¿Y dónde está el piloto?
1980 

Jim Abrahams, David Zucker ...
6.4
90,186
Comedia
El vuelo 209 de la Trans American sale de Los Ángeles con destino a Chicago. Entre el pasaje se encuentran una serie de curiosos personajes. Entre ellos, un ex-piloto de combate que, en pleno vuelo, se verá obligado a hacerse con el mando del avión comercial, tras quedar los pilotos indispuestos por una comida en mal estado. (FILMAFFINITY)
5 de noviembre de 2015
5 de noviembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peliculón, p-e-l-i-c-u-l-ó-n, PELICULÓN. Con mayúsculas, claro que sí.
Tiene un humor que jamás envejecerá, unos gangs con los que te ries una y otra , y otra vez. Y la maldita película te guarda chistes nuevos en cada visionado. Y voy a gritar lo que nadie se atreve a decir, esta película tiene un lugar entre los grandes clásicos de la comedia. Tanta pamplina, y tanta pamplina. Tiene un lugar de oro. De platino. ¡Claro que sí!
Qué levante la mano quien al hacer zaping haya visto que están poniendo esta película y pase de largo. Manos gachas, ¿verdad?. La de resacas que me ha soportado esta película.
Como apunte algo más triste, una pena que muriese Nielsen, porque era a este género, lo que era Hitcock al thriller. Sin ser el protagonista de esta película es su cara más recordable, un médico de narices. De aquí un tributo, maestro.
Tiene un humor que jamás envejecerá, unos gangs con los que te ries una y otra , y otra vez. Y la maldita película te guarda chistes nuevos en cada visionado. Y voy a gritar lo que nadie se atreve a decir, esta película tiene un lugar entre los grandes clásicos de la comedia. Tanta pamplina, y tanta pamplina. Tiene un lugar de oro. De platino. ¡Claro que sí!
Qué levante la mano quien al hacer zaping haya visto que están poniendo esta película y pase de largo. Manos gachas, ¿verdad?. La de resacas que me ha soportado esta película.
Como apunte algo más triste, una pena que muriese Nielsen, porque era a este género, lo que era Hitcock al thriller. Sin ser el protagonista de esta película es su cara más recordable, un médico de narices. De aquí un tributo, maestro.
8 de julio de 2018
8 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posiblemente uno de los máximos exponentes de la comedia absurda, su extravagante estilo y éxito es comparado muchas veces con la filmografía de los británicos Monty Phython. Sin duda alguna su existencia marcó un hito ya que después fueron creadas películas del mismo tipo como Top Secret! o The Naked Gun.
La mayor parte de la película tiene como principal escenario un avión, en donde las más locas y disparatadas situaciones se hacen realidad, muchas de ellas escenas inolvidables en la historia del cine, escenas que parodian a innumerables películas exitosas, especialmente las de su época, aquella marcada época ochentera, llena de musicales bailables en donde Travolta era el puto amo y los musicales para niños en donde se respiraba una inmensurable tranquilidad.
Está claro que si estás consciente del tipo de película que vas a ver, caerás rendido ante tremenda locura o si no pasarás un rato más que agradable. Por otro lado, si eres de los que odian la comedia absurda y todo te lo tomas de una manera literal, búscate otra mierda. Advertidos están…
La mayor parte de la película tiene como principal escenario un avión, en donde las más locas y disparatadas situaciones se hacen realidad, muchas de ellas escenas inolvidables en la historia del cine, escenas que parodian a innumerables películas exitosas, especialmente las de su época, aquella marcada época ochentera, llena de musicales bailables en donde Travolta era el puto amo y los musicales para niños en donde se respiraba una inmensurable tranquilidad.
Está claro que si estás consciente del tipo de película que vas a ver, caerás rendido ante tremenda locura o si no pasarás un rato más que agradable. Por otro lado, si eres de los que odian la comedia absurda y todo te lo tomas de una manera literal, búscate otra mierda. Advertidos están…
13 de septiembre de 2018
13 de septiembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda las comedias absurdas han llegado un momento que son todas exactamente iguales; falta de frescura, originalidad y sobre todo de buenos gags, cosa que en esta película no faltan. Es un continuo desparrame de bromas y recursos a veces no tan simples llenos de imaginación y gracia. Sin duda un producto que cumple de sobra sus expectativas, muy recomendable.
15 de diciembre de 2023
15 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminaba una década, la de los 70 del siglo pasado, y empezaban los felices 80, que iban a ser muy muy diferentes. En ese 1980 asistimos al estreno de esta comedia hilarante, dirigida nada menos que por tres (los hermanos Zucker, más Jim Abrahams), y con un reparto lleno de estupendos actores, tanto los principales como los secundarios. Todos en estado de gracia, nunca mejor dicho, y todos partiéndose el culo, como quien dice, durante el rodaje. Porque tuvo que ser la monda. Ver esta peli ahora, cuarenta y tres años después, es un soplo de aire fresco, un momento relax, el mejor remedio contra todas las preocupaciones que se tengan. La película es una sucesión de gags, uno detrás de otro (sí, han oído bien: uno tras otro, no hay momentos en blanco o lagunas, va todo seguido y sin descanso), con los que te ríes sin parar. Son situaciones de la vida cotidiana, de la que ellos hacen un absurdo; se burlan de todo, no respetan nada. Con los Hermanos Marx no me río apenas; con los Monty Python, a veces. Viendo esta cinta, es una carcajada tras otra, es algo genial, el humor en estado puro.
¿En qué consiste esa genialidad? Lo dicho: ellos hacen de las cosas más cotidianas, algo absurdo; disfrazan lo obvio de ridículo, como dice Pablo Kurt en su reseña. Así, desde el mismo comienzo, hasta en los mismos créditos, ya están burlándose de otras películas recientes, que el espectador de entonces tenía frescas en su memoria, claro. No dejan títere con cabeza. Y uno de sus blancos favoritos es el drama romántico, que aquí vertebra la cinta, la atraviesa como un hueso en la garganta: esa historieta entre Ted Stricker (magnífico Robert Hays) y Elaine Dickinson (Julie Hagerty) es realmente desternillante, y muy creíble además. Una historia made in Hollywood, que ellos destripan a placer. Ya con los flashbacks es la monda, sobre todo cuando se cachondean de Fiebre de sábado noche, película de 1977, con el temita de los Bee Gees (Stayin’n Alive) de fondo. El tema más manido de las viejas películas es “la historia de amor”, y aquí es blanco fácil de la sátira, de la burla más cruel. Hays y Hagerty están muy bien en sus papeles, pero también todos los demás. Qué decir de Lloyd Bridges como McCroskey, ¡realmente impagable! Y qué decir de Robert Stack como el Capitán Rex Kramer, que tendrá que dirigir la Operación Salvamento… Curiosamente, el que menos me gusta, porque se lo nota impostado, es Leslie Nielsen, en su papel de Dr. Barry Rumack: ese humor hierático es un poco como el de los Monty Python, que me deja un poco frío. Lo que gusta es el humor gamberro, como las bromas en la cabina, con Otto, el piloto automático; o las bromas constantes que surgen entre los pasajeros, que son realmente para partirse. No dejan títere con cabeza, lo dicho, y todo es políticamente incorrecto, claro.
Eran otros tiempos. Como decía la canción de Ilegales, Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes.
Luego, a continuación, Ken Finkleman escribió y dirigió Aterriza como puedas II, con los mismos actores principales. Y, como suele suceder con las obras geniales, enseguida surgieron un montón de imitadores, algunos bastante malos. El trío ZAZ perpetró algunas comedias más de esta calaña, como ¡Agárralo como puedas!, y luego ya en los 90, Hot Shots! Pero, como suele suceder, lo que queda en el recuerdo, lo que se acaba convirtiendo en un clásico, es la primera cinta. La primera impresión es la que cuenta. El primer beso nunca se olvida, así como el primer amor. Eran los tiempos del vídeo casero, del VHS, y todos vimos estas pelis, que alquilábamos para disfrutar de una noche, o de alguna tarde, especial. Luego nos íbamos a la disco, a bailar un poco, fiebre de sábado noche, no en plan Travolta, pero casi. Soñábamos con el Amor de Nuestra Vida, y lo que encontrábamos por el camino tenía poco de cinematográfico. Pero para eso está el cine. Para eso siempre hay tiempo.
¿En qué consiste esa genialidad? Lo dicho: ellos hacen de las cosas más cotidianas, algo absurdo; disfrazan lo obvio de ridículo, como dice Pablo Kurt en su reseña. Así, desde el mismo comienzo, hasta en los mismos créditos, ya están burlándose de otras películas recientes, que el espectador de entonces tenía frescas en su memoria, claro. No dejan títere con cabeza. Y uno de sus blancos favoritos es el drama romántico, que aquí vertebra la cinta, la atraviesa como un hueso en la garganta: esa historieta entre Ted Stricker (magnífico Robert Hays) y Elaine Dickinson (Julie Hagerty) es realmente desternillante, y muy creíble además. Una historia made in Hollywood, que ellos destripan a placer. Ya con los flashbacks es la monda, sobre todo cuando se cachondean de Fiebre de sábado noche, película de 1977, con el temita de los Bee Gees (Stayin’n Alive) de fondo. El tema más manido de las viejas películas es “la historia de amor”, y aquí es blanco fácil de la sátira, de la burla más cruel. Hays y Hagerty están muy bien en sus papeles, pero también todos los demás. Qué decir de Lloyd Bridges como McCroskey, ¡realmente impagable! Y qué decir de Robert Stack como el Capitán Rex Kramer, que tendrá que dirigir la Operación Salvamento… Curiosamente, el que menos me gusta, porque se lo nota impostado, es Leslie Nielsen, en su papel de Dr. Barry Rumack: ese humor hierático es un poco como el de los Monty Python, que me deja un poco frío. Lo que gusta es el humor gamberro, como las bromas en la cabina, con Otto, el piloto automático; o las bromas constantes que surgen entre los pasajeros, que son realmente para partirse. No dejan títere con cabeza, lo dicho, y todo es políticamente incorrecto, claro.
Eran otros tiempos. Como decía la canción de Ilegales, Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes.
Luego, a continuación, Ken Finkleman escribió y dirigió Aterriza como puedas II, con los mismos actores principales. Y, como suele suceder con las obras geniales, enseguida surgieron un montón de imitadores, algunos bastante malos. El trío ZAZ perpetró algunas comedias más de esta calaña, como ¡Agárralo como puedas!, y luego ya en los 90, Hot Shots! Pero, como suele suceder, lo que queda en el recuerdo, lo que se acaba convirtiendo en un clásico, es la primera cinta. La primera impresión es la que cuenta. El primer beso nunca se olvida, así como el primer amor. Eran los tiempos del vídeo casero, del VHS, y todos vimos estas pelis, que alquilábamos para disfrutar de una noche, o de alguna tarde, especial. Luego nos íbamos a la disco, a bailar un poco, fiebre de sábado noche, no en plan Travolta, pero casi. Soñábamos con el Amor de Nuestra Vida, y lo que encontrábamos por el camino tenía poco de cinematográfico. Pero para eso está el cine. Para eso siempre hay tiempo.
24 de agosto de 2015
24 de agosto de 2015
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La apruebo porque en su día fue original y porque hay 3 ó 4 gags más o menos graciosos. Nada más.
Hay gente que adora esta peli, gente a la que le gusta mucho, gente que no para de reirse con ella...yo, sinceramente, no estoy incluido entre esa gente. Veo Aterriza como puedas como todas esas películas de Scary Movie, Disaster Movie o Loquetedelagana Movie, no encuentro la supuesta "enorme diferencia de calidad" entre una y otras. Sé que esto le parecerá una barbaridad a toda esa gente de la que hablo, pero yo la veo así.
Y es más, no la recomendaría a nadie.
Hay gente que adora esta peli, gente a la que le gusta mucho, gente que no para de reirse con ella...yo, sinceramente, no estoy incluido entre esa gente. Veo Aterriza como puedas como todas esas películas de Scary Movie, Disaster Movie o Loquetedelagana Movie, no encuentro la supuesta "enorme diferencia de calidad" entre una y otras. Sé que esto le parecerá una barbaridad a toda esa gente de la que hablo, pero yo la veo así.
Y es más, no la recomendaría a nadie.
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