En periodo de paz, Eastwood critica la relajación de la instrucción militar. Y para ello no se le ocurre otra cosa que matar unos cuantos cubanos y fumarse unos cuantos puros, todo ello aderezado con multitud de tacos (de los que no estoy ni mucho menos en contra, y que al principio del film tienen cierta gracia pero terminan pasando sin pena ni gloria).

Everett McGill ("En busca del fuego") y Mario Van Peebles representan papeles distintos pero no por ello menos estereotipados. Se sobran y se bastan para aderezar a un Eastwood en estado terminal.

Uno de sus más innecesarios films.
5,5.

Tom Highway (Eastwood) se dedica a soltar con cara de perro, tosco y rabioso, estas educativas frases, durante toda la película. Convertido en una vieja reliquia de guerra, curtido en mil batallas, este sargento es sin duda, uno de los mejores y más graciosos personajes que he visto en mi vida. A este zorro viejo, le asignarán un grupo de inexpertos y gamberros aspirantes a soldados, a los que curtirá y domará de lo lindo y de paso intentará volver con su ex mujer, a la que aún ama (sí, tiene sentimientos) y nos regalará una divertidísima película. La parte cuando entran en combate real, es muy mejorable, pero la esencia de esta película, tal y como indica su nombre, es El Sargento De Hierro y aquí es inmejorable. Peliculón.

Se que esta peli de original no tiene nada, pero es que todo se centra en el personaje de Clint y en el diálogo, el Sargento Highway, es su personaje que más sueltas "burradas" que yo recuerde.

Las escenas de guerra no están muy profundizadas, la historia es poco creíble, pero vuelvo a decir que en esta película solo importa el personaje de Clint, lo demás...

Divertidísima película de Clint Eastwood donde un vez más nos deja ver su lado duro, pero esta vez con una buena carga de humor. Deja a un lado las pistolas de Harry el sucio, y las cartucheras de vaquero para enfundase el uniforme militar y hacernos pasar un rato bastante entretenido. Sus frases en la película son de obligada mención

No está entre las mejores de su director-actor pero sí que es una de las más divertidas gracias a un guión plagado de tacos y exabruptos jocosos. Eastwood interpreta el papel de un duro sargento instructor, en el que se le ve muy cómodo, que tiene la misión de convertir en marines a un grupo de incorregibles reclutas. Después de la dura instrucción y una vez convertidos en aguerridos marines tendrán la oportunidad de demostrar su valía en la invasión de la isla de Granada.