Intriga internacional
1959 

8.2
71,677
Intriga
Debido a un malentendido, a Roger O. Thornhill, un ejecutivo del mundo de la publicidad, unos espías lo confunden con un agente del gobierno llamado George Kaplan. Secuestrado por tres individuos y llevado a una mansión en la que es interrogado, consigue huir antes de que lo maten. Pero cuando al día siguiente regresa a la casa acompañado de la policía, le espera una sorpresa. (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2010
17 de abril de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas de más calidad de Alfred Hitchcock, que aún en la actualidad no ha perdido fuelle alguno, es mas, es considerada para muchos como una de las mejores películas de la historia.
Hitchcock nos sumerge en el mundo del espionaje, dónde Roger Thornill (Cary Grant), será confundido con un agente del gobierno por una organización de espionaje, a partir de aquí comenzará un largo recorrido en busca de sus dudas existenciales, intentando salvar su vida, y vivirá una aventura en la lucha por una joven, una historia con todos los ingredientes para ser unas de las obras del director más completas, que no deparará en sorprendernos.
Intrépida, cautivadora, bella, intrigante, ingeniosa, cuidada, dinámica, romántica...muchos son los calificativos que recibe esta obra maestra, lo que da una muestra de lo entera y atractiva que es para los sentidos. Pese a durar 131 minutos se me hizo corta.
Desde el 1er instante, cuándo raptan a R. Thornill, estaremos pegados a la pantalla, gracias al mejor suspense y a un dinamismo espléndido, bajo el cual se sucederán multitud de escenarios y situaciones: el intento de asesinato a tiros desde una avioneta a Roger, el intento de asesinato por emborrachamiento y simulación de accidente de coche, el camuflaje de este en el tren, su disparatada desvergonzonería en la subasta para que la policía se lo llevase y así salir indemne del acoso espía, las escenas románticas con la joven, y un final espectacular luchando por su vida y la de la joven en el monte Rushmore.
El guión es sobresaliente, a destacar el ingenioso, irónico y sarcástico lenguaje de Cary Grant, que tiene salidas para todo, y siempre tendrá una contestación inteligente, lo cual dota de mucho interés al film, ya que nos esbozara una sonrisa hasta en los momentos mas difíciles, ante cualquier situación, como cuando lo raptan al principio del film, no parara de dirigirse a los espias con tono irónico y humorístico sin ningún tipo de reparos con frases como " No está mal un secuestro de vez en cuando pero lo malo es que tengo entradas para el teatro para esta noche y no me la quiero perder" o "evidentemente sus amigos se equivocaron de paquete cuando me facturaron en el coche".
Está rodada con gran maestría, con multitud de planos totalmente acertados, consiguiendo unos resultados muy estéticos, de dónde hay que destacar la escena final en el monte Rushmore, la cual se hizo sobre un falso montaje, de modo que Hitchcock tuvo que materializar diferentes planos para crear autenticidad.
Por lo tanto, hablamos de un largometraje de gran calidad, que nos esbozará el mejor suspense, a manos de la pareja Hitchcock-Cary Grant, no hace falta decir que es obligatoria su visión. A los admiradores de Hitchcock les enamorará.
Hitchcock nos sumerge en el mundo del espionaje, dónde Roger Thornill (Cary Grant), será confundido con un agente del gobierno por una organización de espionaje, a partir de aquí comenzará un largo recorrido en busca de sus dudas existenciales, intentando salvar su vida, y vivirá una aventura en la lucha por una joven, una historia con todos los ingredientes para ser unas de las obras del director más completas, que no deparará en sorprendernos.
Intrépida, cautivadora, bella, intrigante, ingeniosa, cuidada, dinámica, romántica...muchos son los calificativos que recibe esta obra maestra, lo que da una muestra de lo entera y atractiva que es para los sentidos. Pese a durar 131 minutos se me hizo corta.
Desde el 1er instante, cuándo raptan a R. Thornill, estaremos pegados a la pantalla, gracias al mejor suspense y a un dinamismo espléndido, bajo el cual se sucederán multitud de escenarios y situaciones: el intento de asesinato a tiros desde una avioneta a Roger, el intento de asesinato por emborrachamiento y simulación de accidente de coche, el camuflaje de este en el tren, su disparatada desvergonzonería en la subasta para que la policía se lo llevase y así salir indemne del acoso espía, las escenas románticas con la joven, y un final espectacular luchando por su vida y la de la joven en el monte Rushmore.
El guión es sobresaliente, a destacar el ingenioso, irónico y sarcástico lenguaje de Cary Grant, que tiene salidas para todo, y siempre tendrá una contestación inteligente, lo cual dota de mucho interés al film, ya que nos esbozara una sonrisa hasta en los momentos mas difíciles, ante cualquier situación, como cuando lo raptan al principio del film, no parara de dirigirse a los espias con tono irónico y humorístico sin ningún tipo de reparos con frases como " No está mal un secuestro de vez en cuando pero lo malo es que tengo entradas para el teatro para esta noche y no me la quiero perder" o "evidentemente sus amigos se equivocaron de paquete cuando me facturaron en el coche".
Está rodada con gran maestría, con multitud de planos totalmente acertados, consiguiendo unos resultados muy estéticos, de dónde hay que destacar la escena final en el monte Rushmore, la cual se hizo sobre un falso montaje, de modo que Hitchcock tuvo que materializar diferentes planos para crear autenticidad.
Por lo tanto, hablamos de un largometraje de gran calidad, que nos esbozará el mejor suspense, a manos de la pareja Hitchcock-Cary Grant, no hace falta decir que es obligatoria su visión. A los admiradores de Hitchcock les enamorará.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hitchcock nos sumerge en el mundo del espionaje, dónde Roger Thornill (Cary Grant), será confundido con un agente del gobierno por una organización de espionaje, por lo que el protagonista empleará toda su astucia para salir vivo de está extraña situación, intentando además conseguir información del hombre por el cuál era confundido, que es provocado por una organización de contraespionaje con el fín de proteger a su verdadero agente. En esa búsqueda existencial se topa con una joven (Eva Marie Saint), que lo cautiva y que en un primer instante le salva el pellejo, pero posteriormente se dará cuenta que está detrás de esa organización. Aún así luchará por la joven.
27 de diciembre de 2010
27 de diciembre de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase que se era un señor gordo, nacido allá donde no se ve mucho el sol; un día decidió cruzar el océano, y de la Pérfida Albión se quedó con un cierto interés por fastidiar a las mujeres rubias y glacialmente bellas. Al hombre le dio por hacer obras de arte, una tras otra, y jugar con aquello que había aprendido a hacer muy bien. En 1959 el gordito del perfil más famoso del mundo decidió gastar una inmensa broma, y hacer magia de lo inverosímil: nadie se planteó que aquello no tenía ni pies ni cabeza, que ese mondongo de la CIA, la ONU, espías por aquí, malvados por allá y persecuciones por acullá sólo pretendía ser una tremenda parodia de una serie de pelis que se tomaban demasiado en serio a sí mismas, pero que eran igualmente risibles, desde el punto de vista lógico.
No importa, porque en este cuento hay un héroe a la fuerza, Thornhill, al que confunden con un calviniano caballero inexistente, Kaplan, una princesa rubia que no era ni buena ni mala, sino todo lo contrario, lo que pasa es que la dibujaron así, y le dio por enamorarse, aunque unos feos señores en España aficionados a la tijera moralista no entendieran que los héroes también hacen cochinadas. Tampoco importa que la mamá sea más joven que el hijo, si la mamá es tan deliciosa como para preguntar: "Caballeros, ¿ustedes no están realmente tratando de matar a mi hijo, verdad?", ni que el héroe, de repente, aparezca en un desértico campo de maíz perseguido por un avión chungo que le quiere mandar al otro barrio, ni que se dediquen a corretear por las cabezotas de un monumento dedicado a cuatro presidentes muertos.
Todos estos polvos mágicos, si no hubieran estado manipulados por la mejor varita del mercado, se habrían convertido en lodos condenados al olvido, pero, al contrario, siempre nos acordaremos de ese héroe equivocado, pícaro y borrachín con madre a cuestas, de esa rubia insinuante, de ese tren, de ese monte Rushmore y a lo mejor tarareamos la musiquilla de ese neoyorquino de nombre alemán.
No importa, porque en este cuento hay un héroe a la fuerza, Thornhill, al que confunden con un calviniano caballero inexistente, Kaplan, una princesa rubia que no era ni buena ni mala, sino todo lo contrario, lo que pasa es que la dibujaron así, y le dio por enamorarse, aunque unos feos señores en España aficionados a la tijera moralista no entendieran que los héroes también hacen cochinadas. Tampoco importa que la mamá sea más joven que el hijo, si la mamá es tan deliciosa como para preguntar: "Caballeros, ¿ustedes no están realmente tratando de matar a mi hijo, verdad?", ni que el héroe, de repente, aparezca en un desértico campo de maíz perseguido por un avión chungo que le quiere mandar al otro barrio, ni que se dediquen a corretear por las cabezotas de un monumento dedicado a cuatro presidentes muertos.
Todos estos polvos mágicos, si no hubieran estado manipulados por la mejor varita del mercado, se habrían convertido en lodos condenados al olvido, pero, al contrario, siempre nos acordaremos de ese héroe equivocado, pícaro y borrachín con madre a cuestas, de esa rubia insinuante, de ese tren, de ese monte Rushmore y a lo mejor tarareamos la musiquilla de ese neoyorquino de nombre alemán.
16 de diciembre de 2011
16 de diciembre de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Con la muerte en los talones" es una película entretenidísima. Vaya eso por delante. Cuenta con un protagonista que era todo un galán del momento, Cary Grant, un tipo elegante, de sonrisa seductora y distraída, capaz de mantenerse elegantemente trajeado en mitad de un tiroteo. Le acompaña en el protagonismo una Eva Marie Saint que como dice José Luis Garci, nos haría firmar a todos sin mirar la letra pequeña.
La música encaja, dirige Alfred Hitchcock... y te lo pasas en grande, una montaña rusa. Sí, pero, buscando ser voz discordante, uno se cuestiona, ¿y si no fuera del maestro del suspense? Es decir, escenas como las del monte Rushmore podrían ser lapidadas por buena parte de la crítica actual, desde la atalaya de falta de ideas, absoluta inversosimilitud y buscando el efectismo y el estilo más palomitero. Todo ello sin menoscabo de su espléndida manera de rodar e inteligencia dirigiendo.
Con todo ello, no pretendo criticar a un muy buen reparto y a un director maravilloso que siempre tuvo la enorme honestidad de afirmar que él no hacía arte (por supuesto que lo hacía, me refiero a lo que él decía de sí mismo), que simplemente trataba de llenar butacas. Y en ocasiones lo hizo con productos tan bien envasados como éste, que encima tiene un romance absurdo, del todo improbable y muy sexy, gracioso, con chispa y que es la aventura que todo lector de salón desearía.
Es que, simple y llanamente, después de disfrutarla, no veo la obra maestra en su máxima expresión, si un estupendo ejercicio de estilo de suspense, acción y aventuras, con un clinic de cómo vender tu película a los grandes estudios.
Honestamente, si está película nunca hubiera existido y mañana Mr Smith de Hollywood estrenase una cinta con George Clooney y Angelina Jolie, que culmina con una persecución, romance de rigor y donde triunfan las barras y estrellas, aunque estuviera muy bien hecha, ¿qué valoración te merecería?).
La música encaja, dirige Alfred Hitchcock... y te lo pasas en grande, una montaña rusa. Sí, pero, buscando ser voz discordante, uno se cuestiona, ¿y si no fuera del maestro del suspense? Es decir, escenas como las del monte Rushmore podrían ser lapidadas por buena parte de la crítica actual, desde la atalaya de falta de ideas, absoluta inversosimilitud y buscando el efectismo y el estilo más palomitero. Todo ello sin menoscabo de su espléndida manera de rodar e inteligencia dirigiendo.
Con todo ello, no pretendo criticar a un muy buen reparto y a un director maravilloso que siempre tuvo la enorme honestidad de afirmar que él no hacía arte (por supuesto que lo hacía, me refiero a lo que él decía de sí mismo), que simplemente trataba de llenar butacas. Y en ocasiones lo hizo con productos tan bien envasados como éste, que encima tiene un romance absurdo, del todo improbable y muy sexy, gracioso, con chispa y que es la aventura que todo lector de salón desearía.
Es que, simple y llanamente, después de disfrutarla, no veo la obra maestra en su máxima expresión, si un estupendo ejercicio de estilo de suspense, acción y aventuras, con un clinic de cómo vender tu película a los grandes estudios.
Honestamente, si está película nunca hubiera existido y mañana Mr Smith de Hollywood estrenase una cinta con George Clooney y Angelina Jolie, que culmina con una persecución, romance de rigor y donde triunfan las barras y estrellas, aunque estuviera muy bien hecha, ¿qué valoración te merecería?).
14 de junio de 2015
14 de junio de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
89/10(22/05/15) Uno de los films más famosos del orondo realizador londinense, una obra para pasar el rato, pero de kilates, la única que rodó para la MGM es un entretenimiento que no te suelta desde su inicio, thriller de acción que te mantiene pegado a la pantalla, con un protagonista en estado de gracia, Cary Grant en su cuarta y última colaboración con Hitchcock, sigue uno de los temas preferidos del director, el falso culpable, el tipo de clase media sospechoso de algo malo. Se le llamó la primera película James Bond, por sus paralelismos con el espía socarrón británico que estaba por nacer tres años después, por su trama de espías, su elegante héroe, el sofisticado villano, el múltiple humor que se le añade, y por sus formas de producto escapista. En mi opinión no llega a la obra maestra que muchos ven, le falta un guión más pulido, que no haya que darle tantas licencias, hay recursos a los que no soportan un mínimo análisis, comportamientos propios de gente con un cerebro disminuido, pero olvidándome de sus desproporcionadas loas me encuentro un relato trepidante que hace pasar un metraje muy ameno, sin capacidad de profundidad.
La cinta con el guión de Ernest Lehman (“Chantaje en Broadway”) es puro y despreocupado divertimento, de principio a fin, suspende cualquier tipo de introspección de personajes, y súbete en esta montaña rusa de escenas que conjugan con ingenio la acción con el humor más sano, uno de esos films que cuando acabas no serás mejor persona, pero la sonrisita la tendrás buen rato. Toca temas propios Hitch, la falsa identidad, la astucia, el afán de supervivencia, el sacrificio por la patria, la pujante Guerra fría, pero todo desde un enfoque liviano, sin hondura, pero con ritmo frenético, la acción se sucede cual tsunami, con dosis notables de suspense y mucho humor, ello acrecentado por el juego de confusiones de personas, por engaños, por suplantaciones de espías, todo en un clima trivial, nunca sientes realmente que el héroe vaya a morir, no sientes su drama, y es que él se lo toma todo a broma. La construcción de personajes incrementa la sensación de producto pasarratos, todos planos. El film tiene algún paralelismo misógino con “Encadenados”, con la chica que se sacrifica por su país, teniendo que acostarse con el malo por el bien de su patria, una constante en el cine Hitch, donde predominan los hombres, y las mujeres suelen ser bellas formas que satisfacen los deseos del macho alfa. Lo negativo en spoiler.
Cary Grant resulta estupendo, simpático, chispeante, fresco, encantador, seductor, elegante, con mucho humor, tipo que mantiene la compostura y la mordacidad en las peores situaciones, como en el secuestro de inicio, la borrachera en el juicio, o en la subasta, todo un precursor del estilo James Bond, un Icono del Séptimo Arte, con su cinismo, ironía y sofisticación, por supuesto que no es profundo, no lo intenta, está al servicio de la cusa del film, que es ser un pasarratos ameno, el papel en principio era para James Stewart, pero se descartó por viejo, curiosamente se le dio a Grant que era cuatro años mayor que Stewart. Eva Marie Saint aporta el clásico rol de chica Hitchcock, rubia seductora que suele tener algún fantasma en el armario, dota a su papel de atractivo y sensualidad, teniendo su mejor punto en su tremenda química con Grant, excelente compenetración. James Mason sofisticación y finura, también un precursor villano de la saga Bond, no cae en la caricatura del malo malísimo, le aporta matices, incluso un cierto subtexto homosexual con su relación con su lugarteniente encarnado por Martin Landau, el papel del malo era fue pensado primero para Yul Brynner.
La puesta en escena resulta excelente, el traslado a un mundo idealizado de grandes espacios, con un extraordinario diseño de producción de Robert Boyle (“El caso Thomas Crown”), trasladándote a la Nueva York espectacular llevándote a la Times Square, la Gran Estación de NYC, o la sede de la ONU, los formidables acantilados por los que serpentea un ebrio Thornhill se suponen en Long Island, filmados en el Griffith Park (Los Ángeles), el icónico paraje en medio de la nada para crear la mítica escena de la avioneta fumigadora, supuestamente en Norte de Indiana, rodada en la Garces Road 155, cerca de Wasco y Delano, o la impresionante casa cerca del Monte Rushmore, no real, creada por los escenógrafos estilo Frank Lloyd Wright, construida en Culver City, en los Estudios MGM, y el culmen es la recreación del Monte Rushmore para el clímax, no le dejaron rodar allí, se recreó el monumento en los estudios MGM, consiguiendo gran efecto de realismo (hay que dar la licencia del tiempo en que se rodó), teniendo que cuidar respeto con las figuras para no asociarlas con la violencia. La fotografía del habitual de Hitch, Robert Burks (“La ventana indiscreta”), en VistaVision-Technicolor, exigencia de Hitchcock para competir con la tv, con una gran pantalla, solo otra hizo la MGM con este formato (“Alta sociedad”), sabiendo adaptarse a diferentes escenarios, resalta el patinado amarillento en la escena de los maizales, o los tonos verdes en los bosques, pero sobresaliendo con cromatismos alegres. El editor habitual de Hitch, George Tomasini (“Psycho”), da un gran dinamismo en las escenas de acción, agilidad y sensación de zozobra. Sobresalientes son los créditos iniciales, absorbentes, definitorios del tono laberíntico del relato, el maestro diseñador gráfico Saul Bass (“Vértigo”), crea un sublime entramado de líneas paralelas y oblicuas que se entrecruzan sobre un fondo verde, autos desfigurados que se reflejan en cristaleras, ello encaminado a que igual nada es lo que parece, todo adornado por la Colosal música de Bernard Herrmann, de las mejores partituras de la historia puestas al servicio de las emociones del film, te inquieta, hormiguea, da impresión de intriga, misterio, resaltan instrumentos de viento que te sacuden de modo vertiginoso. (sigue en spoiler)
La cinta con el guión de Ernest Lehman (“Chantaje en Broadway”) es puro y despreocupado divertimento, de principio a fin, suspende cualquier tipo de introspección de personajes, y súbete en esta montaña rusa de escenas que conjugan con ingenio la acción con el humor más sano, uno de esos films que cuando acabas no serás mejor persona, pero la sonrisita la tendrás buen rato. Toca temas propios Hitch, la falsa identidad, la astucia, el afán de supervivencia, el sacrificio por la patria, la pujante Guerra fría, pero todo desde un enfoque liviano, sin hondura, pero con ritmo frenético, la acción se sucede cual tsunami, con dosis notables de suspense y mucho humor, ello acrecentado por el juego de confusiones de personas, por engaños, por suplantaciones de espías, todo en un clima trivial, nunca sientes realmente que el héroe vaya a morir, no sientes su drama, y es que él se lo toma todo a broma. La construcción de personajes incrementa la sensación de producto pasarratos, todos planos. El film tiene algún paralelismo misógino con “Encadenados”, con la chica que se sacrifica por su país, teniendo que acostarse con el malo por el bien de su patria, una constante en el cine Hitch, donde predominan los hombres, y las mujeres suelen ser bellas formas que satisfacen los deseos del macho alfa. Lo negativo en spoiler.
Cary Grant resulta estupendo, simpático, chispeante, fresco, encantador, seductor, elegante, con mucho humor, tipo que mantiene la compostura y la mordacidad en las peores situaciones, como en el secuestro de inicio, la borrachera en el juicio, o en la subasta, todo un precursor del estilo James Bond, un Icono del Séptimo Arte, con su cinismo, ironía y sofisticación, por supuesto que no es profundo, no lo intenta, está al servicio de la cusa del film, que es ser un pasarratos ameno, el papel en principio era para James Stewart, pero se descartó por viejo, curiosamente se le dio a Grant que era cuatro años mayor que Stewart. Eva Marie Saint aporta el clásico rol de chica Hitchcock, rubia seductora que suele tener algún fantasma en el armario, dota a su papel de atractivo y sensualidad, teniendo su mejor punto en su tremenda química con Grant, excelente compenetración. James Mason sofisticación y finura, también un precursor villano de la saga Bond, no cae en la caricatura del malo malísimo, le aporta matices, incluso un cierto subtexto homosexual con su relación con su lugarteniente encarnado por Martin Landau, el papel del malo era fue pensado primero para Yul Brynner.
La puesta en escena resulta excelente, el traslado a un mundo idealizado de grandes espacios, con un extraordinario diseño de producción de Robert Boyle (“El caso Thomas Crown”), trasladándote a la Nueva York espectacular llevándote a la Times Square, la Gran Estación de NYC, o la sede de la ONU, los formidables acantilados por los que serpentea un ebrio Thornhill se suponen en Long Island, filmados en el Griffith Park (Los Ángeles), el icónico paraje en medio de la nada para crear la mítica escena de la avioneta fumigadora, supuestamente en Norte de Indiana, rodada en la Garces Road 155, cerca de Wasco y Delano, o la impresionante casa cerca del Monte Rushmore, no real, creada por los escenógrafos estilo Frank Lloyd Wright, construida en Culver City, en los Estudios MGM, y el culmen es la recreación del Monte Rushmore para el clímax, no le dejaron rodar allí, se recreó el monumento en los estudios MGM, consiguiendo gran efecto de realismo (hay que dar la licencia del tiempo en que se rodó), teniendo que cuidar respeto con las figuras para no asociarlas con la violencia. La fotografía del habitual de Hitch, Robert Burks (“La ventana indiscreta”), en VistaVision-Technicolor, exigencia de Hitchcock para competir con la tv, con una gran pantalla, solo otra hizo la MGM con este formato (“Alta sociedad”), sabiendo adaptarse a diferentes escenarios, resalta el patinado amarillento en la escena de los maizales, o los tonos verdes en los bosques, pero sobresaliendo con cromatismos alegres. El editor habitual de Hitch, George Tomasini (“Psycho”), da un gran dinamismo en las escenas de acción, agilidad y sensación de zozobra. Sobresalientes son los créditos iniciales, absorbentes, definitorios del tono laberíntico del relato, el maestro diseñador gráfico Saul Bass (“Vértigo”), crea un sublime entramado de líneas paralelas y oblicuas que se entrecruzan sobre un fondo verde, autos desfigurados que se reflejan en cristaleras, ello encaminado a que igual nada es lo que parece, todo adornado por la Colosal música de Bernard Herrmann, de las mejores partituras de la historia puestas al servicio de las emociones del film, te inquieta, hormiguea, da impresión de intriga, misterio, resaltan instrumentos de viento que te sacuden de modo vertiginoso. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El vestuario tiene sus curiosidades, con respecto al traje gris que Cary Grant lleva durante casi todo el film, fue considerado por un grupo de expertos de la revista GQ en 2006 la mejor vestimenta masculina de la historia del cine, muy influyente en su época, copiado por Tom Cruise para su villano en “Collateral” y por Ben Afleck en “Paycheck”. Y en el apartado femenino el vestuario que le ofrecieron a Eve Marie Saint no era del agrado de Hitchcock, y el realizador y la actriz se fueron de compras juntos y se gastaron bastante en el atuendo de la ella.
En el lado de lo negativo está un guión bastante cogido con pinzas, si piensas un poco en sus muchas absurdas situaciones se te viene abajo: Los malos malísimos quieren matar al supuesto Kaplan tras la primera entrevista y no se les ocurre otra cosa que intentar emborracharlo y hacerlo conducir por un acantilado, visualmente queda maravillosa la escena, pero sin sentido alguno, porque no lo lanzan en el auto por el tajo directamente? Porque no le pegan un tiro y lo hacen desaparecer? Porque lo interrogan en una mansión de okupas, si además se supone lo van a matar y no podrá decir donde ha estado? Porque a los malos les es tan fácil matar con un cuchillo a un tipo en la sede de la ONU? Porque es tan idiota Thornhill de coger el cuchillo de la espalda del muerto? En el tren una mujer sabe que Thornhill es sospechoso de asesinato y sin embargo, sin motivo alguno le ayuda, el no llega a creer sea esto algo extraño? Es más, en apenas dos charlas se ha llevado al catre. Solo se explica siendo es el rey de los ingenuos, o siendo un narcisista tal que se cree con el don de que ninguna mujer se le resiste. La mítica escena en el maizal es extraordinaria en planificación visual, pero no se sostiene, no se puede planear un asesinato más chapucero y complicado, él está esperando a Kaplan, por que no llega un coche, se para frente a él, y le disparan? Lo de que la chica se hospede en el mismo hotel que se supone está Kaplan, es algo más que una casualidad. Lo de esconder el microfilm en una figura que los malos deben comprar en una subasta es de lo más rebuscado. Que Thornhill se le escape a la CIA del hospital y tarden tanto a llegar al lugar que saben va a ir es de traca. La forma en que la chica le quita al villano la figura no puede ser más absurda, menuda resistencia! Y es que estos malos deben tener el Oscar a los más torpes.
Momentos recordables: La mítica escena en que Thornhill ha sido citado en una carrera solitaria en un soleado día, en medio de la nada, rodeada de interminables maizales, y aparece una avioneta... Icono del cine; El jocoso tramo de la subasta, divertidísimo, propio de los hermanos Marx, mezclado con los Monty Python; La persecución final por entre los rostros (Washington, Jefferson, Lincoln y Teddy Roosevelt) del Monte Rushmore (Dakota del Sur), la mejor campaña de publicidad probablemente de la historia; El epílogo del film, cuando Eve es salvada de caer del Monte por Thornhill se produce una elipsis y los vemos montados en una litera de tren, se abrazan, ya vemos el exterior con el tren entrando en un túnel, esto evidentemente es un guiño hitchcockiano, metáfora pseudo-freudiana donde vemos una alegoría de fornicación, en el libro Hitchcock / Truffaut, Hitchcock lo denominó como <Símbolo fálico ... probablemente uno de los tiros más insolentes que he hecho>.
En conjunto me queda una notable obra de entretenimiento, un akelarre de escenas muy bien escenificadas y con un humor hilarante, si su guión se hubiera trabajado más podría haberse elevado a los altares. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, para ver íntegra ir a: http://tomregan.blogspot.com/2015/06/con-la-muerte-enlos-talones.html
En el lado de lo negativo está un guión bastante cogido con pinzas, si piensas un poco en sus muchas absurdas situaciones se te viene abajo: Los malos malísimos quieren matar al supuesto Kaplan tras la primera entrevista y no se les ocurre otra cosa que intentar emborracharlo y hacerlo conducir por un acantilado, visualmente queda maravillosa la escena, pero sin sentido alguno, porque no lo lanzan en el auto por el tajo directamente? Porque no le pegan un tiro y lo hacen desaparecer? Porque lo interrogan en una mansión de okupas, si además se supone lo van a matar y no podrá decir donde ha estado? Porque a los malos les es tan fácil matar con un cuchillo a un tipo en la sede de la ONU? Porque es tan idiota Thornhill de coger el cuchillo de la espalda del muerto? En el tren una mujer sabe que Thornhill es sospechoso de asesinato y sin embargo, sin motivo alguno le ayuda, el no llega a creer sea esto algo extraño? Es más, en apenas dos charlas se ha llevado al catre. Solo se explica siendo es el rey de los ingenuos, o siendo un narcisista tal que se cree con el don de que ninguna mujer se le resiste. La mítica escena en el maizal es extraordinaria en planificación visual, pero no se sostiene, no se puede planear un asesinato más chapucero y complicado, él está esperando a Kaplan, por que no llega un coche, se para frente a él, y le disparan? Lo de que la chica se hospede en el mismo hotel que se supone está Kaplan, es algo más que una casualidad. Lo de esconder el microfilm en una figura que los malos deben comprar en una subasta es de lo más rebuscado. Que Thornhill se le escape a la CIA del hospital y tarden tanto a llegar al lugar que saben va a ir es de traca. La forma en que la chica le quita al villano la figura no puede ser más absurda, menuda resistencia! Y es que estos malos deben tener el Oscar a los más torpes.
Momentos recordables: La mítica escena en que Thornhill ha sido citado en una carrera solitaria en un soleado día, en medio de la nada, rodeada de interminables maizales, y aparece una avioneta... Icono del cine; El jocoso tramo de la subasta, divertidísimo, propio de los hermanos Marx, mezclado con los Monty Python; La persecución final por entre los rostros (Washington, Jefferson, Lincoln y Teddy Roosevelt) del Monte Rushmore (Dakota del Sur), la mejor campaña de publicidad probablemente de la historia; El epílogo del film, cuando Eve es salvada de caer del Monte por Thornhill se produce una elipsis y los vemos montados en una litera de tren, se abrazan, ya vemos el exterior con el tren entrando en un túnel, esto evidentemente es un guiño hitchcockiano, metáfora pseudo-freudiana donde vemos una alegoría de fornicación, en el libro Hitchcock / Truffaut, Hitchcock lo denominó como <Símbolo fálico ... probablemente uno de los tiros más insolentes que he hecho>.
En conjunto me queda una notable obra de entretenimiento, un akelarre de escenas muy bien escenificadas y con un humor hilarante, si su guión se hubiera trabajado más podría haberse elevado a los altares. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, para ver íntegra ir a: http://tomregan.blogspot.com/2015/06/con-la-muerte-enlos-talones.html
3 de mayo de 2017
3 de mayo de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la Muerte en los Talones es una proeza técnica. Hitchcock vuelve a realizar una clase sobre cine. Narración bien manejada y un excelente uso del lenguaje cinematográfico. Hitchcock sabe como manejar todos los recursos del cine para general suspenso y mantener al espectador expectante. El filme cuenta con una una prodigiosa secuencia en el monte Rushmore. Este filme no está colocado a la misma altura que otros de la filmografía de este director, pero sin duda es una obra a destacar.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here