Naranja mecánica
1971 

8.2
170,637
Drama. Ciencia ficción
Gran Bretaña, en un futuro indeterminado. Alex (Malcolm McDowell) es un joven muy agresivo que tiene dos pasiones: la violencia desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los drugos, que dan rienda suelta a sus instintos más salvajes apaleando, violando y aterrorizando a la población. Cuando esa escalada de terror llega hasta el asesinato, Alex es detenido y, en prisión, se someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de ... [+]
7 de noviembre de 2013
7 de noviembre de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una naranja mecánica es un oxímoron, al igual que un hombre que es bueno a la fuerza. La película desarrolla esta paradoja ilustrando cómo la moral burguesa y la represión estatal conspiran en la mecanización del hombre. La violencia, cuyas causas no importan pero cuyos efectos tan desesperadamente se intentan eliminar, es erradicada gracias a la técnica científica: la razón instrumental al servicio de la domesticación y dominación de la masa. A cambio, se pierde no sólo la libertad sino también la capacidad de defenderse.
Cuando Kubrick adapta una novela a formato cinematográfico sucede algo curioso: la película termina por adquirir una autonomía que posibilita una consideración independiente del libro. ‘La naranja mecánica’ de Burgess y la de Kubrick son cosas bien distintas. No sólo porque el moralismo del primero está ausente en el último, sino porque la película supone para el cine una expresión inigualable de estilo (y no puede decirse que el libro haga lo mismo en el campo literario).
El cine de Kubrick –y no sólo de Kubrick- pareciera tener la peculiar característica de devolver al espectador, a modo de espejo, lo que éste espera encontrar. Véanlo como un manifiesto político, como un ejercicio de estilo, como una reflexión filosófica, como una radiografía social o con los dos dedos de frente necesarios para ver más allá de la mera sucesión de imágenes y descubrirán un torrente de ideas e intuiciones muy ricas. Pero si se ve desde un punto de vista que sigue la lógica que equipara el cine con el entretenimiento, entonces el resultado es forzosamente decepcionante. Si lo que se desea es un escape de las preocupaciones cotidianas ahí están las películas con Jennifer Aniston y Ashton Kutcher, pero la obra de Kubrick tiene otro espíritu. Es cine, hablando en serio.
Cuando Kubrick adapta una novela a formato cinematográfico sucede algo curioso: la película termina por adquirir una autonomía que posibilita una consideración independiente del libro. ‘La naranja mecánica’ de Burgess y la de Kubrick son cosas bien distintas. No sólo porque el moralismo del primero está ausente en el último, sino porque la película supone para el cine una expresión inigualable de estilo (y no puede decirse que el libro haga lo mismo en el campo literario).
El cine de Kubrick –y no sólo de Kubrick- pareciera tener la peculiar característica de devolver al espectador, a modo de espejo, lo que éste espera encontrar. Véanlo como un manifiesto político, como un ejercicio de estilo, como una reflexión filosófica, como una radiografía social o con los dos dedos de frente necesarios para ver más allá de la mera sucesión de imágenes y descubrirán un torrente de ideas e intuiciones muy ricas. Pero si se ve desde un punto de vista que sigue la lógica que equipara el cine con el entretenimiento, entonces el resultado es forzosamente decepcionante. Si lo que se desea es un escape de las preocupaciones cotidianas ahí están las películas con Jennifer Aniston y Ashton Kutcher, pero la obra de Kubrick tiene otro espíritu. Es cine, hablando en serio.
26 de marzo de 2016
26 de marzo de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stanley Kubrick dirige la mejor película que se ha rodado sobre la ética. Gente buena, gente mala, gente que aparenta ser buena y es mala, gente que aparenta ser mala y es buena, gente buena que hace el mal, gente mala que hace el bien, gente mala obligada a hacer el bien y gente buena obligada a hacer el mal. Cualquier postura ética se ve representada a lo largo de esta película, y es acompañada, por supuesto, por la estética de Alex, que ha pasado a la historia. Su único defecto –exceptuando quizás la censura, pero no es culpa del reparto que no se puedan mostrar en el cine escenas tan crudas como las del libro- es que Kubrick adaptara una edición defectuosa de la novela de Burgess, a la que le faltaba el último capítulo. Si alguien ha leído el libro, sabrá que el último capítulo pega un giro de guión enorme a toda la historia, y lo finaliza con un broche de oro. Si este capítulo hubiese sido adaptado, la película sería aún más buena. Y ya es decir.
27 de septiembre de 2007
27 de septiembre de 2007
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película muestra algo muy criticado por todos: la sociedad. Si bien en un comienzo uno siente algo de apatía por el protagonista (y lo catalogamos de loco) a medida que transcurre la película y vemos como la sociedad lo va absorbiendo y haciendo de las suyas con la gente(en especial con él) el protagonista pasa de victimario a victima, incluso sintiendo algo de pena por él.
Ademas intenta dar una moraleja de nuestra propia sociedad y como las carencias en esta repercute en otros.
Solo se me viene una frase al ver esta película: "Hierba mala nunca muere"
Ademas intenta dar una moraleja de nuestra propia sociedad y como las carencias en esta repercute en otros.
Solo se me viene una frase al ver esta película: "Hierba mala nunca muere"
17 de diciembre de 2008
17 de diciembre de 2008
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, al igual que a Alex, me ha condicionado a no poder despegar de la pantalla mis ojos desde que la veo en cualquier canal de televisión, ordenador o lo que sea. Es algo casi hipnótico: la primera nota de la primera melodía que suena mientras en la pantalla no se ve más que un cuadro naranja, las andanzas de un grupo de malhechores juveniles acompañado todo por la música del gran "Ludwing Van", la "reconversión", etc.
El caso es que, además de ser para mí uno de los mejores montajes fotográficos que pueda haber visto en una película (ese ambiente pseudofuturista-clásico-suburbano, simbología, arte, vestuarios, escenarios interiores) es una película cargada por todos lados de mensajes. Desde el alegato sobre la sociedad y el ser humano del vagabundo del principio, hasta la reorientación que "sufre" Alex, con todos los comentarios y tintes psicológicos y morales que trae consigo (que con seguridad ya habrán sido nombrados).
En fin, que para mí no hay absolutamente nada que desperdiciar de esta película, y sin querer meterme a hacer valoraciones psicológicas que alargen la crítica, digo que es una de mis películas favoritas, de esas que entran con dureza, pero que luego te das cuenta que hay muchísimo detrás, tanto como para llegar a pensar que nunca se llegará a exprimir del todo.
Así que aquí me presento, como un "orangután mecánico" (como se debería haber llamado la novela, y por consiguiente, la cinta), condicionado y embobado por un artista del cine llamado Stanley Kubrick, y con una obra maestra que, espero, perdure en la eternidad. (9,3[9]/10)
El caso es que, además de ser para mí uno de los mejores montajes fotográficos que pueda haber visto en una película (ese ambiente pseudofuturista-clásico-suburbano, simbología, arte, vestuarios, escenarios interiores) es una película cargada por todos lados de mensajes. Desde el alegato sobre la sociedad y el ser humano del vagabundo del principio, hasta la reorientación que "sufre" Alex, con todos los comentarios y tintes psicológicos y morales que trae consigo (que con seguridad ya habrán sido nombrados).
En fin, que para mí no hay absolutamente nada que desperdiciar de esta película, y sin querer meterme a hacer valoraciones psicológicas que alargen la crítica, digo que es una de mis películas favoritas, de esas que entran con dureza, pero que luego te das cuenta que hay muchísimo detrás, tanto como para llegar a pensar que nunca se llegará a exprimir del todo.
Así que aquí me presento, como un "orangután mecánico" (como se debería haber llamado la novela, y por consiguiente, la cinta), condicionado y embobado por un artista del cine llamado Stanley Kubrick, y con una obra maestra que, espero, perdure en la eternidad. (9,3[9]/10)
14 de octubre de 2009
14 de octubre de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen que la película está cargada de violencia gratuita. Claro que lo está. El narrador de la película es Alex, nos muestra las cosas según él las ve y sin tratar de darnos una explicación de los hechos ni pedir compasión, simplemente los cuenta tal cual fueron.
Por eso es violenta en imágenes, ángulos y contrastes de la música; todos aspectos que muestran el caótico y confuso mundo de Alex. Por eso mucha gente no la entiende y cree que se muestra violencia sin motivo o por simple morbo.
En la saga de Saw si que se puede ver lo que es violencia gratuita, como cada película es más violenta con el único objetivo de vender más.
La Naranja Mecánica es una gran película porque está magistralmente llevada a cabo pero hay que entenderla.
Por eso es violenta en imágenes, ángulos y contrastes de la música; todos aspectos que muestran el caótico y confuso mundo de Alex. Por eso mucha gente no la entiende y cree que se muestra violencia sin motivo o por simple morbo.
En la saga de Saw si que se puede ver lo que es violencia gratuita, como cada película es más violenta con el único objetivo de vender más.
La Naranja Mecánica es una gran película porque está magistralmente llevada a cabo pero hay que entenderla.
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