Haz click aquí para copiar la URL

El guerrero solitario

Bélico. Drama. Acción El sargento Tom Highway, veterano de las guerras de Vietnam y Corea, vuelve a los Estados Unidos para llevar a cabo una misión nada fácil: instruir a un grupo de novatos desmotivados e indisciplinados para convertirlos en auténticos marines.
Críticas 119
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
7
28 de julio de 2017 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Será mejor que le creas, porque es Tom Highway, alguien que estuvo en Corea, en la República Dominicana en el '65 y en Vietnam, alguien que se llevó la medalla del Congreso, que tiene tanta metralla dentro que no puede pasar por los detectores en los aeropuertos, que odia a los hippies, que ha bebido más cerveza, ha meado más sangre, ha echado más polvos y ha chafado más huevos que nadie...incluso alguien que te parte el dedo con el que le haces las pajas a tu novia como le toques mucho los cojones.

Clint Eastwood es en esta ocasión el sargento más duro de Norteamérica, y hará todo lo posible por convertir a sus hombres del pelotón de reconocimiento en verdaderos marines. ¿Qué coño?, ¿quién se va a atrever a toserle al cabrón? "El Sargento de Hierro" es quizá de las más reaccionarias películas de Eastwood, basada en el guión de James Carabatsos, veterano de Vietnam de la 1.ª División de Caballería.
Lo más interesante es que el guión no iba sobre la Marina, sino sobre la Armada, pero los de esta última no estaban de acuerdo con la historia, ya que consideraban a Highway un estereotipo de la 2.ª Guerra Mundial con unas maneras que no podían ser viables en la Armada de los '80, aparte de despreciar sobremanera los diálogos tan obscenos y que no se le diera más importancia a la mujer como soldado (vamos, no te jode también...).

De todas formas Eastwood consiguió llevar con mucho desparpajo y humor negro esta historia parcialmente basada en hechos reales en la línea más "reaganista" del cine del momento, siguiendo la tendencia iniciada por "Acorralado" y que continuaron "Más Allá del Valor", "Top Gun" o "Platoon", exaltando sobre todo el poder del marine de los EE.UU., la crítica al militarismo y los valores de los veteranos de guerra.
Su personaje es de los más brutos y sarcásticos de los que ha encarnado y a la vez de los que mejor caen, porque a ver, ¿quién no quiere seguir oyendo las perlas que ese sargento de cicatriz en la frente y sonrisa torcida les suelta a sus engreídos muchachitos? Pero también es verdad que Highway es más complejo de lo que parece en realidad, ¿eh?

"El Sargento de Hierro" también puede pasar sin problemas como una de las más interesantes, ya que es inclasificable en su género (¿que es esto?, ¿una comedia, un drama, una película bélica, un film de acción comercial?), y entretenidas, ya que sus dos horas se desarrollan con un ritmo que puede que sea pausado pero que no aburre, más que nada porque uno quiere saber qué será lo próximo que le sucederá al sargento y su unidad, entre que combaten contra los jodidos cubanos y la unidad del Mayor Powers, encarnado por un Everett McGill odioso de verdad (con lo bien que me cae como Ed en "Twin Peaks").
Completan el reparto unos inspirados Mario Van Peebles, Arlen D. Snyder, Marsha Mason, Vincent Irizarry, Mike Gomez, Bo Svenson y esa bestia de Peter Koch que interpreta a "Sueco" (¡"Sueco", "Sueco", "Sueco"!), en un largometraje que se convirtió en uno de los más taquilleros de 1.986 y que volvió a demostrar que Clint Eastwood era el macho americano por excelencia.

Fue de las primeras que descubrí del actor/director y nunca me canso de verla cuando la echan por televisión o cuando decido ponerla en el DVD.
A esos chavalillos que ahora se meten en el ejército sólo para presumir, ahorrarse el buscar trabajo, echarse fotos, colgarlas en sus redes sociales y así poder trincarse a nenas con más escote que cerebro deberían encontrarse con alguien como el sargento Tom Highway, porque los iba a dejar más rectos que una vela.
6
5 de junio de 2018 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película irregular del gran Clint que aunque tiene buenos y entretenidos momentos, queda a camino entre la comedia, la denuncia y la crisis existencial. Con todo recomendable ya que hay buenos personajes y buenas interpretaciones. Lástima que aún no hubiera alcanzado las cotas como director que años más tarde nos deslumbraran. Seguro que el Eastwood posterior hubiera hecho una película más redonda, o quizás que gracias a estos intentos irregulares aprendiera a realizar películas mucho más completas como las de años siguientes. La película también nos da detalles de cómo otras películas posteriores toman nota de situaciones y personajes del filme.
6
4 de mayo de 2020 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos papeles podrían estar hechos tan a la medida para el rubio Clint, porque sólo unos pocos privilegiados increpan al personal con tanto estilo. Al estilo de "Sin Perdón" y "Gran Torino", recurre a un veterano de guerra como personaje principal, en una mezcla explosiva de nostalgia y épica.

Para mi gusto la más floja de las tres mencionadas. Solo el personaje del Sargento Tom Highway (Eastwood) se sitúa al nivel de una película notable, luchando por encontrar su lugar en el fuego cruzado entre la nostalgia por el éxito pasado y el futuro próximo como jubilado. El resto de personajes del Cuartel de Marines (especialmente el grupo de soldados) tienen una personalidad poco compleja, en ocasiones parecen tópicos de las películas universitarias americanas, que no experimentan una evolución interesante durante la historia.
8
24 de agosto de 2020 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo el californiano podía moldearse un personaje como el Sargento de Artillería Highway para que, sin dejar de ser él mismo quien critica a su propio país, consiga ofrecer un reflejo, aunque más limado, de los resultados que tiene una guerra para aquellos que son empujados a participar en ella. Se aleja sustancialmente de la crudeza de películas bélicas como Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979) o La chaqueta metálica (Stanley Kubrick, 1987), coetáneas a esta en cuanto a estreno, pero increpa duramente contra las instituciones, los altos mandos de la sociedad, que obligan a sus compatriotas a adentrarse en sucesos que solo provocan crueldad, tristeza y soledad, todo ello desde la firme oposición de Eastwood a la guerra de Vietnam, discrepando con el partido republicano al que tan arraigado está. El sargento de hierro se diferencia, al igual que la película de Kubrick, en dos partes perfectamente segmentadas para retribuir al espectador el impacto necesario: la formación de los cadetes y el período bélico. A través de su personaje, Eastwood muestra con melancólica mirada el destino de los guerrilleros que vuelven a casa, donde es mayor el dolor que en el campo de batalla.

Clint Eastwood siempre ha sido un gran hacedor de historias y que, ya a mediados de los ochenta, comenzó a dejar de lado el espíritu castigador que acogían sus icónicos personajes en policíacos y wésterns para adentrarse en dramas más maduros con los que hurgaba en la llaga de su patria, tintado de política y con un mensaje crítico, pero nunca dejando de lado esa sombra de hombre atormentado, duro y varonil que compenetraba tanto a sus personajes como a sus historias. Esa airada vista retrospectiva hacia la guerra no la dejaría nunca, mejorando la fórmula con el díptico bélico formado por Banderas de nuestros padres (2006) y Cartas desde Iwo Jima (2006), su blockbuster para llegar a más público con El francotirador (2014) o su obra magna: Gran Torino (2009).

Con una serie de maestros habituales en el cine de Eastwood como el montador Joel Cox o el recientemente difunto encargado de la música Lennie Niehaus, el director no solo mira hacia los males pasados, sino que hace una vista de viejo malhumorado hacia la sociedad presente (la de la década de los ochenta en la que se desarrolla la película) en cuanto al surgimiento de tribus urbanas, representadas en el personaje de ‘Stitch’ Jones (Mario van Peebles), a la nula aptitud, preparación y sentimiento de obligación de la juventud con su país y, más importante, la incapacidad de los cuerpos de defensa del estado para mantener una lógica en cuanto a regimiento de mandos, desconocimiento de la guerra y nula disposición para esta cuando está ausente y bravuconería barata que de nada sirve en un conflicto armado, todo personificado por el Mayor Malcolm A. Powers (Everett McGill).

La importancia del personaje femenino, al contrario que en El cazador (Michael Cimino, 1978), es inexorable para dibujar el retrato funesto de un soldado que se ausenta de sus obligaciones como ser humano para servir en una guerra donde el triunfo militar no consuela el vacío emocional que dejan las secuelas bélicas. Aggie, interpretada por una soberbia Marsha Mason, se muestra impasible e irracional con Thomas Highway, arrojando la sensación de haber perdido que es, a esas alturas, irrecuperable, haciendo de reflector de toda una generación que tuvo que abandonar el amor, la amistad y la familia provocando que sus retornos fueran como balas atravesando sus exhaustos corazones. La escena final reafirma la idea con una fuerza inclemente que no deja indiferente a nadie.

El cuestionamiento de la autoridad en pos del beneficio común como hilo conductor va a extenderse de principio a fin, y va a ser el pilar que sostenga la edificación moral de todos sus personajes, desde el más pequeño hasta el que tenga más peso, véase la ambigüedad de carácter, pero aun así, personajes puramente afines, que suponen el Sgto. Highway, el ya mencionado cadete (y rockero) ‘Stitch’ y el Sgto. Lieutenant M. R. Ring (Boyd Gaines), que gracias a esa rebeldía consiguen los mejores resultados para el Escuadrón de Reconocimiento, poniéndose por delante del Escuadrón de Élite del Mayor Powers. El excelente guion de Dennis Hackin, James Carabatsos y Joseph Stinson contribuyen a mostrar esa inconformidad con las figuras de autoridad mediante unos diálogos plagados de concatenaciones de palabras soeces que forman frases lapidarias formuladas siempre bajo el mantra del que se vale el Sgto. Highway para instruir a sus chicos y oponerse a las malas decisiones de sus superiores que, con la ilustre voz de Constantino Romero, consiguen la suficiente resonancia para intimidar a la par de ofrecer una comicidad cómplice entre el propio Eastwood y nosotros como espectadores.

El patente estilo sobrio de Eastwood, que deja entrever entre los colores que emplea cierto apego a la bandera norteamericana, le va como un guante al tipo de drama camuflado de bélico con el que pretende que reflexionemos. Por una parte, la frialdad de los colores crema, térreos y verdes que emplea en los arcos más directos al belicismo ayudan a componer el sentimiento vano de su personaje y la frustración, pena e incluso rabia que siente por el futuro de sus cadetes, autorretratándose como un hombre sin afección ni compasión, para luego romperse en los arcos donde el melodrama más íntimo escapa con explosiones de colores naranjas y rojos vivaces. No es casualidad que la actriz Eileen Heckart esté caracterizada con el pelo anaranjado y un atuendo rojo sangre siendo su personaje, Little Mary Jackson, la celestina que une al frío sargento con su exmujer en el Panther Piss.

Es un belicismo muy diferente a lo acostumbrado que critica con rabia todo lo que envuelve la guerra y cómo esta desgarra desde sus contendientes la moral entera nacional. Clint, con su particular toque, se aleja de heroísmos baratos para acercarnos una sombría historia de sufrimiento huero.
6
29 de agosto de 2020 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abocado con caracterizarse con personajes poco escrupulosos, duros de mollea y algo crepusculares y moviéndose en un entorno policíaco (tomando a Harry Callahan como referente o incluso a justicieros de “western” como el Predicador de “El Jinete Pálido” (Pale Rider, 1985)) a Clint Eastwood todavía le faltaba entrar en un terreno no del todo virgen para él, pero adecuado para ampliar la base de actor y director.

Las andanzas de un veterano suboficial del Cuerpo de Marines de los EEUU, Thomas Highway, que regresa a su base de reclutamiento después de años de indisciplina, borracheras y dos guerras de las que ha sobrevivido bien como fueron las de Corea y Vietnam, le llevan a replantearse su futuro en la profesión no si antes preparar a un batallón de indisciplinados soldados rasos, incluyendo un cantante de rock más dado a la protesta y a la pereza, un colosal y musculoso sueco, o un teniente poco conocedor del ejercicio a barrigazos sobre tierra seca y marchas atléticas de decenas de quilómetros, así como su enfrentamiento contra un superior, sin que ello le ponga impedimento a su participación en una acción (real, y que ocurrió) en la toma de la Isla de Grenada con el fin de derrocar el gobierno influenciado por Cuba y la Unión Soviética.

Un film que se ha caracterizado por la imparable sarta de respuestas tronchantes y salidas de tono de voz de su principal protagonista entre fruncido y fruncido de ceño. Un personaje algo tragicómico que aun así supera obstáculos y baches sin pestañear, lo que le convierte un referente entre lo mejor y peor de Eastwood (del camorrista Philo Beddoe de “Duro de Pelar” (Every Wich way but Loose, 1978) al reflexivo y romántico Robert Kincaid de “Los Puentes de Madison” (The Bridges of Madison County, 1995).
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para