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Ordet (La palabra)

Drama Hacia 1930, en un pequeño pueblo de Jutlandia occidental, vive el viejo granjero Morten Borgen. Tiene tres hijos: Mikkel, Johannes y Anders. El primero está casado con Inger, tiene dos hijas pequeñas y espera el nacimiento de su tercer hijo. Johannnes es un antiguo estudiante de Teología que, por haberse imbuido de las ideas de Kierkegaard e identificarse con la figura de Jesucristo, es considerado por todos como un loco. El tercero, ... [+]
Críticas 139
Críticas ordenadas por utilidad
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9
22 de mayo de 2017
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué reconfortante resulta revisitar esta obra maestra del gran C.Th. Dreyer, tanto si conservas la fe -aunque sea la católica- como si la has perdido. Es un regalo para el cinéfilo ir adentrándose en lo más puro del cristianismo protestante, sin barroquismos ni imaginería, dónde la fe brota únicamente de la Palabra y la verdadera Iglesia es el creyente, aquí personificado en la figura de Johannes, el hijo teólogo imbuido de la filósofía de Kierkegaard, cuyo cuerpo puede metamorfosearse en Cristo (llámalo locura si quieres) para mostrar que no hubo un tiempo para los milagros, sino que los prodigios pueden acontecer en cualquier momento.

Por eso, aunque uno no sea creyente, no reprocha al autor que tome partido por la fe pura, contra el agnosticismo o contra la religión de la costumbre social y se deje llevar a esa atmósfera de paredes blancas como las almas que las habitan, diáfanos espacios que recrean las pinturas del danés Hammershoi y se pueda conmover con sus personajes de carne y hueso o reflexionar con ellos a través de sus diálogos claros y a la vez profundos.

Y a pesar que el origen teatral del drama que se narra no lo exija, hay que destacar también las escenas de exteriores, esos paisajes atormentados de dunas y matorrales azotados por el viento con el mar atisbándose a lo lejos, todo rodado en un sublime blanco y negro, mostrando en todo su esplendor la luz del norte.
2
5 de octubre de 2011
21 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mayor ejemplo de que no te puedes fiar de una valoración de filmaffinity, básicamente porque la mayoría de las personas que llegan a ver esta película estan influídos por otros aspectos (ideal del cine clásico de autor, esnobismo desaforado o simplemente necesidad interna de que te guste la película) y no por ver una película como espectador objetivo. Sé que la objetividad en cuestión de gustos es difícil (al menos yo creo que se debe intentar ser objetivo en la capacidad de juzgar una película), pero la objetividad positiva hacia cierto tipo de películas llega a ser escalofriante.

Quizás sea porque tengo menos sensibilidad emocional para captar la esencia del film o porque no llegué a comprender el mensaje oculto tras la historia (soy demasiado cortito), pero me parece una tomadura de pelo, no por parte del director (el cual se rige dentro de un momento histórico y de un contexto) sino de los espectadores que intentan de todos modos que les guste la película buscando para ello trasfondos, simbolismos, fotografía artística, etc...personas que tenían la nota puesta antes de verla y que sólo la ven para justificar dicha nota.

En definitiva, entrando ahora en una subjetividad concreta cómo es mi juicio personal (evidentemente lo anterior también era subjetivo pero de una forma general), es una de las películas más lentas que jamás haya visto (y he visto películas realmente lentas) y una historia que no da mucho de sí fuera de supuestos moralismos.

Sólo como último apunte diré que en el mismo año (1955) se realizó una película llamada "La noche del cazador" que tiene menos nota que Ordet...ahí lo dejo
10
29 de enero de 2006
14 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las grandes películas de todos los tiempos, y probablemente, el film más característico de su director, el danés Carl Theodor Dreyer.
En "Ordet", Dreyer cuenta una historia determinada por el aspecto religioso, para trascendiendo éste, sublimar, en un final sobrenatural, el triunfo absoluto de la Fe, pues ¿qué hay más grande que el hecho de que una persona muerta, ya en el ataúd, resucite y vuelva a la vida?. Es el paso de lo religioso, tradicionalista, hermético, a lo espiritual, ancho, abierto. Dreyer nos comunica que la falta de Fe de la gente común, y más aún, la falta de auténtica Fe de aquellos que se creen perfectos pastores de Dios, ha desvirtuado con sus disputas y roces el mensaje primigenio.
Es, además, una reivindicación de la figura de Jesucristo, hecha de manera nada convencional, pues es a través del personaje de Johannes, alguien esquinado, ignorado, al que se busca encerrar en su aparente locura evangelizadora.
"Ordet" es practicamente un tratado de teología, en el que Dreyer expone de forma metódica, ceremoniosa, austera, bajo su manto de cine basado en el esquema de transmitir con la mínima acción, la máxima emoción, culminado en un final imponente, osadísimo, dónde el conflicto religioso queda aniquilado y fusionado en la verdad de la Fe.
Es una película única, pues creo que aún siendo o sin ser creyente, transmite la sensación de presenciar una obra nada común, es decir, que su contenido podrá ser discutible, pero su continente es irrechazable.
En "Ordet" aparece fuertemente la figura de Kierkegaard con sus angustias metafísicas y existenciales, y se debate sobre la figura de Dios, como en Bergman, pero de forma más llana, más austera, aunque igual de grave. Solo me fallan un poco unos actores demasiado estáticos y miméticos, aunque quizás también es lo que busca el director, para transmitirnos esa sensación de dormidera espiritual de toda la película.
9
2 de diciembre de 2006
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carl Theodor Dreyer es uno de los pilares del cine europeo tal y como hoy lo conocemos. Y al igual que en la filmografía de Ingmar Bergman, el realizador danés se abraza al teatro a nivel técnico e interpretativo. Con un uso muy utilitario de la cámara, son los actores los que marcan el epicentro de la acción. Dreyer, a través de delicadísimos movimientos, consigue enlazar continuos planos secuencia que, por su exquisita sencillez, se antojan inmejorables. Cine matemático: cada encuadre, cada desplazamiento, cada composición de plano es, simplemente, el que debe ser. Además, la profundidad de la historia y la metafísica de sus diálogos consiguen imprimir un trasfondo comprometido y trascendental. Dreyer, al igual que ha hecho Bergman en determinados momentos, propone un sincero debate sobre la Fe a través de temas sugerentes como la muerte, la vida, la pasión, el honor... 'Ordet' es una discusión encarnizada sobre las distintas interpretaciones cristianas de la Salvación, y de cómo los hombres se ganan el derecho a la vida eterna: en función de sus obras o a través de la Fe.

"La cuestión de fondo es si esa salvación puede obtenerse por los propios méritos o, por el contrario, se debe a la gracia de Dios (que nosotros podemos rechazar o admitir). La tesis del Nuevo Testamento –y del protestantismo– es que la Salvación no se puede ganar sino que Dios la regala, porque Cristo ya la ganó para nosotros en la cruz. Jesús ya indicó que el que cree tiene vida eterna (Juan 3, 16) o que se pasa de la muerte a la vida por creer (Juan 5, 24). No es que la fe sea una obra que nos permite ganar la salvación sino que la salvación –que es un regalo de Dios– sólo se puede recibir a través de la Fe" [César Vidal, 14 de febrero de 2006 en Libertad Digital].
5
7 de noviembre de 2010
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me hubiera encantado titular esta crítica con un rotundo "suspenso en religión", pero lo cierto es que un cinco me parece más justo. Mi interés por la religión es mínimo pero "Ordet" tiene algunas cosas de muy buen gusto que vale la pena rescatar. Somos muchos los que metidos de pleno en el S.XXI las cuestiones de la fe y esas mamonadas nos resbalan tanto como para que sólo un profundo y sincero afecto por la historia del cine nos lleve a ver una película como "Ordet", de un danés de hace más de cincuenta años sobre el tema. En un principio peor no lo podría tener para usar mi tiempo con esta película, qué le vamos a hacer, la insistencia de FA y tener un estómago adecuado para el momento, eso y valor, claro, mucho valor. A los ultrapaganos como yo nos queda la mención de sonrisilla intelectualoide del también danés Soren Kierkegaard y ese loco tan loco que es el más cuerdo quizás de todos, surrealista y simpático capaz de mezclar teología dura con reflexión empírica.

Lo demás es aburrido, lento y para mí intrascendente. Ese cinco sin embargo es un homenaje al director Dreyer porque pese a que el contenido carece de interés alguno la película está bien hecha, es indudable su virtuosismo, los planos interiores y toda esa manera de hacer que hace digna mínimamente cada escena. Las cosas están bien hechas, tal como suena, me puede importar un pimiento la vida de estos cristianitos ortodoxos y fanáticos, pero es una muestra de cine de buenos modos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y ese final, claro, desconcertante para todos creo yo, para los seguidores de la palabra del mesías Jesús y para los ateos convencidos, tener el valor de resucitar la vida de una persona, y por el loco nada menos, un final para flipar.
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