Un profeta
7.5
26,703
Thriller. Drama
El joven Malik El Djebena (Tahar Rahim), un francés de origen árabe, ingresa en prisión para cumplir una pena de seis años. Aunque al principio la vida en la cárcel le resulta muy dura porque está completamente solo, se adapta rápidamente y, gracias a su carisma, se gana poco a poco la simpatía de los miembros de la mafia corsa, que tienen sobornados a los guardias y controlan todo lo que pasa en prisión.
15 de octubre de 2011
15 de octubre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enorme película de cine negro, o polar francés, que a mi juicio fue el mejor largometraje del 2009 no en vano arrasó con los premios cesar, se llevó la palma de oro en Cannes y estuvo nominada a los oscar junto con el también oscuro, pero muy diferente film La cinta blanca de Michael Haneke.
La película se desarrolla principalmente en una cárcel y narra la historia de un joven y analfabeto, pero inteligente delincuente árabe del que no sabemos nada hasta que entra en prisión y hará lo posible por sobrevivir en tan duras condiciones y al mismo lograr formarse como persona. Se trata en definitiva de un gran drama carcelario sin adornos ni estereotipos sobre las mafias, las drogas y la lucha de poder tomando a la cárcel como metáfora de la sociedad, una selva en la que un joven con paciencia y astucia tendrá que abrirse camino entre la maleza como si fuera un cazador. En definitiva una película que recomiendo con los ojos cerrados.
La película se desarrolla principalmente en una cárcel y narra la historia de un joven y analfabeto, pero inteligente delincuente árabe del que no sabemos nada hasta que entra en prisión y hará lo posible por sobrevivir en tan duras condiciones y al mismo lograr formarse como persona. Se trata en definitiva de un gran drama carcelario sin adornos ni estereotipos sobre las mafias, las drogas y la lucha de poder tomando a la cárcel como metáfora de la sociedad, una selva en la que un joven con paciencia y astucia tendrá que abrirse camino entre la maleza como si fuera un cazador. En definitiva una película que recomiendo con los ojos cerrados.
8 de octubre de 2014
8 de octubre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los directores más prometedores del cine francés actual, Jacques Audiard se nos confirma con esta excelente película que nos muestra la realidad carcelaria con un pulso y crudeza dignas de mención; algo que le valió para que el Jurado de Cannes se rindiera a sus pies.
Audiard revitaliza el drama carcelario dotándole de un tono seco, moderno, casi hipnótico y que deja escenas para el recuerdo, sobretodo su primera parte y su magnífico final, con una escena digna de cualquier obra maestra del thriller.
En ciertos momentos, y como punto negativo, podríamos criticarle que el tono nos aporta una sensación fría ante la posibilidad del espectador de empatizar con el protagonista, algo que sin duda podría haber sido muy interesante sobretodo al ver la fantástica interpretación de Tahar Rahim, que ya se ha convertido en uno de los actores más solicitados en Francia. Realiza un trabajo físico, puramente realista, yendo de la máxima fragilidad a la máxima frialdad. Sin duda uno de los mejores trabajos del año 2009.
Un retrato crudo, casi alegórico; que se convierte ya en un clásico del drama carcelario y que nos confirma a Audiard como uno de los grandes nombres a tener en cuenta de la inagotable cantera francesa.
Audiard revitaliza el drama carcelario dotándole de un tono seco, moderno, casi hipnótico y que deja escenas para el recuerdo, sobretodo su primera parte y su magnífico final, con una escena digna de cualquier obra maestra del thriller.
En ciertos momentos, y como punto negativo, podríamos criticarle que el tono nos aporta una sensación fría ante la posibilidad del espectador de empatizar con el protagonista, algo que sin duda podría haber sido muy interesante sobretodo al ver la fantástica interpretación de Tahar Rahim, que ya se ha convertido en uno de los actores más solicitados en Francia. Realiza un trabajo físico, puramente realista, yendo de la máxima fragilidad a la máxima frialdad. Sin duda uno de los mejores trabajos del año 2009.
Un retrato crudo, casi alegórico; que se convierte ya en un clásico del drama carcelario y que nos confirma a Audiard como uno de los grandes nombres a tener en cuenta de la inagotable cantera francesa.
11 de abril de 2018
11 de abril de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un Profeta, muestra una visión carcelaria, donde todo lo mueven los intereses, nadie se maneja más que por el empeño y la fortaleza que demuestres para comprometerte con uno de los grupos que actúa como clan; no decides si debes o no pertenecer, son ellos quien te designan.
Una realidad poderosa que te atrapa, incluso cuando tratas de forzar respuestas que te lleven a comprender la evolución del protagonista. Surge quebrada por momentos, debido a la violencia sin filtros que ofrece de manera descarnada... La dureza es continua, sin reglas.
Una realidad poderosa que te atrapa, incluso cuando tratas de forzar respuestas que te lleven a comprender la evolución del protagonista. Surge quebrada por momentos, debido a la violencia sin filtros que ofrece de manera descarnada... La dureza es continua, sin reglas.
28 de febrero de 2010
28 de febrero de 2010
21 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jacques Audiard decide emular entre otros a Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Brian De Palma, Howard Hawks y Raoul Walsh en una del mundo del hampa pero a su estilo. Así que le sale un trabajo sobrio, correcto, con momentos de impactante realismo, largo, muy largo, con la diferencia de que al ser su estilo y no el de Coppola, Scorsese, De Palma, Hawks o Walsh, los minutos acaban pesando como una losa sobre la película. Ya la hemos visto. Es una película vista ya antes hasta la saciedad pero rodada peor. Por lo tanto, prescindible.
Si tal vez no la hubiéramos visto antes podríamos hasta apreciarla como buena e incluso novedosa. "Rompedora", dicen algunos. Romper lo que se dice romper, acaso rompe con la estética, con la planificación de puesta en escena, con la cuidada composición de plano, con el movimiento estudiado de cámara. Porque de eso no hay nada desde luego. Todo roto y bien roto en sumisión a lo que parece ser la moda de este "nouveau cinéma" en sus ansias de retorno a una suerte de arte neorrealista: técnica semidocumental con pérdida de saturación del color y grano, o lo que es lo mismo, el cine a la remanguillé del usted muévase como quiera en escena que yo le pongo un par de tipos con una cámara de 35 mm en la mano cada uno para que le vayan filmando aquí te pillo aquí te mato, y luego ya veremos cómo lo montamos.
Por no ser, no es ni original el estilo, que en mi opinión intenta imitar a un neorrealismo que ya tuvo su historia cinematográfica con sus grandes nombres y obras. No obstante, todo lo que huela un poco a ello en este empeño de algunos por resucitar algo que se le parezca sigue entusiasmando en los festivales de cine europeos incluso tratándose de la repetición número tropecientos de más de lo mismo -lo cual explica la acogida siempre entusiasta de muchos-. Apenas nos queda pues una interesante dirección de actores y una ambientación carcelaria que... ¡Un momento! ¿Cómo? Ah, que los extras eran presos de verdad de la buena... Pues entonces dejémoslo en que nos queda una interpretación aceptable y laboriosa por los registros en varias lenguas del actor protagonista Tahar Rahim, un destacado papel del señor de los criminales corsos interpretado con convicción por Niels Arestrup, y... poco más.
No sé si ustedes necesitaban a estas alturas una versión de corte neorrealista de clásicos y no tan clásicos del cine de mafiosos; sepan en ese caso perdonar esta diatriba, porque a mí dicha versión me sobraba.
Si tal vez no la hubiéramos visto antes podríamos hasta apreciarla como buena e incluso novedosa. "Rompedora", dicen algunos. Romper lo que se dice romper, acaso rompe con la estética, con la planificación de puesta en escena, con la cuidada composición de plano, con el movimiento estudiado de cámara. Porque de eso no hay nada desde luego. Todo roto y bien roto en sumisión a lo que parece ser la moda de este "nouveau cinéma" en sus ansias de retorno a una suerte de arte neorrealista: técnica semidocumental con pérdida de saturación del color y grano, o lo que es lo mismo, el cine a la remanguillé del usted muévase como quiera en escena que yo le pongo un par de tipos con una cámara de 35 mm en la mano cada uno para que le vayan filmando aquí te pillo aquí te mato, y luego ya veremos cómo lo montamos.
Por no ser, no es ni original el estilo, que en mi opinión intenta imitar a un neorrealismo que ya tuvo su historia cinematográfica con sus grandes nombres y obras. No obstante, todo lo que huela un poco a ello en este empeño de algunos por resucitar algo que se le parezca sigue entusiasmando en los festivales de cine europeos incluso tratándose de la repetición número tropecientos de más de lo mismo -lo cual explica la acogida siempre entusiasta de muchos-. Apenas nos queda pues una interesante dirección de actores y una ambientación carcelaria que... ¡Un momento! ¿Cómo? Ah, que los extras eran presos de verdad de la buena... Pues entonces dejémoslo en que nos queda una interpretación aceptable y laboriosa por los registros en varias lenguas del actor protagonista Tahar Rahim, un destacado papel del señor de los criminales corsos interpretado con convicción por Niels Arestrup, y... poco más.
No sé si ustedes necesitaban a estas alturas una versión de corte neorrealista de clásicos y no tan clásicos del cine de mafiosos; sepan en ese caso perdonar esta diatriba, porque a mí dicha versión me sobraba.
28 de abril de 2012
28 de abril de 2012
15 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegué a esta película atraída por varios factores: su director, del que me encantó su anterior película, la maravillosa "De latir mi corazón se ha parado"; las críticas (impresionantes; decían algo así como que era "El padrino" a la francesa); las decenas de premios (nada menos que 9 césares!!!); y un fuerte presentimiento de que me iba a encantar.
Bueno, pues confieso desde ya que no terminé de verla. Hablamos de 160 minutos de auténtico y genuino drama carcelario, pero en esta vida todo tiene un límite y esta historia sobrepasa el suyo con creces. La película empieza con mucha fuerza y el protagonista tenía pinta durante los primeros 60 minutos de llegar a apasionarme casi tanto como lo hizo el de "De latir mi corazón...". No cabe duda de que Tahar Rahim, el actor que lo interpreta, es un tipo con carisma y talento y que el papel lo borda, por ahí nada que objetar.
El problema es el guión; pesado, repetitivo, sin garra... No me explico cómo ha podido suscitar tanto aplauso y tanto entusiasmo. El personaje principal es un triste delincuente de poca monta que con el tiempo va ascendiendo en la escala mafiosa carcelaria hasta convertirse en hombre de confianza del capo. Durante todo el rato tienes la sensación de que esto tiene que llevar a alguna parte, a algo gordo, y es posible que eso gordo esté en el final; lo duro es conseguir llegar a ese final. Y yo no pude, con lo cual tengo que decir que esta crítica se refiere únicamente a los primeros 120 minutos.
Una decepción muy grande, porque ya digo que la peli anterior de Audiard me encandiló y me pareció el posible inicio de una gran historia de amor cineasta-fan. Ahora mismo estoy en la duda de si volverlo a intentar con este hombre. Por un lado soy poco propensa a las segundas partes pero por otro el vicio me puede. No sé, estoy muy confusa. De todas formas si me decido a darle otra oportunidad seréis los primeros en enteraros. Palabrita.
Bueno, pues confieso desde ya que no terminé de verla. Hablamos de 160 minutos de auténtico y genuino drama carcelario, pero en esta vida todo tiene un límite y esta historia sobrepasa el suyo con creces. La película empieza con mucha fuerza y el protagonista tenía pinta durante los primeros 60 minutos de llegar a apasionarme casi tanto como lo hizo el de "De latir mi corazón...". No cabe duda de que Tahar Rahim, el actor que lo interpreta, es un tipo con carisma y talento y que el papel lo borda, por ahí nada que objetar.
El problema es el guión; pesado, repetitivo, sin garra... No me explico cómo ha podido suscitar tanto aplauso y tanto entusiasmo. El personaje principal es un triste delincuente de poca monta que con el tiempo va ascendiendo en la escala mafiosa carcelaria hasta convertirse en hombre de confianza del capo. Durante todo el rato tienes la sensación de que esto tiene que llevar a alguna parte, a algo gordo, y es posible que eso gordo esté en el final; lo duro es conseguir llegar a ese final. Y yo no pude, con lo cual tengo que decir que esta crítica se refiere únicamente a los primeros 120 minutos.
Una decepción muy grande, porque ya digo que la peli anterior de Audiard me encandiló y me pareció el posible inicio de una gran historia de amor cineasta-fan. Ahora mismo estoy en la duda de si volverlo a intentar con este hombre. Por un lado soy poco propensa a las segundas partes pero por otro el vicio me puede. No sé, estoy muy confusa. De todas formas si me decido a darle otra oportunidad seréis los primeros en enteraros. Palabrita.
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