Cold War
7.1
17,021
10 de octubre de 2018
10 de octubre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la impresionante IDA, con la que ganó el Oscar a mejor película de habla no inglesa, Pawel Pawlikowsky vuelve a la Polonia de la postguerra para contarnos una historia de amor que se entremezcla con la dura situación que atraviesan los países por los que se sucederá COLD WAR. Francia, Yugoslavia, Rusia... Viktor (Tomasz Kot) dirige a un grupo de músicos, cantantes y bailarines que viajarán por todo el país, y por el extranjero, para llevar al gran público las canciones más típicas del pueblo polaco. En el casting conocerá a una chica (Joanna Kulig), con quien comenzará una historia de amor tan turbulenta como los tiempos que corren. Pocas veces una película recrea las dos visiones del mundo en aquel momento como lo hace Cold War.
Año 1950, con la Polonia Soviética y el grupo viajando por todos los países de la zona. Viktor y sus anhelos por cruzar al otro lado del telón de acero harán que se separe de su amada. El primer acto se cierra, lleno de imágenes, sonidos, canciones y una fotografía en blanco y negro que es un escándalo. Ese amor tendrá sus idas y venidas durante el metraje, pero siempre mantendrá esa llama en los distintos puntos de encuentro. Sin embargo, la segunda parte del filme parece precipitarse a gran velocidad y puede hacer que el espectador no acabe de entender a qué se debe, sobre todo con la delicadeza con la que se trata el primer acto.
En COLD WAR la fotografía es fantástica, el final es de traca y el premio de la crítica de Cannes es más que merecido. Pero deja un poso de dudas en cuanto al montaje final precisamente por su excesiva premura por finalizar la película. Los personajes están muy bien construidos e interpretados por Joanna Kulig y Tomasz Kot, pero en ningún momento sentí empatía con ellos, ni tampoco esa necesidad de que acabaran juntos al final. Pawel Pawlikowsky nos vuelve a regalar una joya en blanco y negro que dará mucho que hablar. Atentos a los Oscars. Los que queráis cine de verdad, en mayúsculas, no tenéis más remedio que ir a verla.
Año 1950, con la Polonia Soviética y el grupo viajando por todos los países de la zona. Viktor y sus anhelos por cruzar al otro lado del telón de acero harán que se separe de su amada. El primer acto se cierra, lleno de imágenes, sonidos, canciones y una fotografía en blanco y negro que es un escándalo. Ese amor tendrá sus idas y venidas durante el metraje, pero siempre mantendrá esa llama en los distintos puntos de encuentro. Sin embargo, la segunda parte del filme parece precipitarse a gran velocidad y puede hacer que el espectador no acabe de entender a qué se debe, sobre todo con la delicadeza con la que se trata el primer acto.
En COLD WAR la fotografía es fantástica, el final es de traca y el premio de la crítica de Cannes es más que merecido. Pero deja un poso de dudas en cuanto al montaje final precisamente por su excesiva premura por finalizar la película. Los personajes están muy bien construidos e interpretados por Joanna Kulig y Tomasz Kot, pero en ningún momento sentí empatía con ellos, ni tampoco esa necesidad de que acabaran juntos al final. Pawel Pawlikowsky nos vuelve a regalar una joya en blanco y negro que dará mucho que hablar. Atentos a los Oscars. Los que queráis cine de verdad, en mayúsculas, no tenéis más remedio que ir a verla.
17 de octubre de 2018
17 de octubre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El lunes 1 de octubre tuvimos el placer de asistir a un pase de Caramel a las 10:00 en la sala 9 de los Cines Princesa de Madrid para ver una de las películas más aplaudidas de Perlas y del año: la polaca Cold war/Zimma wojna, nueva película del director de la venerada Ida que le brindó el premio a Mejor director del último Festival de Cannes. En la Polonia de los años 50, en pleno apogeo de la Guerra Fría, un director de orquesta se enamora perdidamente de una de las muchachas que canta y baila melodías populares en los números que representan por Europa. La pasión es mutua, y mantenida durante las décadas, pero sus caracteres y procedencias sociales son muy diferentes, y pese a reencontrarse una y otra vez en el tiempo su incompatibilidad les separará una y otra vez ante un convulso ecosistema. Un romántico y emotivo filme clásico, un homenaje delicado a la tradición cinematográfica polaca y a un cine ya extinto, que se regenera. Una película que, de nuevo, es un festín para los ojos, un ejercicio de primorosa realización y sublimada estética. El 4/3 en Blanco y negro nos brinda estampas muy bellas de composición medida al más mínimo detalle, con un eficaz uso de la música en escenas de baile y concierto. Todo un portento del encuadre de los planos. Contenida en su expresividad y emociones, pero entrañable, que eleva el ánimo. Una película cuya forma es tan irreprochable que es lógico que triunfe allá dónde va. Pero la fotografía y el trazo no lo puede ser todo, y el relato que está en el fondo es frío, su historia de amor no nos conmueve todo lo que debería. Y por su elección para llevar a cabo las transiciones entre escenas, no fluye con armonía. Una buena película, que duda cabe, con la garantía que suele ofrecer Cannes, y que supera levemente los éxitos de Ida. Pero tampoco la obra maestra que muchos celebran, y una obra ampliamente sobrevalorada.
16 de noviembre de 2018
16 de noviembre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha encantado, no conocía al director ni tenía ninguna referencia. Es absolutamente sorprendente, en blanco y negro acorde con los tiempos en que transcurre. La actriz está inconmensurable y los otros actores no le van a la zaga. A los amantes de la música tampoco les va a decepcionar. Muy recomendable para los amantes del cine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Transcurre en Polonia y en otros países europeos durante los años de la guerra fría.Historia de amor llena de problemas y dificultades.
23 de noviembre de 2018
23 de noviembre de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me haré el harikiri cinéfilo y diré que este film está muy sobrevalorado. Sí, tiene el mérito, que no es poco, de ser un film muy diferente a las típicas películas americanas que se estrenan en los cines y que tratan de tiros y bombas, más que de personajes sólidamente construidos. Tiene también el mérito de no sobrepasar su metraje más de la cuenta, dejando claro que el cine, si algo es, es el arte de la síntesis.
A mí el cine que me gusta es el cine construido sobre personajes sólidos, que tengan que contar algo y que se cuente en un contexto interesante, vamos que estoy hablando de John Ford o Howard Hawks; pero tampoco desdeño a los cineastas europeos, muy centrados normalmente en personajes demasiado complicados que avanzan a golpe casi de capricho ante unas desnudez argumental algunas veces notable.
Este es el caso, pero con agravantes, de esta tan increíblemente loada película. ¿Será mérito por sí mismo haberla rodado en blanco y negro? ¿Será mérito por sí mismo haberla hecho deliberadamente lenta y carente de más historias que la historia desnuda que se quiere contar? ¿Y será mérito, por último, por sí mismo esos dos personajes que se buscan y no se encuentran hasta que al final deciden hacerlo al final de la película? Y que conste que no ignoro el campo de prisioneros ni, desde el punto de vista formal, los medidos encuadres.
Yo creo que no, que no lo es. Que el film está bien, que es diferente a los morralla que nos invande ahora, pero eso no lo hace sublime. No tiene nada que ver con los films de cineastas europeos como Renoir, Visconti, Berlanga, Truffaut o Rohmer. Algo más, eso sí, con Antonioni o Godard; pues bien, me alegro por lo que lo ven como una obra cumbre del cine actual, pero yo lo veo, como una rara avis en la cartelera actual, pero muy poco más.
A mí el cine que me gusta es el cine construido sobre personajes sólidos, que tengan que contar algo y que se cuente en un contexto interesante, vamos que estoy hablando de John Ford o Howard Hawks; pero tampoco desdeño a los cineastas europeos, muy centrados normalmente en personajes demasiado complicados que avanzan a golpe casi de capricho ante unas desnudez argumental algunas veces notable.
Este es el caso, pero con agravantes, de esta tan increíblemente loada película. ¿Será mérito por sí mismo haberla rodado en blanco y negro? ¿Será mérito por sí mismo haberla hecho deliberadamente lenta y carente de más historias que la historia desnuda que se quiere contar? ¿Y será mérito, por último, por sí mismo esos dos personajes que se buscan y no se encuentran hasta que al final deciden hacerlo al final de la película? Y que conste que no ignoro el campo de prisioneros ni, desde el punto de vista formal, los medidos encuadres.
Yo creo que no, que no lo es. Que el film está bien, que es diferente a los morralla que nos invande ahora, pero eso no lo hace sublime. No tiene nada que ver con los films de cineastas europeos como Renoir, Visconti, Berlanga, Truffaut o Rohmer. Algo más, eso sí, con Antonioni o Godard; pues bien, me alegro por lo que lo ven como una obra cumbre del cine actual, pero yo lo veo, como una rara avis en la cartelera actual, pero muy poco más.
3 de febrero de 2019
3 de febrero de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ganar una gran cantidad de premios y conquistar el mundo del cine con su película anterior, ‘Ida’, el director polaco Pawel Pawlikowski retoma otra historia narrada en su Polonia natal y ambientada en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, repitiendo el registro en blanco y negro, pero con una narrativa mucho más clásica.
La historia que narra ‘Cold War’ es una de amores apasionados que transita por varias décadas, partiendo en el 1949, cuando Zula (Joanna Kulig), una joven con un pasado familiar complejo acude a una audición donde conoce a el músico Wiktor (Tomasz Kot), quien es uno de los que selecciona a los nuevos talentos, con la idea de armar un ensamble de canto, música y danza que sea representativo de la actualidad polaca.
Ambos recorren el territorio polaco mientras nace entre ellos un amor secreto y pasional, hasta que Wiktor le propone huir al estar en Berlín ya en los años 50, ella no acude a la cita y el parte solo a París, con el paso de los años habrá encuentros y desencuentros, amor y desamor, con el telón de fondo de la guerra fría.
Con algunas características formales en común con su película anterior, como el refinado blanco y negro, la pantalla cuadrada y la época en que sucede la historia, ‘Cold War’ es una película narrada a la manera del cine clásico hollywoodense, un tanto menos arriesgada en su forma, lo que es notable en sus encuadres, todos de una belleza atrapante.
El relato transita por diferentes momentos y lugares, lo que le permite a Pawlikowski mostrar la situación política de Polonia en esa época, y en general del bloque soviético, así como su contracara cuando la acción se sitúa en París, donde se generan ciertas referencias a películas clásicas como ‘Casablanca’.
Pawlokowski consigue una vez más una película fascinante y de una belleza notable, visualmente poderosa y narrada con virtuosismo, con una arrebatada historia de amor, compleja e impulsiva, como todas las buenas historias de amor.
https://tantocine.com/guerra-fria-de-pawel-pawlikowski/
La historia que narra ‘Cold War’ es una de amores apasionados que transita por varias décadas, partiendo en el 1949, cuando Zula (Joanna Kulig), una joven con un pasado familiar complejo acude a una audición donde conoce a el músico Wiktor (Tomasz Kot), quien es uno de los que selecciona a los nuevos talentos, con la idea de armar un ensamble de canto, música y danza que sea representativo de la actualidad polaca.
Ambos recorren el territorio polaco mientras nace entre ellos un amor secreto y pasional, hasta que Wiktor le propone huir al estar en Berlín ya en los años 50, ella no acude a la cita y el parte solo a París, con el paso de los años habrá encuentros y desencuentros, amor y desamor, con el telón de fondo de la guerra fría.
Con algunas características formales en común con su película anterior, como el refinado blanco y negro, la pantalla cuadrada y la época en que sucede la historia, ‘Cold War’ es una película narrada a la manera del cine clásico hollywoodense, un tanto menos arriesgada en su forma, lo que es notable en sus encuadres, todos de una belleza atrapante.
El relato transita por diferentes momentos y lugares, lo que le permite a Pawlikowski mostrar la situación política de Polonia en esa época, y en general del bloque soviético, así como su contracara cuando la acción se sitúa en París, donde se generan ciertas referencias a películas clásicas como ‘Casablanca’.
Pawlokowski consigue una vez más una película fascinante y de una belleza notable, visualmente poderosa y narrada con virtuosismo, con una arrebatada historia de amor, compleja e impulsiva, como todas las buenas historias de amor.
https://tantocine.com/guerra-fria-de-pawel-pawlikowski/
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