi puntuación: Floja (3) así como me sentí al verla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*La ciencia ficción aquí sólo pinta como un obstáculo para el romance. Y para reflexionar sobre la futilidad de viajar en el tiempo hacia atrás (al parecer viajar hacia el futuro no es problema).
Veamos, científicos hacen que un prisionero:
-Viaje hacia atrás para poder advertir a la humanidad y evitar la catástrofe (3ª Guerra Mundial). El susodicho viaja al pasado sólo mentalmente, pues su cuerpo sigue en el presente, y en el pasado su mente adquiere también un cuerpo (¿universos paralelos? ¡Bah! no tiene sentido ni discutir ésto) y sólo atina a enamorarse de una mujer que ya había visto en su niñez, y gradualmente le comenta el apocalipsis que se avecina... ¿Y para qué? ¿Qué importancia tiene contárselo a una María cualquiera?. Por otro lado, de alguna misteriosa forma los científicos monitorean dicho viaje pues cuando está a punto de regresar le administran otra inyección para que continúe... ¿Cómo lo hacen? No lo explican, tal ves porque tal tontería no se puede explicar en forma creíble.
(como no hay éxito...)
-Viaje hacia el futuro para que le faciliten algo que pueda ayudarlos a sobrevivir (¿Pero que no el hecho de que vislumbren humanidad en el futuro ya implica que no necesitan de nada para sobrevivir en el futuro? Que estupidez).
Veamos, científicos hacen que un prisionero:
-Viaje hacia atrás para poder advertir a la humanidad y evitar la catástrofe (3ª Guerra Mundial). El susodicho viaja al pasado sólo mentalmente, pues su cuerpo sigue en el presente, y en el pasado su mente adquiere también un cuerpo (¿universos paralelos? ¡Bah! no tiene sentido ni discutir ésto) y sólo atina a enamorarse de una mujer que ya había visto en su niñez, y gradualmente le comenta el apocalipsis que se avecina... ¿Y para qué? ¿Qué importancia tiene contárselo a una María cualquiera?. Por otro lado, de alguna misteriosa forma los científicos monitorean dicho viaje pues cuando está a punto de regresar le administran otra inyección para que continúe... ¿Cómo lo hacen? No lo explican, tal ves porque tal tontería no se puede explicar en forma creíble.
(como no hay éxito...)
-Viaje hacia el futuro para que le faciliten algo que pueda ayudarlos a sobrevivir (¿Pero que no el hecho de que vislumbren humanidad en el futuro ya implica que no necesitan de nada para sobrevivir en el futuro? Que estupidez).
3 de febrero de 2010
3 de febrero de 2010
10 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lástima que este mediometraje de Chris Marker, surgido en plena era de la Nouvelle Vague y la Rive Gauche, se quede en una curiosidad experimental que, vale, tendrá su intríngulis y todo eso, pero que me deja casi tan indiferente como si hubiera visto un anuncio de la televisión de cerca de media hora de duración. Y no es tal vez por lo que cuenta, que podría ser cojonudo, sino por cómo lo cuenta.
Técnicas novedosas y rompedoras, queriendo marcar claramente la diferencia con el cine convencional. Un corto rodado casi en su totalidad con fotografías y voz en off, con una temática apocalíptica y de disección de los abismos del espíritu. Un aeropuerto, donde las familias van los domingos a ver el trasiego de los aviones. Un niño testigo de una tragedia. Y años más tarde, la Tercera Guerra Mundial, la Humanidad en extinción e intentos desesperados por encontrar auxilio.
El niño protagonista ha crecido y ha sido tomado prisionero. Se le hará viajar en el tiempo, para buscar la ayuda que salve a la especie humana. En el pasado añorado, en un futuro en el que los hombres hayan encontrado el medio para continuar.
Pero, digo yo... Si es obvio que existe un futuro, ya que el protagonista lo atisba... ¿Por qué seguir preocupados por el destino? ¿No queda claro que habrá salvación? De otro modo, él no habría visto más que la nada. ¿Para qué perdir ayuda, entonces? A no ser que, dentro del plan, entrara el de esos viajes temporales para contactar con una era lejana que aún está por venir.
Lo mejor, lo que insufla un poco más de interés en el corto, es la exploración del pasado. Los recuerdos están anclados en nosotros con garfios que no se pueden arrancar. No importa si lo que recordamos sucedió o no, porque nuestra memoria está hecha de espejismos, de fantasmas que se aferran a los salientes del cerebro hasta que confundimos realidad y fantasía. Muchas veces creemos rememorar cosas, que en realidad nunca ocurrieron. Tal vez las soñamos, y la mente suele confundirlas. Pero todo eso, la verdad y la mentira, es la carga de nuestro pasado, que llevamos hasta el presente. Quizás nos quedamos con lo que nos gustaría que hubiera sucedido. Quizás aquel niño se enamoró de aquella desconocida en aquel aeropuerto mientras presenciaba la muerte de un hombre. Quizás todo fue una alucinación. Pero para él está tan viva como él mismo.
Con la oportunidad de regresar al pasado de su mente, volverá a lo que más ama, el recuerdo de un rostro que se le grabó para la posteridad.
Pero el pasado esgrime sus trampas traicioneras. No podemos anclarnos en él y olvidarnos del presente. Ni del futuro que tiende sus manos inciertas. El tiempo que ya se fue no se puede recuperar.
Tal vez, en nuestro efímero periplo por este valle de sombras, la felicidad sólo sea un chispazo infinitesimal que dura lo que un rayo en una tormenta, justo antes de que nos llegue la hora. Porque nuestra hora, esa hora temida del final, invariablemente llega muy pronto.
Técnicas novedosas y rompedoras, queriendo marcar claramente la diferencia con el cine convencional. Un corto rodado casi en su totalidad con fotografías y voz en off, con una temática apocalíptica y de disección de los abismos del espíritu. Un aeropuerto, donde las familias van los domingos a ver el trasiego de los aviones. Un niño testigo de una tragedia. Y años más tarde, la Tercera Guerra Mundial, la Humanidad en extinción e intentos desesperados por encontrar auxilio.
El niño protagonista ha crecido y ha sido tomado prisionero. Se le hará viajar en el tiempo, para buscar la ayuda que salve a la especie humana. En el pasado añorado, en un futuro en el que los hombres hayan encontrado el medio para continuar.
Pero, digo yo... Si es obvio que existe un futuro, ya que el protagonista lo atisba... ¿Por qué seguir preocupados por el destino? ¿No queda claro que habrá salvación? De otro modo, él no habría visto más que la nada. ¿Para qué perdir ayuda, entonces? A no ser que, dentro del plan, entrara el de esos viajes temporales para contactar con una era lejana que aún está por venir.
Lo mejor, lo que insufla un poco más de interés en el corto, es la exploración del pasado. Los recuerdos están anclados en nosotros con garfios que no se pueden arrancar. No importa si lo que recordamos sucedió o no, porque nuestra memoria está hecha de espejismos, de fantasmas que se aferran a los salientes del cerebro hasta que confundimos realidad y fantasía. Muchas veces creemos rememorar cosas, que en realidad nunca ocurrieron. Tal vez las soñamos, y la mente suele confundirlas. Pero todo eso, la verdad y la mentira, es la carga de nuestro pasado, que llevamos hasta el presente. Quizás nos quedamos con lo que nos gustaría que hubiera sucedido. Quizás aquel niño se enamoró de aquella desconocida en aquel aeropuerto mientras presenciaba la muerte de un hombre. Quizás todo fue una alucinación. Pero para él está tan viva como él mismo.
Con la oportunidad de regresar al pasado de su mente, volverá a lo que más ama, el recuerdo de un rostro que se le grabó para la posteridad.
Pero el pasado esgrime sus trampas traicioneras. No podemos anclarnos en él y olvidarnos del presente. Ni del futuro que tiende sus manos inciertas. El tiempo que ya se fue no se puede recuperar.
Tal vez, en nuestro efímero periplo por este valle de sombras, la felicidad sólo sea un chispazo infinitesimal que dura lo que un rayo en una tormenta, justo antes de que nos llegue la hora. Porque nuestra hora, esa hora temida del final, invariablemente llega muy pronto.
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