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Críticas ordenadas por utilidad
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Miniserie

7.9
2,745
10
23 de septiembre de 2019
23 de septiembre de 2019
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo halagos. Desde luego, sin duda, la adaptación más fiel y milimétrica de una novela sensacional del remembrance británico. Pero la obra cinematográfica supera al papel escrito, sublimando atmósferas, generando emociones melancólicas por un tiempo romántico y glorioso ya perdido. Lo que para Waugh comenzó como una reivindicación proconservación de las mansiones inglesas se convirtió en una oda a la amistad, al amor y a la lealtad, todo envuelto en una sublime elegancia. Pues la serie capta todo esto a la perfección, con un tempo sosegado y flemático, donde no se pierde detalle. Los Flyte son logradísimos personajes: el caprichoso Sebastian, la fría Julia y la inocente Cordelia, todos protagonizados para sacarse el sombrero. Me gustaría que se añadiese en el casting a Phoebe Nichols como Cordelia, está sobrenatural. Charles Ryder (Jeremy Irons) es un observador de lujo en la primera fase y activo de la segunda. En la primera (antes del viaje del barco) está sometido por su avaro padre y solo encuentra escape a la mediocridad de su estatus en la bucólica mansión junto con su amigo; en la segunda parte Charles se encuentra atrapado por la obsesión de entrar en la familia Flyte. Y casi lo logra. Quizás desde una perpectiva actual el asunto religioso puede parecer excesivo para la ruptura entre Charles y Julia pero no olvidemos que esta obra se ubica en los años 20 al 43, en una Inglaterra donde los Católicos eran especiales y casi endogámicos. También reconocer que el ateismo del pintor resulta terco y hasta absurdo pero ese es Ryder, agnóstico hasta para ser feliz. Ese final inconcluso es tristísimo, desolador y el único que puede tener cabida en un mundo que se precipita hacia el feismo. La Inglaterra victoriana desaparece agotada económicamente en su afán de salvar la democracia. Todo esto se desprende del final. La música solemne, la fotografía divina, la realización soberbia, sin concesiones a la vulgaridad.

7.9
3,790
10
29 de febrero de 2020
29 de febrero de 2020
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi no podía creer lo que estaban contemplando mis ojos. Un film de un director superstar de Hollywood ambientado en la Anatolia de principios del siglo XX. Supuestamente la historia real del tío del propio Kazan, y quien se lleva a toda la familia a América.
Un joven de una familia de origen griego (ciudadano de segunda en la Turquía previa a AtaturK), aunque mínimamente acomodada, emprende un viaje a Constantinopla (mal llamada Estambul) para trabajar con un tío. Sin embargo, en realidad su mente está puesta en viajar a América en procura de un mundo de libertad y prosperidad; el genuíno sueño americano. Esa es la historia y con muchas vicisitudes camina inexorable hacia esa meta porque la detreminación obsesiva del protagonista es inquebrantable. Todo medio, desde el trabajo de sol a sol hasta el robo, hasta el engaño, hasta la utilización de las personas a las que se ama, con un fin.
Pocas películas son tan convincentes en el retrato y el desarrollo de una obsesión.
La trama se desarrolla de forma perfectamente ordenada, y todo gira en torno a la planificación y desarrollo del viaje, si bien resulta un retrato social y político muy realista de la Turquía decadente.
El personaje está logradísimo y magistralmente interpretado, logras odiarlo pero en cierto modo entenderlo. Tomnha (Linda Marsch) y su padre sublimes. La dirección un 10, y la fotografía un 20, por momentos elevada a las alturas de la estética y por instantes sórdida, con un acento visual intencionadamente puesto en la mugre y en el ambiente polvoriento. Gran decisión y ejecución del blanco y negro.
Muy emotiva, capitaliza la obsesión al máximo. Para mi, sin duda, la mejor película de Elia Kazan y una de la mejores de la historia.
Un joven de una familia de origen griego (ciudadano de segunda en la Turquía previa a AtaturK), aunque mínimamente acomodada, emprende un viaje a Constantinopla (mal llamada Estambul) para trabajar con un tío. Sin embargo, en realidad su mente está puesta en viajar a América en procura de un mundo de libertad y prosperidad; el genuíno sueño americano. Esa es la historia y con muchas vicisitudes camina inexorable hacia esa meta porque la detreminación obsesiva del protagonista es inquebrantable. Todo medio, desde el trabajo de sol a sol hasta el robo, hasta el engaño, hasta la utilización de las personas a las que se ama, con un fin.
Pocas películas son tan convincentes en el retrato y el desarrollo de una obsesión.
La trama se desarrolla de forma perfectamente ordenada, y todo gira en torno a la planificación y desarrollo del viaje, si bien resulta un retrato social y político muy realista de la Turquía decadente.
El personaje está logradísimo y magistralmente interpretado, logras odiarlo pero en cierto modo entenderlo. Tomnha (Linda Marsch) y su padre sublimes. La dirección un 10, y la fotografía un 20, por momentos elevada a las alturas de la estética y por instantes sórdida, con un acento visual intencionadamente puesto en la mugre y en el ambiente polvoriento. Gran decisión y ejecución del blanco y negro.
Muy emotiva, capitaliza la obsesión al máximo. Para mi, sin duda, la mejor película de Elia Kazan y una de la mejores de la historia.

6.6
7,102
7
2 de julio de 2019
2 de julio de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda la mejor película de catástrofes. Su guión es robusto y las interpretaciones magistrales, por eso aguanta el paso de los años sin hundirse. Gene Hackman está sublime en su desafío a Dios, Borgnine en su mejor papel principal junto al de Marty y las chicas muy sexis e hiperprotegidas por el director y el guión,
Posee una deontología filosófica pero una subliminal sensualidad, que curiosamente está a la vista, con esos shorts de las hermosas protagonistas. No hay ni una licencia a la ironía ni al humor lo cual es coherente con la situación crítica.
Buen cine de factura con mucho tanque de niebla, fuego fatuo, iluminación de contrastes, planos claustrofóbicos, enfoques expresivos de rostros dramáticos. Me gusta el contraste de escenarios lujosos del coctel contra la mugre de entre salas de máquinas, muy logrado, la suciedad de las ropas y los girones.
La tentación nos conduce a compararla con la intragable y superflua Titanic que tan mal ha envejecido o con el Pánico en el Tunel de Stallone que es una versión enmascarada pero muy digna de este film. Ha habido más Poseidones pero mejor ni hablar, con decir que la versión serie b es mejor que la tecnológica cinematográfica ya lo decimos todo.
Posee una deontología filosófica pero una subliminal sensualidad, que curiosamente está a la vista, con esos shorts de las hermosas protagonistas. No hay ni una licencia a la ironía ni al humor lo cual es coherente con la situación crítica.
Buen cine de factura con mucho tanque de niebla, fuego fatuo, iluminación de contrastes, planos claustrofóbicos, enfoques expresivos de rostros dramáticos. Me gusta el contraste de escenarios lujosos del coctel contra la mugre de entre salas de máquinas, muy logrado, la suciedad de las ropas y los girones.
La tentación nos conduce a compararla con la intragable y superflua Titanic que tan mal ha envejecido o con el Pánico en el Tunel de Stallone que es una versión enmascarada pero muy digna de este film. Ha habido más Poseidones pero mejor ni hablar, con decir que la versión serie b es mejor que la tecnológica cinematográfica ya lo decimos todo.

5.8
4,011
8
26 de septiembre de 2019
26 de septiembre de 2019
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi humilde entender la mejor pelicula de amor entre adolescentes de una época donde el mundo cambiaba a velocidad del rayo. Argumento: chica pobre con madre que la abondonó y padre inadaptado a esa situación conoce chico rico. Ella tiene un moscón que la ronda, el guapo rico está influenciado por un amigo tan millonario como prepotente que le dice que esa tía es un cayo. Se enamoran, el flaquea pero luego reacciona. Al final, final feliz. Aparentemente no parece gran cosa, pero:
1) La película es entretenidísima con un tempo supino.
2) Los rolls de los personaje están logradísimos. Todas las interpretaciones rezuman naturalidad y al tiempo emoción. Sin concesión a la estulticia típica de las pelis de adolescentes aunque evidentemente hay muchos gags que te ponen en pubertad situatíon.
3) El reparto es formidable. James Spader se inventa uno de los más logrados papeles de chico indeseable de buena familia de la historia del cine. Molly Ringwall, la musa pelirroja, divina, Andrew Mc Carthy un indeciso patológico de una credibilidad manifiesta, Cryer polichinela entrañable y el papel de Kate Vernon resulta senciallmente odioso.
4) Factura maravillosa con contrastes entre las luminosas escenas de día y con una iluminación especial para las de noche. Se usan con gran solvencia faros de coche y luminarias de farolas de calle. Memorable es la escena de John Cryer llorando bajo la lluvia en posición fetal erguida.
5) Banda sonora preciosa: OMD lleva el peso con la canción de amor "If you leave", una joya del albún The Pacific Age.
Los rosas 80 siguen brillando.
1) La película es entretenidísima con un tempo supino.
2) Los rolls de los personaje están logradísimos. Todas las interpretaciones rezuman naturalidad y al tiempo emoción. Sin concesión a la estulticia típica de las pelis de adolescentes aunque evidentemente hay muchos gags que te ponen en pubertad situatíon.
3) El reparto es formidable. James Spader se inventa uno de los más logrados papeles de chico indeseable de buena familia de la historia del cine. Molly Ringwall, la musa pelirroja, divina, Andrew Mc Carthy un indeciso patológico de una credibilidad manifiesta, Cryer polichinela entrañable y el papel de Kate Vernon resulta senciallmente odioso.
4) Factura maravillosa con contrastes entre las luminosas escenas de día y con una iluminación especial para las de noche. Se usan con gran solvencia faros de coche y luminarias de farolas de calle. Memorable es la escena de John Cryer llorando bajo la lluvia en posición fetal erguida.
5) Banda sonora preciosa: OMD lleva el peso con la canción de amor "If you leave", una joya del albún The Pacific Age.
Los rosas 80 siguen brillando.

7.7
16,577
9
18 de noviembre de 2019
18 de noviembre de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mi, El Sur, Calle Mayor, Viridiana, El Cebo y Tesis son las obras maestras del cine español. Pero El Sur tiene una emoción y una atmósfera especial. Erice ha movido el péndulo de la genialidad emotiva.
Vamos por partes:
1) Sobre la naturaleza de El Sur. El Sur es un drama, no es suspense ni acción. No hay nada más que Irene Ríos y "el Sur" como espacio de vivencia previa a Estrella; ella se pregunta, ¿porque hamos acabado aquí en el Norte?. Y con eso llega, con más elementos de esta clase el film se hubiera descompensado y perdido el leiv motiv que empuja al protagonista a su funesto final. Quien no entienda la inmolación de un médico represaliado y trasladado a un lugar frío, casado con una mujer a la que no ama, que ha sido también apartada de la enseñanza, a un hombre que practicamente no tiene contacto con su familia del Sur, repudiado por sus ideas políticas, enfrentado a su padre, en medio de una España anquilosada y por encima que no tiene opciones de recuperar a su único gran amor... Un suicidio es hasta comprensible.
2) Sobre su guión. Ninguna película hila la evolución de la relación de un padre y una hija como El Sur. Yo soy padre de una niña de 7 años y esta película me produce vértigo. Sobrecoge su profunda psicología acerca de las fases relacionales entre una niña y su progenitor. El guión es sobresaliente en ese sentido, porque cada cosa, cada evento, sucede en el momento preciso y con la misma precisión de duración temporal en la película. Cada escena está milimetrada.
3) El tempo de El Sur. El tempo es ineluctablemente lento. El Sur refleja fielmente un costumbrismo fruto de su época, la posguerra, donde contemplar el surcar una bandada de aves en el cielo o fijar la mirada en un pédulo en la procura de un pozo es el único aliciente de un niño. Ningún otro tempo sería consistente ni coherente en medio de esa nada geográfica y social.
4) Los actores. Las mejores interpretaciones de nuestra historia. Omero Antonutti y la niña Sansoles Aranguren. Y aquí puedo ser categórico junto con alguna interpretación de Alberto Closas o Fernando Rey.
5) Sobre la luz. Caravaggio y Vermmer pintaron El Sur. El primero la luz y el segundo el posado. La escena inicial del amanecer en vivo es la mejor puesta en escena del cine español.
6) Diálogos y voz en off. Muchas de las frases dialogadas de El Sur parecen tan aparentemente gratuitas como son indispensables. El logro del seguimiento del hilo argumental depende de la voz en off. Aun así, por momentos esta película parece cine mudo. ¿Y la música? Ni le hace falta, nada pisa a nada.
Camara y acción. Maestría en la dirección y en todo el equipo técnico al servicio del intimismo.
Gracias por esta obra maestra y por hacerme llorar.
Vamos por partes:
1) Sobre la naturaleza de El Sur. El Sur es un drama, no es suspense ni acción. No hay nada más que Irene Ríos y "el Sur" como espacio de vivencia previa a Estrella; ella se pregunta, ¿porque hamos acabado aquí en el Norte?. Y con eso llega, con más elementos de esta clase el film se hubiera descompensado y perdido el leiv motiv que empuja al protagonista a su funesto final. Quien no entienda la inmolación de un médico represaliado y trasladado a un lugar frío, casado con una mujer a la que no ama, que ha sido también apartada de la enseñanza, a un hombre que practicamente no tiene contacto con su familia del Sur, repudiado por sus ideas políticas, enfrentado a su padre, en medio de una España anquilosada y por encima que no tiene opciones de recuperar a su único gran amor... Un suicidio es hasta comprensible.
2) Sobre su guión. Ninguna película hila la evolución de la relación de un padre y una hija como El Sur. Yo soy padre de una niña de 7 años y esta película me produce vértigo. Sobrecoge su profunda psicología acerca de las fases relacionales entre una niña y su progenitor. El guión es sobresaliente en ese sentido, porque cada cosa, cada evento, sucede en el momento preciso y con la misma precisión de duración temporal en la película. Cada escena está milimetrada.
3) El tempo de El Sur. El tempo es ineluctablemente lento. El Sur refleja fielmente un costumbrismo fruto de su época, la posguerra, donde contemplar el surcar una bandada de aves en el cielo o fijar la mirada en un pédulo en la procura de un pozo es el único aliciente de un niño. Ningún otro tempo sería consistente ni coherente en medio de esa nada geográfica y social.
4) Los actores. Las mejores interpretaciones de nuestra historia. Omero Antonutti y la niña Sansoles Aranguren. Y aquí puedo ser categórico junto con alguna interpretación de Alberto Closas o Fernando Rey.
5) Sobre la luz. Caravaggio y Vermmer pintaron El Sur. El primero la luz y el segundo el posado. La escena inicial del amanecer en vivo es la mejor puesta en escena del cine español.
6) Diálogos y voz en off. Muchas de las frases dialogadas de El Sur parecen tan aparentemente gratuitas como son indispensables. El logro del seguimiento del hilo argumental depende de la voz en off. Aun así, por momentos esta película parece cine mudo. ¿Y la música? Ni le hace falta, nada pisa a nada.
Camara y acción. Maestría en la dirección y en todo el equipo técnico al servicio del intimismo.
Gracias por esta obra maestra y por hacerme llorar.
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