Clerks
7.4
56,181
15 de diciembre de 2010
15 de diciembre de 2010
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Interesante si la concebimos desde la óptica del realismo socio: actitud anticonvencional, miseria, comportamiento rebelde ante la sociedad, frustraciones, resignaciones... También aporta un humor surrealista a tener en cuenta.
Los diálogos son especialmente ágiles. Las interpretaciones muy naturales y con cierto ambiente de cotidianidad.
El guión logra alienar al espectador con facilidad , aunque no llega a emocionarlo
Los diálogos son especialmente ágiles. Las interpretaciones muy naturales y con cierto ambiente de cotidianidad.
El guión logra alienar al espectador con facilidad , aunque no llega a emocionarlo
29 de mayo de 2014
29 de mayo de 2014
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Habia recibido grandes comentarios de esta película. En primer lugar, aclarar que me parece sobrevalorada. Esta bien, es cierto que a pesar del bajo presupuesto y que sea de corte independiente y haya logrado un éxito inesperado. Ese "éxito" a veces tienden a "engrandecer" a los directores, pero en varios casos en solo una cuestión de dinero y no por la trascendencia de la película.
Clerks resulta ser (a lo mejor me equivoco) el inicio de los teen movies o films de adolescentes, de lo que más adelante seria american pie, etc.. Es cierto que hay escenas muy divertidas, verdaderamente hay partes graciosas, y la particularidad en la puesta en escena, el mismo hecho de ser en blanco y negro le da un valor agregado. al igual que el soundtrack. Pero no resulta ser una comedia de pies a cabeza, simplemente no hay forma que lo llegue a ser. Kevin Smith crea conversaciones pseudo - intelectuales que hacen reflexionar como reír por lo absurdo que son y se llega a demostrar en sus siguientes películas.
Clerks resulta ser (a lo mejor me equivoco) el inicio de los teen movies o films de adolescentes, de lo que más adelante seria american pie, etc.. Es cierto que hay escenas muy divertidas, verdaderamente hay partes graciosas, y la particularidad en la puesta en escena, el mismo hecho de ser en blanco y negro le da un valor agregado. al igual que el soundtrack. Pero no resulta ser una comedia de pies a cabeza, simplemente no hay forma que lo llegue a ser. Kevin Smith crea conversaciones pseudo - intelectuales que hacen reflexionar como reír por lo absurdo que son y se llega a demostrar en sus siguientes películas.
26 de octubre de 2014
26 de octubre de 2014
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"Clerks" es, sin duda, la máxima expresión del cine de diálogos, de todos los tiempos.
Que sí, que sí, que esta peli no supuso desembolso alguno, ni técnica ni artísticamente, y que aún así logró conectar con el público y vender y bla, bla, bla, y todo eso... que sí. Pero lo más especial de esta obra reside en que es de las pocas de bajo presupuesto que dispone, sin lugar a discusión, de un amplio y reconocible valor artístico y cultural; o, dicho de otro modo, es de las pocas pelis que, siendo de bajísimo presupuesto, tiene un huevo de curro detrás.
El señor Smith abre aquí las puertas de su personal templo, dando vida a lo que hoy reconocemos como su estilo propio de filmación: el relato y desarrollo de sus ideas argumentales a través de simples CONVERSACIONES entre variopintos personajes, cuya planificación y organización dotan a sus pelis de un ritmo tan activo como especial. El señor Smith demuestra que, para ser un buen cineasta, también vale con empezar siendo un buen escritor; en ese sentido, para el que lo ignorara, informo de que este genio también escribe prosa y comics.
Lo más guapo de sus guiones, con extremo valor en esta ópera prima, es el hecho de que Smith sabe utilizar (y utiliza) todos los "idiomas" más representativos de la gente joven; en todo tipo de estratos sociales, intereses culturales o, incluso, diferentes generaciones. Firma estos jugosos diálogos con interpretaciones que saben responder a la perfección a todos estos "idiomas", y esto no es decir poco, para una época en la que la dirección cinematográfica suele basarse en aprender y enseñar a "pelear" o "combatir", ¿no crees?.
Para rematar la jugada, piensa esto: hasta qué punto no serán efectivos, entretenidos y jodidamente buenos sus guiones; que, sin disponer de pretenciosas metáforas visuales, efectos especiales realistas o argumentos de ficción elaborada, solamente apoyándose en el bastón de sus diálogos e interpretaciones; logran ganarse, sin mucha dificultad, a un público de ciertas edades, al que normalmente le cuesta tragar más de cinco frases seguidas sin un trago intermedio de refrescante acción visual...
Por tu madre, si no has visto "Clerks", ¡zumba que estás tardando!
Que sí, que sí, que esta peli no supuso desembolso alguno, ni técnica ni artísticamente, y que aún así logró conectar con el público y vender y bla, bla, bla, y todo eso... que sí. Pero lo más especial de esta obra reside en que es de las pocas de bajo presupuesto que dispone, sin lugar a discusión, de un amplio y reconocible valor artístico y cultural; o, dicho de otro modo, es de las pocas pelis que, siendo de bajísimo presupuesto, tiene un huevo de curro detrás.
El señor Smith abre aquí las puertas de su personal templo, dando vida a lo que hoy reconocemos como su estilo propio de filmación: el relato y desarrollo de sus ideas argumentales a través de simples CONVERSACIONES entre variopintos personajes, cuya planificación y organización dotan a sus pelis de un ritmo tan activo como especial. El señor Smith demuestra que, para ser un buen cineasta, también vale con empezar siendo un buen escritor; en ese sentido, para el que lo ignorara, informo de que este genio también escribe prosa y comics.
Lo más guapo de sus guiones, con extremo valor en esta ópera prima, es el hecho de que Smith sabe utilizar (y utiliza) todos los "idiomas" más representativos de la gente joven; en todo tipo de estratos sociales, intereses culturales o, incluso, diferentes generaciones. Firma estos jugosos diálogos con interpretaciones que saben responder a la perfección a todos estos "idiomas", y esto no es decir poco, para una época en la que la dirección cinematográfica suele basarse en aprender y enseñar a "pelear" o "combatir", ¿no crees?.
Para rematar la jugada, piensa esto: hasta qué punto no serán efectivos, entretenidos y jodidamente buenos sus guiones; que, sin disponer de pretenciosas metáforas visuales, efectos especiales realistas o argumentos de ficción elaborada, solamente apoyándose en el bastón de sus diálogos e interpretaciones; logran ganarse, sin mucha dificultad, a un público de ciertas edades, al que normalmente le cuesta tragar más de cinco frases seguidas sin un trago intermedio de refrescante acción visual...
Por tu madre, si no has visto "Clerks", ¡zumba que estás tardando!
16 de febrero de 2015
16 de febrero de 2015
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Clerks es una comedia de culto. Un título de cine independiente indispensable para los amantes del género cómico.
Kevin Smith debuta con Clerks aferrándose a un presupuesto ligeramente superior a los 27.000 dólares obtenidos de la venta de su colección de historietas, de sus ahorros para la universidad y del seguro del coche de Jason Mewes entre otras cosas. Smith engancha desde el primer momento al público con diálogos tan explícitos y barriobajeros como sinceros y cercanos. En la verborrea de los personajes reside un alto porcentaje del éxito de Clerks, que encuentra en los careos una inagotable fuente de sabiduría, debate y diversión. Los personajes principales representan a polos opuestos que se unen desde perfiles similares y en ese choque entre lo que la personalidad muestra y el fondo esconde está la magia. El director y guionista hace que el ingenio de cada respuesta haga que no te cuestiones la pregunta y que, al final, te limites simplemente a disfrutar de las palabras escupidas a borbotones por los personajes y que entiendas que, pese a ser delirantes en muchos casos, sus razonamientos obedecen a una lógica incuestionable dentro del frasco físico en el que se encuentran. Para entendernos, podríamos decir que toda la mierda que se escupe en Clerks es verdad, aunque te joda reconocerlo porque tienes miedo de que te acusen de pirado.
Brian O'Halloran protagoniza la película con un trabajo excelente que funciona mejor cuando se encuentra junto a Jeff Anderson, que es el detonante de todas y cada una de las cargas de dinamita que esconde bajo su rutina el personaje principal. El conjunto de ambos personajes, llevado a buen puerto por dos interpretaciones brillantes, es la base de Clerks. Marilyn Ghigliotti está bastante correcta dentro de la curiosa lógica que mueve a su personaje, algo que no puede aplicarse a Lisa Spoonauer, que es la más floja, sin duda, entre el reparto, resultando poco creíble en su corto espacio en pantalla. Jason Mewes y Kevin Smith interpretan a los ya célebres Jay y Bob el Silencioso y, simplemente haciendo de aquello que tanto les divierte, resultan colarse en tu memoria desde el primer momento en que aparecen.
Resumiendo: Clerks es un fantástico debut de un director con chispa e inventiva que siempre ha sabido colar, a lo largo de su carrera, su sello personal en sus películas. Los diálogos controvertidos, las interesantes conversaciones sobre nada, los razonamientos incuestionables sobre cosas irrelevantes y las situaciones de amor caóticas son cosas que están mejor cuando las lleva entre manos Kevin Smith.
Kevin Smith debuta con Clerks aferrándose a un presupuesto ligeramente superior a los 27.000 dólares obtenidos de la venta de su colección de historietas, de sus ahorros para la universidad y del seguro del coche de Jason Mewes entre otras cosas. Smith engancha desde el primer momento al público con diálogos tan explícitos y barriobajeros como sinceros y cercanos. En la verborrea de los personajes reside un alto porcentaje del éxito de Clerks, que encuentra en los careos una inagotable fuente de sabiduría, debate y diversión. Los personajes principales representan a polos opuestos que se unen desde perfiles similares y en ese choque entre lo que la personalidad muestra y el fondo esconde está la magia. El director y guionista hace que el ingenio de cada respuesta haga que no te cuestiones la pregunta y que, al final, te limites simplemente a disfrutar de las palabras escupidas a borbotones por los personajes y que entiendas que, pese a ser delirantes en muchos casos, sus razonamientos obedecen a una lógica incuestionable dentro del frasco físico en el que se encuentran. Para entendernos, podríamos decir que toda la mierda que se escupe en Clerks es verdad, aunque te joda reconocerlo porque tienes miedo de que te acusen de pirado.
Brian O'Halloran protagoniza la película con un trabajo excelente que funciona mejor cuando se encuentra junto a Jeff Anderson, que es el detonante de todas y cada una de las cargas de dinamita que esconde bajo su rutina el personaje principal. El conjunto de ambos personajes, llevado a buen puerto por dos interpretaciones brillantes, es la base de Clerks. Marilyn Ghigliotti está bastante correcta dentro de la curiosa lógica que mueve a su personaje, algo que no puede aplicarse a Lisa Spoonauer, que es la más floja, sin duda, entre el reparto, resultando poco creíble en su corto espacio en pantalla. Jason Mewes y Kevin Smith interpretan a los ya célebres Jay y Bob el Silencioso y, simplemente haciendo de aquello que tanto les divierte, resultan colarse en tu memoria desde el primer momento en que aparecen.
Resumiendo: Clerks es un fantástico debut de un director con chispa e inventiva que siempre ha sabido colar, a lo largo de su carrera, su sello personal en sus películas. Los diálogos controvertidos, las interesantes conversaciones sobre nada, los razonamientos incuestionables sobre cosas irrelevantes y las situaciones de amor caóticas son cosas que están mejor cuando las lleva entre manos Kevin Smith.
30 de enero de 2016
30 de enero de 2016
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La llegada de Kevin Smith a la industria cinematográfica constituyó un soplo de aire fresco con su cine canalla, sus diálogos brillantes y su talento gamberro. Pocos podían pensar que una película en blanco y negro y con ese ritmo premeditadamente lento, podría desembocar en una de las películas mas divertidas de la década de lo 90.
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