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El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos

Fantástico. Aventuras. Acción Después de haber recuperado el reino del Dragón Smaug en la montaña, la Compañía ha desencadenado, sin querer, una potencia maligna. Un Smaug enfurecido vuela hacia la Ciudad del Lago para acabar con cualquier resto de vida. Obsesionado con las enormes riquezas en su poder, el rey enano Thorin se vuelve codicioso, mientras Bilbo intenta hacerle entrar en razón haciendo algo desesperado y peligroso. Pero hay aún mayores peligros por ... [+]
Críticas 274
Críticas ordenadas por utilidad
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8
5 de enero de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
De vuelta a casa, al final del viaje, es hora de recapitular:
Ojalá nos hubiesen dejado disfrutar más de Smaug.
Ojalá la segunda parte les hubiese quedado tan entretenida como esta última.
Ojalá nunca se hubiesen conocido el enano ese y la elfa cataplasma. Qué grima. Menos mal que queda bien resuelto. (ups!)
Ojalá los elfos hubiesen sido tan aguerridos como lo son aquí durante toda la historia, en vez de pasarse las dos pelis anteriores pegando botes y haciendo el moñas.
Ojalá que podamos ver a Christopher Lee repartir candela con esa agilidad durante muchos años más.

No quisiera terminar sin dejar unas palabrillas amables hacia Martin Freeman, porque si bien Frodo era un pestuzo y en cualquier comparación con el intrépido, valiente y resolutivo Bilbo, sale perdiendo de largo, no es menos cierto que Martin es un tío muy majete y con una perfecta cara de hobbit, al que apetece, por si mismo, acompañar durante el viaje. Y tiene mucho mérito que no se parta la crisma al corretear por terrenos abruptos con esos pies postizos.
Si Frodo, que se servía de portar el anillo como excusa para echarse la siesta, se hubiese visto mezclado en esta épica y magna batalla, se hubiese quedado seco del susto, y hubiésemos tenido que aguantar a Sam llorando como una nenaza al menos tres cuartos de hora.
Gracias, Peter Jackson, por hacer esta peli más corta.
4
13 de enero de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún me sigo preguntando que fue lo que me empujó a ver esta trilogía. La verdad es que sin parecerme mal, no soy un fanático de "El señor de los anillos", y el mundo Tolkein, nunca ha cuajado en mi. Sin embargo hace tres años, atraído por la curiosidad y por ese sistema de proyección especial y su 3D, me lancé a verla.

La primera parte me aburrió tremendamente, pero claro, pensé que esto mejoraría en la segunda, pero lo mismo, y ya sin esperanza alguna, como soy un tanto cuadriculado para estas cosas, ya que había visto las dos primeras, como no zanjar la cuestón viendo la última parte. Por supuesto, como no podía ser de esta manera, su visionado tampoco cambió la percepción inicial.

Yo creo que estas películas tiene un problema, primero, y no me lo explico, son aburridas, están llenas de unos diálogos farragosos e infantiloides que solo un taliban tolkeniano puede verles algún sentido. Las batallas son en extremo artificiosas y carentes de verosimilitud alguna, por supuesto que es un film fantástico y hay que admitir licencias, pero aquí se cae en lo cansino y en la ausencia de sorpresa alguna. Por último, el 3D es flojísimo, y tanto artificio técnico en su visionado nunca llega a sorprender o impactar al espectador.

Resumiendo, el problema es que yo no la entiendo, fijate que me he visto la filmografía casi completa de Lars Von Trien o Haneke, que me he adentrado en mundos tan aburridos como los que propone el cine de Theo Angelopoulos o Bela Tarr, y que sobrevivo como espectador a los films de Malick, y quieras que no en todas ellas consigo saber que pretenden, que transmiten, y siempre saco algo, pero con "El Hobbit", no me entero de nada, no entiendo nada de lo que pasa, y lo poco que entiendo me parece o infantil o directamente pueril (vamos una chorrada para que se me entienda mejor).

En fin, que esto ha acabado, que si Peter Jackson hace "El Silmarillion" como se rumorea, lo va a ver su padre, y que la única satisfacción que me han dado estas películas ha sido el poder decir con conocimiento de causa la tontada estética e intelectual que suponen.
6
21 de diciembre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera crítica en Film Affinity, no sé por donde empezar. De momento solo diré los pros y contras a falta de una crítica más profunda y técnica.
Ante todo: Esta es una crítica hecha por un lector del libro, un detalle a tener muy en cuenta. El punto de vista de alguien que no ha leído el libro suele ser radicalmente distinto, tanto para lo bueno para lo malo. Fui a ver la peli sin haberme mentalizado de lo que iba a ver, fue por sorpresa.
PD: Me enrollo mucho, tened paciencia.


El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos es un buen final para la trilogía del Hobbit, no así para la andadura de Peter Jackson por la Tierra Media. Las comparaciones son odiosas, y en este caso aún más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
QUE HICIERON BIEN:
-Acción a raudales, super ejércitos bien coordinados en impresionantes coreografías, escenas de lucha épicas (aunque no superan los mejores momentos del Señor de los Anillos).
-Vestuario, tanto de Orcos, Elfos y Enanos.
-La escena en la que Tharanduil le dice a Legolas que vaya a buscar a un montaraz de nombre Trancos, aunque a muchos no les gusto, a mi me dieron unas ganas terribles de ver el Señor de los Anillos de nuevo.
-La canción de los créditos, como siempre muy correcta (interpretada por Billy Boid, el Pippin del Señor de los Anillos que ya hizo otra canción en El Retorno del Rey).
-Los Orcos marchando producen verdadero temor.

QUE NO HICIERON TAN BIEN:
-CGI a porrillo, en vez de los disfraces y maquillajes que quedaron a la perfección en el Señor de los Anillos. Lo peor es que esto no es nuevo, ya estaba presente en las dos anteriores películas.
-El final no queda como el Señor de los Anillos (que todas las veces que he visto me ha hecho llorar, aún que hubiese cinco finales para dar y tomar según algunos) y tampoco llega al nivel del libro. Se hecha muchísimo en falta un cameo de Frodo, Sam, Merry o Pippin.
-La escena de la muerte de Smaug (para mi /smaug/, no /smoog/) podría haber quedado mejor, los niños de Bardo no le importan a nadie. En general muchas escenas (originales o inventadas) quedan bien y cumplen, pero da la sensación de que se podrían haber hecho con más esmero y cariño).
-Nuevas criaturas como los devoradores de la tierra (más propios de Star Wars) o mutaciones de trolls que no concuerdan para nada con lo visto anteriormente (me recordaron a escenas de 300).
-Si ya me pareció que tanto en Un Viaje Inesperado como en La Desolación de Smaug Howard Shore no aportaba muchas cosas nuevas (el tema de los enanos y el de Lago lo más reseñable) en esta si que no crea nada, se limita a volver a utilizar los anteriores temas. Aún así, el tema de Concerning Hobbits siempre logra sacar una sonrisa (y una lagrimilla también).


QUE HICIERON FATAL:
-El personaje de Alfritt (o como demonios se escriba). Da asco en si mismo, no por lo que representa, sino por el personaje en si. Siempre tiene que estar en alguna escena importante o épica de los humanos fastidiando, intentando sacar una pequeña bilis de humor, lo cual no consigue.Y menos mal que ese si estaba en el libro…
-Beorn, de los mejores personajes del libro sale 5 segundos en caída libre desde un águila (¡y ni siquiera se ve como arrasa entre los orcos!).
- En general muchas escenas (originales o inventadas) quedan bien y cumplen (las distintas muertes, las batallas), pero da la sensación de que se podrían haber hecho con más esmero y cariño. Es un lastre continuo durante toda la película.
7
26 de diciembre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La segunda (y, por ahora, última) trilogía ambientada en la Tierra Media se cierra con esta última entrega de “El Hobbit”, en la que Peter Jackson no parece dar mucho más de sí y ofrece pocas novedades y sorpresas respecto a lo que el público se espera.

El cuerpo del filme se centra principalmente en la macro-batalla que enfrenta a orcos, elfos, enanos y hombres bajo las faldas de Erebor, la Montaña Solitaria, donde residía el dragón Smaug y el tesoro de los enanos. Ya para empezar y para dejar sitio ante monumental escaramuza, se ventilan a Smaug antes de que el metraje llegue a los diez minutos, lo cual no es nada sorprendente. El pobre Bilbo Bolsón (Martin Freeman), cada vez con menos protagonismo, se las ve y se las desea para evitar un conflicto que resulta inevitable, pero fracasa para goce y disfrute de los amantes de las batallas épicas y para que el título de la película no sea sólo mera retórica.

Por tanto, esta última entrega de “El Hobbit” es una gran batalla en la que se desarrollan hilos secundarios a su alrededor, como la constatación por Gandalf (Ian McKellen) de la Sombra que crece en el antiguo reino de Angmar, y la paulatina caída de Thorin (Richard Armitage) a la codicia que el gran tesoro poseyó a Smaug, sólo comparable con la adicción que provoca el Anillo Único en todo aquel que lo atesora. En este sentido, “La batalla de los cinco ejércitos” es la más oscura de la trilogía, ya que se constata de forma más o menos notoria una de las máximas en la obra de Tolkien: la corrupción del alma en la avaricia y el poder. Con este ejemplo podríamos decir que Jackson sigue siendo tan rematadamente fiel a la obra original, pero ya dejó de serlo en “La desolación de Smaug” (2013) y, con este final de trilogía, ha perdido totalmente el norte: inclusión de personajes infames que no aportan nada (ese ridículo consejero de la Ciudad del Lago al que se da excesivo protagonismo), romances estúpidos e imposibles que sólo consiguen irritar al espectador (el enano y la elfa), o el evidente alargamiento de las escenas CGI que colman prácticamente todo el filme, resultando una película más plana y menos épica.

A pesar de su variedad de fallos, sigue habiendo escenas y momentos que hacen del filme un buen cierre de trilogía. La escaramuza de los magos y los altos elfos contra las sombras de los reyes en Angmar es sencillamente brillante, y de mayor calado épico que la inmensa batalla digital. Otro de los grandes momentos, de gran componente nostálgico, se desarrolla precisamente en el epílogo, enlazando con la historia de “El señor de los anillos”.

A nadie le debe sorprender la evolución que ha seguido Peter Jackson con esta trilogía. Adaptar una obra tan poco extensa como “El Hobbit” a una trilogía cinematográfica de casi 8 horas de duración en total supone alargar demasiado el chicle, inventarse muchas cosas que al final acaban degradando la historia y, lo que es peor, su aura legendaria.

Después de todo, me costaría mucho valorarla con menor puntuación que “La desolación de Smaug”, pues ambas son buenas películas y ambas tienen prácticamente los mismos defectos. Valga como un adiós, un viaje a los Puertos Grises para abandonar una Tierra Media a la que ya, muy probablemente, nunca volveremos.
3
29 de diciembre de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una magistral trilogía del señor de los anillos, la cual sólo puede ser criticada por los amantes y lectores más puristas, nos encontrábamos ante el anuncio de una nueva trilogía de un libro de no más de 200 páginas. Todos pensábamos que lo hacían para ganar dinero, pero algunos –me incluyo– teníamos esperanzas de como mínimo entretenernos. Si esos lectores puristas pueden discutir si ESDLA ha sido la mejor y más correcta adaptación de los libros, pero ninguno debería negar que son grandes películas, imagínense la sangre que puede correr con esta reciente trilogía “protagonizada” por Bilbo Bolsón de Bolsón Cerrado.

He de admitir que la primera película me maravilló, muy entretenida. Incluso llegué a verla dos veces en el cine; todo sea dicho, me invitaron la segunda. Con esa ilusión me encontré ante una segunda película aburrida y larga cuyo principal fallo es, según mi parecer, inventarse cosas que no son de Tolkien. Cada vez que veía a Tauriel suspiraba de aburrimiento, sobre todo cuando presentaban una relación amorosa innecesaria con un enano. Muchas incongruencias, por ejemplo, los orcos ninjas. Pero esto no es una crítica de la segunda película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El cierre de la trilogía del Hobbit puede resumirse con la siguiente palabra: gratuidad. A lo largo de la película se plantea la constante pregunta: ¿Por qué no? Un dragón está atacando la ciudad y el único hombre que puede matarlo escapa de su celda de una manera cómica e inverosímil, total todos sabíamos que iba a enfrentarse a al dragón, ¿por qué no sacamos unas risas? ¿Por qué no hacemos que tenga superfuerza y vaya rompiendo tejados hechos de papel? ¿Por qué no hacemos que se suba a la localización más alta con flechas que todos sabemos que no afectan a Smaug si podemos presentar más adelante una escena padre e hijo que sobrecoja el corazón –nótese la ironía–? Centenares de incongruencias van sucediendo, su consecuencia es hacer borrar al ELSDLA, yo no sé que estoy viendo pero una producción digna de la anterior trilogía no. Legolas se convierte en el Príncipe de Persia y hace parar el tiempo para no caerse de ese puente que ha construido siguiendo un manual. Es típico que si se te acaban las flechas encima de una torre hagas un arreglillo; repito, de manual. ¿Por qué no? El espacio temporal y espacial es un completo desorden, mientras unos hacen acciones en un tiempo muy lento, otros se mueven increíblemente rápidos para poder reunirse con los mismos. Los personajes tienen continuas escenas de postureo que intentan ser épicas. Hay frentes bélicos abiertos por todos lados, la misma guerra que sigue sólo a los protagonistas se vence por individualidades y cabras gigantes que aparecen oportunamente ¿Por qué no? Vamos a ponerle superfuerza a Bilbo y que mate tirando piedras ¿Por qué no? Un enano que mate a cabezazos ¿Por qué no? Son tantos los disparates que voy a parar, seguro que hay muchas otras críticas que enumeren otras.

No obstante, al oír un diálogo entendí de verdad la película. En la muerte de Thorin escudo de roble dice, no recuerdo las palabras exactas, algo así: “Ojala la gente se preocupase más por el hogar y menos por el dinero”. Es entonces cuando se me encendió la bombilla y estuve a punto de levantarme y empezar a aplaudir. Después de dos horas y pico de una innecesaria tercera película suelta esa joya, no darle importancia al dinero. ¡Ole! Es entonces cuando me doy cuenta de que a partir de la segunda película es una completa sátira y crítica a todas esas películas industriales con un argumento prototipo y vago. A continuación, veo todas las incongruencias con otros ojos; una detrás de otra. Llega el padre de Legolas y le dice a éste sin venir a cuento: “Tu madre te quería”. Son risas, la madre se ha mencionado una vez en toda le película. Aparece posteriormente la crítica a todos esos triángulos amorosos que tan bien se venden hoy en día. Sí, me refiero al momento en que se ponen a hablar, cual poetas filósofos, Tauriel y Thranduil de la naturaleza del amor. Gandalf nos ofrece una escena con Bilbo en la que se tira un minuto y medio sin hacer nada, entre líneas entiendo: debes tener paciencia. Entonces, ¿la razón de mi baja puntuación? Pura ironía, al igual que la película. Porque si no lo es, entonces es nefasta.
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