El planeta de los simios
1968 

7.5
59,034
Ciencia ficción. Aventuras
George Taylor es un astronauta que forma parte de la tripulación de una nave espacial -en una misión de larga duración- que se estrella en un planeta desconocido en el que, a primera vista, no hay vida inteligente. Sin embargo, muy pronto se dará cuenta de que está gobernado por una raza de simios mentalmente muy desarrollados que esclavizan a unos seres humanos que carecen de la facultad de hablar. Cuando su líder, el doctor Zaius, ... [+]
17 de marzo de 2007
17 de marzo de 2007
172 de 188 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excepcional adaptación de la novela de Pierre Boulle, "La Planète des Singes", que deviene, bajo la inspirada batuta de Schaffner y la vibrante actuación de Heston, en un clásico de la ciencia-ficción.
El film plantea, como si de una fábula animalesca se tratase, una reflexión filosófica acerca de la identidad de lo humano y aquello que realmente nos hace humanos, la raza y la cultura o las cualidades del espíritu, para concluir que un simio, podría perfectamente tener más características de las conocidas como "humanas" que el propio hombre.
También plantea un alegato contra la guerra, la violencia y la agresividad del hombre hacia su entorno, incluyendo su propia raza, así como contra la intolerancia religiosa, racial y científica.
Que todas estas reflexiones se postulen irónicamente y bajo la forma de un excelente relato de aventuras, cuyo interés no decae en ningún momento del metraje, planteando una estructura narrativa y una banda sonora, que aún hoy, siguen resultando innovadoras, convierte al primer film de la saga de los simios, en una obra maestra, no ya de la ciencia-ficción, sino de la historia del cine.
El éxito del film se tradujo en cuatro secuelas rodadas para la gran pantalla, una serie de televisión de 14 episodios, interpretada por Roddy McDowall, como único superviviente de la saga fílmica, otra serie televisiva de animación de 13 episodios y un innecesario remake, rodado por Tim Burton en el 2001.
La progresiva mediocridad de las secuelas, las series y del remake de Burton, no han conseguido empañar los logros, el mensaje y la fuerza de esta cinta extraordinaria.
El film plantea, como si de una fábula animalesca se tratase, una reflexión filosófica acerca de la identidad de lo humano y aquello que realmente nos hace humanos, la raza y la cultura o las cualidades del espíritu, para concluir que un simio, podría perfectamente tener más características de las conocidas como "humanas" que el propio hombre.
También plantea un alegato contra la guerra, la violencia y la agresividad del hombre hacia su entorno, incluyendo su propia raza, así como contra la intolerancia religiosa, racial y científica.
Que todas estas reflexiones se postulen irónicamente y bajo la forma de un excelente relato de aventuras, cuyo interés no decae en ningún momento del metraje, planteando una estructura narrativa y una banda sonora, que aún hoy, siguen resultando innovadoras, convierte al primer film de la saga de los simios, en una obra maestra, no ya de la ciencia-ficción, sino de la historia del cine.
El éxito del film se tradujo en cuatro secuelas rodadas para la gran pantalla, una serie de televisión de 14 episodios, interpretada por Roddy McDowall, como único superviviente de la saga fílmica, otra serie televisiva de animación de 13 episodios y un innecesario remake, rodado por Tim Burton en el 2001.
La progresiva mediocridad de las secuelas, las series y del remake de Burton, no han conseguido empañar los logros, el mensaje y la fuerza de esta cinta extraordinaria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La secuencia final del astronauta Taylor, descubriendo ante las ruinas de la Estatua de la Libertad, que su viaje interespacial, ha sido en realidad un viaje en el tiempo, es con toda justicia, una de las más famosas escenas de la historia del cine.
Escena a la altura del excelente final de la novela, en que los dos astronautas que han hallado un pergamino flotando en el espacio, en el que se narra la odisea del hombre que regresó a la Tierra para descubrir que estaba gobernada por simios, concluyen que todo el relato es una fantasía, porque nadie en su sano juicio podría suponer que la Tierra hubiera podido estar gobernada nunca por una raza tan primitiva y violenta como la raza humana, incluso para sus mentes de chimpancés cultos e inteligentes, es una idea absurda.
Escena a la altura del excelente final de la novela, en que los dos astronautas que han hallado un pergamino flotando en el espacio, en el que se narra la odisea del hombre que regresó a la Tierra para descubrir que estaba gobernada por simios, concluyen que todo el relato es una fantasía, porque nadie en su sano juicio podría suponer que la Tierra hubiera podido estar gobernada nunca por una raza tan primitiva y violenta como la raza humana, incluso para sus mentes de chimpancés cultos e inteligentes, es una idea absurda.
20 de abril de 2007
20 de abril de 2007
118 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, colegas. Soy cinéfilo empedernido, impenitente e irredento gracias a "El planeta de los simios". Schaffner completó con ella una especie de "polvo" cinematográfico galáctico, culminando con éxito un orgasmo cinéfilo-colectivo de escándalo. Personalmente ocupa con "2001, una odisea del espacio" y "Blade runner" la Santísima Trinidad de la Ciencia Ficción fílmica.
Tal vez no llegue al status de peliculón, pero esta puñetera película fue la primera que ME HIZO PENSAR a la vez de entretenerme, trepanando mi cerebro preadolescente y activando todos los resortes de mi imaginación hasta límites insospechados. Aún siento hoy en día ese pálpito, esa turbación remota. Vendería mi alma al diablo para volver a contemplar con la ingenuidad de mis pueriles retinas ese demoledor final, probablemente el mejor y más inquietante desenlace de la historia del cine.
Tal vez no llegue al status de peliculón, pero esta puñetera película fue la primera que ME HIZO PENSAR a la vez de entretenerme, trepanando mi cerebro preadolescente y activando todos los resortes de mi imaginación hasta límites insospechados. Aún siento hoy en día ese pálpito, esa turbación remota. Vendería mi alma al diablo para volver a contemplar con la ingenuidad de mis pueriles retinas ese demoledor final, probablemente el mejor y más inquietante desenlace de la historia del cine.
6 de septiembre de 2006
6 de septiembre de 2006
80 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charlton Heston había quedado tan contento del resultado de "El señor de la guerra" que pensó tras varias negativas, en Frankiln J. Schaffner como director de "El planeta de los simios", sé lo propuso al productor Arthur Jacobs (que luego produjo toda la saga "simia") y evidentemente acertó.
La historia está basada en un maravilloso libro del francés Pierre Boulle (autor también de "El puente sobre el río Kwai" que David Lean había llevado ya al cine y al éxito) que el guionista no tiene más que seguir con algún pequeño cambio como el memorable golpe final.
La película es mucho más que una historia de ciencia-ficción, tal y como fue entendida en su día. Son tres los hechos analíticos esenciales: La crítica a la falta de humanización del mundo y autodestrucción de los seres humanos (el hombre es un lobo para el hombre de Hobbes); la crítica al antropocentrismo del ser humano con respecto al resto de la naturaleza (defensa de la ecología profunda) y la crítica a un tipo de religión intolerante con la ciencia y con la razón (defensa de un Darwin o Galileo).
En esta película nacería el matrimonio del compositor Goldsmith con el director Schaffner que tan buenas y preciosas bandas sonoras nos han dejado. La fotografía un tanto normalita para lo que hubiera sido posible.
La película a veces tiene un tanto de teatral lo que hace que gane en los diálogos pero que pierda al contrastarla con la parte de acción, a mi juicio excesiva. Heston realiza uno de sus cinco mejores papeles (también con Schaffner en “The War Lord”). Con esta película Schaffner, uno de esos directores venidos de la televisión se doctora y demuestra que sabe contar buenas historias envueltas en papel de regalo (aventuras-acción-ciencia-ficción) para hacerlas más interesantes al público. Y es que la filosofía no tiene por qué ser aburrida.
La historia está basada en un maravilloso libro del francés Pierre Boulle (autor también de "El puente sobre el río Kwai" que David Lean había llevado ya al cine y al éxito) que el guionista no tiene más que seguir con algún pequeño cambio como el memorable golpe final.
La película es mucho más que una historia de ciencia-ficción, tal y como fue entendida en su día. Son tres los hechos analíticos esenciales: La crítica a la falta de humanización del mundo y autodestrucción de los seres humanos (el hombre es un lobo para el hombre de Hobbes); la crítica al antropocentrismo del ser humano con respecto al resto de la naturaleza (defensa de la ecología profunda) y la crítica a un tipo de religión intolerante con la ciencia y con la razón (defensa de un Darwin o Galileo).
En esta película nacería el matrimonio del compositor Goldsmith con el director Schaffner que tan buenas y preciosas bandas sonoras nos han dejado. La fotografía un tanto normalita para lo que hubiera sido posible.
La película a veces tiene un tanto de teatral lo que hace que gane en los diálogos pero que pierda al contrastarla con la parte de acción, a mi juicio excesiva. Heston realiza uno de sus cinco mejores papeles (también con Schaffner en “The War Lord”). Con esta película Schaffner, uno de esos directores venidos de la televisión se doctora y demuestra que sabe contar buenas historias envueltas en papel de regalo (aventuras-acción-ciencia-ficción) para hacerlas más interesantes al público. Y es que la filosofía no tiene por qué ser aburrida.
27 de febrero de 2009
27 de febrero de 2009
95 de 119 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si, me gustó, y cuando la vi me quede de rodillas como el pobre Charlton Heston de la sorpresa y la impotencia. Pero tiempo despues me hicieron notar el generoso agujero que contiene la película, lo que hizo que esta me decepcionara bastante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En fin, puede que si yo apareciera en un planeta desconocido, no tomaría demasiado en cuenta, dada mi ignorania, el hecho de que el planeta, tuviera un sol muy parecido al nuestro, un solo satélite muy parecido a la luna, una osa mayor, una menor, etc. Pero...Si un astronauta cae en un planeta desconocido, ¿no notaría nada al mirar a ese cielo nocturno? ¿no se sorprendería al descubrir que todas las constelaciones se encontraban en la misma posición que los de la tierra...? mmm.
Puede que no, puede, pero...Si yo viera monos que hablan en inglés, me plantearía cosas, y si conozco la astronomía, me temo que al mirar al cielo, llegaría a conclusiones, antes de tener que ver aquel increible pedazo de la estatua de la libertad.
Pero bueno a pesar de esto, sigue siendo un peliculón, lo que parádógicamente la honra. No como su apestosa secuela.
Puede que no, puede, pero...Si yo viera monos que hablan en inglés, me plantearía cosas, y si conozco la astronomía, me temo que al mirar al cielo, llegaría a conclusiones, antes de tener que ver aquel increible pedazo de la estatua de la libertad.
Pero bueno a pesar de esto, sigue siendo un peliculón, lo que parádógicamente la honra. No como su apestosa secuela.
5 de octubre de 2011
5 de octubre de 2011
63 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que en otras muchas historias que hemos visto antes, durante y después, "El planeta de los simios" retoma el tema clásico de la criatura extraña que llega al mundo humano pero con una curiosa ocurrencia: volviéndolo del revés. Lo que en principio parece una forma más de revitalizar un argumento más que visto, acaba siendo una de las principales razones por las que estamos ante todo una leyenda del cine de ciencia ficción, tanto del de serie B como el que corresponde a todas las demás letras del abecedario.
Si la película hubiese seguido los cauces habituales no dejaría de ser una gran película de aventuras pero sin duda carecería mucho de su mito y es que ¿quién puede no sentir cierta perturbación, cuando ve a uno de sus semejantes siendo tratado tal y como nosotros tratamos a cualquier otra criatura que no pertenece a nuestra especie y utilizando exactamente los mismos razonamientos que utilizaríamos nosotros para justificarlo?
"El planeta de los simios" provoca la extraña hazaña de hacerte perder la brújula ética durante su entretenidísimo metraje. Los simios son los villanos de la función, pero son los villanos nada más y nada menos por comportarse como los humanos. Impresionante resulta la primera visión del poblado simio, con sus mil perturbadores detalles (como esos humanos colgados cual cachos de carne para el matadero) e impresionante es la banda sonora de Jerry Goldsmith, cuya crispada partitura se imbrica con los sonidos naturales y simiescos que dibujan a nuestros oídos el cariz primitivo del nuevo planeta.
Una pena que casi todo el mundo de este planeta Tierra ya sepa lo que no debería saber antes de ver la película, pero si eso constituye un óbice para ponerse con ella, decir que aun así, resulta tan poderoso e impactante que no te importará que no sea una sorpresa.
Si la película hubiese seguido los cauces habituales no dejaría de ser una gran película de aventuras pero sin duda carecería mucho de su mito y es que ¿quién puede no sentir cierta perturbación, cuando ve a uno de sus semejantes siendo tratado tal y como nosotros tratamos a cualquier otra criatura que no pertenece a nuestra especie y utilizando exactamente los mismos razonamientos que utilizaríamos nosotros para justificarlo?
"El planeta de los simios" provoca la extraña hazaña de hacerte perder la brújula ética durante su entretenidísimo metraje. Los simios son los villanos de la función, pero son los villanos nada más y nada menos por comportarse como los humanos. Impresionante resulta la primera visión del poblado simio, con sus mil perturbadores detalles (como esos humanos colgados cual cachos de carne para el matadero) e impresionante es la banda sonora de Jerry Goldsmith, cuya crispada partitura se imbrica con los sonidos naturales y simiescos que dibujan a nuestros oídos el cariz primitivo del nuevo planeta.
Una pena que casi todo el mundo de este planeta Tierra ya sepa lo que no debería saber antes de ver la película, pero si eso constituye un óbice para ponerse con ella, decir que aun así, resulta tan poderoso e impactante que no te importará que no sea una sorpresa.
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