Desde Rusia con amor
1963 

6.6
12,293
Aventuras. Acción
El robo de un dispositivo capaz de descifrar complicadas comunicaciones está poniendo en peligro importantes investigaciones con respecto al gobierno ruso. James Bond, el agente 007 de los Servicios Secretos Británicos al servicio de Su Majestad, viajará hasta la Unión Soviética con el fin de encontrar a su objetivo. (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2016
8 de marzo de 2016
Sé el primero en valorar esta crítica
Segunda entrega de la saga Bond después de la conocida “Agente 007 contra el Dr. No” (1962), dirigida también por Terence Young y, para mi gusto, superior en todos los aspectos y una de las mejores de toda la serie.
Sean Connery vuelve a encarnar a James Bond, el agente británico por antonomasia que esta vez tiene la misión de interceptar un aparato descifrador de comunicaciones, pero como buen cine de espías, nada es lo que parece y a Bond acaban engañándolo por todas partes. Con muy buen ritmo, la intriga se va hilvanando y complicando con los personajes que van apareciendo, entre los cuales algunos ayudan a 007 y otros van detrás de él. La temible organización Spectra vuelve a hacer de las suyas entre las sombras, dirigida por el misterioso hombre del gato blanco, y se vale de los más fríos y peligrosos espías para conseguir sus fines.
Terence Young incrementa la acción y el ritmo respecto a su película anterior, pero manteniendo el carisma y la elegancia de Bond en un Sean Connery cada vez más cómodo con su papel. También aumentan las secuencias exteriores y se cuida mucho más el aspecto visual de la cinta, con magníficas tomas en Estambul y Venecia, aparte de otras en Yugoslavia y Zagreb, es decir, en todos sitios menos en la Rusia del título.
Esta vez, las chicas Bond no han tenido tanto protagonismo en la historia como en otras ocasiones, a pesar de que el filme no carece de la sensualidad y exotismo propias de la serie (incluso hay una pelea entre mujeres). Daniela Bianchi sólo es un lastre para Bond más que su ayudante, pues se tira media película desmayada o indispuesta. Y no será porque Bond no tiene problemas: un asesino maquinal y despiadado, Red Grant (Robert Shaw), le pisa los talones desde el comienzo de forma sistemática, decidido a dar buena cuenta de él en la menor ocasión, tal y como hizo en el espeluznante entrenamiento de la secuencia previa a los títulos de crédito iniciales.
Grandes momentos del filme son la susodicha secuencia inicial, la pelea entre mujeres, la partida de ajedrez, la persecución del helicóptero (homenajeando a Hitchcock), y toda la parte del Orient Express, en la que se incluye una de las peleas más emocionantes que recuerdo de toda la serie, a pesar de su “estrechez”.
En cuanto al “score”, John Barry vuelve a emocionar con sus variaciones al tema principal, acordes que acompañan muy bien tanto la acción como los momentos más tranquilos. Otra nota más de calidad de una película en la que se hace notar el incremento del presupuesto respecto a “Agente 007 contra el Dr. No”, y se hace hueco entre las mejores de la larga lista de títulos bondianos que aún estaban por venir, tanto para crítica y público como para un servidor.
Sean Connery vuelve a encarnar a James Bond, el agente británico por antonomasia que esta vez tiene la misión de interceptar un aparato descifrador de comunicaciones, pero como buen cine de espías, nada es lo que parece y a Bond acaban engañándolo por todas partes. Con muy buen ritmo, la intriga se va hilvanando y complicando con los personajes que van apareciendo, entre los cuales algunos ayudan a 007 y otros van detrás de él. La temible organización Spectra vuelve a hacer de las suyas entre las sombras, dirigida por el misterioso hombre del gato blanco, y se vale de los más fríos y peligrosos espías para conseguir sus fines.
Terence Young incrementa la acción y el ritmo respecto a su película anterior, pero manteniendo el carisma y la elegancia de Bond en un Sean Connery cada vez más cómodo con su papel. También aumentan las secuencias exteriores y se cuida mucho más el aspecto visual de la cinta, con magníficas tomas en Estambul y Venecia, aparte de otras en Yugoslavia y Zagreb, es decir, en todos sitios menos en la Rusia del título.
Esta vez, las chicas Bond no han tenido tanto protagonismo en la historia como en otras ocasiones, a pesar de que el filme no carece de la sensualidad y exotismo propias de la serie (incluso hay una pelea entre mujeres). Daniela Bianchi sólo es un lastre para Bond más que su ayudante, pues se tira media película desmayada o indispuesta. Y no será porque Bond no tiene problemas: un asesino maquinal y despiadado, Red Grant (Robert Shaw), le pisa los talones desde el comienzo de forma sistemática, decidido a dar buena cuenta de él en la menor ocasión, tal y como hizo en el espeluznante entrenamiento de la secuencia previa a los títulos de crédito iniciales.
Grandes momentos del filme son la susodicha secuencia inicial, la pelea entre mujeres, la partida de ajedrez, la persecución del helicóptero (homenajeando a Hitchcock), y toda la parte del Orient Express, en la que se incluye una de las peleas más emocionantes que recuerdo de toda la serie, a pesar de su “estrechez”.
En cuanto al “score”, John Barry vuelve a emocionar con sus variaciones al tema principal, acordes que acompañan muy bien tanto la acción como los momentos más tranquilos. Otra nota más de calidad de una película en la que se hace notar el incremento del presupuesto respecto a “Agente 007 contra el Dr. No”, y se hace hueco entre las mejores de la larga lista de títulos bondianos que aún estaban por venir, tanto para crítica y público como para un servidor.
19 de junio de 2019
19 de junio de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
Una de las mejores películas de la saga. La trama se empapa de un suspense alto y nivel de espionaje genial. El guión es más denso, más grande y mejor. Connery se mueve como pez en el agua. El resto del reparto brilla por completo. La pelea en el tren es una de las más tensas y brutales del cine. Una enorme continuación que vale como película propia.
6 de febrero de 2021
6 de febrero de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
En la segunda entrega se pone más interés comercial que en la primera entrega, en vista de lo bien que había funcionado la primera, pero sigue siendo algo mediocre en calidad. No olvidemos que el secreto de su éxito no solo se apoya en la originalidad del personaje, sino también en que supera a películas de su tiempo. Conseguir hacer una buena película en los sesenta dependía de un presupuesto aceptable o si este fallaba de una idea original. Esta película se apoya mucho en el presupuesto. En esta película se adapta muy bien la idea de lo que es un villano e idea que copiarán películas posteriores como la franquicia de Star Wars, que es un villano que no asume sus fracasos, sino que responsabiliza a sus subordinados de ellos. Tal vez el contraste del personaje inigualable de James Bond interpretado con mucho acierto por Sean Connery y con la aparición del villano en tan solo unos instantes de la película sea lo mejor de la misma, algo que no ocurría con la primera entrega, en la que el villano de aquella no estaba tan bien pulido como en esta segunda entrega.
El resto de la película es ya algo mediocre, sobre todo por haber envejecido mal. Hay errores, como que en una escena el auto tiene las luces apagadas siendo de noche y a la siguiente toma las tiene encendidas. Luego el sonido está muy mal acoplado. La escena del baile turco sobra completamente, que es un guiño a muchas ideas similares de películas con ambientación exótica, es decir, que es un cliché que solo aburre y entorpece el desarrollo de la película, y muy indicada para el público heterosexual masculino. Luego el ingrediente romántico del protagonista y el otro personaje de Rusia era un reclamo cliché también, pero para atraer al público femenino y heterosexual. Era una época en la que se creía que las películas de acción eran de un interés mayormente masculino, pero que el carácter romántico en la historia permitía ampliar la audiencia hasta el género femenino, y así producir más dinero.
El resto de la película es ya algo mediocre, sobre todo por haber envejecido mal. Hay errores, como que en una escena el auto tiene las luces apagadas siendo de noche y a la siguiente toma las tiene encendidas. Luego el sonido está muy mal acoplado. La escena del baile turco sobra completamente, que es un guiño a muchas ideas similares de películas con ambientación exótica, es decir, que es un cliché que solo aburre y entorpece el desarrollo de la película, y muy indicada para el público heterosexual masculino. Luego el ingrediente romántico del protagonista y el otro personaje de Rusia era un reclamo cliché también, pero para atraer al público femenino y heterosexual. Era una época en la que se creía que las películas de acción eran de un interés mayormente masculino, pero que el carácter romántico en la historia permitía ampliar la audiencia hasta el género femenino, y así producir más dinero.
9 de febrero de 2021
9 de febrero de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
En esta segunda entrega de la saga Sean Connery se reafirma en el personaje creando el mejor agente secreto de todos los tiempos.
La película es dinámica, distraída y tiene una banda sonora magnífica, de las mejores de toda la serie.
Los personajes secundarios a la altura, con una bellísima y sensual Daniela Bianchi y una malvada señora con zapato mortífero perfectamente interpretada por Lotte Lenja.
La música la mejor de todas las de 007.
A mi me gustan más las primeras siendo ésta una de mis favoritas.
La película es dinámica, distraída y tiene una banda sonora magnífica, de las mejores de toda la serie.
Los personajes secundarios a la altura, con una bellísima y sensual Daniela Bianchi y una malvada señora con zapato mortífero perfectamente interpretada por Lotte Lenja.
La música la mejor de todas las de 007.
A mi me gustan más las primeras siendo ésta una de mis favoritas.
22 de junio de 2021
22 de junio de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Segunda película de la saga de James Bond que a pesar de las buenas críticas en lo personal me pareció menor que la primera, con poca acción y un guión con demasiadas vueltas sin sentido. La trama gira alrededor de la búsqueda de un aparato para descifrar comunicaciones lo que hará que Bond se traslade a Rusia en un viaje interminable en tren, enfrentándose a algunos peligros. Sean Connery esta siempre correcto, como perlita un joven Robert Shaw teñido de rubio como un asesino un poco torpe. Lejos de las mejores alcanza para pasar un rato entretenido.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here