Viridiana
8.1
29,699
Drama
Don Jaime (Fernando Rey), un viejo hidalgo español, vive retirado y solitario en su hacienda desde la muerte de su esposa, ocurrida el mismo día de la boda. Un día recibe la visita de su sobrina Viridiana (Silvia Pinal), novicia en un convento, que tiene un gran parecido con su mujer. Basada libremente en la novela "Halma", de Benito Pérez Galdós. (FILMAFFINITY)
21 de octubre de 2013
21 de octubre de 2013
11 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo considerar a esta película como de culto ni mucho menos. Y me sorprende realmente la cantidad de gente que así la considera. A mí me parece una película del montón y además muy floja en cuanto al guión. Yo vi la mitad de esta película cuando era joven allá por los 70. Y no vi más porque me pareció una película aburrida. El otro día terminé de verla en TV, y me gustó mucho menos la segunda parte. Yo comparo esta película con "Los santos inocentes", y me parece una vulgaridad. Con esto no quiero decir que la actuación de los actores y actrices sea mala, sino que el guión es absurdo. Paco Rabal como siempre, da la talla y Fernando Rey, uno de nuestros mejores actores de todos los tiempos, hace una gran interpretación. Hay una imagen de la película que me dejó helado, y es cuando todos de rodillas se ponen a rezar. En nuestra España desde siempre se ha creído que el rezar puede ayudar a la gente. Que equivocados estamos. En fin que la película, para mí, no vale mucho.
15 de abril de 2018
15 de abril de 2018
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esa época salieron joyas como El apartamento, Ben Hur, Le trou, Psicosis… entonces no se puede poner en el mismo nivel de puntuación a las películas anteriormente mencionadas con Viridiana, por más simbolismos y mensajes subliminales que esta película tenga, (los mismos que a algunos “críticos” les gusta ensalzar).
Hay partes de la película que se tornan un poco aburridas y alargadas (las partes de los mendigos), pero en general las actuaciones están muy bien, pero nada más. Le clavo un 4 comparándola con las películas anteriormente mencionadas.
En realidad escribo esta crítica para comentar la parte Final de la película, que es lo que más se recuerda de la misma por ser “polémica”, esto va en la sección Spoiler
Hay partes de la película que se tornan un poco aburridas y alargadas (las partes de los mendigos), pero en general las actuaciones están muy bien, pero nada más. Le clavo un 4 comparándola con las películas anteriormente mencionadas.
En realidad escribo esta crítica para comentar la parte Final de la película, que es lo que más se recuerda de la misma por ser “polémica”, esto va en la sección Spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Spoiler:
Según comenta el mismo director Luis Buñuel, la escena final implica un trío sexual entre Viridiana, Jorge y Ramona…. Bueno, a mí me parece que esta situación es absurda y no tendría relación con todo lo que se ha visto en la película, donde en ningún momento hubo una insinuación de esta chica puritana con su primo ni con nadie, es más, lo único sexual en toda la película fueron el enfoque de la cámara a las piernas de Viridiana sacándose las medias, dos intentos de violación y la relación cariñosa entre Jorge y la criada Ramona. Me parece absurdo que el directo pretenda que el espectador es tan tonto que acepte que Viridiana y Ramona estén de acuerdo en tener una relación sexual-amorosa entre los tres. ¿Cuál es la explicación, que hace un ratito casi la viola un mendigo loco y se traumó tanto que ahora es regalona? ¿Esa parte del guion la sacó de una antigua película erótica de serie B, o qué?
Me da la impresión que este director solo quería que su película sea polémica y venda bien, supuestamente burlándose de las monjitas de la iglesia etc., y obvio que lo logró porque sabe que la gente es tonta y compra cualquier cosa que dé de qué hablar, y así llamará la atención con su mensaje final de sutil insinuación sexual sin cabida lógica dentro de la trama de esta película.
Dicen que el verdadero final sería Viridiana tocando la puerta de su primo pero la censura hizo que Buñuel agregue a Ramona y el juego de cartas lo cual implicaría un trío sexual “sutil”… No es necesario pero voy a indicar que la gente que ensalza este cambio de final porque según ellos “mejora” la polémica y Buñuel es un genio inteligentísimo por esto, pues desde mi punto de vista estas personas son chupamedias del director, se tragan todo lo que Buñuel les da y lo agrandan por ello, tenga o no tenga sentido se lo aplauden. De repente Buñuel solo quería burlarse del cristianismo pero en verdad malogra toda la película.
Según comenta el mismo director Luis Buñuel, la escena final implica un trío sexual entre Viridiana, Jorge y Ramona…. Bueno, a mí me parece que esta situación es absurda y no tendría relación con todo lo que se ha visto en la película, donde en ningún momento hubo una insinuación de esta chica puritana con su primo ni con nadie, es más, lo único sexual en toda la película fueron el enfoque de la cámara a las piernas de Viridiana sacándose las medias, dos intentos de violación y la relación cariñosa entre Jorge y la criada Ramona. Me parece absurdo que el directo pretenda que el espectador es tan tonto que acepte que Viridiana y Ramona estén de acuerdo en tener una relación sexual-amorosa entre los tres. ¿Cuál es la explicación, que hace un ratito casi la viola un mendigo loco y se traumó tanto que ahora es regalona? ¿Esa parte del guion la sacó de una antigua película erótica de serie B, o qué?
Me da la impresión que este director solo quería que su película sea polémica y venda bien, supuestamente burlándose de las monjitas de la iglesia etc., y obvio que lo logró porque sabe que la gente es tonta y compra cualquier cosa que dé de qué hablar, y así llamará la atención con su mensaje final de sutil insinuación sexual sin cabida lógica dentro de la trama de esta película.
Dicen que el verdadero final sería Viridiana tocando la puerta de su primo pero la censura hizo que Buñuel agregue a Ramona y el juego de cartas lo cual implicaría un trío sexual “sutil”… No es necesario pero voy a indicar que la gente que ensalza este cambio de final porque según ellos “mejora” la polémica y Buñuel es un genio inteligentísimo por esto, pues desde mi punto de vista estas personas son chupamedias del director, se tragan todo lo que Buñuel les da y lo agrandan por ello, tenga o no tenga sentido se lo aplauden. De repente Buñuel solo quería burlarse del cristianismo pero en verdad malogra toda la película.
1 de mayo de 2012
1 de mayo de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Viridiana’, realizada en el año 1961, fue otra obra más de la gran trayectoria cinematográfica del reconocido director español Luis Buñuel que, tras exiliarse de su país durante la dictadura franquista, se refugió unos buenos años en México y, posteriormente, en la República francesa.
El gran poder de los simbolismos, la sutileza erótica, la dura pero ingeniosa crítica que hace a temas tan polémicos como lo son la religión católica, los sentimientos reprimidos, la misma benevolencia, y que son inteligentemente expuestos a partir de sutiles pinceladas que van engrandeciendo el contenido del film.
Son precisamente esos simbolismos los que permiten al director, con una brillante imaginación, dar rienda suelta a las expresiones más sorprendentes, en una época tan conservadora como lo era la América de los años sesenta, en comparación a la actualidad. Su escena final, inolvidable sin lugar a dudas, el cual marca el fin de una represión, del deseo sublime de satisfacer los deseos más humanos expuestos por una voluptuosa Silvia Pinal. Una idea asombrosa la presencia de un juego de cartas, que invita a un contenido sexual mostrado entre líneas, y que dejó callados a los organismos de censura.
Pinal, cuya presencia es aplaudida durante todo el metraje, fue convertida posteriormente en musa del cineasta español, siendo recurrente en posteriores películas tales como ‘El Ángel Exterminador’, filmada el año siguiente, y ‘Simón del desierto’, realizada en el año 1965.
Un reparto de actores muy acorde, en los que resaltaría el trabajo de Fernando Rey, con el papel de su solitario tío político, y el de algunos de los pintorescos personajes, tales como el ciego o el cojo, quienes son inocentemente recibidos por la joven religiosa. Una riqueza interpretativa en su conjunto, con figuras bien diferenciadas y que al final, forman parte junto a la religión de una mirada que contrasta con el modernismo que se abría paso por esas tierras.
La presencia de Buñuel en Sudamérica duró más de dos décadas de su vida, con más de veinte obras cinematográficas en su haber, y cuyos resultados fueron indudablemente extraordinarios. Prueba de ello fue su gran acogida en el público mexicano en general, así como la prensa especializada de dicho país, donde se resaltaban magnificas producciones tales como ‘El Ángel Exterminador’, obra que también tuve el privilegio de visualizar años atrás.
Una joya cinematográfica que enriqueció al creciente cine mexicano durante la mitad del siglo XX, y que gracias a la productora del también actor Gustavo Alatriste, nos permitió el lujo de considerarla un producto fílmico latinoamericano. Imprescindible.
Saúl Briceño
El gran poder de los simbolismos, la sutileza erótica, la dura pero ingeniosa crítica que hace a temas tan polémicos como lo son la religión católica, los sentimientos reprimidos, la misma benevolencia, y que son inteligentemente expuestos a partir de sutiles pinceladas que van engrandeciendo el contenido del film.
Son precisamente esos simbolismos los que permiten al director, con una brillante imaginación, dar rienda suelta a las expresiones más sorprendentes, en una época tan conservadora como lo era la América de los años sesenta, en comparación a la actualidad. Su escena final, inolvidable sin lugar a dudas, el cual marca el fin de una represión, del deseo sublime de satisfacer los deseos más humanos expuestos por una voluptuosa Silvia Pinal. Una idea asombrosa la presencia de un juego de cartas, que invita a un contenido sexual mostrado entre líneas, y que dejó callados a los organismos de censura.
Pinal, cuya presencia es aplaudida durante todo el metraje, fue convertida posteriormente en musa del cineasta español, siendo recurrente en posteriores películas tales como ‘El Ángel Exterminador’, filmada el año siguiente, y ‘Simón del desierto’, realizada en el año 1965.
Un reparto de actores muy acorde, en los que resaltaría el trabajo de Fernando Rey, con el papel de su solitario tío político, y el de algunos de los pintorescos personajes, tales como el ciego o el cojo, quienes son inocentemente recibidos por la joven religiosa. Una riqueza interpretativa en su conjunto, con figuras bien diferenciadas y que al final, forman parte junto a la religión de una mirada que contrasta con el modernismo que se abría paso por esas tierras.
La presencia de Buñuel en Sudamérica duró más de dos décadas de su vida, con más de veinte obras cinematográficas en su haber, y cuyos resultados fueron indudablemente extraordinarios. Prueba de ello fue su gran acogida en el público mexicano en general, así como la prensa especializada de dicho país, donde se resaltaban magnificas producciones tales como ‘El Ángel Exterminador’, obra que también tuve el privilegio de visualizar años atrás.
Una joya cinematográfica que enriqueció al creciente cine mexicano durante la mitad del siglo XX, y que gracias a la productora del también actor Gustavo Alatriste, nos permitió el lujo de considerarla un producto fílmico latinoamericano. Imprescindible.
Saúl Briceño
24 de agosto de 2021
24 de agosto de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente film que arrasa con todo: con la caridad mal entendida, con la hipocresía y vicios de los privilegiados sociales, con la chusma sanguinolenta y parásita y que supone una evolución (¿o es una rendición?) moral de la protagonista.
En muchos sentidos se puede entender como una película anticlerical. Para mí es una película, sobre las miserias humanas en general (sea del clero, de la nobleza, o del pobre) y no sólo anticlerical. La escena de la cruz de espinas y el fuego es el colofón al discurso de esta película. Pero la ultimísima escena es la guinda a la transformación no deseada de la protagonista en cuanto se ve obligada a abandonar el convento para bregar en un mundo lleno de miserias y miserables.
Fotografía, fabulosa. Escenas plásticas. Como toda la primera parte, llena de escenas oníricas, surrealistas, llenas de simbolismo. O como esa "última cena" con los miserables y deformes -deformes más cercanos al realismo de Galdós que a la película de Tod Browning-. O la ya mencionada de la corona de espinas. La niña saltando a la comba. Un perro apurado yendo debajo de una carreta. La yuxtaposición de secuencias en las que mientras unos rezan el Angelus y dejan de trabajar, otros se desloman construyendo casas y arando campos. Y la escena final, la claudicación definitiva que sólo logra humillar aún más a la protagonista y terminar de apagar su autoestima.
Guión, excelente. Interesante, certero, crudo, lleno de simbolismos, con un hilo conductor adulto, descreído, pesimista, amargo y muy materialista.
Dirección, soberbia. El ritmo, la atención a los detalles, los ambientes, la luz y las sombras de estos extraños bodegones y retratos. Y por supuesto, esa belleza en los encuadres y en los objetos que son anclas para entender la historia: la comba, el pezón de la vaca (vagamente fálico), la cruz y la corona de espinas, el color blanco con el que suele aparecer la protagonista, el tabaco, los campos yermos...
Una película adulta, con escenas desasosegantes -e incluso desagradables- que es una obra de arte indiscutible.
En muchos sentidos se puede entender como una película anticlerical. Para mí es una película, sobre las miserias humanas en general (sea del clero, de la nobleza, o del pobre) y no sólo anticlerical. La escena de la cruz de espinas y el fuego es el colofón al discurso de esta película. Pero la ultimísima escena es la guinda a la transformación no deseada de la protagonista en cuanto se ve obligada a abandonar el convento para bregar en un mundo lleno de miserias y miserables.
Fotografía, fabulosa. Escenas plásticas. Como toda la primera parte, llena de escenas oníricas, surrealistas, llenas de simbolismo. O como esa "última cena" con los miserables y deformes -deformes más cercanos al realismo de Galdós que a la película de Tod Browning-. O la ya mencionada de la corona de espinas. La niña saltando a la comba. Un perro apurado yendo debajo de una carreta. La yuxtaposición de secuencias en las que mientras unos rezan el Angelus y dejan de trabajar, otros se desloman construyendo casas y arando campos. Y la escena final, la claudicación definitiva que sólo logra humillar aún más a la protagonista y terminar de apagar su autoestima.
Guión, excelente. Interesante, certero, crudo, lleno de simbolismos, con un hilo conductor adulto, descreído, pesimista, amargo y muy materialista.
Dirección, soberbia. El ritmo, la atención a los detalles, los ambientes, la luz y las sombras de estos extraños bodegones y retratos. Y por supuesto, esa belleza en los encuadres y en los objetos que son anclas para entender la historia: la comba, el pezón de la vaca (vagamente fálico), la cruz y la corona de espinas, el color blanco con el que suele aparecer la protagonista, el tabaco, los campos yermos...
Una película adulta, con escenas desasosegantes -e incluso desagradables- que es una obra de arte indiscutible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El choque de realidad entre el buenismo y beatería de la protagonista y la falta de principios y lujuria de su tío derrotan a Viridiana. También perderá el combate frente al afán de mejora y modernidad de su primo. Y también sale derrotada en el combate entre la misma beatería frente a la miseria humana de los parásitos y maleantes.
Con total realismo describe una sociedad perversa y miserable en la que la protagonista acaba sucumbiendo en los últimos minutos.
Con total realismo describe una sociedad perversa y miserable en la que la protagonista acaba sucumbiendo en los últimos minutos.
12 de septiembre de 2008
12 de septiembre de 2008
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El realizador Luis Buñuel, después de un largo exilio, volvía a nuestro país para dirigir una película. Sin embargo ni siquiera la censura iba a impedir que los temas recurrentes del realizador afloraran durante todo el metraje, aunque si que es cierto algunos de ellos algo suavizados.
De todas formas el tema de una joven novicia, llamada Viridiana, encerrada en casa con su tío y padrino, no es precisamente un tema que dejara impasibles a los sectores más conservadores del franquismo. Si a esto añadimos que el tío en cuestión es un fetichista cuyo mayor anhelo es poseer a su sobrina ataviada con el mismo traje de novia que lucía su esposa cuando murió durante la noche de bodas, y que la censura introdujo un tercer personaje para evitar el concubinato, pero daba a entender un "menage a trois", observamos que en la práctica, Buñuel supo dar rienda suelta a sus obsesiones: fetichismo, perversiones sexuales y religión se mezclan en este film, con una puesta en escena austera, lo que acentúa aún más el ambiente perverso que reina en la casa de Viridiana.
Y todo ello bien aderezado con imágenes surrealistas del que fuera uno de los máximos exponentes de dicha corriente cinematográfica. A pesar que Buñuel dio muestras de su genio cinematográfico, el film, realizado todavía durante la dictadura franquista no tuvo una buena acogida. Sin embargo con el fin de ésta, fue recuperando el lugar que merecía dentro de la filmografia del director aragonés.
De todas formas el tema de una joven novicia, llamada Viridiana, encerrada en casa con su tío y padrino, no es precisamente un tema que dejara impasibles a los sectores más conservadores del franquismo. Si a esto añadimos que el tío en cuestión es un fetichista cuyo mayor anhelo es poseer a su sobrina ataviada con el mismo traje de novia que lucía su esposa cuando murió durante la noche de bodas, y que la censura introdujo un tercer personaje para evitar el concubinato, pero daba a entender un "menage a trois", observamos que en la práctica, Buñuel supo dar rienda suelta a sus obsesiones: fetichismo, perversiones sexuales y religión se mezclan en este film, con una puesta en escena austera, lo que acentúa aún más el ambiente perverso que reina en la casa de Viridiana.
Y todo ello bien aderezado con imágenes surrealistas del que fuera uno de los máximos exponentes de dicha corriente cinematográfica. A pesar que Buñuel dio muestras de su genio cinematográfico, el film, realizado todavía durante la dictadura franquista no tuvo una buena acogida. Sin embargo con el fin de ésta, fue recuperando el lugar que merecía dentro de la filmografia del director aragonés.
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