Sexo, drogas, baile y paranoia conforman una extraña película a la que cuesta entrar porque la estructura que sigue al principio es muy peculiar y abusa en exceso de planos cenitales de gente bailando, pero si llegas justo a la mitad del film no vas a poder quitar la mirada de la pantalla ni un segundo. A decir verdad, terminas la película jodido de verdad, pero has disfrutado. Creo que esa última frase sería la descripción del cine de este director.

Técnicamente es una maravilla, como nos tiene acostumbrados el bueno de Gaspar, los planos secuencia están milimétricamente coreografiados, como si de un baile se tratara. Varían las luces, los colores y las angulaciones creando una ansiedad y claustrofobia que hace sentir muy incómodo al espectador.

Sobre todo nos ha llamado la atención el control absoluto del sonido, que te hace sentir horrible por saber lo que pasa en las habitaciones contiguas y ver como los protagonistas se alejan y el sonido disminuye hasta ser imperceptible sin que nada les importe.

Vedla, porque indiferentes no os va a dejar.

Cuando llevaba un rato viendo la película pensé: "mal se me tiene que dar a mí para que no acabe yo hoy haciéndome una paja con esta película".

Me encanta... Desde su primer plano en el bosque nevado, el casting de los bailarines (donde el director nos da pistas de algunas de sus referencias con libros y películas situados a cada lado del televisor), el plano secuencia del baile inicial, las conversaciones ilícitas de los personajes y la manera de cerrar esta primera mitad del metraje con esos rótulos tan eléctricos. Una pasada. A partir de ahí se desata la locura... Segunda mitad del metraje frenética, histérica... CLIMAX.

Los giros imposibles de cámara siguen teniendo el mismo sello con el que Noé nos presentó Irreversible.

Cuando empiezan ciertas escenas, uno se da cuenta enseguida de si es el tipo de espectador capaz de sumergirse en un película como "Clímax", y comprendo a los que en ese momento se levanten y piensen simplemente "este no es mi rollo...". Pero para los que como yo, disfrutan con obras originales, arriesgadas e intensas, este film va a suponer un festín de intensidad psicodélica. Lo empecé a ver sin demasiados datos ni expectativas y me fue atrapando desde la primera escena de baile. Las coreografías, los colores, la música, el ritmo de las secuencias sin fin, pero sobretodo un movimiento de cámara audaz que debería estudiarse en las academias de cine. Todo a un nivel magistral que aún resulta más meritorio al conocer la rapidez e improvisación con que todos los integrantes del equipo de rodaje tuvieron que trabajar en una película rodada en pocos días. "Clímax" es pura psicodelia, es bella e hipnótica, perturbadora, es brutal, pero sobretodo es una experiencia intensa que golpea los sentidos y no deja a nadie indiferente.

Esta fue la primera película que vi de Gaspar Noe, al salir del cine salí de fiesta con mis amigas y me sentí super rara toda la noche.Había probado pocos meses antes el LSD y creo que eso, sumado a que no sabia de que iba la antes de verla, sumado a que el cine era un poco raro y había gente que iba yéndose de la sala, hizo que fuera una experiencia muy rara.Probé a volver a ir al mismo cine a ver la misma peli el efecto no fue el mismo, evidentemente.Después de ver clímax vi todas las pelis de Gaspar Noe, y creo que esta sigue siendo mi favorita.Espero que no baje, espero que vaya arriesgando más cada vez, aunque probablemente cualquier cosa que haga me encante.