No habrá paz para los malvados
2011 

6.0
40,898
Thriller
Madrid, principios del siglo XXI. Un día, el inspector de policía Santos Trinidad, volviendo a casa muy borracho, se ve involucrado en un triple asesinato. Pero hay un testigo que consigue escapar y que podría incriminarlo. Santos emprende una investigación destinada a localizar y a eliminar al testigo. Mientras tanto, la juez Chacón, encargada de la investigación del triple crimen, avanza meticulosamente en la búsqueda del asesino ... [+]
24 de febrero de 2012
24 de febrero de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No habrá paz para los malvados es una de las pocas películas de cine negro que podemos contar en nuestra filmografía y que culmina una interesante trilogía de Enrique Urbizo después de "La vida Mancha"y "La caja 507" todas protagonizadas por un José Coronado, que sin ser ni mucho menos uno de mis actores favoritos, es justo reconocer su gran labor en dichas películas; centrándonos ya en en esta película, la historia se resume en una trama de corrupción policial, drogas y terrorismo islámico ambientada en la capital de España; comentar que está construida gracias a un buén guión del propio Urbizu y Michel Gaztambide y un fantástico diseño artístico que recrea a la perfección los bajos fondos de la periferia madrileña, además del buén hacer de José Coronado, como ya he comentado anteriormente, y de Helena Miquel; como puntos negativos señalar que le falta quizás un poco de más ritmo y algo más de acción, algo de más cinismo y maldad en Santos Trinidad (Jose Coronado), y un mayor protagonismo en la trama de los dos policias interpretados por Rodolfo Sancho y Juanjo Artero; también nos encontramos con un momento de confusión en la propia trama y el giro de la misma; gran acierto sin embargo el nombre del protagonista "Santos Trinidad", una metáfora de lo que acontecerá en el transcurso de la película; recomendaría esta película ya que a pesar de no estar bién rematada en algunos aspectos y que si no fuera por esto estaría bastante cerca de grandes clásicos del cine negro norteamericano, goza de unos buenos mimbres y debe animar a otros directores y al propio Urbizo en continuar con esta linea de cine que por desgracia brilla por su ausencia en nuestro país y que sin embargo goza de una buena aceptación por parte del público.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Las dos heridas de arma blanca (la última que le provoca la muerte) se antojan repetitivas.
4 de marzo de 2012
4 de marzo de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una tremenda decepción es lo que me ha supuesto esta película del director de La caja 507.
No es, ni mucho menos lo que la mayoría de la gente se espera viendo el trailer (ya ves, los únicos tiros aparecen ahí...). Pero tampoco hay que tirarle piedras. Es mejor, por ejemplo, que La piel que habito, también candidata a tropecientos Goyas.
La película tiene un importante hilo conductor con nombre y apellido: Santos Trinidad, un personaje que hará eco si es que no lo ha hecho ya en el cine español. También posee una historia poco común en nuestras películas que se va construyendo poco a poco, pero el ritmo lento baja enteros la calidad final de un producto que podía haber sido mil veces mejor teniendo en cuenta el director y el reparto. En el cine americano siempre maldecimos que nos traten como tontos explicando todo de arriba a abajo. En esta película nos quedamos con las ganas de que nos expliquen un poco más.
Lo mejor:
- José Coronado, aunque le he visto mejor.
- Un sonido realista (el único Goya merecido).
- Algunos planos de poderío visual, como el del espejo del principio.
Lo peor:
- Una mezcla no muy equilibrada entre un cine de acción e investigación con uno en el que hay pocos diálogos y la importancia reside en el plano en sí. Una mezcla fallida.
- El hecho de no enterarme de nada no porque el guión sea confuso, si no porque los actores NO VOCALIZAN las palabras. Yo pensaba que esto ya estaba superado.
- Se ha desechado el poderoso tema principal de la banda sonora, y seguro que algunos más ya que la mitad de la película no tiene música alguna. Eso siempre baja mucho el ritmo.
No es, ni mucho menos lo que la mayoría de la gente se espera viendo el trailer (ya ves, los únicos tiros aparecen ahí...). Pero tampoco hay que tirarle piedras. Es mejor, por ejemplo, que La piel que habito, también candidata a tropecientos Goyas.
La película tiene un importante hilo conductor con nombre y apellido: Santos Trinidad, un personaje que hará eco si es que no lo ha hecho ya en el cine español. También posee una historia poco común en nuestras películas que se va construyendo poco a poco, pero el ritmo lento baja enteros la calidad final de un producto que podía haber sido mil veces mejor teniendo en cuenta el director y el reparto. En el cine americano siempre maldecimos que nos traten como tontos explicando todo de arriba a abajo. En esta película nos quedamos con las ganas de que nos expliquen un poco más.
Lo mejor:
- José Coronado, aunque le he visto mejor.
- Un sonido realista (el único Goya merecido).
- Algunos planos de poderío visual, como el del espejo del principio.
Lo peor:
- Una mezcla no muy equilibrada entre un cine de acción e investigación con uno en el que hay pocos diálogos y la importancia reside en el plano en sí. Una mezcla fallida.
- El hecho de no enterarme de nada no porque el guión sea confuso, si no porque los actores NO VOCALIZAN las palabras. Yo pensaba que esto ya estaba superado.
- Se ha desechado el poderoso tema principal de la banda sonora, y seguro que algunos más ya que la mitad de la película no tiene música alguna. Eso siempre baja mucho el ritmo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Acojonantes los planos finales de Santos muerto y los extintores. ¿Qué pasaría después?
30 de abril de 2012
30 de abril de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quisiera explicarme bien con esta peli porque quiero ser justo con la llamada industria española...
Lo primero: Estamos ante lo que yo denomino una peli que cubre mis expectativas, es decir, no lo podría calificar como un incunable, pero cuando acaba no me quedo con la sensación de haber perdido dos horas de mi vida.
Lo segundo: Horrible gestión de la publicidad de la peli... Ver el trailer y luego ver la peli, me ha recordado a esa típica escena en la que estas de vacaciones en un lugar turístico y entras a un restaurante por la pinta que tienen los platos en la carta y luego te das una bofetada de realidad por la chavacanería de los mismo. Típica picaresca española... para mal (creo que funciona mucho mejor un buen boca-oreja que es un trailer mentiroso).
Lo tercero: Hay que ser justos, si esta cinta tuviera una firma yankee es probable que la mirasemos con otros ojos (es la eterna lucha del cine español contra lo de fuera).
Y cuarto y más importante: Ojo, como se baja los cubatas el amigo Coronado. CHAPEAU
Lo primero: Estamos ante lo que yo denomino una peli que cubre mis expectativas, es decir, no lo podría calificar como un incunable, pero cuando acaba no me quedo con la sensación de haber perdido dos horas de mi vida.
Lo segundo: Horrible gestión de la publicidad de la peli... Ver el trailer y luego ver la peli, me ha recordado a esa típica escena en la que estas de vacaciones en un lugar turístico y entras a un restaurante por la pinta que tienen los platos en la carta y luego te das una bofetada de realidad por la chavacanería de los mismo. Típica picaresca española... para mal (creo que funciona mucho mejor un buen boca-oreja que es un trailer mentiroso).
Lo tercero: Hay que ser justos, si esta cinta tuviera una firma yankee es probable que la mirasemos con otros ojos (es la eterna lucha del cine español contra lo de fuera).
Y cuarto y más importante: Ojo, como se baja los cubatas el amigo Coronado. CHAPEAU
17 de abril de 2014
17 de abril de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un thriller fibroso y áspero, repleto de sugerencias y reflexiones sobre un nihilismo poético, difíciles de encontrar en el cine actual, y mucho más difícil en el actual cine español. Lo que me ha impresionado no es la historia, sino cómo la cuenta Urbizu, la puesta en escena, por ejemplo: tras asesinar a tres hampones colombianos y una camarera en un puticlub del extrarradio de Madrid, el inspector de policía Santos Trinidad (inmenso, José Coronado), descansa en su apartamento, en un sillón con mirada ausente, mientras sujeta con un solo dedo, suspendiéndolo en el aire, el revólver con el que ha perpetrado la matanza. Un lento “travelling” desde detrás de la butaca se centra en la fisonomía del arma, inactiva, como esperando de nuevo el momento para matar. El revólver es un símbolo que define a su dueño más allá de la acción, está vinculado a su turbio pasado como miembro de una unidad de operaciones especiales.
Porque lo importante es su arma, es la prolongación de él mismo, de su turbia realidad interior. Es el instrumento que utiliza para impartir “su particular justicia”, sobre los perversos, sobre el vicio, la inmoralidad, sobre la justicia y el castigo, es la encarnación de una exigencia, de una obsesión, pues necesita expiar sus pecados él solo, a la manera de un pistolero del Oeste. Santos Trinidad es la antítesis del buen policía, alcohólico, putero, indisciplinado y camorrista, aunque posee una moral: la del hombre de acción, que le empuja a hacer lo que es su deber, un justiciero de la ciudad. Es decir, a combatir la violencia con la violencia a fin de restablecer una “justicia natural”, cuya profundidad y honestidad están muy por encima de las deficientes leyes humanas. Su moral autodestructiva comporta la reivindicación del heroísmo, con sus inevitables dosis de atropello, azar, valor y riesgo gratuito.
En este sentido, las sombrías andanzas de Santos, su descarnada brutalidad a la hora de interrogar confidentes y rufianes, su odio racista hacia colombianos y moros, su pasmosa eficiencia a la hora de avanzar en sus pesquisas de lobo solitario, contrasta con la inoperante pulcritud de las indagaciones que comanda la jueza Chacón, una burócrata sin alma, entregada a su trabajo y desconocedora de las cloacas del Sistema. “No habrá paz…” nos recuerda a la literatura negra, consciente de su necesidad de hacer un trabajo crítico apoyándose en un enfoque de la conducta psicológica. Enrique Urbizu filma las acciones casi sin explicación, aunque con sentido; comprendemos en general, pero a veces no lo suficientemente, puesto que el cineasta vasco crea constantemente acciones sin diálogo: lo importante son las sensaciones, lo más viscerales posibles, proyecta su historia, por medio de una colección de imágenes que describen su forma de entender la serie negra.
Un mundo violento, degradado y nauseabundo, en el que el protagonista agota su último aliento mientras contempla toda esa abyección que el moralismo es incapaz de domesticar… Hace falta ser un gran creador, un gran artista para lograr tal grado de sofisticación estética y filosófica. ¿Y cómo lo consigue?, pues con una narrativa que se construye a partir de una puesta en escena como indiqué al principio, que da significado, profundidad, a la historia que cuenta única y exclusivamente en imágenes. Los actores en manos de Urbizu se convierten en personajes que rompen con la imagen preestablecida que el espectador tiene de ellos, todos están verosímiles y perfectos, eso sólo lo consigue un gran cineasta.
Porque lo importante es su arma, es la prolongación de él mismo, de su turbia realidad interior. Es el instrumento que utiliza para impartir “su particular justicia”, sobre los perversos, sobre el vicio, la inmoralidad, sobre la justicia y el castigo, es la encarnación de una exigencia, de una obsesión, pues necesita expiar sus pecados él solo, a la manera de un pistolero del Oeste. Santos Trinidad es la antítesis del buen policía, alcohólico, putero, indisciplinado y camorrista, aunque posee una moral: la del hombre de acción, que le empuja a hacer lo que es su deber, un justiciero de la ciudad. Es decir, a combatir la violencia con la violencia a fin de restablecer una “justicia natural”, cuya profundidad y honestidad están muy por encima de las deficientes leyes humanas. Su moral autodestructiva comporta la reivindicación del heroísmo, con sus inevitables dosis de atropello, azar, valor y riesgo gratuito.
En este sentido, las sombrías andanzas de Santos, su descarnada brutalidad a la hora de interrogar confidentes y rufianes, su odio racista hacia colombianos y moros, su pasmosa eficiencia a la hora de avanzar en sus pesquisas de lobo solitario, contrasta con la inoperante pulcritud de las indagaciones que comanda la jueza Chacón, una burócrata sin alma, entregada a su trabajo y desconocedora de las cloacas del Sistema. “No habrá paz…” nos recuerda a la literatura negra, consciente de su necesidad de hacer un trabajo crítico apoyándose en un enfoque de la conducta psicológica. Enrique Urbizu filma las acciones casi sin explicación, aunque con sentido; comprendemos en general, pero a veces no lo suficientemente, puesto que el cineasta vasco crea constantemente acciones sin diálogo: lo importante son las sensaciones, lo más viscerales posibles, proyecta su historia, por medio de una colección de imágenes que describen su forma de entender la serie negra.
Un mundo violento, degradado y nauseabundo, en el que el protagonista agota su último aliento mientras contempla toda esa abyección que el moralismo es incapaz de domesticar… Hace falta ser un gran creador, un gran artista para lograr tal grado de sofisticación estética y filosófica. ¿Y cómo lo consigue?, pues con una narrativa que se construye a partir de una puesta en escena como indiqué al principio, que da significado, profundidad, a la historia que cuenta única y exclusivamente en imágenes. Los actores en manos de Urbizu se convierten en personajes que rompen con la imagen preestablecida que el espectador tiene de ellos, todos están verosímiles y perfectos, eso sólo lo consigue un gran cineasta.
25 de septiembre de 2011
25 de septiembre de 2011
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, iba con grandes expectativas a ver esta peli. Un montón de publi de Tele 5, buenas críticas, San Sebastián.- Y además la peli de Enrique Urbizu, Todo por la pasta, me pareció un peliculón.-
El principio es lo único que me gusta. Después es una investigación que el espectador no entiende, José Coronado habla poco y no sabes ni lo que esta haciendo, no tiene ritmo te aburres, y piensas, cuando lo estas viendo más vale que tenga un final satisfactorio, pues no, pasan de una trama de droga o no se que de terrorismo musulmán, personajes secundarios que están ahí y ya esta, porque no aportan nada.-
Me fui del cine, porque pague la pasta, maldiciendo en varios idiomas pero básicamente quería decir que, porque c+++s habré venido a ver una peli española.-
Lo curioso es que los españoles siempre estamos esperando ver una buena película española, y cuando nos enteramos que hay una peli española que puede estar bien, vamos de cabeza, confiamos en nuestros directores y actores, y entonces te llevas el chasco.-
El principio es lo único que me gusta. Después es una investigación que el espectador no entiende, José Coronado habla poco y no sabes ni lo que esta haciendo, no tiene ritmo te aburres, y piensas, cuando lo estas viendo más vale que tenga un final satisfactorio, pues no, pasan de una trama de droga o no se que de terrorismo musulmán, personajes secundarios que están ahí y ya esta, porque no aportan nada.-
Me fui del cine, porque pague la pasta, maldiciendo en varios idiomas pero básicamente quería decir que, porque c+++s habré venido a ver una peli española.-
Lo curioso es que los españoles siempre estamos esperando ver una buena película española, y cuando nos enteramos que hay una peli española que puede estar bien, vamos de cabeza, confiamos en nuestros directores y actores, y entonces te llevas el chasco.-
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