El día que la Tierra se detuvo
1951 

7.0
18,063
Ciencia ficción. Drama
Una nave extraterrestre llega a la tierra con la misión de entregar a los hombres un importante mensaje. El mundo entero queda conmocionado el día en que, sin previo aviso, un platillo aterriza en Washington y de él sale Klaatu, un alienígena de aspecto humano acompañado de Gort, un amenazante robot. La petición que Klaatu hace a todos los gobernantes del mundo es rechazada. Así las cosas, Klaatu decide observar cómo viven los humanos ... [+]
16 de mayo de 2023
16 de mayo de 2023
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Recordaba retazos de la película, que vi de crío, pero obviamente, en aquella época, me atrajo más el tema del autómata, el platillo volante y las escenas más movidas, pero anoche la volví a ver con otros ojos, y puedo decir que el gran R. Wise hace una reflexión disfrazada de ciencia ficción sobre la estupidez humana, que fué, es y por desgracia, tiene pinta de que será aún mayor, con mucha tecnología avanzada, pero que nos hace más estúpidos todavía.
Paz y armonía, lamentablemente, es una utopía en este mundo podrido, y si algún día vienen visitantes de otro planeta, posiblemente nos fulminen por imbéciles.
Con más de 70 años, la película sigue siendo interesante en todos los aspectos, aunque Gort, visto ahora en el siglo XXI, queda demasiado cutroso, pero en aquella época seguro que acojonaba un montón. Mítica la música de Bernard Herrmann, aún en algunas películas actuales de ScyFy se nota la influencia.
Película con mensaje necesario en tiempos de la mítica guerra fría, pero hoy en día aún más necesario. A ver si de verdad viene un alienígena inteligente y le da un par de ostias a todos los dirigentes, reyes y demás sabandijas que dirigen el cotarro mandando a los desgraciados con armas a matarse entre ellos, y no a ninguno en particular, sino a todos, todas y todes...
Me he quedado tranquilo, si, gracias.
Wolf.
Paz y armonía, lamentablemente, es una utopía en este mundo podrido, y si algún día vienen visitantes de otro planeta, posiblemente nos fulminen por imbéciles.
Con más de 70 años, la película sigue siendo interesante en todos los aspectos, aunque Gort, visto ahora en el siglo XXI, queda demasiado cutroso, pero en aquella época seguro que acojonaba un montón. Mítica la música de Bernard Herrmann, aún en algunas películas actuales de ScyFy se nota la influencia.
Película con mensaje necesario en tiempos de la mítica guerra fría, pero hoy en día aún más necesario. A ver si de verdad viene un alienígena inteligente y le da un par de ostias a todos los dirigentes, reyes y demás sabandijas que dirigen el cotarro mandando a los desgraciados con armas a matarse entre ellos, y no a ninguno en particular, sino a todos, todas y todes...
Me he quedado tranquilo, si, gracias.
Wolf.
15 de febrero de 2024
15 de febrero de 2024
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La imperecedera versión (1951) de ciencia ficción por Robert Wise trata sobre una extraña nave del espacio exterior que aterriza en Washington, luego aparece un poderoso robot, y ello despliega un buen casting con Patricia Neal, Hugh Marlowe, Sam Jaffe y Michael Rennie. El único ocupante llamado Klaatu (Michael Rennie) sale de la nave extraterrestre. Un robot grande y muy poderoso aparece para salvarlo y es capaz de destruir tanques con la más mínima parte de su poder. El digno Klaatu trae un importante mensaje al planeta sobre advertencia de la energía nuclear, sin embargo, la comunicación resulta difícil ya que es asediado por el ejercito y recibe un disparo de un soldado nervioso. El alienígena herido ordena un Robot que detenga su alboroto, entonces Klaatu decide adoptar un enfoque alternativo. Mientras tanto, los militares y las autoridades tienen otros objetivos. Un robot y un hombre. . . ¡Mantén al mundo hechizado con poderes nuevos y sorprendentes de otro planeta!.¡La pantalla nunca había concebido una criatura como ésta!¡El mundo se enfrenta a la destrucción por parte de extraños "hombres" y máquinas demoníacas de un planeta lejano! ¿Existe un rostro que pueda destruir el mundo?. Un robot y un hombre con poderes asombrosos invaden la Tierra!. Desde fuera del espacio... una advertencia y un ultimátum. ¡Un extraño poder de otro planeta amenaza la Tierra!.¿Qué es este invasor de otro planeta? ¿Podrá destruir la Tierra?
Ultimátum a la Tierra (1951) es considerada una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos. Esta es una adaptación de la histórica ciencia ficción de los cincuenta cuando este género estaba en su esplendor, concerniendo un extraño alienígena bien personificado por Michael Rennie que llega a la Tierra y es perseguido sin descanso, siendo escrita por Edmund H. North y competentemente dirigida por Robert Wise. Esta película clásica que se mantiene aún en día bastante bien, provee una advertencia antinuclear, hay un platillo volante que orbita la Tierra en los años 50 en la era de la Guerra Fría justo después del final de la Segunda Guerra Mundial, aterrizando en Washington DC, y el robot gigante llamado Gort es una forma mecánica que resulta ser un miembro de una raza de súper ejecutores inventados para mantener la paz de la galaxia frente a los que quieren destruir el mundo. Protagoniza el Británico Michael Rennie como un hombre de otro planeta que visita la Tierra y no recibe lo que podría llamarse una cálida bienvenida. Una de las razones por las que Michael Rennie fue elegido para interpretar a Klaatu fue que, en general, el público estadounidense lo desconocía y sería más fácilmente aceptado como un "extraterrestre" que como un actor más reconocible. El director del estudio, Darryl F. Zanuck, le había mostrado el guión a Spencer Tracy, quien estaba ansioso por interpretar el papel. El productor Julian Blaustein objetó, diciendo que el público tendría muchas expectativas sobre el personaje al ver a un actor de tanta reputación emerger del platillo volante. Blaustein sabía que Zanuck tenía el control final y, si insistía, Blaustein tendría que dimitir o hacer la película de forma insatisfactoria. Afortunadamente, Zanuck estuvo de acuerdo y Rennie fue elegido en su lugar. En esta película se desarrolla una agradable relación entre Klaatu, una viuda llamada Helen Benson bien interpretada por Patricia Neal quién es creíble como la mujer que ayuda al extraterrestre a afrontar varios peligros, junto con su hijo y el Professor Barnhardt actuado por el veterano Sam Jaffe. Esta primera versión incluye varios trucos espaciales, y tradicional pero efectivos efectos especiales que para su tiempo eran suficientes para sorprender al ingenuo espectador de la época, aunque hoy en día estén algo anticuados. Bernard Herrmann, un maestro de las orquestaciones poco convencionales, utilizó dos Theremins para crear su música espeluznante, uno con un tono más alto y el otro más bajo, consolidando la asociación de los primeros instrumentos electrónicos con la ciencia ficción, y también pianos, arpas, diferentes órganos eléctricos, percusión y solo amplificado, cuerdas y una gran sección de metales que incluye cuatro tubas. Aunque el compositor Ferde Grofé Sr. lo había empleado un año antes en su partitura para Cohete K-1 (1950), Dimitri Tiomkin lo utilizó en su música para El enigma de otro mundo (1951). La película está dirigida original y profesionalmente por Robert Wise.
La adaptación moderna (2008) de Scott Derrickson aunque inferior, contiene efectos especiales superiores y muchas imágenes generadas por computador, fue protagonizada por Keau Reeves, Jennifer Connelly, Rob Kneeper, Kathy Bates, Jaden Smith Kyle Chandler. Como en el original de 1951, Klaatu iba a viajar en una nave espacial, pero Scott Derrickson quería que el aspecto extraterrestre de la película fuera más misterioso y reemplazó la nave con una esfera brillante y aquí aterriza en Central Park, Manhattan, frente al clásico que fue en Washington D.C.. En la antigua versión Gort medía dos metros y medio de altura, en esta película, mide 28 pies de altura. El nombre sólo se utiliza una vez, como el acrónimo G.O.R.T., que significa "Tecnología Robótica Genéticamente Organizada", asignado al robot por militares y científicos.
Ultimátum a la Tierra (1951) es considerada una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos. Esta es una adaptación de la histórica ciencia ficción de los cincuenta cuando este género estaba en su esplendor, concerniendo un extraño alienígena bien personificado por Michael Rennie que llega a la Tierra y es perseguido sin descanso, siendo escrita por Edmund H. North y competentemente dirigida por Robert Wise. Esta película clásica que se mantiene aún en día bastante bien, provee una advertencia antinuclear, hay un platillo volante que orbita la Tierra en los años 50 en la era de la Guerra Fría justo después del final de la Segunda Guerra Mundial, aterrizando en Washington DC, y el robot gigante llamado Gort es una forma mecánica que resulta ser un miembro de una raza de súper ejecutores inventados para mantener la paz de la galaxia frente a los que quieren destruir el mundo. Protagoniza el Británico Michael Rennie como un hombre de otro planeta que visita la Tierra y no recibe lo que podría llamarse una cálida bienvenida. Una de las razones por las que Michael Rennie fue elegido para interpretar a Klaatu fue que, en general, el público estadounidense lo desconocía y sería más fácilmente aceptado como un "extraterrestre" que como un actor más reconocible. El director del estudio, Darryl F. Zanuck, le había mostrado el guión a Spencer Tracy, quien estaba ansioso por interpretar el papel. El productor Julian Blaustein objetó, diciendo que el público tendría muchas expectativas sobre el personaje al ver a un actor de tanta reputación emerger del platillo volante. Blaustein sabía que Zanuck tenía el control final y, si insistía, Blaustein tendría que dimitir o hacer la película de forma insatisfactoria. Afortunadamente, Zanuck estuvo de acuerdo y Rennie fue elegido en su lugar. En esta película se desarrolla una agradable relación entre Klaatu, una viuda llamada Helen Benson bien interpretada por Patricia Neal quién es creíble como la mujer que ayuda al extraterrestre a afrontar varios peligros, junto con su hijo y el Professor Barnhardt actuado por el veterano Sam Jaffe. Esta primera versión incluye varios trucos espaciales, y tradicional pero efectivos efectos especiales que para su tiempo eran suficientes para sorprender al ingenuo espectador de la época, aunque hoy en día estén algo anticuados. Bernard Herrmann, un maestro de las orquestaciones poco convencionales, utilizó dos Theremins para crear su música espeluznante, uno con un tono más alto y el otro más bajo, consolidando la asociación de los primeros instrumentos electrónicos con la ciencia ficción, y también pianos, arpas, diferentes órganos eléctricos, percusión y solo amplificado, cuerdas y una gran sección de metales que incluye cuatro tubas. Aunque el compositor Ferde Grofé Sr. lo había empleado un año antes en su partitura para Cohete K-1 (1950), Dimitri Tiomkin lo utilizó en su música para El enigma de otro mundo (1951). La película está dirigida original y profesionalmente por Robert Wise.
La adaptación moderna (2008) de Scott Derrickson aunque inferior, contiene efectos especiales superiores y muchas imágenes generadas por computador, fue protagonizada por Keau Reeves, Jennifer Connelly, Rob Kneeper, Kathy Bates, Jaden Smith Kyle Chandler. Como en el original de 1951, Klaatu iba a viajar en una nave espacial, pero Scott Derrickson quería que el aspecto extraterrestre de la película fuera más misterioso y reemplazó la nave con una esfera brillante y aquí aterriza en Central Park, Manhattan, frente al clásico que fue en Washington D.C.. En la antigua versión Gort medía dos metros y medio de altura, en esta película, mide 28 pies de altura. El nombre sólo se utiliza una vez, como el acrónimo G.O.R.T., que significa "Tecnología Robótica Genéticamente Organizada", asignado al robot por militares y científicos.
22 de mayo de 2024
22 de mayo de 2024
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Si no conocemos hay que rechazar, y si se tercia destruir, porque para eso fue creada la raza humana al parecer. El visitante que recorrió millones de años luz lo comprueba en sus propias carnes: la primera respuesta que recibe de un terrícola es un disparo mortal.
No es extraño que nos precipitemos a nuestra destrucción...
Eso es exactamente lo que le pasa al ser imaginado por Hiram Gilmore Bates en "Farewell to the Master", publicada en la mítica Astounding Science-fiction, y que no deja de ser una narración interesante a pesar de sus confusas intenciones; parece que este escritor que tachaba de mediocres a la mayoría de los cuentos sobre alienígenas de su época quiso dar un paso adelante y proponer ciertas ideas serias y reflexiones con respecto a qué son en realidad los invasores. ¿Son ellos los enemigos o nosotros? El pobre Klaatu sólo tiene la oportunidad de decir unas palabras antes de ser asesinado a tiros.
Si bien presentaba a los seres del Espacio exterior de un modo benévolo, esta historia se ampara en la curiosidad, el misterio y la ausencia total, quizás premeditada, de no querer dar ninguna explicación acerca de nada...pero bastó para interesar a Julian Blaustein y convertirse en la base de un importante proyecto de la Fox, aunque la adaptación de Edmund North sólo utilizara el 10% o menos de la fuente original. Mientras tanto Robert Wise, interesado siempre en la ciencia-ficción, tiene la virtud de engancharnos desde el primer minuto, como es habitual en él.
Y es que uno de los mayores aciertos es no presentar la trama desde de la perspectiva de un protagonista humano. En una secuencia inicial, espectacular para la época, todos los pueblos del Mundo son testigos de la llegada del platillo volante, una masa impersonal llevada por la sorpresa o el pánico ante lo desconocido; Bates situaba a un periodista, Sutherland, en el centro del relato y todo se contaba desde su punto de vista, algo muy típico, pero en la adaptación el protagonista es Klaatu, porque no interesa acabar con él a las primeras de cambio a pesar del disparo de un soldado.
La reacción es la misma en el cuento y en el film, pero el visitante no muere al instante y se le confiere una atractiva personalidad (gracias al carisma de Michael Rennie, al que Darryl Zanuck, gracias a Dios, eligió en lugar de Spencer Tracy), un propósito, un deseo de contactar de manera amistosa para lanzar un mensaje a todas las naciones (al principio un secreto pero se sabrá). Y esto derriba el concepto en el que la ciencia-ficción se lleva apoyando desde hacía tiempo, porque desde siempre si los alienígenas llegaban a nuestro planeta sólo era para destruirnos, someternos, etc., etc., y presentando físicos inquietantes y grotescos...
Pero con su aspecto tranquilo, afable y sobre todo corriente, Rennie da vida a uno que puede pasar desapercibido y ganarse la simpatía de cuantos le rodean, y también del espectador; en aquel 1.951 "El Enigma de Otro Mundo" mostraba una situación arquetípica donde los militares debían unirse para destruir a un monstruo que era de todo menos pacífico. Aquí la postura es la diametralmente opuesta. En realidad nada inédito, ya que unos meses antes de estrenarse "Ultimátum a La Tierra" fue "El Ser del Planeta X" la que dio un paso vital evidenciando la crueldad y desconfianza de los humanos cuando se trata de enfrentar lo desconocido.
Sin embargo la obra de Edgar Ulmer era demasiado pequeña. Wise termina, con su superproducción, de definir y establecer la idea de que no todos los alienígenas tienen que ser criaturas destructivas, así se desarrolla la trama cuando la histeria general y el gran despliegue de medios han pasado: desde el drama y el suspense, lo que lleva también a cierta pérdida de ritmo y tensión. Klaatu, huido de los militares, se oculta en un motel bajo otro nombre (Carpenter, ¿metáfora cristiana planeando sobre esta historia en la que el personaje podría ser fácilmente comparado con Jesucristo?), cual fugitivo del cine "hitchcockiano".
(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)
No se implora acabar con las guerras, no se pide paz en La Tierra, se insta a hacerlo proponiendo un castigo aún más violento y destructor, porque como la violencia es el único lenguaje que entienden los humanos esta es ya la única forma de proceder, ni más ni menos. Una postura dudosa que invita a la reflexión: ¿hasta qué límites llegaremos enfrentándonos unos contra otros para finalmente ser todos exterminados?
Desgraciadamente también permanece la sensación del miedo a una amenaza exterior aún mayor; así que lo que simboliza el protagonista al principio, una raza extraterrestre pacifista, se pierde por completo. Por culpa de este sinsentido y otros errores considerar a "Ultimátum a La Tierra" de obra maestra es imposible, pero sí de punto y aparte en la ciencia-ficción con mensaje político.
No es extraño que nos precipitemos a nuestra destrucción...
Eso es exactamente lo que le pasa al ser imaginado por Hiram Gilmore Bates en "Farewell to the Master", publicada en la mítica Astounding Science-fiction, y que no deja de ser una narración interesante a pesar de sus confusas intenciones; parece que este escritor que tachaba de mediocres a la mayoría de los cuentos sobre alienígenas de su época quiso dar un paso adelante y proponer ciertas ideas serias y reflexiones con respecto a qué son en realidad los invasores. ¿Son ellos los enemigos o nosotros? El pobre Klaatu sólo tiene la oportunidad de decir unas palabras antes de ser asesinado a tiros.
Si bien presentaba a los seres del Espacio exterior de un modo benévolo, esta historia se ampara en la curiosidad, el misterio y la ausencia total, quizás premeditada, de no querer dar ninguna explicación acerca de nada...pero bastó para interesar a Julian Blaustein y convertirse en la base de un importante proyecto de la Fox, aunque la adaptación de Edmund North sólo utilizara el 10% o menos de la fuente original. Mientras tanto Robert Wise, interesado siempre en la ciencia-ficción, tiene la virtud de engancharnos desde el primer minuto, como es habitual en él.
Y es que uno de los mayores aciertos es no presentar la trama desde de la perspectiva de un protagonista humano. En una secuencia inicial, espectacular para la época, todos los pueblos del Mundo son testigos de la llegada del platillo volante, una masa impersonal llevada por la sorpresa o el pánico ante lo desconocido; Bates situaba a un periodista, Sutherland, en el centro del relato y todo se contaba desde su punto de vista, algo muy típico, pero en la adaptación el protagonista es Klaatu, porque no interesa acabar con él a las primeras de cambio a pesar del disparo de un soldado.
La reacción es la misma en el cuento y en el film, pero el visitante no muere al instante y se le confiere una atractiva personalidad (gracias al carisma de Michael Rennie, al que Darryl Zanuck, gracias a Dios, eligió en lugar de Spencer Tracy), un propósito, un deseo de contactar de manera amistosa para lanzar un mensaje a todas las naciones (al principio un secreto pero se sabrá). Y esto derriba el concepto en el que la ciencia-ficción se lleva apoyando desde hacía tiempo, porque desde siempre si los alienígenas llegaban a nuestro planeta sólo era para destruirnos, someternos, etc., etc., y presentando físicos inquietantes y grotescos...
Pero con su aspecto tranquilo, afable y sobre todo corriente, Rennie da vida a uno que puede pasar desapercibido y ganarse la simpatía de cuantos le rodean, y también del espectador; en aquel 1.951 "El Enigma de Otro Mundo" mostraba una situación arquetípica donde los militares debían unirse para destruir a un monstruo que era de todo menos pacífico. Aquí la postura es la diametralmente opuesta. En realidad nada inédito, ya que unos meses antes de estrenarse "Ultimátum a La Tierra" fue "El Ser del Planeta X" la que dio un paso vital evidenciando la crueldad y desconfianza de los humanos cuando se trata de enfrentar lo desconocido.
Sin embargo la obra de Edgar Ulmer era demasiado pequeña. Wise termina, con su superproducción, de definir y establecer la idea de que no todos los alienígenas tienen que ser criaturas destructivas, así se desarrolla la trama cuando la histeria general y el gran despliegue de medios han pasado: desde el drama y el suspense, lo que lleva también a cierta pérdida de ritmo y tensión. Klaatu, huido de los militares, se oculta en un motel bajo otro nombre (Carpenter, ¿metáfora cristiana planeando sobre esta historia en la que el personaje podría ser fácilmente comparado con Jesucristo?), cual fugitivo del cine "hitchcockiano".
(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)
No se implora acabar con las guerras, no se pide paz en La Tierra, se insta a hacerlo proponiendo un castigo aún más violento y destructor, porque como la violencia es el único lenguaje que entienden los humanos esta es ya la única forma de proceder, ni más ni menos. Una postura dudosa que invita a la reflexión: ¿hasta qué límites llegaremos enfrentándonos unos contra otros para finalmente ser todos exterminados?
Desgraciadamente también permanece la sensación del miedo a una amenaza exterior aún mayor; así que lo que simboliza el protagonista al principio, una raza extraterrestre pacifista, se pierde por completo. Por culpa de este sinsentido y otros errores considerar a "Ultimátum a La Tierra" de obra maestra es imposible, pero sí de punto y aparte en la ciencia-ficción con mensaje político.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ahora se procede a un análisis de lo que significa ser extranjero en tierra extranjera. Los años de la Guerra Fría y las tensiones entre naciones determinan este entorno opresivo y sangrante recelo; Klaatu, bajo esa nueva identidad, comprueba de primera mano la actitud desconfiada, temerosa, extremista y no poco ignorante mientras sus compañeros de motel leen el periódico y la radio anuncia a voces que hay que cazar al visitante evadido "como un animal salvaje".
Tantas historietas de monstruos con tentáculos y ojos saltones han reblandecido el cerebro a la población, y la persecución comunista que se vive en aquellos años es la guinda del pastel.
Los ojos de Rennie al oír tales palabras consiguen expresar esa amarga tristeza que embarga a Klaatu, acompañada de un inevitable sentimiento de lástima, lástima por la facilidad con que las personas juzgan y destruyen todo lo que no pertenece a su hermético círculo, y ya ni siquiera en términos planetarios, sino entre la misma población humana; basta recordar el modo en que la desagradable señora sentada a la mesa del comedor espeta "No creo que haya venido del Espacio, sino de La Tierra, y ya sabéis de dónde...".
Así el visitante únicamente encuentra un apoyo en el niño, Bob, igual de imbécil que el resto pero al menos inocente y puro. Aunque Wise sabe acercarse a la realidad es en este proceso de investigación y adaptación de Klaatu que se ralentiza el ritmo y diluyen las tensiones, a pesar de ponerse precio a su cabeza; y que tenga de compañero a un niño no demasiado agradable da pie, en mi opinión, a una mayor lentitud. Ni siquiera cuando éste se cree Sherlock Holmes y va persiguiéndole porque así lo quiere el guión hay una auténtica sensación de peligro.
La película se recupera tras la entrevista con Barnhardt y la "demostración de poder" que éste pide, sin embargo son varias las decepciones que van apareciendo. Por un lado porque, si el título original es "El Día que La Tierra se Detuvo" sólo vemos este incidente durante unos minutos, y tampoco es que cause mayor preocupación en la trama aparte de algunos cortes de luz (pudo ser una catástrofe a nivel global mucho más extendida pero era 1.951 y no se lo podían permitir con su presupuesto, imagino). Por otro porque, aun regalándonos esa frenética persecución de Klaatu por las calles de Washington, Wise no usa al autómata como debiera.
Si en el cuento era un robot mucho más inquietante (llamado "Gnut", no "Gort") pero no hacía alarde de poderes mortales tal vez sí debería haber sucedido aquí después de ser asesinado su maestro (¿no hubiera sido mejor pasar a los créditos con ese momento emocionante?). Al menos eso sugiere el poster: a un robot gigante y terrorífico; este "Gort" no, a poco de eliminar dos soldados que a nadie importan, Helen (una bella Patricia Neal cuyo papel resulta confuso y que debería haber estado junto a Klaatu durante la primera mitad en lugar del niño) se acerca y le neutraliza.
De nuevo el presupuesto y el rechazo al efectismo de Wise nos impidieron disfrutar de lo que poco después desplegaba Byron Haskin en "La Guerra de los Mundos": caos generalizado y un disfrutable espectáculo de destrucción. Por último el mensaje final del visitante, lo más importante de la película, ni es tan pacifista ni tan esperanzador.
De hecho posee una vena reaccionaria que lo deja todo en una confusa ambivalencia. Básicamente advierte a los humanos que su capacidad de destruirse entre ellos tan despreocupadamente es un peligro para el resto de vidas y que de seguir creando armas vendrán desde el Espacio y les aniquilarán a todos.
Tantas historietas de monstruos con tentáculos y ojos saltones han reblandecido el cerebro a la población, y la persecución comunista que se vive en aquellos años es la guinda del pastel.
Los ojos de Rennie al oír tales palabras consiguen expresar esa amarga tristeza que embarga a Klaatu, acompañada de un inevitable sentimiento de lástima, lástima por la facilidad con que las personas juzgan y destruyen todo lo que no pertenece a su hermético círculo, y ya ni siquiera en términos planetarios, sino entre la misma población humana; basta recordar el modo en que la desagradable señora sentada a la mesa del comedor espeta "No creo que haya venido del Espacio, sino de La Tierra, y ya sabéis de dónde...".
Así el visitante únicamente encuentra un apoyo en el niño, Bob, igual de imbécil que el resto pero al menos inocente y puro. Aunque Wise sabe acercarse a la realidad es en este proceso de investigación y adaptación de Klaatu que se ralentiza el ritmo y diluyen las tensiones, a pesar de ponerse precio a su cabeza; y que tenga de compañero a un niño no demasiado agradable da pie, en mi opinión, a una mayor lentitud. Ni siquiera cuando éste se cree Sherlock Holmes y va persiguiéndole porque así lo quiere el guión hay una auténtica sensación de peligro.
La película se recupera tras la entrevista con Barnhardt y la "demostración de poder" que éste pide, sin embargo son varias las decepciones que van apareciendo. Por un lado porque, si el título original es "El Día que La Tierra se Detuvo" sólo vemos este incidente durante unos minutos, y tampoco es que cause mayor preocupación en la trama aparte de algunos cortes de luz (pudo ser una catástrofe a nivel global mucho más extendida pero era 1.951 y no se lo podían permitir con su presupuesto, imagino). Por otro porque, aun regalándonos esa frenética persecución de Klaatu por las calles de Washington, Wise no usa al autómata como debiera.
Si en el cuento era un robot mucho más inquietante (llamado "Gnut", no "Gort") pero no hacía alarde de poderes mortales tal vez sí debería haber sucedido aquí después de ser asesinado su maestro (¿no hubiera sido mejor pasar a los créditos con ese momento emocionante?). Al menos eso sugiere el poster: a un robot gigante y terrorífico; este "Gort" no, a poco de eliminar dos soldados que a nadie importan, Helen (una bella Patricia Neal cuyo papel resulta confuso y que debería haber estado junto a Klaatu durante la primera mitad en lugar del niño) se acerca y le neutraliza.
De nuevo el presupuesto y el rechazo al efectismo de Wise nos impidieron disfrutar de lo que poco después desplegaba Byron Haskin en "La Guerra de los Mundos": caos generalizado y un disfrutable espectáculo de destrucción. Por último el mensaje final del visitante, lo más importante de la película, ni es tan pacifista ni tan esperanzador.
De hecho posee una vena reaccionaria que lo deja todo en una confusa ambivalencia. Básicamente advierte a los humanos que su capacidad de destruirse entre ellos tan despreocupadamente es un peligro para el resto de vidas y que de seguir creando armas vendrán desde el Espacio y les aniquilarán a todos.
27 de enero de 2025
27 de enero de 2025
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Suele pasar que este tipo de cintas de ciencia-ficción envejecen mal, pero es que, sinceramente, no me termino de creer que en este caso el punto de partida fuese especialmente bueno. La película funciona como retrato de un momento en el que la carrera armamentística y las tensiones internacionales hacían temer por el futuro del planeta entero, y de ello pretende ser una metáfora y una advertencia esta historia. Sin embargo, la manera de llevarla a la práctica es cutrona a más no poder, serie B pura y dura. Los efectos especiales son justitos justitos (hay un plano en el que se ve que el "robot" tiene parte de su traje de "metal indestructible" roto y cosido malamente a la altura del muslo), pero en este caso sí se puede achacar a la época y al presupuesto de su rodaje. Menos justificación tienen ciertas decisiones de guion, que resultan absurdas a todas luces y que tienen su clímax en el final, totalmente descafeinado para lo que se podría esperar.
Me parece demasiado benevolente ponerle un 5, pero creo que está bien reconocerle su valor como ejemplo de serie B y de cómo la ciencia-ficción retrata las preocupaciones de una época. Por eso, y por ser el origen de la fórmula "Klaatu verada nictu" que años después Bruce Campell deberá repetir en Evil Dead 3: El ejército de las tinieblas :D
Me parece demasiado benevolente ponerle un 5, pero creo que está bien reconocerle su valor como ejemplo de serie B y de cómo la ciencia-ficción retrata las preocupaciones de una época. Por eso, y por ser el origen de la fórmula "Klaatu verada nictu" que años después Bruce Campell deberá repetir en Evil Dead 3: El ejército de las tinieblas :D
1 de abril de 2009
1 de abril de 2009
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque venga de 250 millones de millas de distancia se parece mucho a los habitantes del mundo que quiere salvar de la amenaza que él mismo, o su robot suponen, cual némesis que nos advierte sobre nuestro comportamiento y que si no lo corregimos seremos duramente castigados, es decir, lo que hace cualquier ejército que se precie (o desprecie). Además hay una cosa curiosa en la película que parece dar a entender que cuanto más avanzado se es tecnologicamente la gente tiene que ser más buena lo cual no tiene porque ser así.
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