Carros de fuego
7.0
32,330
27 de noviembre de 2020
27 de noviembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta de lo más interesante comprobar como eran los Juegos Olímpicos y los grandes atletas de los años 20, la recreación de las carreras, la estética, los decorados... sin duda me han transportado a esos años y este hecho, junto con la música de Vangelis, ha sido lo mejor de la película.
Creo que la historia es interesante, pero la forma de contarla me ha resultado algo aburrida y a pesar de todo lo anterior, no he acabado de conectar del todo con la película y no he disfrutado de ella todo lo que esperaba. Las actuaciones tampoco me han parecido nada del otro mundo,,cumplen, sin más, pero por momentos incluso son algo bastante sosas.
En resumen, que es una película interesante para los amantes del deporte que quieran conocer una época que poco tiene que ver con el profesionalismo actual, todo era más puro... pero se van a encontrar una historia algo lenta y a veces más fría y que puede llegar a aburrir al espectador.
Una pena, porque esperaba más de ella, en fin, seguimos viaje.
Un saludo.
Creo que la historia es interesante, pero la forma de contarla me ha resultado algo aburrida y a pesar de todo lo anterior, no he acabado de conectar del todo con la película y no he disfrutado de ella todo lo que esperaba. Las actuaciones tampoco me han parecido nada del otro mundo,,cumplen, sin más, pero por momentos incluso son algo bastante sosas.
En resumen, que es una película interesante para los amantes del deporte que quieran conocer una época que poco tiene que ver con el profesionalismo actual, todo era más puro... pero se van a encontrar una historia algo lenta y a veces más fría y que puede llegar a aburrir al espectador.
Una pena, porque esperaba más de ella, en fin, seguimos viaje.
Un saludo.
18 de noviembre de 2019
18 de noviembre de 2019
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Observo que esta película no tiene mucho término medio en cuanto a las opiniones, o gusta a rabiar por lo que representa y por su concepción estética o es catalogada como coñazo solemne. Voy a darle la razón a los que la alaban y a sus detractores; por eso yo me quedo en una paradógica puntuación media, no llega al 6 pero tampoco es un 5 por sus buenas intenciones.
En cuanto a las loas. Es un film estéticamente impecable, victoriano hasta la médula. Contiene escenas inolvidables como la de la carrera por la playa, muy épicas, tan plásticas que no denotan sufrimiento por parte de los atletas.
Cuenta la historia dual de dos corredores que proceden del mismo país pero de diferentes entidades sociales, por tanto, con dos personajes muy contrapuestos pero muy logrados psicológicamente. Las interpretaciones se sobreentienden, hablamos de actores británicos con mayúsculas, las dos cosas, actores y británicos.
La música por supuesto es uno de sus mayores activos y le otorga otra dimensión a cada escena y en general al cartel. Los diálogos son muy maduros, repletos de magníficas frases. Las escenas olímpicas correctas. Y hasta aquí lo bueno.
Pero en su debe tiene otras tantas cosas malas. Primero el ritmo, ¡para criticar yo una película británica victoriana por ausencia de ritmo, ya se puede decir! Por momentos resulta aburrida, somnolienta. El guión es demasiado simple para el metraje de la cinta por eso el resultado es el esperado para estas lides, escenas interminables ahogadas en lagunas de concentración para el espectador.
Expresa dramas interiores un tanto ridículos y sobredimensionados, en la interiorización humana es muy excesiva, adorna la simpleza y poco más. El British ADO deja a la pelicula en muy mal lugar porque por momentos parece mera propaganda Imperial.
En fin, entre 5 y 6 hoy me quedo con 6 y a lo mejor mañana cambio.
En cuanto a las loas. Es un film estéticamente impecable, victoriano hasta la médula. Contiene escenas inolvidables como la de la carrera por la playa, muy épicas, tan plásticas que no denotan sufrimiento por parte de los atletas.
Cuenta la historia dual de dos corredores que proceden del mismo país pero de diferentes entidades sociales, por tanto, con dos personajes muy contrapuestos pero muy logrados psicológicamente. Las interpretaciones se sobreentienden, hablamos de actores británicos con mayúsculas, las dos cosas, actores y británicos.
La música por supuesto es uno de sus mayores activos y le otorga otra dimensión a cada escena y en general al cartel. Los diálogos son muy maduros, repletos de magníficas frases. Las escenas olímpicas correctas. Y hasta aquí lo bueno.
Pero en su debe tiene otras tantas cosas malas. Primero el ritmo, ¡para criticar yo una película británica victoriana por ausencia de ritmo, ya se puede decir! Por momentos resulta aburrida, somnolienta. El guión es demasiado simple para el metraje de la cinta por eso el resultado es el esperado para estas lides, escenas interminables ahogadas en lagunas de concentración para el espectador.
Expresa dramas interiores un tanto ridículos y sobredimensionados, en la interiorización humana es muy excesiva, adorna la simpleza y poco más. El British ADO deja a la pelicula en muy mal lugar porque por momentos parece mera propaganda Imperial.
En fin, entre 5 y 6 hoy me quedo con 6 y a lo mejor mañana cambio.
2 de enero de 2014
2 de enero de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una mala película, ni mucho menos, pero a mí me dejó la sensación de haber visto una película algo larga y lenta. Las referencias históricas están muy bien y las interpretaciones son muy correctas. Lo mejor, y por lo que más ha sido recordada, es la banda sonora de Vangelis mientras corren por la playa.
28 de mayo de 2014
28 de mayo de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película tuvo prestigio en su momento, pues pasó por varias nominaciones y premios.
Pero es un caso bastante peculiar.
La escena de los créditos iniciales es famosa, muy famosa. Un grupo de corredores con ropajes de principios del siglo XX va corriendo por una playa al amanecer. Así de simple y de sencillo. Pero en nuestros oídos y en nuestros cerebros, entra una mágica melodía. Son unos acordes relativamente simples que mezclan sintetizador y piano clásico. Una maravillosa combinación de notas, realmente magistral y digna de entrar en la historia. Y no me refiero solamente a nivel de bandas sonoras, sino de la música en general, incluyendo a los grandes clásicos. Esta sublime pieza se la debemos al genial compositor griego Vangelis, un artista como la copa de un pino. Aunque tiene muchos discos en su haber, y otras bandas sonoras como "Alejandro Magno" por ejemplo, su obra más recordada es ésta de "Carros de fuego". Es una pieza tan popular que la conoce la mayoría de la gente, incluso aunque no hayan visto la película.
Habiendo dicho esto, ¿quién recuerda algo del resto de la película? Casi nade. Se trata de una historia de superación personal en un entorno deportivo, con varios personajes competidores, cada uno de los cuales con sus propias motivaciones personales.
Vemos a un Ben Cross que realiza el papel de su vida, pues nunca más fue recordado por otra película que no fuera ésta. De hecho, ha participado en bodrios descomunales como "Species 3", si no recuerdo mal.
El mejor actor es Ian Holm en su papel de entrenador.
Se trata de una película buena pero no destacable. Un poco sobrevalorada, tal vez. Su desarrollo se hace pesado y solo deslumbra en ciertos momentos, sobre todo en las carreras. Me da la sensación de que no se han filmado con toda la épica que querían transmitir.
Así que, desde mi punto de vista, es una película buena pero no demasiado. Lo que pasa es que con esa música, que eclipsa a todo lo demás, es inevitable que pasara a la historia del cine. Pero si no fuera por ello, quizás habría caído en el olvido con el paso de los años.
Gracias, Vangelis.
Pero es un caso bastante peculiar.
La escena de los créditos iniciales es famosa, muy famosa. Un grupo de corredores con ropajes de principios del siglo XX va corriendo por una playa al amanecer. Así de simple y de sencillo. Pero en nuestros oídos y en nuestros cerebros, entra una mágica melodía. Son unos acordes relativamente simples que mezclan sintetizador y piano clásico. Una maravillosa combinación de notas, realmente magistral y digna de entrar en la historia. Y no me refiero solamente a nivel de bandas sonoras, sino de la música en general, incluyendo a los grandes clásicos. Esta sublime pieza se la debemos al genial compositor griego Vangelis, un artista como la copa de un pino. Aunque tiene muchos discos en su haber, y otras bandas sonoras como "Alejandro Magno" por ejemplo, su obra más recordada es ésta de "Carros de fuego". Es una pieza tan popular que la conoce la mayoría de la gente, incluso aunque no hayan visto la película.
Habiendo dicho esto, ¿quién recuerda algo del resto de la película? Casi nade. Se trata de una historia de superación personal en un entorno deportivo, con varios personajes competidores, cada uno de los cuales con sus propias motivaciones personales.
Vemos a un Ben Cross que realiza el papel de su vida, pues nunca más fue recordado por otra película que no fuera ésta. De hecho, ha participado en bodrios descomunales como "Species 3", si no recuerdo mal.
El mejor actor es Ian Holm en su papel de entrenador.
Se trata de una película buena pero no destacable. Un poco sobrevalorada, tal vez. Su desarrollo se hace pesado y solo deslumbra en ciertos momentos, sobre todo en las carreras. Me da la sensación de que no se han filmado con toda la épica que querían transmitir.
Así que, desde mi punto de vista, es una película buena pero no demasiado. Lo que pasa es que con esa música, que eclipsa a todo lo demás, es inevitable que pasara a la historia del cine. Pero si no fuera por ello, quizás habría caído en el olvido con el paso de los años.
Gracias, Vangelis.
29 de febrero de 2016
29 de febrero de 2016
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo el mundo que no la haya visto pensaría que es una obra maestra, ya que quien más y quien menos ha visto y, sobretodo, escuchado la escena de apertura, la más famosa y por desgracia la única que vale la pena de las dos horas de película.
Como oda al deporte, al sacrificio, a la amistad, a la victoria y a la derrota se queda peligrosamente corta, lejos de lo que cabe esperar. Además se le da una importancia nauseabunda a la religión, aunque posiblemente sea algo importante a tener en cuenta en los hechos reales que trata de contar, pero que al espectador del siglo XXI le satura. De la veracidad de los hechos narrados no hablo porque la historia de los JJOO no es mi fuerte. La historia romántica parece metida con calzador y no aporta nada en absoluto. Realmente lo único destacable es precisamente lo que todo el mundo conoce, el único Óscar merecido y ha quedado como algo de cultura general: la escena inicial con la música de Vangelis. De hecho es tan buena la escena que luego la vuelven a repetir tal cual, y todos tan contentos.
En definitiva, prescindible y fácilmente olvidable, excepto por la escena de marras.
Como oda al deporte, al sacrificio, a la amistad, a la victoria y a la derrota se queda peligrosamente corta, lejos de lo que cabe esperar. Además se le da una importancia nauseabunda a la religión, aunque posiblemente sea algo importante a tener en cuenta en los hechos reales que trata de contar, pero que al espectador del siglo XXI le satura. De la veracidad de los hechos narrados no hablo porque la historia de los JJOO no es mi fuerte. La historia romántica parece metida con calzador y no aporta nada en absoluto. Realmente lo único destacable es precisamente lo que todo el mundo conoce, el único Óscar merecido y ha quedado como algo de cultura general: la escena inicial con la música de Vangelis. De hecho es tan buena la escena que luego la vuelven a repetir tal cual, y todos tan contentos.
En definitiva, prescindible y fácilmente olvidable, excepto por la escena de marras.
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