Anatomía de un asesinato
1959 

8.0
20,287
Drama
Frederick Manion (Ben Gazzara), un teniente del ejército, asesina fríamente al presunto violador de su mujer (Lee Remick). Ella contrata como abogado defensor a Paul Biegler (James Stewart), un honrado hombre de leyes. Durante el juicio se reflejarán todo tipo de emociones y pasiones, desde los celos a la rabia. Uno de los dramas judiciales más famosos de la historia del cine. (FILMAFFINITY)
25 de enero de 2006
25 de enero de 2006
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de mis películas favoritas.
Me gustan las que tratan sobre juicios, y esta especialmente.
James Stewart parece disfrutar con este papel, llenando la pantalla.
La ví hace mucho tiempo, en VHS, y el otro día me decidí a bajarla de la mula, para ver si realmente era tan buena como recordaba. Lo era, así que me la compré.
La recomiendo.
Me gustan las que tratan sobre juicios, y esta especialmente.
James Stewart parece disfrutar con este papel, llenando la pantalla.
La ví hace mucho tiempo, en VHS, y el otro día me decidí a bajarla de la mula, para ver si realmente era tan buena como recordaba. Lo era, así que me la compré.
La recomiendo.
10 de noviembre de 2006
10 de noviembre de 2006
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película muy buena...para mí la mejor interpretación que ha tenido James Stewart durante su carrera como actor (no dejando de mencionar Historias de Filadelfia), aunque no pudo ganar el Oscar y no sé porqué...porque esta película me encantó de principio a fin...es un poco larga pero vale la pena ver...como actúa James Stewart, con tal facilidad toma e interpreta el papel de un abogado de pueblo, que intenta ganar al abogado de ciudad, galardonado y reconocido por todos...unos dialogos impresionantes en la escena del juicio que toma casi la mitad de la pelicula...en sí...una película que todos por obligación deben de ver...
3 de enero de 2011
3 de enero de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juicio, intriga, drama y humor en la genial obra de Otto Preminger con banda sonora de jazz de Duke Ellington. Con James Stewart y Lee Remick.
Esta película reúne varios elementos que la hacen atractiva: dirección, guión, música e intérpretes unidos en sinfonía perfecta dan como resultado una buenísima película, entretenida y completa.
James Stewart, quien protagoniza al abogado defensor Paul Biegle, borda el papel, hace creíble una verborrea increíble. Cínico y socarrón, le añade cierta comicidad a algunas escenas en este drama. Incluso el propio actor reconoció este papel como uno de los más difíciles e interesantes en su carrera desde el realizado en It’s a wonderful life (Capra, 1946). De hecho, fue nominado con el Oscar al mejor actor, con la mala suerte de que optara Charlton Heston por la oscarizada Ben-Hur.
El resto del reparto es muy bueno. Lee Remick encarna a la mujer bella, icono sexual velado, si bien su papel le permitió dejar ver a una mujer algo más compleja que una simple cara bonita. George C. Scott estuvo brillante, nadie como él podría expresar con un solo gesto la arrogancia con tanta naturalidad, ni el enfado reprimido a la fuerza. Arthur O’Connell y Eve Arden encarnan a los fieles compañeros de viaje.
Ésta es una gran película que me encanta y cuya música, que también disfruto muchísimo, es del genial Duke Ellington, quien fue su director musical y estuvo trabajando con Otto Preminger durante el rodaje de forma que su música queda integrada en la película como un personaje más.
La recomiendo sin dudarlo. Más información en jazztk.com
Esta película reúne varios elementos que la hacen atractiva: dirección, guión, música e intérpretes unidos en sinfonía perfecta dan como resultado una buenísima película, entretenida y completa.
James Stewart, quien protagoniza al abogado defensor Paul Biegle, borda el papel, hace creíble una verborrea increíble. Cínico y socarrón, le añade cierta comicidad a algunas escenas en este drama. Incluso el propio actor reconoció este papel como uno de los más difíciles e interesantes en su carrera desde el realizado en It’s a wonderful life (Capra, 1946). De hecho, fue nominado con el Oscar al mejor actor, con la mala suerte de que optara Charlton Heston por la oscarizada Ben-Hur.
El resto del reparto es muy bueno. Lee Remick encarna a la mujer bella, icono sexual velado, si bien su papel le permitió dejar ver a una mujer algo más compleja que una simple cara bonita. George C. Scott estuvo brillante, nadie como él podría expresar con un solo gesto la arrogancia con tanta naturalidad, ni el enfado reprimido a la fuerza. Arthur O’Connell y Eve Arden encarnan a los fieles compañeros de viaje.
Ésta es una gran película que me encanta y cuya música, que también disfruto muchísimo, es del genial Duke Ellington, quien fue su director musical y estuvo trabajando con Otto Preminger durante el rodaje de forma que su música queda integrada en la película como un personaje más.
La recomiendo sin dudarlo. Más información en jazztk.com
12 de febrero de 2013
12 de febrero de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como película de litigios desde luego es de las más brillantes de la historia, en mi opinión podría compararse sin palidecer demasiado a obras maestras del cine de la talla de 12 hombres sin piedad. Con un enfoque diferente a la anteriormente mencionada por supuesto.
Así si 12 hombres nos habla del contenido moral del teatro de la justicia, esta película deja atrás el alma de lo que se juzga para concentrarse en plasmar magistralmente la forma que perfila la bailarina sobre el escenario que supone el cruce de acusaciones.
La picaresca, las insinuaciones y hasta las miradas tienen un significado poderoso cuando se trata de discutir la inocencia de un hombre ante un jurado. Esta película lo muestra a la perfección. Si se quiere un asiento de primera fila para una clase de retórica, sin duda este film es más que recomendable.
Pero dejando a un lado el valor, desde mi punto de vista indiscutible, de esta obra como ejemplo del funcionamiento del derecho. Cabe destacar un aspecto más morboso, el uso semisolapado que se hace de la figura de la mujer en esta película.
Así si 12 hombres nos habla del contenido moral del teatro de la justicia, esta película deja atrás el alma de lo que se juzga para concentrarse en plasmar magistralmente la forma que perfila la bailarina sobre el escenario que supone el cruce de acusaciones.
La picaresca, las insinuaciones y hasta las miradas tienen un significado poderoso cuando se trata de discutir la inocencia de un hombre ante un jurado. Esta película lo muestra a la perfección. Si se quiere un asiento de primera fila para una clase de retórica, sin duda este film es más que recomendable.
Pero dejando a un lado el valor, desde mi punto de vista indiscutible, de esta obra como ejemplo del funcionamiento del derecho. Cabe destacar un aspecto más morboso, el uso semisolapado que se hace de la figura de la mujer en esta película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A la protagonista femenina se la presenta como una mujer "vivaracha" que se "achispa" y no duda en "ir con hombres". Una chica "ligera" que parece hasta consentir el maltrato que al que su marido la somete como forma de un juego de pareja, peligroso pero merecido.
Las expresiones de horror de la actriz se entremezclan de forma natural con una actitud despreocupada en una imagen grotesca, que trae a la mente frases del tipo "a ella le va la marcha". Todo en un velado mensaje de justificación de la violencia machista que se agota en la escena final cuando el abogado coloca el tacón roto de la muñeca rota en el cubo de basura mientras su compañero sentencia "Justicia poética".
En fin señores, el retrato del papel de la mujer en esta sociedad va cambiando lenta pero inexorablemente y este tipo de películas son un testigo de lo que debemos dejar atrás por el bien de todos.
Las expresiones de horror de la actriz se entremezclan de forma natural con una actitud despreocupada en una imagen grotesca, que trae a la mente frases del tipo "a ella le va la marcha". Todo en un velado mensaje de justificación de la violencia machista que se agota en la escena final cuando el abogado coloca el tacón roto de la muñeca rota en el cubo de basura mientras su compañero sentencia "Justicia poética".
En fin señores, el retrato del papel de la mujer en esta sociedad va cambiando lenta pero inexorablemente y este tipo de películas son un testigo de lo que debemos dejar atrás por el bien de todos.
26 de agosto de 2020
26 de agosto de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amigo Otto lo borda. Todo en 'Anatomía' raya la excelencia, desde el guión hasta la fotografía, la música (el jazz de Duke Elligton encaja a la perfección ) o los títulos de inicio. No sé cuántas veces habré visto la película, pero siempre me deja la misma buena impresión, y eso es la prueba definitiva de que estamos ante una obra grandiosa.
Las interpretaciones son soberbias, destacando la bella Lee Remick y el siempre efectivo George Scott (el careo que mantienen durante el juicio es apabullante). James Stewart, por contra, siempre me irrita, no sé por qué, quizás por la forma en que coge las cosas con los dedos (el cigarro, los papeles...).
En definitiva, película imprescindible.
Las interpretaciones son soberbias, destacando la bella Lee Remick y el siempre efectivo George Scott (el careo que mantienen durante el juicio es apabullante). James Stewart, por contra, siempre me irrita, no sé por qué, quizás por la forma en que coge las cosas con los dedos (el cigarro, los papeles...).
En definitiva, película imprescindible.
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