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El planeta de los simios

Ciencia ficción. Aventuras George Taylor es un astronauta que forma parte de la tripulación de una nave espacial -en una misión de larga duración- que se estrella en un planeta desconocido en el que, a primera vista, no hay vida inteligente. Sin embargo, muy pronto se dará cuenta de que está gobernado por una raza de simios mentalmente muy desarrollados que esclavizan a unos seres humanos que carecen de la facultad de hablar. Cuando su líder, el doctor Zaius, ... [+]
Críticas 154
Críticas ordenadas por utilidad
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8
6 de diciembre de 2015 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un inicio desconcertante ya nos hace sentir que estamos ante una propuesta bastante lograda puesto que nos encontramos con un punto de partida interesante: la llegada del hombre a otro planeta. Desde este planteamiento, nos adentramos en el pensamiento -o mejor dicho queremos adentrarnos-, de los tres personajes, y a tenor del título nos angustiamos, nos pica la curiosidad de saber por donde aparecerán los "seres" que van a, suponemos, establecer ciertas relaciones con los humanos. A partir de este momento, se agradece el punto de contacto entre los humanos y los simios, llegando a disfrutarse esas escenas en las que nos sorprende la situación de enemistad que se cierne sobre ambos tipos de animales, exclusivamente por la trasmisión a lo largo de la historia desarrollada en el planeta donde habitan los simios de esas cualidades negativas, tanto de inferioridad cómo paradójicamente de humanidad que se han ido reflejando a lo largo de los siglos por parte del hombre. De esta forma, comenzamos a entender que resulta necesario algo, que provoque, que barajemos en algún momento del metraje la posibilidad de que estamos ante otros seres con los mismos derechos aptitudes y sentimientos y que somos iguales ante la naturaleza. algo que pone de manifiesto un trasfondo animalista como mensaje: tratamos mal al mono, incluso entre nosotros mismos y nos empecinamos de que estamos por encima de otros, percibiéndose la sensación de injusticia, cuando los simios tratan a los humanos cómo mercancias de nulo valor. A partir de este hecho, se rueda una magnífica obra imperecedera en el tiempo con unos diálogos formidables, que trata con complejidad diferentes aspectos de la naturaleza, humanidad y ciencia de manera magistral. Por ello, personalmente creo que es una cinta trabajada desde el lado de la evolución humana, con soberbias actuaciones, personajes que quedan para el recuerdo, y con un soprendente relato de los hechos, a pesar de su ambigüo y sobrevalorado desenlace, en tanto que nos sumergimos en un entretenimiento de magnitudes estratosféricas.

Una película de obligada visión para aquellos a los que les interese conocer al hombre más a fondo. Mejora en muchos aspectos al remake de Burton, pese a contar con menos medios dada las fechas de filmación.
10
7 de diciembre de 2015 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todas las películas que he visto en mi vida, por desgracia hay algunas cuyo final ya conocía de antemano, por tal o cual circunstancia. De ese grupo, diría que aquella que he visto con más interés y fascinación es "El planeta de los simios", por más que ya supiese cómo acababa.

Es éste un film legendario y por derecho propio uno de los mejores del género de ciencia-ficción en toda la historia del cine, cuya fuerza y poder cautivador aún perdura pese a los casi 50 años desde su estreno. Las causas pueden estar en su trepidante ritmo, su onírica y brillante puesta en escena, con esa fotografía abrasadora y por ratos irreal, acompañada de esos desoladores escenarios naturales (Arizona, Utah, California);una banda sonora tan magnífica como desconcertante del maestro Goldsmith; el meritorio diseño de producción; la estupenda caracterización de los simios, o el punzante guión con aceradas sentencias y enunciados devastadores sobre la condición humana y su poder de destrucción, el fanatismo religioso, la verdad absoluta, el papel del Estado, la crítica a EEUU, el ecologismo o la posición que adoptamos frente al resto de animales.

Bien es cierto que el argumento está algo cogido por pinzas, y no resulta muy plausible que unos astronautas, comprobando la geología y la atmósfera, la posición de las estrellas o el "sol" (si bien nunca se hace de noche y no hay luna alguna, lo que sin duda desconcierta a los protagonistas, al igual que al espectador) no reparen en qué planeta han aterrizado, máxime teniendo en cuenta que luego se encuentran, además de los simios, con caballos y con humanos. Pero personalmente considero que es una película para no ponerse quisquilloso con el tema de lo verídico y lo científicamente posible, y que debe enfocarse desde otro punto de vista, esto es, el de un relato sobre qué es el ser humano (de dónde venimos, qué somos) y a dónde puede ir, si sigue con su afán bélico, destructor y exterminador. Porque sin duda es una película que te hace pensar, repensar y reflexionar, desconcertando como pocas. Qué decir, por ejemplo, de las cacerías de hombres por los simios, cómo les prohíben hablar, o cómo están expuestos los humanos, disecados, en esa especie de museo en la ciudad de los simios.

Si a todo lo anteriormente dicho le unes un Charlton Heston en estado de gracia, además de bastante implicado (a ver qué estrella de hoy día estaría dispuesto a tirarse casi toda la película en taparrabos) y quien encarna a uno de los personajes más desencantados y nihilistas de su carrera, además de escasamente positivo (tremenda la frase que le dice a su compañero, cuando al principio se encuentran con los hombres, primitivos e inofensivos: "si todos los habitantes son así, en menos de seis meses seremos los dueños del planeta"), tienes, en definitiva, una película de visionado obligatorio, que te altera como pocas y cuyo final sigue teniendo mucha fuerza. Un clásico indiscutible y necesario.
6
7 de diciembre de 2015 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Simpaticona alegoría distópica con la fuerza un tanto pedestre de varias ideas centrales tratadas con simpleza y dinamismo. Una serie b de lujo y añeja pero muy agradable.
Produce ternura verla hoy, tantos años después, quizás demasiados. Es candorosa en muchos sentidos, sobre todo en lo más puramente "técnico", todo lo relacionado con la nave, el accidente, la llegada a un planeta extraño, las condiciones del lugar, las reacciones y comentarios al respecto, el maquillaje y movimiento de la civilización simia...
Y bastante primaria en los planteamientos psicológicos, infantil en la visión de las conductas y los comportamientos; una naturalidad primitiva chocante y graciosa.
Pero bien hecha, entretenida, interesante incluso por su denuncia y didactismo. La tesis es conocida, casi siempre es la misma en estos futuribles casos, el progreso es malo y el hombre, lo peor. Cuanto más nos alejamos de nuestra condición natural, más nos tortura nuestra hipócrita conciencia.
Un Heston arrebatado y de carnes prietas protagoniza con salero y arrogancia troglodita esta aventura tan bien intencionada y querible. Con un personaje, el de la simio científica, que dan ganas de pedirla en matrimonio y darle toda la herencia ganada a pulso. Y con una humana muda tan guapetona que da gusto. El maloso pintón y rubiales también es majete en su inquina sabia y retorcida. Todos, achuchables.
Lo mejor, para mi gusto encallado, son la alusiones al destino y la verdad, ambas ideas consideradas terroríficas, cabos del miedo que te esperan con la guadaña sangrienta a la vuelta de la esquina.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final, obviamente, es gloria. Sin salida. ¿Y ahora qué, Charlton Heston? ¿Empezar de cero, en plan saga bíblica, con tu Eva Nova llenando la tierra de churumbeles y matusalenes para acabar desmantelando la eximia cultura simia en un par de tardes o quizás lo contrario, un hundimiento definitivo en la pena y el lodo, una agonía costera y suicida purgando los innumerables pecados nefandos perpetrados por los de tu especie en tus propias carnes morenas ofrecidas en holocausto?
Yo, entre la verdad flagelada o la supervivencia desesperada en medio de la nada, elegiría... reflotar la nave, volver atrás en el tiempo, llegar a la tierra de 1968 (cuando se hizo la peli), abandonar el tortuoso trabajo de astronauta inmediatamente y apuntarme como loco al verano del amor, en el mismo San Francisco. He dicho.
Sin duda. Se puede. La vida es maravillosa.
9
27 de abril de 2016 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es poco creíble desde un punto de vista científico, pero que más da, el cine suele ser así, lo importante es que, una vez asumidas premisas, siga una cierta lógica, y esto pasa en este film.

Nos observamos como especie y, la verdad, damos un poco de miedo. El personaje de Heston es un descreído, pero la cinta es muy original, entretenida, y con ese final ya vale la pena verla.
9
28 de octubre de 2017 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, el final es una de las cosas más famosas de El planeta de los simios.
Sí, es uno de los más impactantes y terribles de la historia.
Y además es uno de los grandes clásicos de la ciencia-ficción, una película revolucionaria en su momento y que todavía hoy le da sopas con hondas a muchas de las cintas de género que se hacen hoy. Una de las cintas, además, que convirtieron a Charlton Heston en el actor más famoso de su tiempo, junto con El Cid, Benh-ur y Los Diez Mandamientos.
Imprescindible.
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