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El muelle (La Jetée)Mediometraje

Ciencia ficción. Fantástico Tras una apocalíptica guerra nuclear, el mundo ha quedado devastado. Un grupo de científicos del bando vencedor llega a la conclusión de que el único modo de salvar a la humanidad es recurriendo a los viajes a través del tiempo: o bien mandar a una persona al pasado para pedir ayuda, o al futuro para buscar una solución a la situación presente. El elegido para realizar el viaje a través del tiempo es un prisionero. Historia de corte ... [+]
Críticas 77
Críticas ordenadas por utilidad
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8
10 de enero de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fuente de inspiración de los guionistas de 12 monos, aunque no de su director Terry Gilliam, este mediometraje francés narra una historia de amor postapocalíptica usando solamente una sucesión de fotografías en blanco y negro, como si se tratara de un pase de diapositivas, y un desmotivado narrador muy adecuado para las circunstancias. Sorprendentemente esta estática propuesta resulta realmente entretenida debido a un montaje dinámico de imágenes que en sólo media hora nos introduce de lleno en un peculiar mundo que da pie a multitud de acontecimientos a lo largo y ancho de un espacio-tiempo en el que vale la pena enredarse.

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8
7 de octubre de 2017 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cadencia y estímulo. Esos son, principalmente, los pilares sobre los que se asienta 'La Jetée', monolito inapelable del cine experimental. Como en (casi) todo, no hay que despreciar el contexto en el que se enmarca este preciosista mediometraje. A caballo entre la nouvelle vague y un neorrealismo ficticio —si es que existe algo así—, Chris Marker aúna el alivio, pero también la desesperanza, de haber dejado atrás el conflicto más terrible del pasado siglo y, también, el pesimismo de una inminente (?) guerra nuclear. Es en ese escenario postapocalípitico donde la imagen rebosa de energía y se transforma en un ente vivo.

En última instancia, Marker recuerda el futuro renunciado a este y, como anticipando a Antonioni y su 'Il deserto rosso', arrebata a su protagonista cualquier atisbo de infancia y felicidad —si acaso esto no significa lo mismo— mientras carga contra ese mundo, ultramilitarizado y mecanicista, que se asoma al abismo de su existencia. Curiosamente, la cinta que nos ocupa comparte temática con otra película notable, también del italiano, y lanzada ese mismo año, 'L'eclisse'. Pero si el director transalpino dejaba un rescoldo para la incertidumbre, el francés, en una misiva descorazonadora de 28 minutos, viene a decirnos que no. Que, efectivamente, todo está perdido.
9
16 de junio de 2021 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho más que un simple corto, de breve duración pero de una capacidad de sugerencia enorme, pionero en el terreno de la ciencia-ficción “trascendente”, siendo en el fondo una fábula fantástica (sin relación con la serie B), semejante a un poema capaz de tocar una fibra profunda sin llegar uno a explicarse muy bien su misterio… una muestra además de la conexiones del cine con la literatura (esa solemne voz en off) y con la fotografía (lo más evidente) que, de hecho, contradice la propia noción de cine como imagen móvil, en cuanto a que sólo el montaje de una serie de fotos fijas es cinematográfico en sentido estricto.
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Como propuesta es muy hija de su tiempo, con el miedo palpable a una guerra nuclear devastadora, así como el recuerdo aún reciente de la II guerra mundial y sus horrores (la situación del héroe prisionero no es muy distinta a lo ocurrido en Europa hacía sólo par de décadas). El concepto del viaje temporal no es el de un desplazamiento a un lugar físico, sino que el pasado (incluso el futuro), parecen decirnos, es un lugar recóndito en la memoria, relacionado de algún modo con el recuerdo… el aeropuerto donde tiene lugar el hecho fundamental (una mujer, un asesinato, el amor, la muerte) es un espacio de tránsito, de partida y de llegada, de principios y de finales.

El acontecimiento que obsesiona al protagonista a lo largo de su vida, que de algún modo le hace nacer, es también el que le hace morir de forma trágica, en el más puro sentido del término, y paradójica: la turbadora “imagen de infancia” tiene un significado oculto de fatalidad que sólo se desvela en un desenlace que nos conduce de nuevo a un comienzo. Aparte está la historia de amor, un amor onírico entre dos fantasmas, con una especie de ideal femenino que ronda por la mente de nuestro hombre, que lo mismo es su salvación, su punto de apoyo, que su condenación.

Tienen mucha importancia los instantes, como el de la visita a un museo de animales disecados (como si ellos dos estuvieran disecados también, o la memoria como museo de un mundo muerto pero preservado, vivo a su manera). O aquel en el que sí que hay movimiento (podemos pensar que es el único real, o más real incluso que la propia realidad). Quedaría hablar de la singular apuesta formal y su intención (más allá de lo estético que resulta); tal vez la de comunicar no un tiempo fluido, como el de la narración habitual, sino un tiempo congelado, más una suma de momentos captados y ordenados lógicamente (como al fin y al cabo hace nuestro cerebro), antes que un continuo objetivo y perfecto.
8
2 de diciembre de 2015 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Jetée es una obra de cine experimental realizada por Chris Marker en 1962. A través de la combinación de fotogramas fijos, que hacen referencia a instantes en la vida del personaje. Cuando era un niño el protagonista quedo marcado por una imagen que no puede recordar. La historia es narrada en tres temporalidades; pasado, presente y futuro. Después de la III Guerra Mundial el protagonista es hecho prisionero e invitado a participar en un experimento para viajar por el tiemp
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Marker congela cada momento, haciendo uso de fotogramas fijos que combina generando continuidad y la sensación de movimiento. La fotografía utilizada en el presente y futuro, se caracteriza por el contraste y una potente iluminación en el rostro de los personajes, a diferencia de las utilizadas en el pasado. Los sonidos dotan de realismo a las imágenes a través de efectos como el latir de un corazón. Mientras el narrador da continuidad, conduciendo al espectador por la mente del protagonista.

El movimiento de las imágenes no tiene importancia en la historia, porque lo único que importa es el momento. Las fotografías (instantes) que se combinan en la vida del personaje. El director experimenta con el poder de las imágenes con la utilización de fotogramas. La historia puede invitar a reflexionar sobre todo esto, haciendo ver que la vida es una combinación de instantes; que al igual que al protagonista, quedan marcados en la mente del espectador.
9
13 de marzo de 2017 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película olvidada alla por el año 1962.
Una película que nos muestra la importancia de cada imagen.
Una película que nos hace reflexionar sobre lo que entendemos por este arte al que llamamos cine.
Una película que nos hace soñar y sentir.
Una película que, aunque este compuesta por unas simples imágenes, es mil veces mejor que muchas películas actuales
Una película verdadera.
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