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El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos

Fantástico. Aventuras. Acción Después de haber recuperado el reino del Dragón Smaug en la montaña, la Compañía ha desencadenado, sin querer, una potencia maligna. Un Smaug enfurecido vuela hacia la Ciudad del Lago para acabar con cualquier resto de vida. Obsesionado con las enormes riquezas en su poder, el rey enano Thorin se vuelve codicioso, mientras Bilbo intenta hacerle entrar en razón haciendo algo desesperado y peligroso. Pero hay aún mayores peligros por ... [+]
Críticas 274
Críticas ordenadas por utilidad
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6
17 de diciembre de 2014
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aviso: en este comentario no se va a comentar nada sobre la adaptación de la novela El Hobbit o de cualquiera de las otras historias de JRR Tolkien a la pantalla. O a lo mejor un poco sí... pero esencialmente de lo que va a tratar es de la película, que es lo que importa ahora.
Para aquellos que, vista Un viaje inesperado, pensaron que Peter Jackson se había columpiado de lo lindo con las tres películas y solo pretendía hacer más dinero, ahí va una buena noticia: teníais razón, y La batalla de los cinco ejércitos es la prueba.
Afortunadamente no se trata de una película execreable, ni mucho menos. Sigue siendo un espectáculo visual de primer orden, Jackson sigue demostrando su valía para el plano aéreo (ver la llegada de los cuatro enanos rezagados a Erebor) y las escenas más intimistas (tiene muy buena mano para dirigir a los actores y extraerles cosas excelentes, como se comentará después). Toda la trama que envuelve a Bilbo, los enanos y la locura de Thorin es lo más interesante de la función y plantea una obvia pero interesante reflexión acerca de la corrupción de poder y riquezas y la verdadera valía de lo que nos rodea. Es esta trama la que da escenas excelentes, como la entrevista entre Bardo y Thorin, la anagnórisis del líder enano sobre su comportamiento o cada uno de los cara a cara entre enano y hobbit, unos Richard Armitage y Martin Freeman absolutamente espléndidos y muy bien dirigidos por Jackson. Afortunadamente, esta El Hobbit es una película, al igual que la primera de la saga, que mejora según avanza y va encajando poco a poco las piezas, pese a perder demasiado tiempo por el camino.
¿Problemas? Pues unos cuantos y variados. Después de ese excepcional prólogo de destrucción, la película se va cuesta abajo y durante un rato parece no tener freno. El personaje de Tauriel y su historia con Kili sigue siendo infumable y adquiere categoría de absurda en esta parte. Vale que es muy bonito (nótese la ironía) lo del amor interracial, pero no resulta creíbles semejantes comportamientos en una guerrera de raza elfa, y además queda reducida simplemente a sufriente enamorada. Da pena por Evangeline Lilly, que ha hecho lo que ha podido, pero no había más donde rascar. Otro gran error es la secuencia del rescate de Gandalf en Dol Guldur. Sin desvelar nada, resulta ciertamente risible en algunos momentos, deja mal sabor cuando concluye (tanta gaita en las dos películas anteriores con el Nigromante para finalmente acabar en... ¿eso?) y parece que solo está ahí porque quedaba muy bien sacar a Cate Blanchett, Christopher Lee y Hugo Weaving y hacer guiños quizás innecesarios a El señor de los anillos. Hay escenas y tramas que parecen acabadas con prisa y en ocasiones da incluso la impresión de que a Jackson, Fran Walsh, Philippa Boyens y Guillermo del Toro se les ha olvidado dar un final satisfactorio a ciertos personajes (casos de Tauriel, el insufrible Alfrid o incluso Bardo y los supervivientes de la Ciudad del Lago). Y aun hay algo más grave que todo esto. La batalla del título, la de elfos, hombres, orcos y enanos, cansa. Es anodina. Suena a dejà vu absoluto. Todo nos lo ha enseñado ya Jackson y nos lo ha enseñado mejor. Entretiene pero ni emociona ni aporta nada y el espectador se queda frío en su butaca durante demasiados minutos.
En resumidas cuentas, una película descompensada, mucho menos lograda que su hermana mediana, al nivel de su hermana mayor y conclusión de una trilogía cuya historia de aventuras podría haberse contado perfectamente en dos películas en vez de tres.

Lo mejor: Richard Armitage y Martin Freeman, las escenas de los trece enanos y Bilbo y el prólogo.
Lo peor: Es muy irregular, tiene tramas y escenas mal acabadas y le falta emoción por todas partes.
8
20 de febrero de 2015
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con frecuencia los que mueven el mundo y hacen avanzar el devenir de la humanidad no son los poderosos. Los simples humildes de a pie lo hacen con muchísima más frecuencia que éstos, puede que cada día.
La historia no habla de todos esos personajes anónimos que contribuyen a hacer de la vida algo más hermoso, más llevadero, más memorable, e incluso, y esa debería ser la gran meta, más feliz.
Los genios son los que comprenden la importancia de lo pequeño. Los que no ignoran que aquí cabe todo, y no desprecian lo diminuto porque no por ello ha de ser insignificante. Ninguna historia está realmente completa sin algo como un hobbit (ya sea bondadoso, como Bilbo y Frodo, o más corrompido, como Gollum) para mostrar que no sólo la “gente grande” posee el privilegio de cambiar los acontecimientos.
Tolkien lo comprendía. Por eso ha sido un genio literario.
“El Señor de los Anillos” es una de las narraciones épicas de fantasía más espectaculares de todos los tiempos. Lo reúne todo, y lo que la hace aún más perfecta es que los principales protagonistas no son los orgullosos y refinados elfos inmortales, ni los veleidosos humanos, ni los obstinados enanos, ni dentro de estas razas los magos, reyes o personalidades dotadas de poder. Los hechos los observamos a través de dos menudos hobbits de la Comarca, una raza de pacíficos y hogareños seres muy apegados a sus costumbres tranquilas. No son viajeros ni aventureros por naturaleza, y rara vez salen de su territorio. Para ellos el colmo de la osadía consiste en ir a visitar a sus parientes lejanos, en algún punto de la Comarca, aunque ahí lo normal es que no haya nadie que no esté emparentado con los demás.
La mayoría de los habitantes de la Tierra Media no ha oído hablar jamás de los hobbits.
Pero dos de ellos intervendrán decisivamente al avecinarse la era más oscura que se recordará. El resurgimiento de Sauron, el peor señor oscuro que haya existido. Su Anillo Único de poder, el arma más poderosa jamás creada, perdida durante siglos, ha caído en manos del hombrecillo más inocente y bonachón que se pueda concebir. Bilbo Bolsón será uno de los poquísimos cuya alma no se arruine a pesar de llevar el Anillo encima. Lo mismo ocurrirá con su sobrino Frodo, pero para éste la carga será infinitamente más pesada, la carga de salvar a la Tierra Media.
Así que los benevolentes ojos de estos personajillos serán nuestros principales espejos para ver el universo de Tolkien.
Bilbo nunca hubiera esperado ser un “saqueador”. Pero el liante de Gandalf el Gris lo engancha para marchar en una misión junto con un grupo de enanos tragones, bulliciosos y cabezotas, para ayudarles a recuperar Erebor, su reino perdido. Y el hobbit que adora su casita redonda y sus libros demostrará un valor, una fraternidad y una agudeza que él mismo desconocía. Después de los muy movidos y a menudo divertidos, con un fondo de oscuridad siempre presente, hechos de “Un viaje inesperado” y “La desolación de Smaug”, el periplo de enanos y hobbit alcanza su cúspide, tanto literalmente (la imponente presencia de Erebor, la Montaña Solitaria) como en la épica y la oscuridad de la guerra que se avecina. El humor no falta, seña de identidad de la trilogía-precuela de ESDLA. Y también se continúa una linda historia de amor, que ya empezó en “La desolación de Smaug” y que no es original de Tolkien, pero es un dulce aditamento para tanta movida, tanto enfrentamiento, persecución, escaramuza y matanza.
Tauriel, la elfa silvana de Mirkwood, ha sido un gran acierto y contrarresta la superioridad numérica masculina. Hay veces en que no es un sacrilegio salirse un poco del material original para añadir un toque más fresco y que, en este caso positivamente, invite a una mayor audiencia. Las mujeres nos sentimos muy involucradas (por lo menos yo) gracias en buena parte a Tauriel.
Puede que “El hobbit” sea una especie de “telonero” menor que da paso a la gran función, pero probablemente sea de las mejores precuelas literarias que haya escrito pluma alguna. Y en el cine se le rinde un digno homenaje.
8
20 de diciembre de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos de Peter Jackson es una película fantástica de acción y aventuras que concluye notablemente una trilogía bastante light. Dirigida con un ritmo vigoroso y con el mismo estilo que sus predecesoras pero con mucha más acción y emoción, es una obra que cierra el círculo y apasiona bastante más que las primeras partes, logrando captar la total atención del público y mejorando con ello de modo excelente la media de la trilogía, aunque por supuesto sin llegar al nivel de la laureada trilogía El señor de los anillos.
La fotografía es fantástica y tiene un gran juego de luces, predominando los tonos tenues que marcan una labor repleta de matices evocadores que concluyen una labor visual vistosa y desde luego sobresaliente. La música es intensa y penetrante en las escenas de acción que se suceden las unas a las otras, enardeciendo los sonidos para estimular al público con sus melodías hipnóticas, aunque también hay cabida para algunos sonidos emotivos. Los planos y movimientos de cámara lucen un extraordinario trabajo técnico a través del uso del avanti, retroceso, generales, aéreos, reconocimiento, plano-contraplanos, seguimiento, cámara en mano, steadycam, grúas y subjetivos que sacan lo mejor de la historia. Cabe destacar también, unos efectos visuales y de sonido espectaculares que sacan lo mejor en las escenas de acción.
Las actuaciones son más profundas e íntegras que en las primeras obras, ya que las bromas pasan a un segundo plano y empieza lo serio con interpretaciones que mejoran ampliamente su actitud y resultado. Cuenta de nuevo con las interpretaciones de Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Luke Evans, James Nesbitt, Aidan Turner, Evangeline Lilly, Cate Blanchett, Orlando Bloom, Hugo Weaving y Christopher Lee entre muchos otros. La dirección artística emplea para estos de nuevo unos vestuarios y caracterizaciones impresionantes y sugestivos a cada personaje, cumpliendo con un soberbio trabajo que brilla con luz propia y que junto a los magníficos decorados transportan al espectador.
El guion, escrito por el director junto con Philippa Boyens, Fran Walsh y Guillermo del Toro y basado en el conocido libro de J.R.R. Tolkien, finaliza la historia y es mucho más ameno y entretenido que el resto por tener mucha más lucha y momentos apasionantes cuando aparecen los distintos ejércitos, y aunque sigue abusando de los efectos por ordenador en las batallas al menos concluye dignamente una trilogía que como dije en su momento, está estirada hasta el extremo. Esto se lleva a cabo con una narrativa enigmática e intrigante, que con tono clásico y variado según el personaje y el lenguaje de su raza gusta escuchar al público. Cabe señalar también, el montaje lineal y seguido que es algo más corto que en las anteriores entregas y ajusta la historia eficazmente en menos tiempo para no dejar al espectador relajarse.
Concluyendo, la considero una obra notable y necesaria para concluir la saga, haciéndolo además de modo emocionante y apto no solo para los seguidores del género y Tolkien, sino también para el público en general que es consciente que en esta entrega se toma la acción mucho más en serio y tiene momento mucho más espectaculares que sus predecesoras. Recomendable por su dirección, guion, interpretaciones, fotografía, música, montaje, efectos, planos, movimientos de cámara, vestuarios, caracterizaciones, decorados y narrativa que vuelven a El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos, un film merecedor de elogio aunque tiene la contrariedad de que para llegar hasta él, tienes que pasar por dos películas bastante menos atractivas y lúcidas.
4
21 de diciembre de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con este título más que adecuado empiezo mi crítica. Cuando Peter anunció la llegada de su nueva trilogía lo único en lo que podía pensar era en revivir las emociones que nos transmitío el señor de los anillos allá por 2002. Empecé la trilogía con ilusión, pero poco a poco a medida que transcurría la saga esa ilusión se hizo añicos, mis esperanzas de ver una gran saga se desvanecieron al ver una pésima adaptación del libro, el cuál, se resume en poco más de trescientas páginas, pero que el director de la película decide "obsequiarnos" con aproximadamente ocho horas de cinta.
No suelo criticar a una película por hacerse por dinero, ya que el cine además de un arte, es un negocio. Pero en este caso Peter Jackson no nos regala otra magistral saga como la vivida con anterioridad ya que en esta además de nos seguir fielmente al libro y rellenar la película con escenas que llegan a ser pesadas o aburridas, apreciamos demasiadas escenas en las que el ordenador parece ser su único protagonista.
Es una película entretenida llena de aventuras imaginadas por Tolkien, que con su magia y ambientación nos evoca a ese mundo tan especial donde la música ejerce un papel muy importante.
Quizás la comparación con el señor de los anillos perjudica todavía más a esta saga que no consigue escapar de la mediocridad.
5
31 de diciembre de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francamente, Peter Jackson ya se ganó el crédito de los fans de Tolkien con la trilogía que lo catapultó a la glòria mitómana hace una década. Eso queda fuera de ninguna duda. Los motivos por los cuales se empantanó en una adaptación de El Hobbit, un cuento infantil comparado con la obra más madura de LOTR, siempre seran objeto de especulación.

Y digo empantanó porque es lo como uno se siente después del visionado de las tres películas en conjunto. Empantanado. Pero aqui hay que criticar la última, y eso precisamente voy a hacer.

El planteamiento de la película es puro entretenimiento, acorde a la serie, y que trata simplemente de cerrar abruptamente la historia de un viaje de ida y vuelta. Ese hito lo logra. El abuso de CGI y de explicaciones Deus Ex Machina (es decir, sucesos que se concatenan sin usar la lógica) no rompen el ritmo hiperbólico y desenfrenado de la película, a la espera de que aparezca la versión extendida que aporte coherencia a las subtramas, por otra parte, totalmente inventadas para poder alargar el metraje.

Ya no se trata de adaptar un libro, se trata prácticamente de reinventarlo para forzadamente, incluirlo en un universo preconcebido por Jackson en su anterior trilogia. Ese hito también lo logra. En esta película los fans de LOTR encontrarán algo, que no todo, de ese maravilloso universo recreado hace una década. Y los que no son fans, ni se daran cuenta de las decenas de cosas que harian que Tolkien maldijera de manera exquisita, eso si, a la madre que parió a Jackson.

Los actores francamente hacen un papel más que decente en todos los casos, incluído el del Jar Jar Binks particular de esta trilogía y que permiten atestiguar, sin lugar a dudas, que Jackson es una persona extremadamente naïf.

No pasará a la historia, pero si queréis disfrutar con palomitas y aplausos, esta es una buena excusa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ahora ya puedo soltarme, en la parte de spoilers...

Por todos los demonios de los infiernos, ¿qué has hecho Jackson? ¿Cómo has podido corromper hasta estos extremos la obra de Tolkien?

Te perdonamos el surfeo sobre escudo de Legolas en Las Dos Torres, incluso la vejación del respetuoso personaje de Gimli. Te perdonamos en el Retorno del Rey la muerte del Mumakil e incluso la aparición en Gondor de miles de espectros del Sagrario.

¿Pero ésto Peter? Es imperdonable. Es la hipérbole sacapasta de un director caído en desgracia. Es la degradación de un concepto que va más allá del cine y que se convierte en memes. Es la ridiculización de personajes que encarnan valores como la humildad, la valentía, el sacrificio o el sentido de la justicia. Se difumina el concepto de que la amistad de los Pueblos Libres es muy superior a cualquier riqueza material.

- Smaug, una de las criaturas más taimadas, sabias y crueles de la Tierra Media convertido en un imbécil alado redomado.
- Esgaroth es un galimatías sin sentido y sin personalidad, a diferencia de lo que hizo Peter con Rohan o Rivendel.
- Aparecen haradrim y orientales entre la población de Esgaroth, un completo sinsentido. Es como si en la edad media, en plena Toledo, abrieran un bazar chino.
- La elfa Tauriel es una aberración exagerada y su relación con Kili un total despropósito carente de sentido estético.
- Legolas ni tan solo debería aparecer. Y cuando lo hace, anabolizantes y CGI mediante, empaña la seriedad del trabajo. Por favor, una cosa es ser elfo silvano, y otra diferente desafiar las leyes de la gravedad, presentes en la Tierra Media.
- Alfrid es Jar Jar Binks. Vergonzoso personaje tolkinianamente imposible.
- La batalla de los cinco ejércitos se produce de noche y Beorn tiene un papel fundamental. Aqui aparece con calzador. Y la batalla resulta finalmente tan épica como puede serlo un episodio de Bonanza.
- No hay funerales finales, algo fundamental en los libros. Y Fili y Kili tienen dos muertes absurdas en lugar de la épica del libro, defendiendo a su tío herido de muerte.
- Daín II es simplemente un personaje extraído de Warhammer, a lomos de un cerdo vietnamita gigante. Si al menos fuera un jabalí...
- Lo de la aparición súbita de los carneros ensillados es demencial.
- Los gusanos de DUNE haciendo agujeros en las montañas y que podrian haber terminado la batalla en dos minutos.
- El ejército que proviene de Dol Guldur que desaparece por arte de magia.
- La salida de la compañia enana de Erebor en cota de malla para hacer una carga en cuña es otro insulto más a la casa de Durin.
- Que los Armored Trolls caigan con dos flechas no pasa ni en los peores videojuegos de EA. Que los orcos superhormonados caigan fulminados a pedradas ya es más propio de la franja de Gaza que de la Tierra Media.
- Bardo surfeando en carro y ensartando con su acero a un erhm...qué cojones era eso, un troll? en serio? un trasgo amorfo?
- En lugar de exprimir la épica que tiene en el libro la batalla, que pasa sin pena ni gloria en la historia de la tercera edad, más allá de ser descrita como algo sangrienta, con la llegada de las águilas al final para decantar la lucha, aquí se convierte en un trailer de la nueva expansión del WOW.

Por todo ello, y por mucho más, fans de Tolkien, sufrid y llorad, porque 30 años más tarde de vivir todas las aventuras de los libros varias veces, 30 años después de interminables partidas de rol, de hacer bocetos de los personajes, de vivir las rutas, de disfrutar con las ilustraciones del bestiario y de los óleos de Alan Lee, esto es francamente decepcionante, pero así es el negocio del cine.
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