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Eterno resplandor de una mente sin recuerdos

Drama. Romance. Comedia. Ciencia ficción Joel (Jim Carrey) recibe un terrible golpe cuando descubre que su novia Clementine (Kate Winslet) ha hecho que borren de su memoria todos los recuerdos de su tormentosa relación. Desesperado, se pone en contacto con el creador del proceso, el Dr. Howard Mierzwiak, para que borre a Clementine de su memoria. Pero cuando los recuerdos de Joel empiezan a desaparecer de pronto redescubre su amor por Clementine. Desde lo más profundo de su ... [+]
Críticas 390
Críticas ordenadas por utilidad
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8
3 de enero de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joder!!

No me esperaba una historia así ni de lejos.

Kate Winslet, recordada por la hipercomercial "Titanic", y Jim Carrey, actor dedicado casi exclusivamente al humor barato( lo que no quiere decir que sea malo ni aburrido) son capaces de darle forma a una historia enrevesada, surrealista y magistralmente dirigida.

El romanticismo del siglo 21. Vivo, saliendo de cualquier canon establecido, divertido, sorprendente...

Un inesperado regalo de este género tan estancado en la rutina.

Bravo Gondry!
9
5 de septiembre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El argumento es inverosímil, ¿pero qué historia de amor no lo es?.¿ Cuantas veces hemos deseado poder borrar a esa persona de nuestros recuerdos? Bueno, digamos que en nuestra realidad (sin aparatos que borran esos recuerdos) pensamos que ya superamos a una persona, que se quedó en el pasado y que ya no nos mueve algo en nuestro interior y de pronto.... la vemos.... suspiramos y ahí está tan presente como siempre.

Esta película nos habla de eso, de un amor que talvez de borró de los recuerdos pero no de la vida ni del destino.

Suena cursi pero si un par de personas están destinadas a amarse que pase lo que tenga que pasar.
8
1 de agosto de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y deliciosa película, con uno de los guiones más ingeniosos de los últimos años con ese sistema para poder borrar todos los recuerdos que queramos.
Pero la película además tiene otros aciertos, y es que se centra mucho en los personajes y su relación, teniendo una importancia secundaria el dichoso sistema. El montaje que nos permite ir saltando hacia atrás y hacia adelante en los recuerdos, viendo las dos relaciones en paralelo es genial. Visualmente está muy resuelta, con esas imágenes que van desapareciendo a medida que se borran los recuerdos.
Los actores están muy bien: Jim Carrey nos ofrece su cara buena como actor y qué decir de Kate Winslet, está sencillamente genial, borda su personaje, entre neurótico, impulsivo, pasional y adorable. Mención especial también para Kirsten Dust, también está genial.
El pero que se le pueda achacar, quizá esté cierta falta de ritmo, que en algunos momentos, convierte a la película en un poco repetitiva, como si con 30 minutos menos, hubiesen contado la historia de una manera mejor y más ágil.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final, como se ve en las dos historias que se dan, borremos lo que borremos, parece que estamos destinados a volver a caer en la misma piedra, a repetir nuestras acciones y nuestros destinos.
La única manera de no repetir los errores del pasado, es siendo consciente del mismo. Si no, estamos destinados a repetirlo.
9
7 de diciembre de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película lo tiene todo. No exagero, lo tiene. Partamos por el guión de Charlie Kaufman. Esta historia de amor, no distinta de las que estamos acostumbrados a ver en las carteleras para el 14 de febrero, no distinta, digo, pero radicalmente opuesta, posee personajes exquisitos, de una complejidad psicológica que supera los límites de la ficción. Su mundo interior es tan variopinto y vívido que a ratos ellos se escapan de la pantalla y se mezclan entre nosotros, y a veces, incluso, somos nosotros. La falta de linealidad narrativa es totalmente adecuada como recurso, es decir, no es meramente accesoria, sino que expresa parte del contenido ¿Qué historia de amor, o de alguna relación, no parece confusa una vez que se cuenta armada a retasos? El hilo conductor del relato no es la sucesión de los hechos cronológicos, es la aparición de los estados de ánimo. Sin duda brillante.

La fotografía y la dirección de arte es lo que indiscutiblemente hace más atractiva a la película. Esto acompañado de un montaje impecable, tiene como resultado una estética de la nostalgia, una representación del subconsciente. Definitivamente bella.

Pero debo sincerarme. Los motivos que me llevan a amar esta película, van más allá de los análisis racionales y estéticos. Esta película no se puede amar si la pones bajo el microscopio y separas sus partes taxonomicamente. Debes recostarte junto a ella sobre el hielo, tomarle la mano y besarla. Si luego sientes esa mariposas en el estómago, les aviso amigas y amigos, te has enamorado. (h)
8
23 de febrero de 2015 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si vamos a inventar títulos, señores españoles -en vez de traducirlos rectamente, que sería lo ideal- al menos inventemos alguno que coincida con el argumento del film. He visto tantos títulos españoles atroces, parecen confabular contra el éxito del film. "Olvídate de mí" no habla para nada de esta historia en la que una misteriosa clínica ofrece a quien lo solicite el borrado de una trama íntegra de recuerdos, típicamente asociados al dolor de una relación amorosa frustrada. Antes bien sería "Me olvidaré de ti". Pero claro, el mejor título para este singular film no puede ser otro que "Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos". Entrando en tema, tal es el milagro que propone la Sociedad Laguna, limpiar la mente de un recuerdo perturbador(1), ofreciendo así la oportunidad de un nuevo y limpio comienzo. La Sociedad Laguna, Clementine -Kate Winslet- y Joel -Jim Carrey- son los protagonistas de esta épica y atípica historia de amor. Un film de factura increíble, con actuaciones sobresalientes de aquellos dos grandes. Pero su verdadera maravilla reside en el montaje. La arquitectura narrativa y el impecable e intrincado montaje dispensan con mucho los fallos intrínsecos del argumento. Asistiremos a la historia de amor entre Joel y Clementine, historia que de original, por cierto, no tiene nada, nada en absoluto. Lo asombroso es cómo se nos narra, a través de los recuerdos de Joel en proceso de ser exterminados. Vemos la historia a través de un viaje temporal inverso en la mente de este Joel que ha decidido purgarse de la difícil Clementine. Pero que, en pleno tratamiento, le da por arrepentirse. El film oscila entonces de manera alucinante entre mundos diversos, el universo espacio-temporal de los recuerdos de Joel, y el mundo real, que por momentos interactúan. Entramado no poco complejo, quizás indigerible para el espectador medio, pero definitivamente fascinante, la verdadera esencia de la película.

Un diez por la forma -tapiz audiovisual de arrebatadora belleza- y un seis por el argumento un tanto débil, hacen promedio de ocho, número suficiente -pienso- para recomendar esta película que, con todo, tengo entre mis favoritas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
(1)Ahora bien, la idea tiene sus fallos. Suena extraño como terapia extirpar a uno de los miembros de la malograda relación el recuerdo del otro, sin que este otro sepa nada y se tope entonces luego con alguien que parece no conocerlo en absoluto. Además, el éxito del tratamiento depende de la colaboración prestada, sin ninguna garantía, por todos los conocidos del paciente, a quienes se les solicita por carta que no le menten jamás el nombre del "extirpado". A todos, menos al extirpado mismo, que se queda sin entender nada. No parece en absoluto un procedimiento que pudiera ganarse el favor de ningún ministerio público de salud. De hecho, en la historia ocurren todos los fallos que lógicamente pueden ocurrir con semejante cura. Joel se entera de lo que ha hecho Clementine -borrarle de su mente- porque se lo revela un amigo común de la pareja, violando el secreto que le pedía la clínica. Por lo demás, es bien evidente que este olvido forzoso no resuelve esos resortes internos que, reapareciendo la causa, generan los mismos efectos. Al propio jefe de la clínica, para su completo escarnio, le sucede cuando su secretaria -a la que le efectuaran el tratamiento- vuelve a enamorarse de él. Si éste pretende ser el mensaje de la trama -"el amor puede borrarse de la mente pero no del corazón"- resulta un tanto trivial. Todo el argumento es una excusa más bien errónea -pero que necesariamente debemos dispensar- en favor de un ejercicio estilístico de montaje y de un acertadísimo y delirante experimento visual. La verdadera moraleja sería otra, y tiene que ver con ese maravilloso final en el que Clementine y Joel asisten azorados a las críticas que generosamente se dispensan al iniciarse el tratamiento. Ninguno de los dos puede reconocerse en la formulación de todos esos cargos tan amargos. ¿Cómo es que la pasión puede convertirse en aborrecimiento al cabo de un tiempo de tratos? Pero es lo que ocurre. ¿Vale entonces la pena reanudar la relación? La última palabra la darán ellos.
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