A Roma con amor
5.8
27,954
Comedia. Romance
Cuatro historias independientes con un escenario común: la ciudad de Roma. En la primera, un matrimonio americano (Woody Allen y Judy Davis) viaja a italia para conocer a la familia del prometido de su hija (Alison Pill). En la segunda, un italiano (Roberto Benigni) se hace famoso sin motivo de la noche a la mañana. En la tercera, un arquitecto californiano (Alec Baldwin) visita Roma con sus amigos donde conoce a un estudiante (Jesse ... [+]
24 de septiembre de 2012
24 de septiembre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene algo especial. Podría ser una definición del cine de Woody Allen, pero en esta ocasión, no es el caso. Como para tantos otros, "Midnight in Paris" fue una película maravillosa y que me cautivó, además, tuve la Fortuna de que fue una cinta que en visto en tres ocasiones, siempre precediendo algo bueno o con la compañía ideal, en el momento justo.
"A Roma con amor" tenía la desventaja subjetiva de no pillarme en tan buenas sensaciones y, pese a ello, menos lujosa que la increíble París, la vieja dama romana es capaz de encadilar como siempre ha hecho, ya sea a través de un italiano normal y corriente que descubre la fama (Roberto Benigni, o le amas o le odias, a mí me encanta, debilidad personal), una prostituta de buen corazón (correcta Penélope Cruz y más guapa que nunca) o la bifurcación norteamericana que se encuentra en Jesse Eisenberg y un excelente Alec Baldwin.
Tendría que haber p... ado (perjudicado) a esta película por factores externos, y, sin embargo, no he tenido corazón, no he podido, la Ciudad Eterna permanece hoy, y siempre, resistente al invasor al que si no detiene con sus legiones, engatusa con una encatadora princiesa, como hicieron con Atila. Salvo la asignatura pendiente de Barcelona, Allen, quizás el peor tipo que nunca ha cogido un clarinete, sigue demostrando que sabe contar una historia como muy pocos sobre una ciudad, con esos diálogos que uno siempre suspira porque se le ocurriesen...
Además, no es el reciclaje de proyectos previos, el encanto bohemio de "Midnight in Paris" no podía hallarse en la cuna de los Césares (y algún hispano diría Santiago Posteguillo), por lo que el gran director (que además nos regala su presencia como un divertido suegro que descubre en su colega a un genio natural desaprovechado para la ópera entre formol) opta por un enfoque del cine clásico italiano, entrelazar, componer, divertirse, con un punto sexy, canalla, tierno...
En el Viejo Continente, más que probablemente, París sea la ciudad más preparada, preparada, preparada para impresionar los sentidos con su belleza... Pero la mejor es Roma.
Una muesca más en el revólver de un honesto artesano que sigue acudiendo cada año a su cita con su público. Ya solamente faltan 365 días para la próxima...
"A Roma con amor" tenía la desventaja subjetiva de no pillarme en tan buenas sensaciones y, pese a ello, menos lujosa que la increíble París, la vieja dama romana es capaz de encadilar como siempre ha hecho, ya sea a través de un italiano normal y corriente que descubre la fama (Roberto Benigni, o le amas o le odias, a mí me encanta, debilidad personal), una prostituta de buen corazón (correcta Penélope Cruz y más guapa que nunca) o la bifurcación norteamericana que se encuentra en Jesse Eisenberg y un excelente Alec Baldwin.
Tendría que haber p... ado (perjudicado) a esta película por factores externos, y, sin embargo, no he tenido corazón, no he podido, la Ciudad Eterna permanece hoy, y siempre, resistente al invasor al que si no detiene con sus legiones, engatusa con una encatadora princiesa, como hicieron con Atila. Salvo la asignatura pendiente de Barcelona, Allen, quizás el peor tipo que nunca ha cogido un clarinete, sigue demostrando que sabe contar una historia como muy pocos sobre una ciudad, con esos diálogos que uno siempre suspira porque se le ocurriesen...
Además, no es el reciclaje de proyectos previos, el encanto bohemio de "Midnight in Paris" no podía hallarse en la cuna de los Césares (y algún hispano diría Santiago Posteguillo), por lo que el gran director (que además nos regala su presencia como un divertido suegro que descubre en su colega a un genio natural desaprovechado para la ópera entre formol) opta por un enfoque del cine clásico italiano, entrelazar, componer, divertirse, con un punto sexy, canalla, tierno...
En el Viejo Continente, más que probablemente, París sea la ciudad más preparada, preparada, preparada para impresionar los sentidos con su belleza... Pero la mejor es Roma.
Una muesca más en el revólver de un honesto artesano que sigue acudiendo cada año a su cita con su público. Ya solamente faltan 365 días para la próxima...
30 de septiembre de 2012
30 de septiembre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vuelve Woody Allen, cuya cita anual desde los lejanos años 70 se ha convertido ya en un clásico de las salas cinematográficas tanto como Papá Noel en Navidad (mala comparación tratándose de un judío de pro). Allen nos regala una vez más su ingenio y su buen hacer fílmico, si bien su 'A Roma con amor' es una de esas películas que la mayoría considerará (consideraremos) mera rutina en su trayectoria pero que una vez termine el año nos daremos cuenta que esa "obra menor" es casi con toda seguridad una de las mejores películas del año. O como mínimo, de las que salimos del cine con la sensación de que merecía la pena pagar la entrada.
A modo de ritual, pero siempre encendiendo la chispa del trabajo bien hecho, Woody Allen nos vuelve a contar una historia dividida en cuatro que no se anudan argumentalmente entre sí pero sí lo hace su fotografía de postal romana, que como ya ocurriera con París en su anterior trabajo, es un personaje más de la película.
¿Y qué es la película? Pues es Woody Allen, una vez más. Pero con matices, esos matices que cada año nos recuerdan que no va a caer en la rutina. Esta vez se centra en un grupo de personajes con su historia, cada uno planteando un problema mundano que desarrollar con más o menos éxito hacia lo irónico o surrealista. O ambas cosas a la vez. En el fondo nos encontramos con tres historias de problemas de pareja (muy típicas del director, por otra parte) y una crítica social que nos sonará mucho. Todo con diálogos elaborados, cínicos, críticos, humorísticos, artísticos, absurdos y un buen puñado de ideas, algunas buenas, novedosas, y otras un poco más vistas.
Si bien todo está ejecutado de una manera firme y correcta, agradable y con cierta brillantez, no alcanza nunca las altas cotas de genialidad que de vez en cuando nos ha obsequiado el director neoyorquino. Quizás resulte demasiado tibio o liviano en lo que nos cuenta.
Definitivamente las historias de 'A Roma con amor' llenan la pantalla y llenan al espectador, pero no le encandilan, no atraviesa la barrera de lo especial. Uno sale satisfecho del cine sin más, esperanzado de que el genio neurótico de las gafas sigue teniendo un talento inagotable al que hay que agradecer que lo exprima en un ejercicio de auténtica dedicación rodando una película al año manteniendo siempre un nivel mínimo aceptable que bastante a menudo sube hasta la cima.
'A Roma con amor' mantiene el nivel, pero esta vez está lejos de esa cima. Aunque una vez más lo ha vuelto a hacer. Y hay que disfrutarlo como se merece.
A modo de ritual, pero siempre encendiendo la chispa del trabajo bien hecho, Woody Allen nos vuelve a contar una historia dividida en cuatro que no se anudan argumentalmente entre sí pero sí lo hace su fotografía de postal romana, que como ya ocurriera con París en su anterior trabajo, es un personaje más de la película.
¿Y qué es la película? Pues es Woody Allen, una vez más. Pero con matices, esos matices que cada año nos recuerdan que no va a caer en la rutina. Esta vez se centra en un grupo de personajes con su historia, cada uno planteando un problema mundano que desarrollar con más o menos éxito hacia lo irónico o surrealista. O ambas cosas a la vez. En el fondo nos encontramos con tres historias de problemas de pareja (muy típicas del director, por otra parte) y una crítica social que nos sonará mucho. Todo con diálogos elaborados, cínicos, críticos, humorísticos, artísticos, absurdos y un buen puñado de ideas, algunas buenas, novedosas, y otras un poco más vistas.
Si bien todo está ejecutado de una manera firme y correcta, agradable y con cierta brillantez, no alcanza nunca las altas cotas de genialidad que de vez en cuando nos ha obsequiado el director neoyorquino. Quizás resulte demasiado tibio o liviano en lo que nos cuenta.
Definitivamente las historias de 'A Roma con amor' llenan la pantalla y llenan al espectador, pero no le encandilan, no atraviesa la barrera de lo especial. Uno sale satisfecho del cine sin más, esperanzado de que el genio neurótico de las gafas sigue teniendo un talento inagotable al que hay que agradecer que lo exprima en un ejercicio de auténtica dedicación rodando una película al año manteniendo siempre un nivel mínimo aceptable que bastante a menudo sube hasta la cima.
'A Roma con amor' mantiene el nivel, pero esta vez está lejos de esa cima. Aunque una vez más lo ha vuelto a hacer. Y hay que disfrutarlo como se merece.
1 de octubre de 2012
1 de octubre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como siempre digo, una película que tiene varias historias independientes tiene mucho peligro, pues irremediablemente una o varias historias suele o suelen tener más peso o resultan más atractivas que otras. A Roma con amor no es una excepión. El director estadounidense nos muestra un guión ingenioso, con chispa, y aparentemente atractivo, pero la película se desinfla y pierde el ritmo cada vez que se cambia de historia. Destaco por encima de todas la trama de Baldwin y Eisenberg, tal vez la mejor de todas, el resto, aunque no son malas, tienen un interés escaso al ser eclipsadas por la mencionada (según mi criterio, vaya). Aunque el reparto no trabaja mal y se defiende medianamente bien, la construcción de algunos personajes es muy pobre. Le iba a dar un 4, pero fue tal la sonrisa que esbocé al escuchar tanto al principio como al final la magnífica "Nel blu dipinto di blu" de Domenico Modugno que le he dado un punto extra.
1 de octubre de 2012
1 de octubre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Floja y ordinaria película de Woody Allen. Extravagante en muchos aspectos, sostenida en 4 chistes mágicos de guión pero sin la continuidad que todos esperaríamos de Woody. Parece poco pensada y, el abuso que este autor está haciendo del surrealismo últimamente acaba por rozar el ridículo, además, se antoja demasiado forzado en un guión utilizar este tipo de métodos para que hasta las frases y momentos más entretenidos puedan encajar.
Desde luego viene a demostrar lo que muchos ya decían y lo que otros hemos podido comprobar tras esta última película de Woody Allen, está viejo y necesita descansar. No le vendría mal un añito parado para refrescar la mente y sobre todo volver con un guión realmente ingenioso. Que conste que con algo tipo "Midnight in Paris" yo disfruto como un enano, pero sin embargo, este tour por Roma me pareció mucho más flojo, más banal e incluso de viejo verde.
A continuación desgranaré lo que me parecieron las cuatro historias y además las reflexiones finales o moralejas que en algunas de ellas estoy totalmente en desacuerdo.
Desde luego viene a demostrar lo que muchos ya decían y lo que otros hemos podido comprobar tras esta última película de Woody Allen, está viejo y necesita descansar. No le vendría mal un añito parado para refrescar la mente y sobre todo volver con un guión realmente ingenioso. Que conste que con algo tipo "Midnight in Paris" yo disfruto como un enano, pero sin embargo, este tour por Roma me pareció mucho más flojo, más banal e incluso de viejo verde.
A continuación desgranaré lo que me parecieron las cuatro historias y además las reflexiones finales o moralejas que en algunas de ellas estoy totalmente en desacuerdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Como he dicho antes, la película se basa en 4 historias aisladas y sólo vinculadas por tener lugar en la misma ciudad. Las 4 contienen temáticas y reflexiones diferentes de la vida y en cada una de ellas podemos sacar algún mensaje, que no quiere decir que sea ni bueno ni correcto.
La mejor de las 4 historias para mí, es la de los estudiantes de universidad. Además de totalmente creíble, esconde los diálogos más interesantes y el tener a Alec Baldwin como conciencia común me pareció logradísimo. En ella tendremos las interpretaciones más frescas y el mensaje final propio de como en la juventud nuestras decisiones son más bien fundamentadas en las hormonas que en el cerebro, de ahí sus consecuencias en ocasiones fatales.
La historia de Benigni comienza genial. Me pareció gracioso e interesante la parodia del mundo del corazón y periodistas arriba y abajo. Benigni hace un esfuerzo sobrehumano por ser capaz de llevar toda la historia, pero acaba decayendo y resultando un poco renuente. Además diré que nos encontramos con el primer mensaje que, a mi entender es, además de facilón, inmoral. Eso de que por ser famoso te puedas permitir el lujo de ser infiel a tu mujer, incluso a tu vida como la persona que eras antes, pues sinceramente, si es lo que piensan todos los famosos, menudo asco de gente. No creo que la fama tenga por que transformar tu sencillez o extravagancia, ni mucho menos tus principios. Entiendo que para la vida privada que ha llevado Woody este mensaje le sirva como autoconsuelo moral.
La tercera historia es la del cantante de la ducha. Cuanto me reí con esta historia, al principio por supuesto. Después es la más insufrible de todas las 4. Acaba siendo agotadora y repetitiva, hasta los diálogos parece que son los mismos tan sólo cambiando a los personajes de escenario. Es una historia a la que le sobra la mitad del tiempo que ocupa y que no contiene ningún mensaje relevante a parte de la lucha del modelo de vida americano de éxito y el "sencillo" que pueden llevar algunos europeos.
La cuarta historia es para mí la peor. No sólo por actuaciones y demás, sino que todo lo que se desarrolla en ella, su mensaje final y encima el soportar su proceso recuerda a una película mala de Cine de Barrio. Sorprendente que Woody nos deje claro que para un matrimonio recién iniciado, la mejor terapia es que el marido se vaya de prostis y tu mujer con un cualquiera a un hotel. Por que no olvidemos, que en esta historia vuelve a salpicar la idea de que si eres rico tienes todo lo que quieres y hasta metes en la cama a mujeres casadas, pero con un giro inesperado de guión tenemos a una casada con un ladrón de poca monta en la cama. Ahora si que empiezo a mosquearme y plantear el simple hecho de ser adultero en tu luna de miel para fortalecer tu vida sexual de pareja me parece un esperpento, una abominación. Que me llamen tradicional o anticuado pero no pienso pasar por el aro del absurdo inmoral propuesto en esta historia y en la película en general. Si eres tan cobarde que no eres capaz de "perfeccionar" tus hábitos sexuales con tu cónyuge o pareja quédate soltero desgraciado/a.
En resumen, película sostenida en cuatro chistes buenos y lo demás para la papelera de reciclaje. No se justifica en nada tanta duración y de Roma nos enseña lo de siempre la verdad. De lo más flojito de Woody Allen.
La mejor de las 4 historias para mí, es la de los estudiantes de universidad. Además de totalmente creíble, esconde los diálogos más interesantes y el tener a Alec Baldwin como conciencia común me pareció logradísimo. En ella tendremos las interpretaciones más frescas y el mensaje final propio de como en la juventud nuestras decisiones son más bien fundamentadas en las hormonas que en el cerebro, de ahí sus consecuencias en ocasiones fatales.
La historia de Benigni comienza genial. Me pareció gracioso e interesante la parodia del mundo del corazón y periodistas arriba y abajo. Benigni hace un esfuerzo sobrehumano por ser capaz de llevar toda la historia, pero acaba decayendo y resultando un poco renuente. Además diré que nos encontramos con el primer mensaje que, a mi entender es, además de facilón, inmoral. Eso de que por ser famoso te puedas permitir el lujo de ser infiel a tu mujer, incluso a tu vida como la persona que eras antes, pues sinceramente, si es lo que piensan todos los famosos, menudo asco de gente. No creo que la fama tenga por que transformar tu sencillez o extravagancia, ni mucho menos tus principios. Entiendo que para la vida privada que ha llevado Woody este mensaje le sirva como autoconsuelo moral.
La tercera historia es la del cantante de la ducha. Cuanto me reí con esta historia, al principio por supuesto. Después es la más insufrible de todas las 4. Acaba siendo agotadora y repetitiva, hasta los diálogos parece que son los mismos tan sólo cambiando a los personajes de escenario. Es una historia a la que le sobra la mitad del tiempo que ocupa y que no contiene ningún mensaje relevante a parte de la lucha del modelo de vida americano de éxito y el "sencillo" que pueden llevar algunos europeos.
La cuarta historia es para mí la peor. No sólo por actuaciones y demás, sino que todo lo que se desarrolla en ella, su mensaje final y encima el soportar su proceso recuerda a una película mala de Cine de Barrio. Sorprendente que Woody nos deje claro que para un matrimonio recién iniciado, la mejor terapia es que el marido se vaya de prostis y tu mujer con un cualquiera a un hotel. Por que no olvidemos, que en esta historia vuelve a salpicar la idea de que si eres rico tienes todo lo que quieres y hasta metes en la cama a mujeres casadas, pero con un giro inesperado de guión tenemos a una casada con un ladrón de poca monta en la cama. Ahora si que empiezo a mosquearme y plantear el simple hecho de ser adultero en tu luna de miel para fortalecer tu vida sexual de pareja me parece un esperpento, una abominación. Que me llamen tradicional o anticuado pero no pienso pasar por el aro del absurdo inmoral propuesto en esta historia y en la película en general. Si eres tan cobarde que no eres capaz de "perfeccionar" tus hábitos sexuales con tu cónyuge o pareja quédate soltero desgraciado/a.
En resumen, película sostenida en cuatro chistes buenos y lo demás para la papelera de reciclaje. No se justifica en nada tanta duración y de Roma nos enseña lo de siempre la verdad. De lo más flojito de Woody Allen.
5 de octubre de 2012
5 de octubre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué difícil. Nunca imaginé que analizar un estreno de Woody Allen fuera tan complicado. Si os digo la verdad no se si me gustó, si era lo que esperaba o si volvería a verla.
Pero vayamos por partes. Rodar una película al año desde 1982 es agotador (algún año incluso dos). Es imposible que mantengas siempre un buen nivel. Pero siendo Woody Allen siempre se le da un voto de confianza ¿no?. Supongo que eso es porque le perdonamos que a veces nos cuele bobadas como Vicky Cristina Barcelona.
Pero no me quiero ir por las ramas. A Roma con amor es su último trabajo, cuatro historias independientes ambientadas en la capital del país de la pasta.
La que cuenta con Woody Allen haciendo de Woody Allen, trata sobre el miedo a sentirse inútil cuando uno alcanza una cierta edad.
La que nos muestra a Alec Baldwin, se basa en lo cambiante que es el amor y lo ingenuos que somos ante él.
El relato en el que participa Penélope Cruz se centra en el miedo al compromiso y en la hipocresía de la sociedad.
Y para acabar, Roberto Begnini nos muestra una crítica feroz a la fama (lo absurda que puede llegar a resultar) y sus efectos.
En todas el amor está más o menos presente, pero sólo las dos primeras dan sentido al film. ¿Y por qué?. Pues sencillamente porque los fragmentos de Cruz y Begnini no hacen justicia a Roma ni a su supuesto protagonismo. Podrían haberse ambientado en cualquier lugar. Y no sólo eso, sino que uno se queda con cara de dibujo chino (con gota incluida en la frente), cuando se acaba la película y te das cuenta de que estas dos historias sobran más que Ben Afleck en El indomable Will Haunting.
No es culpa de los actores, pues por ejemplo Penélope Cruz está estupenda hablando en italiano, aunque todos la odiéis. El problema es que te quedas con la sensación de que se tratan de un relleno que afectan al conjunto. Como dice el refrán “quien mucho abarca poco aprieta”.
Menos mal que la otra mitad consigue mantener el interés y nos muestra un poco más de esa Roma que todos estábamos esperando.
La parte encabezada por el propio Allen es la más divertida. Eso sí, dejando de lado toda lógica y seriedad, pues tiene momentos más surrealistas que los que sufría Dumbo cuando empinaba el codo más de la cuenta. Que le pregunten sino a Montserrat Caballé.
Pero sin duda, las escenas más interesantes y con mejores diálogos son las que tienen a Baldwin de protagonista, con Jesse Eisenberg y Ellen Page (la embarazada de Juno) dándole la réplica de forma excelente. Uno se queda pensando con una de las frases que dice el actor: “Si algo es demasiado bueno para ser verdad, créeme, no es verdad”.
A pesar de su tono melancólico, te entran ganas de irte a Roma y de enamorarte aunque sea con fecha de caducidad.
Quién sabe dónde estará ambientada su próxima película. Lo único que sé, es que Woody Allen no ha sacado todo el potencial que Roma puede aportar. ¿Volverá a la ciudad eterna?.
http://dleveneyelcine.blogspot.com.es/
Pero vayamos por partes. Rodar una película al año desde 1982 es agotador (algún año incluso dos). Es imposible que mantengas siempre un buen nivel. Pero siendo Woody Allen siempre se le da un voto de confianza ¿no?. Supongo que eso es porque le perdonamos que a veces nos cuele bobadas como Vicky Cristina Barcelona.
Pero no me quiero ir por las ramas. A Roma con amor es su último trabajo, cuatro historias independientes ambientadas en la capital del país de la pasta.
La que cuenta con Woody Allen haciendo de Woody Allen, trata sobre el miedo a sentirse inútil cuando uno alcanza una cierta edad.
La que nos muestra a Alec Baldwin, se basa en lo cambiante que es el amor y lo ingenuos que somos ante él.
El relato en el que participa Penélope Cruz se centra en el miedo al compromiso y en la hipocresía de la sociedad.
Y para acabar, Roberto Begnini nos muestra una crítica feroz a la fama (lo absurda que puede llegar a resultar) y sus efectos.
En todas el amor está más o menos presente, pero sólo las dos primeras dan sentido al film. ¿Y por qué?. Pues sencillamente porque los fragmentos de Cruz y Begnini no hacen justicia a Roma ni a su supuesto protagonismo. Podrían haberse ambientado en cualquier lugar. Y no sólo eso, sino que uno se queda con cara de dibujo chino (con gota incluida en la frente), cuando se acaba la película y te das cuenta de que estas dos historias sobran más que Ben Afleck en El indomable Will Haunting.
No es culpa de los actores, pues por ejemplo Penélope Cruz está estupenda hablando en italiano, aunque todos la odiéis. El problema es que te quedas con la sensación de que se tratan de un relleno que afectan al conjunto. Como dice el refrán “quien mucho abarca poco aprieta”.
Menos mal que la otra mitad consigue mantener el interés y nos muestra un poco más de esa Roma que todos estábamos esperando.
La parte encabezada por el propio Allen es la más divertida. Eso sí, dejando de lado toda lógica y seriedad, pues tiene momentos más surrealistas que los que sufría Dumbo cuando empinaba el codo más de la cuenta. Que le pregunten sino a Montserrat Caballé.
Pero sin duda, las escenas más interesantes y con mejores diálogos son las que tienen a Baldwin de protagonista, con Jesse Eisenberg y Ellen Page (la embarazada de Juno) dándole la réplica de forma excelente. Uno se queda pensando con una de las frases que dice el actor: “Si algo es demasiado bueno para ser verdad, créeme, no es verdad”.
A pesar de su tono melancólico, te entran ganas de irte a Roma y de enamorarte aunque sea con fecha de caducidad.
Quién sabe dónde estará ambientada su próxima película. Lo único que sé, es que Woody Allen no ha sacado todo el potencial que Roma puede aportar. ¿Volverá a la ciudad eterna?.
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