Con el afán de enriquecerse, muchos jóvenes hoy en día tratan de verse como emprendedores. Insertos en las dinámicas del consumismo y del capital que fluye, los muchachos quieren ser los herederos de la Tierra sin pensar en las consecuencias, ni siquiera en sus vidas, pues para ellos morir jóvenes y ricos es mucho mejor que hacerlo pobres y viejos. En esa noción, Efraim (Jonah Hill) y David (Miles Teller) se convierten en los jóvenes que simbolizan con sus vidas los anhelos de una vida que pende de un hilo ante la urgencia de tomar responsabilidades y hacerse una fama donde sea.
La historia se narra a través de la voz de Teller que cuenta lo que ha ocurrido con su personaje. Hay un largo flashback a partir de un punto de la historia en el que todo parece empezar a colapsar, y luego se recoge todo lo que quedó en veremos desde el principio para comprender la fascinación de los chicos por su grandiosidad. Hay cierto aire de moralismo en la aventura, mosntrándonos a uno más "bueno" que al otro, pero no por ello se pierde el gusto que suscita la narración que ha dirigido el ya conocido Todd Phillips.

Comedia muy entretenida, divertida y llevadera. A pesar de que había mimbres para mucho más, la historia está bastante bien planteada y notablemente bien llevada y desarrollada aunque sin muchas más pretensiones que servir de vehículo para generar risas. La película, con todo, no se olvida de hacer una crítica hacia cómo funciona el mercado armamentístico por parte de los gobiernos y es seria y mordaz cuando le toca serlo.

A pesar de que tanto Jonah Hill como Miles Teller nos son precisamente mis actores preferidos aquí hay que reconocer que ambos nos regalan dos buenas interpretaciones, hay una gran química entre ellos, hecho que hace a la cinta más disfrutable. Los personajes que interpretan son muy diferentes y ven la vida desde planos opuestos, siendo ésto algo convenientemente retratado en la historia y que da mucho juego de cara a los momentos cómicos, que tiene unos cuantos y muy buenos. Como ya dije, la película se hace bastante entretenida y amena.

La pellícula no pasará precisamente al olimpo del cine, la historia, sin estar nada mal, podía y debía haber subido un poco la apuesta, pero a mí, en general, me ha dejado buenas sensaciones.

Película interesante , al ver que los gobiernos del pentágono siempre buscan lavarse las manos en asuntos de guerras, por ese lado la encontré interesante pues sabemos los millones de dolares que mueve la industria de las guerras y de hecho el gobierno si necesita de la industria.

Un humor que hecha a perder un drama biográfico, quizás aqui el director de la misma no traslado algo épico, una película digna de recordar en el tiempo y se cae en el humor sin sentido, cortando la realidad que no se aprecia nunca , o en otras palabras ya no le dio su precario libreto.

Película que contaba con todo lo necesario para ser un gran título: Gran director, casting de calidad y una historia basada en hechos reales que atraerá al espectador.

El resultado deja mucho que desear, pese a la buena intro de la película todas sus áreas son flacas, ningún interprete destaca en su papel, el diseño de producción es plano o nulo, la banda sonora es pop como un Viernes noche en una discoteca barata. La corrección de color y la imagen son bastante flojos, no hay nada destacable en los visuales. Los protagonistas viven en Miami pero podrían estar viviendo en Cuenca (mis respetos a Cuenca) y el espectador no se daría cuenta de la diferencia. La película carece de mimo y el guión que hace constante uso de un narrador omnisciente no ayuda porque se hace repetitivo y mata el poco suspense que la cinta pueda generar.

Una bala perdida de Todd Phillips que acostumbra a ofrecer direcciones mejor producidas.

No hay una sola escena entrañable en la película, que avanza a marcha forzada hacia un presente, sin alcanzar un momento de suspense en todo el metraje, hace insostenible que quieras descubrir nada de los personajes principales, ni hablar de los secundarios que son una sombra. Dado que la historia fue real, al menos la producción podría haber intentado ahondar más en sentimentalismos y emociones de los implicados: las discusiones morales sobre ser un señor de la guerra duran aproximadamente un minuto, el tiempo que tarda en llegar el dinero a casa.

En definitiva una mala edición que no me convence, una película sin transcendencia para el género y que debería haber estudiado la fórmula del "Scarface" de Brian de Palma que idolatran los protagonistas.

Todd Phillips dirige War Dogs, una historia sobre dos amigos que acaban metidos en el negocio del tráfico de armas. No es la mejor película del género, pero tiene algo que la hace muy rewatchable.
Gran parte del mérito lo tienen Jonah Hill y Miles Teller, que con sus interpretaciones convierten un guion funcional en algo más. Hill, en particular, se roba cada escena con su presencia magnética.
No es una obra maestra, pero sí una de esas películas que, si la pillas empezada en la tele, te quedas viéndola.