Intriga internacional
1959 

8.2
71,677
Intriga
Debido a un malentendido, a Roger O. Thornhill, un ejecutivo del mundo de la publicidad, unos espías lo confunden con un agente del gobierno llamado George Kaplan. Secuestrado por tres individuos y llevado a una mansión en la que es interrogado, consigue huir antes de que lo maten. Pero cuando al día siguiente regresa a la casa acompañado de la policía, le espera una sorpresa. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2009
9 de marzo de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cary Grant, un exitoso publicista neoyorquino de cuyo modo de conducirse dependen dos esposas y varios bartmans, se ve en el trance definitivo de tener que luchar por su vida en pos de un hombre cauteloso y desmontando con sus peripecias una complicada trama a la cabeza de la cual se sitúa un impecable James Mason, dedicado en cuerpo y alma a exportar secretos de estado.
Soportada en un guión expeditivo de Ernest Lehman, al vaivén de una partitura alucinante de Bernard Herrmann y salpicada de momentos tremendamente divertidos, CON LA MUERTE EN LOS TALONES recibió tres nominaciones a los óscars, y las perdió todas. Pero hoy, cuando han pasado más de cincuenta años desde su multitudinario estreno, CON LA MUERTE EN LOS TALONES es considerada por muchos como la más rotunda obra maestra del mago del suspense, se encuentra por derecho propio en la lista de las cien mejores películas de todos los tiempos, es la fuente de la que han bebido muchos de los más grandes thrillers que vinieron después y ha dejado para la posteridad más de dos y más de tres escenas de ésas cuyas fotografías bien pudieran ser portada en cualquier enciclopedia sobre la Historia del Cine.
Quizá a los responsables de CON LA MUERTE EN LOS TALONES que quedan en pie y a los que allí nos esperan les parezca eso más apetecible ahora que haber conseguido, en su momento, unas estatuillas cuyas circunstancias, en muchos casos, como pasa con George Kaplan en la cinta de Alfred Hitchcock, son un absoluto e insondable enigma.
Soportada en un guión expeditivo de Ernest Lehman, al vaivén de una partitura alucinante de Bernard Herrmann y salpicada de momentos tremendamente divertidos, CON LA MUERTE EN LOS TALONES recibió tres nominaciones a los óscars, y las perdió todas. Pero hoy, cuando han pasado más de cincuenta años desde su multitudinario estreno, CON LA MUERTE EN LOS TALONES es considerada por muchos como la más rotunda obra maestra del mago del suspense, se encuentra por derecho propio en la lista de las cien mejores películas de todos los tiempos, es la fuente de la que han bebido muchos de los más grandes thrillers que vinieron después y ha dejado para la posteridad más de dos y más de tres escenas de ésas cuyas fotografías bien pudieran ser portada en cualquier enciclopedia sobre la Historia del Cine.
Quizá a los responsables de CON LA MUERTE EN LOS TALONES que quedan en pie y a los que allí nos esperan les parezca eso más apetecible ahora que haber conseguido, en su momento, unas estatuillas cuyas circunstancias, en muchos casos, como pasa con George Kaplan en la cinta de Alfred Hitchcock, son un absoluto e insondable enigma.
22 de marzo de 2009
22 de marzo de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando era un niño, en una programación en blanco y negro de las 10 pm de el unico canal que emitían en Colombia por aquel entonces(Iniciaba a las 17 h y terminaba a las 24 de la noche), yo quedé absorto frente a la pantalla observando cómo el tipo más valeroso, elegante y apuesto que hasta entonces había visto, Cary grant, por supuesto, corría desaforado por un desierto mientras que un avión lo perseguía para llenarlo de agujeros a punta de metralleta.
Me tienen que creer: en ese momento preciso, hubo un corte de la electicidad, el televisor y la corriente se apagaron, quedando con mi hermano a oscuras y en la más profunda de las intrigas. No sabía cómo se llamaba la película, mucho menos el director ni los protagonistas. Solo sé que quedé tallado por el hambre de historias como esas, obnubilado por la aventura, completamente capturado por la estética de ese película perfecta que atrapó todos nuestros sentidos y nos dejó una sed que hasta hora nunca se me ha quitado por las buenas películas, por las buenas historias bien contadas. Me demoré quince años en volver a encontrarme con esta obra maestra, o mejor, con algo de ella : el afiche promocional que congelaba la escena en el mismo punto en que la dejé cuando era un niño y me quedé colgado de mi fantasía lleno de dudas y de asuntos sin resolver. Ahí supe que era de Hitchcock, que tenía varios nombres (Intriga Internacional, Con la muerte en los talones, North by Northwest) que los secundarios despues fueron superestrellas( Eva Marie Saint, James Mason, Martin Landau, Edward Platt), que Cary Grant era uno de los mas característicos y representativos actores del star sistem del Hollywood dorado y que su director era uno de los más grandes genios del cine. El rey del suspenso, el mago del entetenimiento. Tardé otros cinco años soñando con vérmela otra vez, completa, pues en mi ciudad era muy dificil conseguir clásicos del cine. Cuando lo logré, casi lloro de la emoción. Entendí por qué oculta razón un chico de provincia de escasos recursos termina siendo fanático del cine, por qué sin tener otras motivaciones había escrito ocho novelas y publicado cinco, por qué mi afición por las buenas historias y el buen cine. Creo que mi mayor deuda es con esta película inolvidable. Un derroche estético y técnico. Gracias maestro Alfred.
Me tienen que creer: en ese momento preciso, hubo un corte de la electicidad, el televisor y la corriente se apagaron, quedando con mi hermano a oscuras y en la más profunda de las intrigas. No sabía cómo se llamaba la película, mucho menos el director ni los protagonistas. Solo sé que quedé tallado por el hambre de historias como esas, obnubilado por la aventura, completamente capturado por la estética de ese película perfecta que atrapó todos nuestros sentidos y nos dejó una sed que hasta hora nunca se me ha quitado por las buenas películas, por las buenas historias bien contadas. Me demoré quince años en volver a encontrarme con esta obra maestra, o mejor, con algo de ella : el afiche promocional que congelaba la escena en el mismo punto en que la dejé cuando era un niño y me quedé colgado de mi fantasía lleno de dudas y de asuntos sin resolver. Ahí supe que era de Hitchcock, que tenía varios nombres (Intriga Internacional, Con la muerte en los talones, North by Northwest) que los secundarios despues fueron superestrellas( Eva Marie Saint, James Mason, Martin Landau, Edward Platt), que Cary Grant era uno de los mas característicos y representativos actores del star sistem del Hollywood dorado y que su director era uno de los más grandes genios del cine. El rey del suspenso, el mago del entetenimiento. Tardé otros cinco años soñando con vérmela otra vez, completa, pues en mi ciudad era muy dificil conseguir clásicos del cine. Cuando lo logré, casi lloro de la emoción. Entendí por qué oculta razón un chico de provincia de escasos recursos termina siendo fanático del cine, por qué sin tener otras motivaciones había escrito ocho novelas y publicado cinco, por qué mi afición por las buenas historias y el buen cine. Creo que mi mayor deuda es con esta película inolvidable. Un derroche estético y técnico. Gracias maestro Alfred.
14 de abril de 2013
14 de abril de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película de intriga y suspense es una de mis favoritas de siempre jamás en mi vida y mi historia de aficionado al cine que ya supera el medio siglo. Aún recuerdo cuando vi esta película, siendo estudiante, de reestreno, y luego la he visto una docena de veces más, manteniendo siempre la atención en el filme pues cada vez que la veo descubro cosas nuevas y de paso me deleito con una de mis actrices favoritas: Eva Marie Saint, que me resulta una mujer bellísima, elegante y en fin, sólo igualada o superada por Grace Kelly. Y de paso, al gran Cary Grant, un galán ya maduro en esta peli, pero seductor y con humor inglés como siempre. No hay que olvidar al magnífico James Mason y a Martin Landau, aunque el resto del reparto no le va a la zaga. De Alfred Hitchcock sólo diré que me parece uno de la media docena de grandes directores de todos los tiempos y que en esta obra se luce y requeteluce.
La trama se basa en un malentendido que hace que unos espías confundan a Roger O. Thornhill (Cary Grant), un ejecutivo, con un agente del gobierno llamado George Kaplan. Es secuestrado, interrogado, pero consigue huir antes de que lo maten. Cuando al día siguiente regresa a la casa acompañado de la policía, no hay rastro de las personas que había descrito. El resto es de una acción trepidante, una sucesión de hechos y sucesos donde destaco el encuentro con Eva Marie Saint en el viaje en tren, la persecución por un campo de maíz en la famosa escena de la avioneta o el guirigay que monta el protagonista en una subasta de arte en la que hay, a la vez que intriga, un gran sentido del humor del que sabe interpretar como nadie Cary Grant.
El resto es diversión, suspense, parte romántica exquisita, escenarios y encuadres magníficos, fotografía impecable, música en sintonía, tensión final, final feliz y un tiempo para disfrutar del mejor cine y olvidar se de todo, de la mano del gran maestro Alfred Hitchcock.
La trama se basa en un malentendido que hace que unos espías confundan a Roger O. Thornhill (Cary Grant), un ejecutivo, con un agente del gobierno llamado George Kaplan. Es secuestrado, interrogado, pero consigue huir antes de que lo maten. Cuando al día siguiente regresa a la casa acompañado de la policía, no hay rastro de las personas que había descrito. El resto es de una acción trepidante, una sucesión de hechos y sucesos donde destaco el encuentro con Eva Marie Saint en el viaje en tren, la persecución por un campo de maíz en la famosa escena de la avioneta o el guirigay que monta el protagonista en una subasta de arte en la que hay, a la vez que intriga, un gran sentido del humor del que sabe interpretar como nadie Cary Grant.
El resto es diversión, suspense, parte romántica exquisita, escenarios y encuadres magníficos, fotografía impecable, música en sintonía, tensión final, final feliz y un tiempo para disfrutar del mejor cine y olvidar se de todo, de la mano del gran maestro Alfred Hitchcock.
22 de septiembre de 2010
22 de septiembre de 2010
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro ejemplo más de un brillante e ingenioso Hitchcock, que mantiene la atención del espectador durante algo más de dos horas sin perder agilidad en ningún momento, lo que no es tan fácil, resultando una película muy divertida e imaginativa; hilando sorprendentemente la evolución de la historia de un agente de publicidad que empieza planificando su agenda del día con su secretaria...
Es cierto que resultan inverosímiles algunas situaciones, si no todas, pero es que también hay una forma de hacer cine en la que un "¿te imaginas si un día...?" da rienda suelta a una espiral de disparates a cada cual más absurdo; y ése es un juego al que hemos jugado y que nos gusta jugar a todos.
Es cierto que resultan inverosímiles algunas situaciones, si no todas, pero es que también hay una forma de hacer cine en la que un "¿te imaginas si un día...?" da rienda suelta a una espiral de disparates a cada cual más absurdo; y ése es un juego al que hemos jugado y que nos gusta jugar a todos.
27 de febrero de 2013
27 de febrero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un error, una confusión de identidades y Cary Grant se ve envuelto en una aventura llena de persecusiones, asesinos y espías, que es el tema favorito de Hitchcock: situar a un personaje normal en situasiones anormales. Hay acción, peligro e intriga, pero también romanticismo, tensión sexual y mucho humor.
La película tuvo su origen en un capricho de Hitchcock. Un día le dijo al guionista Ernest Lehman que siempre quizo hacer una persecución en los rostros de Mt. Rushmore. A Lehman le gustó la idea y tomó nota. Escribió la historia de un publicista que es confundido con un agente secreto de la CIA. En su huida se irá enfrentando a toda clase de aventuras peligrosas. Eran tantas las peripecias que sufría su personaje que un día al terminar de rodar una escena, Cary Grant pidió explicaciones a Hitchcock ya que no entendía nada de la trama. Eso era lo que precisamente deseaba el director. Si el actor hubiera conocido de antemano su destino, su actuación habría perdido gran parte de la espontaneidad que logró. Su papel en esta película es uno de los mejores de su carrera y eso que Grant vivía entonces momentos difíciles.Su esposa le había pedido el divorcio.
Para el papel femenino la Metro queria a Cyd Charisse pero Hitchcock impuso como protagonista a Eva Marie Saint, una de esas rubias misteriosas por la que el director sentía debilidad. Excelentes secundarios como Martin Landau o James Mason completaban el reparto con Jessie Royce Landis interpretando a la madre de Cary Grant. Una de esas madres posesivas tan habituales también en el cine del genio del suspense, aunque lo cierto es que en la vida real Jessie era diez meses más joven que Cary Grant.
La película incluye algunas de las mejores escenas de la filmografía de Hitchcock. El ataque de la avioneta en el campo de maíz es todo un modelo de cómo utilizar el espacio y el tiempo en el cine. Siete minutos sin diálogos que consiguen un crescendo de emoción y suspense sin recurrir al típico montaje acelerado de planos cada vez más cortos.
El rodaje de la película fue todo un acontencimiento y tuvo la visita a la reina Sofía, por entonces princesa de Grecia. Ni siquiera ella pudo interceder ante el gobierno americano que denegó a Hitchcock el permiso para rodar en el edificio de las Naciones Unidas. No le permitían rodar ahí, pero a Cary Grant se le ve entrando al edificio. Hitchcock lo filmó secretamente desde el otro lado de la calle. El director rodó estos planos con cámara oculta en las mismas narices del personal de seguridad. Luego hizo construir en los estudios una réplica exacta de los interiores del edificio. También tuvieron problemas con otra escenas clave, la de Mt. Rushmore. El Gobierno no solo les prohibió rodar en el monumento, sino que en los decorados sólo podía filmar a los actores moviéndose por puntos que estuvieran por debajo de las barbillas de los presidentes. El asunto llegó a debatirse en el Senado y fue casi un escándalo nacional. La prensa se aprovechó de la controversia de Mt. Rushmore. Un periodista sugirió que Hitchcock volviera a Inglaterra a filmar gente correteando en la cara de la reina.
A pesar de la polémica, la película resultó un gran éxito. Hitchcock siempre consideró a North by Northwest su thriller favorito. Una película perfecta que sin embargo contiene algún gazapo. Cuando Eva Marie Saint dispara a Cary Grant hay un niño en la parte superior derecha de la pantalla que se tapa los oidos segundos antes de que se oiga el disparo. Y atento al final, todo un prodigio de síntesis cinematográfica. El último minuto de película lo tiene todo: peligro, muerte, salvación, descubrimiento, justicia, matrimonio y sexo. Si no lo crees, sólo tienes que ver la película y comprobarlo por ti mismo.
La película tuvo su origen en un capricho de Hitchcock. Un día le dijo al guionista Ernest Lehman que siempre quizo hacer una persecución en los rostros de Mt. Rushmore. A Lehman le gustó la idea y tomó nota. Escribió la historia de un publicista que es confundido con un agente secreto de la CIA. En su huida se irá enfrentando a toda clase de aventuras peligrosas. Eran tantas las peripecias que sufría su personaje que un día al terminar de rodar una escena, Cary Grant pidió explicaciones a Hitchcock ya que no entendía nada de la trama. Eso era lo que precisamente deseaba el director. Si el actor hubiera conocido de antemano su destino, su actuación habría perdido gran parte de la espontaneidad que logró. Su papel en esta película es uno de los mejores de su carrera y eso que Grant vivía entonces momentos difíciles.Su esposa le había pedido el divorcio.
Para el papel femenino la Metro queria a Cyd Charisse pero Hitchcock impuso como protagonista a Eva Marie Saint, una de esas rubias misteriosas por la que el director sentía debilidad. Excelentes secundarios como Martin Landau o James Mason completaban el reparto con Jessie Royce Landis interpretando a la madre de Cary Grant. Una de esas madres posesivas tan habituales también en el cine del genio del suspense, aunque lo cierto es que en la vida real Jessie era diez meses más joven que Cary Grant.
La película incluye algunas de las mejores escenas de la filmografía de Hitchcock. El ataque de la avioneta en el campo de maíz es todo un modelo de cómo utilizar el espacio y el tiempo en el cine. Siete minutos sin diálogos que consiguen un crescendo de emoción y suspense sin recurrir al típico montaje acelerado de planos cada vez más cortos.
El rodaje de la película fue todo un acontencimiento y tuvo la visita a la reina Sofía, por entonces princesa de Grecia. Ni siquiera ella pudo interceder ante el gobierno americano que denegó a Hitchcock el permiso para rodar en el edificio de las Naciones Unidas. No le permitían rodar ahí, pero a Cary Grant se le ve entrando al edificio. Hitchcock lo filmó secretamente desde el otro lado de la calle. El director rodó estos planos con cámara oculta en las mismas narices del personal de seguridad. Luego hizo construir en los estudios una réplica exacta de los interiores del edificio. También tuvieron problemas con otra escenas clave, la de Mt. Rushmore. El Gobierno no solo les prohibió rodar en el monumento, sino que en los decorados sólo podía filmar a los actores moviéndose por puntos que estuvieran por debajo de las barbillas de los presidentes. El asunto llegó a debatirse en el Senado y fue casi un escándalo nacional. La prensa se aprovechó de la controversia de Mt. Rushmore. Un periodista sugirió que Hitchcock volviera a Inglaterra a filmar gente correteando en la cara de la reina.
A pesar de la polémica, la película resultó un gran éxito. Hitchcock siempre consideró a North by Northwest su thriller favorito. Una película perfecta que sin embargo contiene algún gazapo. Cuando Eva Marie Saint dispara a Cary Grant hay un niño en la parte superior derecha de la pantalla que se tapa los oidos segundos antes de que se oiga el disparo. Y atento al final, todo un prodigio de síntesis cinematográfica. El último minuto de película lo tiene todo: peligro, muerte, salvación, descubrimiento, justicia, matrimonio y sexo. Si no lo crees, sólo tienes que ver la película y comprobarlo por ti mismo.
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