The ExpanseSerie
2015 

Mark Fergus (Creador), Hawk Ostby (Creador) ...
7.2
6,549
Serie de TV. Ciencia ficción. Intriga. Thriller
Serie de TV (2015-2022). 6 temporadas. 62 episodios. En un futuro lejano en el que los humanos han colonizado el Sistema Solar, el detective de la policía Josephus Miller recibe el encargo de encontrar a una joven desaparecida. Para ello contará con la ayuda del oficial de un carguero y su tripulación, pero pronto se dan cuenta que el caso está relacionado con una conspiración que amenaza la paz del Sistema y la supervivencia de la humanidad. (FILMAFFINITY) [+]
7 de febrero de 2021
7 de febrero de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto la quinta temporada de... The Expanse...
https://www.filmaffinity.com/es/film757227.html
Un 6. Un tanto generoso, pero le subo la nota de un 5 a un 6, porque esta temporada me ha parecido un poco más llevadera.
Es una serie bien hecha de Ciencia ficción dura, pero llevada a planos que poco me interesan, que son los de la política, y los de los personajes. La política es un poco más de lo mismo. Y respecto a los personajes ninguno ha captado especialemente mi interés. De hecho, una cosa que no me gusta es que la serie, aunque parece que puede aportar cosas interesantes, al final se queda en más de lo mismo.
Aunque es posible que esté influenciado por lo que en esta serie hacen muy bien, que es rematar la temporada en puntos de máximo interés.
https://www.filmaffinity.com/es/film757227.html
Un 6. Un tanto generoso, pero le subo la nota de un 5 a un 6, porque esta temporada me ha parecido un poco más llevadera.
Es una serie bien hecha de Ciencia ficción dura, pero llevada a planos que poco me interesan, que son los de la política, y los de los personajes. La política es un poco más de lo mismo. Y respecto a los personajes ninguno ha captado especialemente mi interés. De hecho, una cosa que no me gusta es que la serie, aunque parece que puede aportar cosas interesantes, al final se queda en más de lo mismo.
Aunque es posible que esté influenciado por lo que en esta serie hacen muy bien, que es rematar la temporada en puntos de máximo interés.
20 de noviembre de 2016
20 de noviembre de 2016
8 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquiera con un mínimo interés por la ciencia ficción (la de verdad) debería acercarse a esta serie y echarle un vistazo, porque prometía, y mucho. Yo lo hice
A ver, lo primero es lo primero. Ambientación. Estamos en un futuro no del todo lejano: solo un par de siglos a partir de nuestro presente. La humanidad ha empezado a colonizar el sistema solar. De hecho lo ha colonizado y bastante.
En la tierra rige una especie de gobierno global encabezado por funcionarios de la ONU (¿quién lo diría, no? Viendo el caso que le echan ahora). De hecho uno de los personajes principales de la serie es Chrisjen Avasarala, una alta funcionaria, metida en tramas de política, espionaje y represión antiterrorista.
Porque resulta que muchos de los planetoides del cinturón de asteroides han sido colonizados. Hay múltiples estaciones espaciales, tanto flotando por ahí como en los propios anteriores, y sirven de fuente de materias primas a la tierra. Pero la vida en los asteroides no es fácil. No dejan de ser como los pueblos mineros del oeste. Territorios de frontera, un poco salvajes, vertederos donde van a parar los buscadores de fortuna y la escoria del sistema. Y sus habitantes (los cinturianos), en el fondo no sin razón, se sienten explotados, menospreciados y maltratados por la madre Tierra, como sus hijastros o sus hijos bastardos, aportando materias primas y obteniendo poco a cambio.
Y por otro lado está Marte. No sólo ha sido colonizado (y probablemente terraformado, al menos en parte). También es independiente. Independiente y casi abiertamente hostil a la Tierra y su poderío. De hecho entre la Tierra y Marte reina una paz armada y tensa. Una especie de guerra fría que está a punto de convertirse en caliente y en guerra abierta.
La serie cuenta tres historias, que eventualmente acaban enlazándose en una única trama.
Por un lado, hay una trama de espionaje, en la que Avasarala, en la tierra, trata de evitar (o eso parece) que se declare la guerra abierta con Marte, al tiempo que trata de reprimir por todos los medios a un grupo de insurgentes (o de terroristas) del cinturón de asteroides, que lucha reclamando sus derechos. Esta es la trama más política, y de hecho para mi gusto la más aburrida.
Por otro lado, en Ceres, el mayor de los asteroides, tenemos al detective Miller. Un policía recio y que está de vuelta de todo, que tiene que vivir en medio de una estación superpoblada y donde la vida no es nada cómoda para sus habitantes, al tiempo que sigue su rutina en los bajos fondos. Hasta que su jefa le encarga “extraoficialmente” un trabajito: Julie Mao, la hija díscola de un multimillonario Terrestre, ha desaparecido en Ceres sin dejar rastro aparente. Y el papá está interesado en encontrar a su heredera, pero sin demasiada publicidad. Al fin y al cabo su “niña” simpatizaba con los cinturianos y parece ser que se ha unido a su causa.
Esta trama es un thriller de cine negro, y con ciertos ramalazos de ciberpunk. La ambientación: en los túneles y galerías abarrotadas de Ceres, debe bastante a Blade Runner: tugurios de todo tipo, luces de neon, y un policía solitario siguiendo una pista... Incluso de Desafío Total: las escenas con el aire contaminado y escaso, por reducirse las raciones para “el pueblo llano”, ya estaban en aquella película. La ambientación ciberpunk se nota en pequeños y simpáticos detalles, como por ejemplo el teléfono móvil (o lo que sea) de Miller. Aparentemente ultramoderno (un lámina transparente en la que se proyectan imágenes y botones) pero con la patalla “casacada” y atravesada por una arañazo.
Y la tercera historia es sin duda la más “espacial” por decirlo de algún modo. Ambientada puramente en el espacio, a bordo de cargueros y naves de guerra. Aquí seguimos a Jim Holden, el oficial de un carguero de hielo que recolecta hielo en las lunas de Saturno para que los habitantes de Ceres tengan agua.
Si la ambientación aséptica y ultramoderna de la Tierra futura no está mal, y la ambientación ciberpunk de Ceres (sucia, abarrotada, oscura,...) es sobresaliente, la ambientación “espacial” de esta tercera trama también está a la altura: hay todo lo que podrías esperar: naves, batallas espaciales, soldados marcianos...
La serie promete mucho, muchísimo, y los cuatro o cinco primeros episodios, a medida que van desarrollándose (y convergiendo) las tres tramas, no hace más que mejorar. Tengo por costumbre ver al menos una temporada completa de cada serie antes de decidir si sigo con ella o si la abandono. Y antes de comentar nada al respecto. Cosa que cumplo casi siempre. Y en este caso, ¡menos mal que lo hice! Lo que prometía al principio cada vez más acaba estancándose y convirtiéndose en una historia cada vez más convencional y que avanza con mayor lentitud a medida que avanzamos hacia el final. Empieza a no pintar bien... Y para mi desesperación llegamos al décimo y último episodio... para dejarlo todo abierto. Es como si las 10 horas que han tardado en que nos enteremos de que le pasó a Julie Mao, y que es eso que se “se expande” no fueran más que un gigantesco prólogo de lo que vendrá después.
Y de hecho parece que habrá más temporadas, porque al parecer esto se basa en una serie de novelas (que no conocía no he leído) de un tal James Corey. Y por el momento cinco publicadas y otras cuatro más anunciadas...
En fin, no se. Una pena es lo que puedo deciros. Prometía mucho pero se va desinflando a medida que las tramas se van expandiendo. Considerada en conjunto no pasa de interesante y no es más que pasable.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2016/11/the-expanse-space-opera.html
A ver, lo primero es lo primero. Ambientación. Estamos en un futuro no del todo lejano: solo un par de siglos a partir de nuestro presente. La humanidad ha empezado a colonizar el sistema solar. De hecho lo ha colonizado y bastante.
En la tierra rige una especie de gobierno global encabezado por funcionarios de la ONU (¿quién lo diría, no? Viendo el caso que le echan ahora). De hecho uno de los personajes principales de la serie es Chrisjen Avasarala, una alta funcionaria, metida en tramas de política, espionaje y represión antiterrorista.
Porque resulta que muchos de los planetoides del cinturón de asteroides han sido colonizados. Hay múltiples estaciones espaciales, tanto flotando por ahí como en los propios anteriores, y sirven de fuente de materias primas a la tierra. Pero la vida en los asteroides no es fácil. No dejan de ser como los pueblos mineros del oeste. Territorios de frontera, un poco salvajes, vertederos donde van a parar los buscadores de fortuna y la escoria del sistema. Y sus habitantes (los cinturianos), en el fondo no sin razón, se sienten explotados, menospreciados y maltratados por la madre Tierra, como sus hijastros o sus hijos bastardos, aportando materias primas y obteniendo poco a cambio.
Y por otro lado está Marte. No sólo ha sido colonizado (y probablemente terraformado, al menos en parte). También es independiente. Independiente y casi abiertamente hostil a la Tierra y su poderío. De hecho entre la Tierra y Marte reina una paz armada y tensa. Una especie de guerra fría que está a punto de convertirse en caliente y en guerra abierta.
La serie cuenta tres historias, que eventualmente acaban enlazándose en una única trama.
Por un lado, hay una trama de espionaje, en la que Avasarala, en la tierra, trata de evitar (o eso parece) que se declare la guerra abierta con Marte, al tiempo que trata de reprimir por todos los medios a un grupo de insurgentes (o de terroristas) del cinturón de asteroides, que lucha reclamando sus derechos. Esta es la trama más política, y de hecho para mi gusto la más aburrida.
Por otro lado, en Ceres, el mayor de los asteroides, tenemos al detective Miller. Un policía recio y que está de vuelta de todo, que tiene que vivir en medio de una estación superpoblada y donde la vida no es nada cómoda para sus habitantes, al tiempo que sigue su rutina en los bajos fondos. Hasta que su jefa le encarga “extraoficialmente” un trabajito: Julie Mao, la hija díscola de un multimillonario Terrestre, ha desaparecido en Ceres sin dejar rastro aparente. Y el papá está interesado en encontrar a su heredera, pero sin demasiada publicidad. Al fin y al cabo su “niña” simpatizaba con los cinturianos y parece ser que se ha unido a su causa.
Esta trama es un thriller de cine negro, y con ciertos ramalazos de ciberpunk. La ambientación: en los túneles y galerías abarrotadas de Ceres, debe bastante a Blade Runner: tugurios de todo tipo, luces de neon, y un policía solitario siguiendo una pista... Incluso de Desafío Total: las escenas con el aire contaminado y escaso, por reducirse las raciones para “el pueblo llano”, ya estaban en aquella película. La ambientación ciberpunk se nota en pequeños y simpáticos detalles, como por ejemplo el teléfono móvil (o lo que sea) de Miller. Aparentemente ultramoderno (un lámina transparente en la que se proyectan imágenes y botones) pero con la patalla “casacada” y atravesada por una arañazo.
Y la tercera historia es sin duda la más “espacial” por decirlo de algún modo. Ambientada puramente en el espacio, a bordo de cargueros y naves de guerra. Aquí seguimos a Jim Holden, el oficial de un carguero de hielo que recolecta hielo en las lunas de Saturno para que los habitantes de Ceres tengan agua.
Si la ambientación aséptica y ultramoderna de la Tierra futura no está mal, y la ambientación ciberpunk de Ceres (sucia, abarrotada, oscura,...) es sobresaliente, la ambientación “espacial” de esta tercera trama también está a la altura: hay todo lo que podrías esperar: naves, batallas espaciales, soldados marcianos...
La serie promete mucho, muchísimo, y los cuatro o cinco primeros episodios, a medida que van desarrollándose (y convergiendo) las tres tramas, no hace más que mejorar. Tengo por costumbre ver al menos una temporada completa de cada serie antes de decidir si sigo con ella o si la abandono. Y antes de comentar nada al respecto. Cosa que cumplo casi siempre. Y en este caso, ¡menos mal que lo hice! Lo que prometía al principio cada vez más acaba estancándose y convirtiéndose en una historia cada vez más convencional y que avanza con mayor lentitud a medida que avanzamos hacia el final. Empieza a no pintar bien... Y para mi desesperación llegamos al décimo y último episodio... para dejarlo todo abierto. Es como si las 10 horas que han tardado en que nos enteremos de que le pasó a Julie Mao, y que es eso que se “se expande” no fueran más que un gigantesco prólogo de lo que vendrá después.
Y de hecho parece que habrá más temporadas, porque al parecer esto se basa en una serie de novelas (que no conocía no he leído) de un tal James Corey. Y por el momento cinco publicadas y otras cuatro más anunciadas...
En fin, no se. Una pena es lo que puedo deciros. Prometía mucho pero se va desinflando a medida que las tramas se van expandiendo. Considerada en conjunto no pasa de interesante y no es más que pasable.
Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2016/11/the-expanse-space-opera.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Porque la trama empieza a expandirse cuando el Canterbury, el carguero de Holden, acude a la llamada de socorro de una nave perdida en medio de la nada, y acaban siendo destruidos y aniquilados (salvo Holden y un grupito de supervivientes) aparentemente por una nave de guerra marciana. Lo que –de ser cierto- acabaría desencadenando la tan temida guerra. Y de no serlo, también; pero entonces, si no han sido los marcianos ¿quién los atacó? ¿a quién le interesaría que la guerra entre las dos potencias estallase?
25 de abril de 2020
25 de abril de 2020
8 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta crítica solo se refiere a la primera temporada.
Toda buena historia de ciencia ficción suele tener un trasfondo de crítica social y de vernos en un espejo como humanos, tanto a nivel individual como colectivo.
Aquí tenemos un sistema solar totalmente colonizado por los recursos, pero claro, no somos capaces de vivir en igualdad y en paz. Hay conflictos económicos y sociales, como los ha habido siempre en la Tierra, y es algo que va con nosotros.
Eso es lo que hay en esta serie, además de, por supuesto, una serie de tramas de intriga y conspiración que llevan a los protagonistas a vivir alguna que otra aventura.
Tenemos de protagonista a Thomas Jane. Es uno de esos actores con algún que otro título famoso (“Deep blue sea” o “La niebla”), pero que en general no tiene una gran carrera. Aquí por lo menos tiene ocasión de ser cabeza de cartel en una serie de (a día de hoy) al menos cinco temporadas. Su cierta chulería y aspecto, además de que de vez en cuando usa sombrero, me recuerda un poco a los detectives del género “noir”. Sus casos pueden llegar a parecerse a los de las series policíacas procedimentales de toda la vida, pero afortunadamente, “The expanse” ofrece algo más.
Las tramas en el espacio me gustan más que la investigación del protagonista. Y, por supuesto, como no puede ser de otra forma en los tiempos que corren, los efectos especiales cumplen de sobra. Nada que ver con las series de este género que solía haber en los años 90. Eso sí, el estilo de la serie no implica ni grandes batallas espaciales ni alienígenas. Esto es algo diferente.
En el fondo, no deja de ser una serie de espionaje e intriga, solo que en un contexto futurista que le da algo más de vida y originalidad.
Pero debo decir que, para mi gusto, no es una serie que me parezca brutal ni que me encante. Me gusta y aprecio sus ciertas virtudes, pero en lo que se refiere a satisfacción, adicción y ganas de ver el siguiente episodio, me parece una producción bastante normalita y corriente, en contra de las excelentes críticas que he podido leer por aquí. Supongo que no termino de pillarle el punto, o que, simplemente, no es mi tipo. Aun así, la veré, pero más por inercia y por falta de series acumuladas en la época en la que he empezado a verla, que por otra cosa.
Toda buena historia de ciencia ficción suele tener un trasfondo de crítica social y de vernos en un espejo como humanos, tanto a nivel individual como colectivo.
Aquí tenemos un sistema solar totalmente colonizado por los recursos, pero claro, no somos capaces de vivir en igualdad y en paz. Hay conflictos económicos y sociales, como los ha habido siempre en la Tierra, y es algo que va con nosotros.
Eso es lo que hay en esta serie, además de, por supuesto, una serie de tramas de intriga y conspiración que llevan a los protagonistas a vivir alguna que otra aventura.
Tenemos de protagonista a Thomas Jane. Es uno de esos actores con algún que otro título famoso (“Deep blue sea” o “La niebla”), pero que en general no tiene una gran carrera. Aquí por lo menos tiene ocasión de ser cabeza de cartel en una serie de (a día de hoy) al menos cinco temporadas. Su cierta chulería y aspecto, además de que de vez en cuando usa sombrero, me recuerda un poco a los detectives del género “noir”. Sus casos pueden llegar a parecerse a los de las series policíacas procedimentales de toda la vida, pero afortunadamente, “The expanse” ofrece algo más.
Las tramas en el espacio me gustan más que la investigación del protagonista. Y, por supuesto, como no puede ser de otra forma en los tiempos que corren, los efectos especiales cumplen de sobra. Nada que ver con las series de este género que solía haber en los años 90. Eso sí, el estilo de la serie no implica ni grandes batallas espaciales ni alienígenas. Esto es algo diferente.
En el fondo, no deja de ser una serie de espionaje e intriga, solo que en un contexto futurista que le da algo más de vida y originalidad.
Pero debo decir que, para mi gusto, no es una serie que me parezca brutal ni que me encante. Me gusta y aprecio sus ciertas virtudes, pero en lo que se refiere a satisfacción, adicción y ganas de ver el siguiente episodio, me parece una producción bastante normalita y corriente, en contra de las excelentes críticas que he podido leer por aquí. Supongo que no termino de pillarle el punto, o que, simplemente, no es mi tipo. Aun así, la veré, pero más por inercia y por falta de series acumuladas en la época en la que he empezado a verla, que por otra cosa.
4 de julio de 2017
4 de julio de 2017
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tómense dos obras maestras de la ciencia ficción como “Alien” (Alien. El octavo pasajero, 1979) y “Blade Runner” (ídem, 1982), dos benditas locuras como “Total Recall” (Desafío total, 1990) y “Event Horizon” (Horizonte Final, 1997), agítese bien y sírvase sin el menor complejo. El resultado es esta “The Expanse”, una serie rabiosamente divertida "made in Syfy".
En efecto, estamos ante el producto de entretenimiento definitivo. Jugando hábilmente con los códigos del terror y el "cyberpunk" —cierto que éste último sometido a un “aggiornamento” que no sé cómo le sentará de aquí a un par de décadas—, los inserta en la desenfadada estructura narrativa típica de la “space opera”, al estilo de una “Star Wars” expurgada de metafísica jedi, wookies y demás parafernalia naïf.
Precisamente, la de la aventura espacial es la apuesta de la segunda temporada, agraciada con una mayor dotación presupuestaria que poder gastar en vistosa pirotecnia digital. Al parecer —y extrañamente— más del gusto de la crítica a sueldo, bienvenida sea su bendición si ha coadyuvado a la renovación por una tercera entrega, que podrá verse en 2018.
No obstante, y sin perjuicio de haber disfrutado de la segunda temporada como un enano, me quedo con la primera. Por la oscuridad que dimana la subtrama detectivesca, contrapunto cínico que se pierde con la resolución de aquélla. También prefiero la malsana atmósfera —tanto en su sentido literal como figurado— que se respira en los asentamientos del cinturón de asteroides a la paz armada entre la Tierra y Marte. Si bien la idea del planeta rojo como antigua colonia devenida, a su vez, superpotencia no carece de atractivo, por cuanto —juguetona— transposición de la evolución histórica de los Estados Unidos.
Con independencia de las inclinaciones de cada cual, engalana toda la serie un excelente diseño de producción. En él conviven los sórdidos mundos subterráneos del cinturón de asteroides, el lujo luminoso que rodea a los mandamases de la ONU y la alta tecnología en que se desenvuelve la militarizada población marciana. El inhabitual verismo de algunas situaciones —relacionadas en su mayoría con los caprichos de la gravedad— y la atención al detalle son el lazo que remata el cuidadoso envoltorio. Un único “pero” se me ocurre a este respecto: la criatura dada en llamar “Caliban”, francamente mejorable. Claro que, H. R. Giger sólo ha habido uno.
En efecto, estamos ante el producto de entretenimiento definitivo. Jugando hábilmente con los códigos del terror y el "cyberpunk" —cierto que éste último sometido a un “aggiornamento” que no sé cómo le sentará de aquí a un par de décadas—, los inserta en la desenfadada estructura narrativa típica de la “space opera”, al estilo de una “Star Wars” expurgada de metafísica jedi, wookies y demás parafernalia naïf.
Precisamente, la de la aventura espacial es la apuesta de la segunda temporada, agraciada con una mayor dotación presupuestaria que poder gastar en vistosa pirotecnia digital. Al parecer —y extrañamente— más del gusto de la crítica a sueldo, bienvenida sea su bendición si ha coadyuvado a la renovación por una tercera entrega, que podrá verse en 2018.
No obstante, y sin perjuicio de haber disfrutado de la segunda temporada como un enano, me quedo con la primera. Por la oscuridad que dimana la subtrama detectivesca, contrapunto cínico que se pierde con la resolución de aquélla. También prefiero la malsana atmósfera —tanto en su sentido literal como figurado— que se respira en los asentamientos del cinturón de asteroides a la paz armada entre la Tierra y Marte. Si bien la idea del planeta rojo como antigua colonia devenida, a su vez, superpotencia no carece de atractivo, por cuanto —juguetona— transposición de la evolución histórica de los Estados Unidos.
Con independencia de las inclinaciones de cada cual, engalana toda la serie un excelente diseño de producción. En él conviven los sórdidos mundos subterráneos del cinturón de asteroides, el lujo luminoso que rodea a los mandamases de la ONU y la alta tecnología en que se desenvuelve la militarizada población marciana. El inhabitual verismo de algunas situaciones —relacionadas en su mayoría con los caprichos de la gravedad— y la atención al detalle son el lazo que remata el cuidadoso envoltorio. Un único “pero” se me ocurre a este respecto: la criatura dada en llamar “Caliban”, francamente mejorable. Claro que, H. R. Giger sólo ha habido uno.
4 de febrero de 2020
4 de febrero de 2020
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienzo esta crítica diciendo que es una lástima. Tras darle en principio un 9, mi nota ha bajado a 7 tras ver la última temporada. Hago un repunte en esto ya que la serie es MUY digna de ver. Y esto es así.
Tras una SUBLIME primera temporada llegan unas interesantísimas 2ª y 3ª...con una decepcionante 4ª temporada.
El apartado técnico es increible, de 10. Algo a lo que nos estamos acostumbrando en series, pero que no es fácil de de mantener.
Pese a esa defraudante 4ª temporada, la sigo recomendando, ya que espero que en una 5ª temporada remonte y recupere el interés que despertó en mi. Cosa bastante probable, ya que la temporada acaba bien, pese a lo irregular de la misma. Desgrano algo más en spoilers y el porqué el bajón de la 4ª temporada.
Tras una SUBLIME primera temporada llegan unas interesantísimas 2ª y 3ª...con una decepcionante 4ª temporada.
El apartado técnico es increible, de 10. Algo a lo que nos estamos acostumbrando en series, pero que no es fácil de de mantener.
Pese a esa defraudante 4ª temporada, la sigo recomendando, ya que espero que en una 5ª temporada remonte y recupere el interés que despertó en mi. Cosa bastante probable, ya que la temporada acaba bien, pese a lo irregular de la misma. Desgrano algo más en spoilers y el porqué el bajón de la 4ª temporada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La primera temporada comienza de una manera increible. Presentan un universo muy rico e interesante, con 3 contendientes en una especie de equilibrio de poder, una estética neo noir en el arco de Miller, un desarrollo muy interesante de los personajes y bastante giros, no siendo predecible en absoluto, con esa sensación de que nadie está a salvo y que cualquiera puede morir, algo que hizo famoso a Juego de Tronos. Conflictos políticos, intrigas, y traiciones que te sumergen de lleno para completar esta primera temporada.
La segunda temporada comienza presentando Marte, en un momento en el que la "guerra fría" se vuelve muy interesante. A pesar de bajar un poco la calidad de la primera temporada, la escalada en el conflicto, el cruce de historias y personajes y que siga dando sorpresas, hacen de esta temporada muy interesante.
La tercera temporada, ya con la guerra abierta, los experimentos con la protomolécula y la formación y desarrollo del anillo no permiten que decaiga en ningún momento.
El problema viene en la 4ta temporada...donde lo único interesante es el planeta "nueva Terra" en sí. En esta temporada no hay desarrollo de personajes, aparte de estar llena de incongruencias. Tras 3 temporadas llenas de sorpresas en uno u otro sentido, esta temporada no sorprende en absoluto. No quedan ni los restos de esa tensión en la primera y segunda temporada de que les ocurrirá a los personajes principales, y sabemos que se salvarán ocurra lo que ocurra, y por supuesto sabemos quien va a morir. Hay un malo y punto. No es como en las demás temporadas donde tenemos 3 facciones en las cuales todas tienen sus legítimos motivos, aquí hay un malo que es malo y ya está. Aunque resulte que pese a que hayan matado a casi todo su personal, el malo es él, y la terrorista que los ha hecho volar, resulta que es buena. Que ella no quería. Y así es como excusamos el asesinato de 24 personas...con un yo no quería, nos libramos de todo, because yes. Pero Amos no, un tío amoral y violento y Naomi la terrorista reconvertida, siguen siendo mejores que nuestro malo. Por no hablar de que el es un ambicioso sin escrúpulos pero los colonos que no sueltan el litio pese a estar en una situación crítica por su valor, ellos no.
Sigue teniendo cosas interesantes, como el desarrollo y la evolución de Marte tras la apertura de "la puerta", la intriga de querer saber que les ocurrió a los antiguos y la guerra que hubo en el pasado, mereciendo su visionado...pero dejando un regusto amargo, que espero que la 5ta temporada sea capaz de quitar, ya que el tufo de falsa moral y predictibilidad, enturbian toda la temporada, volviéndola sumamente infantil y carente de la profundidad que enganchó.
La segunda temporada comienza presentando Marte, en un momento en el que la "guerra fría" se vuelve muy interesante. A pesar de bajar un poco la calidad de la primera temporada, la escalada en el conflicto, el cruce de historias y personajes y que siga dando sorpresas, hacen de esta temporada muy interesante.
La tercera temporada, ya con la guerra abierta, los experimentos con la protomolécula y la formación y desarrollo del anillo no permiten que decaiga en ningún momento.
El problema viene en la 4ta temporada...donde lo único interesante es el planeta "nueva Terra" en sí. En esta temporada no hay desarrollo de personajes, aparte de estar llena de incongruencias. Tras 3 temporadas llenas de sorpresas en uno u otro sentido, esta temporada no sorprende en absoluto. No quedan ni los restos de esa tensión en la primera y segunda temporada de que les ocurrirá a los personajes principales, y sabemos que se salvarán ocurra lo que ocurra, y por supuesto sabemos quien va a morir. Hay un malo y punto. No es como en las demás temporadas donde tenemos 3 facciones en las cuales todas tienen sus legítimos motivos, aquí hay un malo que es malo y ya está. Aunque resulte que pese a que hayan matado a casi todo su personal, el malo es él, y la terrorista que los ha hecho volar, resulta que es buena. Que ella no quería. Y así es como excusamos el asesinato de 24 personas...con un yo no quería, nos libramos de todo, because yes. Pero Amos no, un tío amoral y violento y Naomi la terrorista reconvertida, siguen siendo mejores que nuestro malo. Por no hablar de que el es un ambicioso sin escrúpulos pero los colonos que no sueltan el litio pese a estar en una situación crítica por su valor, ellos no.
Sigue teniendo cosas interesantes, como el desarrollo y la evolución de Marte tras la apertura de "la puerta", la intriga de querer saber que les ocurrió a los antiguos y la guerra que hubo en el pasado, mereciendo su visionado...pero dejando un regusto amargo, que espero que la 5ta temporada sea capaz de quitar, ya que el tufo de falsa moral y predictibilidad, enturbian toda la temporada, volviéndola sumamente infantil y carente de la profundidad que enganchó.
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