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Umberto D.

Drama Umberto Domenico Ferrari es un jubilado que intenta sobrevivir con su miserable pensión. Sumido en la pobreza, vive en una pensión, cuya dueña lo maltrata porque no consigue reunir el dinero necesario para pagar el alquiler de su habitación. Los únicos amigos que tiene en este mundo son una joven criada y sobre todo su perro Flike. (FILMAFFINITY)
Críticas 68
Críticas ordenadas por utilidad
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7
27 de diciembre de 2023 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los temas van a ser:
La posguerra, la pobreza, el neorrealismo, la sensibilidad, el perro, las críticas.

LA POSGUERRA: Se centra mucho cinéfilo por estos lares en la referencia a que la época que recoge "Umberto D." es la de la posterior a la Segunda Guerra Mundial. Nos vienen a contar que los elementos que provocan el sufrimiento del protagonista Umberto son los propios de la precariedad que provoca una guerra, muy alejados de la situación privilegiada que vivimos hoy día en las sociedades opulentas de la modernidad. ¿No podemos ver pobreza en el mundo que nos rodea? ¿No existe la soledad en la modernidad actual? ¿No abunda la falta de empatía? ¿No existe la crueldad, tanto contra las personas como contra los animales? ¿No existe el suicidio como forma desesperada de escapar a nuestra realidad económica más asfixiante?

LA POBREZA: Hay algo que me llamó pronto la atención: La dignidad con la que el protagonista llevaba su pobreza; esto lo digo para los adoradores del modo de vida del presente. Leo en un usuario su queja sobre que no se explica en ningún momento el porqué de la pobreza de Umberto. Y lleva razón, podría ser que él mismo se lo hubiera buscado. Pero lo más neutro es pensar que todos cometemos errores, que podemos equivocarnos en nuestras decisiones y acabar en el arroyo. Pero lo que realmente clama al cielo es que nuestro "bendito" sistema es un cenagal de aguas movedizas, en el que si no te mueves como ordenan los que están arriba, si te arriesgas a tomar decisiones complicadas, si no juegas a la baraja con comodines en la mano, ya sabes lo que te puede ocurrir. Me llama la atención que ninguna crítica mencione la ratonera en que se convierte una ciudad o cualquier población, si llegas a cierta edad y no tienes nada.

EL NEORREALISMO: Comparto con quién piensa que el estilo neorrealista de esta película la lastra un poco, en el sentido de que ese realismo tan expansivo, tan estirado, se convierte en un efecto que recarga en exceso algunas escenas. Al querer el director ceñirse a ese movimiento cinematográfico, lo que gana por un lado lo pierde por otro. Dicho de otra manera, por momentos nos imbuimos en una cercanía a los hechos que nos impacta enormemente, por otros momentos los hechos parecen perder gravedad y están insuflados de aburrida cotidianeidad. La película camina por momentos sobre el alambre, aunque finalmente resulte victoriosa la fuerza de su contenido emocional.

LA SENSIBILIDAD: Sí, quizás sea esta la característica con la que me quedo de todo el metraje. La delicadeza con que Vittorio de Sica esculpe toda la historia te acaba calando. En mi caso no llegó a lo lacrimógeno, como parece que a muchos por aquí les sacudió. Yo vi una historia muy triste, con unas actuaciones muy veraces, con muchos pequeños detalles que daban a todo un cuerpo muy humano.

EL PERRO FLICKE: No soy muy de perros. Tampoco me adscribo a las ideologías animalistas tan en boga hoy en día, pero con eso no estoy diciendo que halla que matar a todos los perros, que hoy día es como que si no te pones el slogan de lo que sea, no eres más que un mierdoso radical. El perro Flicke, no tiene la presencia ni el protagonismo que Rintintín pero está en su sitio. Sobre todo nos sirve para entender que es el eslabón con la vida del pobre viejo. Mi vida como un perro, decía aquella película. Yo, más que fijarme en el perro, me fijaba que él no tenía a nadie más (y menos mal que tenía a Flicke).

LAS CRÍTICAS: No suelo leer las críticas antes de hacer la mía, pero en este caso sí las leí. Me sorprende ver que la mayoría de ellas están ahogadas en lo emocional de la película. En la pena penita pena del viejo, o en el sombrío posible destino del perro. ¿Sentirá algo la gente cuando vean gente pobre por la calle? ¿Les apenará el clásico divorciado al que su ex esposa ha desplumado y dejado en la miseria? ¿Se acongojarán al comprobar el solipsismo e individualismo tan extremo al que hemos llegado hoy día (sin parangón) y del que no estamos exentos (y que nos aboca a la existencia más vacía)? ¿Justificarán las medidas económicas tomadas contra algún sector de la población por el partido político de su preferencia?


Que la emocionalidad no nos aleje de la realidad profunda. Que los ladridos de Flicke no ensordezcan nuestra voz interior que nos habla de un mundo a la deriva (hoy más que en 1952). Umberto D. nos sirve, aparte de como historia emotiva, como documento de una realidad que se agrava con el paso del tiempo. Si toda la cinta fuera sólo para compungirse por el buen viejo y por el simpático can, estaríamos entonces ante una obra menor. Pero como creo que no es así, le marco un 7,2.
9
18 de marzo de 2025 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me sumerjo en la filmografía de Vittorio De Sica por medio de Umberto D. (1952), un viaje por el neorrealismo italiano que, sin duda alguna, logra conmover al espectador, eso sí, con dos de los elementos más emocionales del cine: un anciano y su mascota.

El italiano nos presenta a Umberto, un anciano con escasez de recursos al que el mundo ignora, lo que hace que la única relación emocional pura y duradera sea con su perro. Esto hace que la cinta de De Sica represente con realismo la dureza de una soledad no deseada y de cómo Umberto, en su cotidianeidad, lucha por mantener su dignidad a pesar de la fría indiferencia de una sociedad despreocupada por los más vulnerables, destacando el olvido al que fueron relegados en la Italia de posguerra.

La escenografía de Umberto D. (1952) es clave en ese neorrealismo, ya que los escenarios reales, el uso de actores no profesionales y la falta de recursos para filmar potencian la sensación de estar presenciando algo tan auténtico como desolador.

Aunque es cierto que hay una fuerte carga dramática que invita al espectador hacia una vertiente desoladora, también existen ciertos momentos en los que el director se permite ver la bondad en el ser humano, dando a entender que la humanidad es algo que persiste en mayor o menor medida a pesar de las circunstancias.

Antes de finalizar, destacar una última escena entre Umberto y su perro que desecha sensacionalismos, pero aún así logra enternecer y tocar la fibra mediante la única conexión real que el espectador ha presenciado durante hora y media.

Umberto D. (1952) es un clásico del cine que todo el mundo debería ver, una oda a la honestidad cinematográfica, a la representación de la austeridad por medio de la austeridad, es decir, el reflejo puro de un cineasta comprometido con una filosofía fílmica propia.
7
11 de junio de 2024 Sé el primero en valorar esta crítica
Una oda a la resistencia y la dignidad de una generación, la de los mayores que sobrevivieron al fascismo y la II Guerra Mundial. Me fascina como el neorrealismo italiano, tan coyuntural, se mantiene vigente. Cine que alimenta el alma. Posee escenas que te quiebran (la de la limosna, por ejemplo), pero el conjunto me deja más frío que otras de mi querido De Sica. Humana, comprometida, honesta.

@pildoras_de_cine
6
28 de marzo de 2012
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Justo del mismo director dentro de su trilogía del neorrealismo italiano me vi hace poco El limpiabotas, que sin entusiasmarme me pareció algo superior a la que nos ocupa. Ahora me quedaría por ver El ladrón de bicicletas que se supone que es la más famosa y valorada.

La que nos ocupa nos sitúa también en una época de pobreza y austeridad, centrándose en la tercera edad y arrancando con una manifestación de jubilados. El protagonista es Umberto, que cobra una pensión la cual no le llega apenas ni para vivir en la habitación que alquila a una mujer que no se corta cada día en amenazarle con que lo va a echar si no paga íntegramente y de una vez el dinero que le debe.

Hay algún secundario como la citada casera o una joven embarazada que trabaja para ella ocultándole su estado por miedo a ser despedida y sin saber cual de sus dos soldados amantes es el padre de la criatura que espera.

El máximo protagonista es el citado anciano con la compañía inestimable de su perro. La historia se sustenta sobre las tristezas de una época y una sociedad con la que se busca que te sientas bien identificado o te emocione y a mi salvo detalles no me ha pasado.

La verdad que con la baza del perro ya me tenía ganada la cinta pero tampoco voy a emocionarme irracionalmente por algo que me afecta más de lo normal. Me mantiene interesado y tenso solo en dos momentos puntuales por este motivo pero por lo demás me ha parecido bastante plana y convencional.

Nota: 5'5
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
(Spoiler sobre los dos momentos más emocionantes)

Cuando el perro se escapa y luego al final cuando pretende dejarlo en el parque y este le sigue y la "reconciliación final".
7
15 de noviembre de 2022 1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la película no quería ser un drama, ni caer en el sentimentalismo ni nada de todo eso, realmente la película es deprimente.

En su día fue un fracaso en taquilla, aunque viniera de De Sica, que era toda una celebridad consagrada. Pero la gente, no quería ver más historias reales ni tristes (lo que pasó en EEUU después de la Segunda Guerra Mundial), y seguramente fue fracaso por este motivo.

Una película dedicada a su padre, ya que fue un pensionista que cobraba poquísimo.

De nuevo actúan actores no profesionales, si no gente de calle. El mismo protagonista, es la única película que hizo. La chica también lo era, pero sí que hizo más películas.

Esta película la vi por primera vez el 3 de agosto de 2014, y 2 de 2 usuarios les pareció útil la primera crítica que comentaba: "Bien por la crudeza. Una película que fue fracaso en taquilla, y teniendo en cuenta la reciente guerra, la gente no quería ver más desgracias en pantalla si no pasar un buen rato. Pues de eso se trata, un pobre hombre mayor que pasa penurias. Lo que más me ha gustado es la relación con su perro, y lo que pasa por su perro. Acto muy loable y más por la época que fue filmada. Gracias a este gran detalle, valoro mucho más esta película. También la deshumanización de la humanidad antes las personas mayores, deja patente durante todo el metraje. Lo que menos me ha gustado, eso que llaman "neorrealismo", donde se justifica actores que no saben actuar (me refiero a la chica joven)."
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Viéndola por segunda vez, me ha matado el final. Porque... al final ¿Qué pasa con el hombre y el perro?
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