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Bonnie y Clyde

Acción. Drama. Thriller En la época de la Gran Depresión, una banda de jóvenes delincuentes, encabezados por la pareja formada por Bonnie Parker y Clyde Barrow, recorre los Estados Unidos asaltando bancos, favoreciendo a los humildes y ridiculizando a las autoridades. (FILMAFFINITY)
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31 de mayo de 2021 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre veo con ganas las películas que documentan la vida de antiguos personajes famosos, y esta vez ha sido igual. Esperaba más de este film tras haber visto la puntuación en la web, y la realidad es que no me ha dejado satisfecho. Más adelante expondré los motivos.

Entiendo que Bonnie y Clyde formaron una banda y los miembros más importantes han de ser representados en la película, pero apenas se centran en los dos protagonistas. No tienen la pantalla para ellos solos prácticamente en ningún momento, lo que hace que los espectadores no podamos conocer sus pensamientos. Además, los personajes de Buck y Blanche Barrow son bastante pesados, uno intentando hacerse el gracioso y la otra gritando desesperada continuamente.

En cuanto a la historia, un muchacho intenta robar un coche y la dueña en vez de avisar a la policía se va de aventuras con él; no tiene sentido. Además, según la historia de los dos fugitivos, mataron a varias personas y robaron mucho, y aun así se intenta hacer que el espectador se ponga de parte de los criminales continuamente, tanto con la historia romántica de los protagonistas como con la presentación (como los malos de la película) de los Sheriff, el Ranger y los policías.

No todo lo de la película es criticable, me ha sorprendido mucho y para muy bien la fotografía y los paisajes que se muestran en el film, muy definidos y coloridos para la época en que se rodó. Creo que se puede hacer un remake más acertado y profundo en varios sentidos.
8
1 de febrero de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por que bien enamorados estaban Bonnie Parker (Dunaway) y Clyde Barrow (Beatty).
Enamorados en plena recesión económica de los años 30 donde no hay dinero ni en los bancos que se dedican a asaltar, "Los tiempos son difíciles".
Enamorados a pesar de sus lesiones físicas y psíquicas. Clyde se corta un dedo del pie mientras está en el penal para no hacer trabajos forzados y en la misma semana sale cojo en libertad condicional, incluso padece cierta frialdad sexual, "No soy un hombre apasionado". Pero Bonnie, una camarera que escribe poesía, lo ama tal como es, "Yo no busco un hombre rico".
El planteamiento recuerda mucho al de "Dos hombres y un destino" (1969), solo que el papel de Denver (Ross) aquí lo representa el atrabiliario Moss (Pollard). Ambas historias siguen con elegancia caminos bastante paralelos.
Buen guion pese a que la escena de la merienda con la madre y la familia de Bonnie, con sus tonos difuminados, no termina de ser creíble. ¿Un sueño tal vez?
Buena realización con un ritmazo que mete a la trama toda presión, pero dejando algunos momentos de paz y de sosiego que también tienen su poesía. Atracos, disparos y huidas a toda velocidad por carreteras de tierra o campo a través. Moteles, casas de alquiler o en pleno campo y siempre perseguidos por la Justicia, "No vamos ya a ningún sitio. Ahora ya solo huimos".
Conocen de sobra el destino inexorable que les aguarda. Pero se aman.
Buen retrato de los personajes y buenas interpretaciones. De todos, incluidos Buch Barrow (Hackman) y su esposa Blanch (Parsons). Pero sobre todo Bonnie (auténtica prima donna) y Clyde. Enternecedor el inocente pavoneo de los pobres diablos cuando se fotografían para la prensa.
Técnicamente impecable ambientación, vestidos, coches, paisajes, fotografía, color ...
Un poco desdibujada la relación entre hermanos y cuñadas con reacciones algo patéticas.
Cinta notable dedicada a dos vulgares delincuentes que la pantalla a elevado al nivel de los grandes mitos.
No se la pierdan si no la han visto.
7
26 de febrero de 2024 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pude ver hace años, en el cineclub de los guiris, y luego la habré visto en televisión, a lo largo de los años, tres o cuatro veces. Por supuesto, cuando la disfruté bien fue aquella vez en pantalla grande, además en versión original. Anoche la pusieron en el canal TCM, y claro, la vi de nuevo en versión original con subtítulos. Conviene escuchar las voces originales, sobre todo de sus dos protagonistas. En fin, si antes me gustó, ahora más todavía (aunque di alguna que otra cabezada, inevitable). Porque admiré, sobre todo, esa fotografía impecable de Burnett Guffey, que merecidamente ganó un Oscar. No puede pasar desaparecida su labor, no basta con remarcar que es una hermosa fotografía, sino que hay que decir que es una fotografía excepcional, de las mejores que he visto en una pantalla. Ya dirigió la fotografía de otras joyas, como De aquí a la eternidad y En un lugar solitario, pero aquí se sale. Es increíble cómo transmite, con esos tonos ocres, esos cielos y paisajes tan realistas, toda una época, la de la Gran Depresión, aquellos años 30 del pasado siglo.
La historia es conocida:
“La carrera delictiva de la pareja empezó poco después, en febrero de 1932, y finalizaría trágicamente en mayo de 1934. Durante aquellos años, Bonnie y Clyde cometieron numerosos robos en tiendas y gasolineras, atracaron bancos e incluso asesinaron a nueve personas, todos ellos agentes de la ley. Al volante de su Ford V8 robado, un vehículo sumamente rápido e ideal para huir durante las persecuciones, iban armados con varios fusiles automáticos. Ante la imposibilidad de atraparlos, en 1934 las autoridades solicitaron a Frank Hamer, un ex ranger de Texas, que se encargara de su captura.” (National Geographic Historia)

Es decir, que la película cuenta solamente este tiempo, poco más de dos años, en la vida de nuestros personajes. Basada en hechos reales, pues, es cierto que el guión de Benton y Newman se escora bastante a la izquierda, lo cual no está mal; no me parece mal que la cinta se ponga del lado de los héroes de nuestra historia, así en plan Robin Hood, robando bancos y dándole el dinero a los pobres, qué bueno. Pienso que gran parte del aura de gran película que ha cosechado es precisamente por este tratamiento del guión, por esta plasmación tan realista de un tiempo. Vale, que mataron a muchas personas, y que no todos fueron policías o agentes de la ley (¿?). Pero hacer una película de estas características, para ponerse del lado de la pasma, es una bendita tontería, una memez. Pero, en fin, que hay gente para todo… Para terminar lo de la fotografía, me referiré a varias secuencias en las que brilla ese tono ocre usado, en donde incluso la realidad se torna ensueño, pura magia. Una es el encuentro de Bonnie con su madre, ahí en una zona extraña, durante un picnic, en un terraguero o colina arenosa, y todo tiene la atmósfera de los sueños, y es normal que haya espectadores que duden de la realidad de esa escena. Otra secuencia muy buena es el paso por una zona cerca de un lago, en donde un grupo de gente que lo ha perdido todo, sobreviven como pueden, y se muestra con todo realismo. Es curioso que ahí, y a pesar de la situación tan mala, los desarrapados reconocen a los héroes. Pero, en general, en toda la cinta, destaca esta fotografía en colores tierra, que nos hace hundirnos en aquel tiempo, hace casi un siglo.

Ni que decir tiene, que sin las interpretaciones de todos los actores y actrices, y sobre todo la pareja protagonista, la peli no sería lo que es, casi una obra maestra. Warren Beatty está magnífico, muy metido en su papel, y qué decir de Faye Dunaway, bellísima, realmente una de las actrices más hermosas que han existido. La Bonnie Parker real era más feucha, claro, pero esto es una película, qué quieres. Ya desde la escena de seducción, al comienzo de todo, sabemos que esta pareja echará chispas, que nos encandilará hasta el final. Los otros, muy bien también: Gene Hackman, como Buck Barrow, hermano de Clyde; y su mujer Blanche, interpretada magistralmente por Estelle Parsons, que merecidamente ganó un Oscar (Dios mío, qué papel, y cómo lo interpreta, es para sacarse el sombrero). Hasta Gene Wilder, en su breve papel, está encantador. Y luego, qué decir del soberbio montaje, de Dede Allen, tan importante aquí, en una peli de pura acción desde el principio. La dirección artística, el set decoration, el diseño de vestuario y los efectos especiales, todo es una pura maravilla.
La película es un viaje en una dirección, desde luego. Nos embarcamos con ellos, sabiendo que esto no puede acabar bien. Y lo sabemos, pero no nos importa. Asumimos el riesgo, y hasta lo disfrutamos.

“Ganar o perder, sé que nunca me importa,
Lo que embruja es el riesgo
Y no dónde ir
Y subes otro nivel, y no puedes llegar
Ni siquiera a tocarlo
Y sientes que estás
Completamente agotado,
Y no entiendes por qué (...)”

(Hechizo, Héroes del Silencio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y ahora, vayamos a esa terrible conclusión, que ya nos temíamos. Un final, que viene precedido por un pre-final, de lo más dramático también. Porque toda esa secuencia de tiroteo en la casa de Buck y Blanche, acorralados por la policía, es de un dramatismo atroz. La muerte de Buck, que recibe un tiro en la cabeza, es una larga agonía, mostrada sin reparos. Ahí es cuando Blanche (Estelle Parsons) se gana el Oscar. La emboscada que les tiende la policía, con la ayuda de Ivan Moss (Dub Taylor), el padre cazurro y violento de C. W. Moss (Michael J. Pollard), está filmada con una precisión y una violencia inusitada, que no tenía parangón en el cine hasta la fecha. Como bien se dice en el artículo de NGH, Frank Hamer (muy bien Denver Pyle) iba a rajatabla, y decidió que había que acribillarlos sin piedad. Él y el otro agente, dijeron que nanay, que aquí no se salva ni el apuntador. Eran otros tiempos, más libres y salvajes, tal vez…
9
13 de marzo de 2025 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Cualquier personaje que robe bancos o que luche contra la ley, satisface una serie de secretos anhelos de buena parte del público”. Escribía el historiador inglés, Jonathan Davis; y son bien atinadas estas palabras porque, la palabra banco se ha asociado a sobretasas de interés, usufructo del dinero público, y desalojos; y la palabra, ley, se relaciona con defensa y beneficio de las élites, la mayoría de las veces y, casi siempre, en perjuicio de la gente de a pie. Por eso se dice que, “la ley de oro significa que, el que tiene el oro, impone la ley”.

Bonnie Parker y Clyde Barrow, fueron una pareja de delincuentes que, en los años 30 del siglo XX, se aplicaron exactamente a este ejercicio que tanto atrae, sobre todo a quienes han sido víctimas de los bancos o de las autoridades, que imagino que se cuentan por millones. Eran dos jóvenes que se conocieron en enero de 1930, cuando ella cumplía 20 años y Clyde estaba cerca de cumplir los 21; rápidamente se enamoraron y Bonnie decidió seguir al chico en sus andanzas que consistían en robar tiendas y uno que otro banco. Uno de los miembros de la banda, Ralph Fults, cuando fue detenido afirmó: “Bonnie, nunca tomó un arma y su rol consistía básicamente en desarrollar planes logísticos previos a un asalto”. (1) Tiempo después, en una entrevista que le hizo la revista Playboy, W.D. Jones, sostuvo: “En lo que sé, Bonnie nunca encañonó un arma. Quizás ella necesitara llevarla en el coche, pero, durante los grandes tiroteos, yo nunca la vi con un arma en la mano”. (2)

Ese par de enamorados delincuentes, se ganaron el afecto del público, no sólo por su arrojo y su generosidad, sino porque únicamente disparaban a alguien cuando veían en peligro su integridad; además, nunca le robaban a las personas humildes que encontraban en los bancos o en las tiendas. Eran como un par de Robin Hoods, con cierta conciencia de clase.

Sobre la manera como acabaron sus vidas, es interesante leer lo que cuenta, E.R. Milner, en su libro: “The Lives and Times of Bonnie and Clyde”, en su capítulo, "Death Came Out to Meet Them", donde deja sentada una versión que deja muy mal parado al capitán, Frank Hamer.

Con un matizado guion de, David Newman y Robert Benton, que, en beneficio del drama y la regocijante comedia, se da ciertas libertades, el director Arthur Penn, nos ofrece una creativa visión de este par de outsiders que, todavía hoy, continúa atado al corazón de las nuevas generaciones. Es de esas ocasiones en las que nadie -o casi nadie- se alegra de que se haga “justicia”.

Una excelente fotografía, y un diseño de producción muy ajustado a la época, sirven de fondo a las carismáticas actuaciones de: Warren Beatty (Clyde), Faye Dunaway (Bonnie), Gene Hackman (Buck) y Michael J. Pollard (C.W. Moss); a quienes complementan: Denver Pyle (Cap. Hamer), Dub Taylor (Ivan Moss), y Gene Wilder (Eugene), en su debut cinematográfico.

(1) John Phillips: Running with Bonnie and Clyde: The Ten Fast Years of Ralph Fults
(2) Playboy: Riding with Bonnie and Clyde por W.D. Jones
1
28 de julio de 2009
26 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Road movie? yo creo que esto responde mas a "Bored movie", valiente rollo mas grande me acabo de tragar. La historia tiene menos credibilidad de que una dieta de Cristina Almeida, y yo creo que hasta los diálogos de los teletubies tienen mas profundidad filosófica.

¿Qué la historia representa algo? ¿un estilo de vida? ¿un comportamiento ante la presion de las estructuras de aquella sociedad?... bueno... si ustedes lo dicen, pero caperucita roja o los tres cerditos tienen mas moraleja que esta peli infumable.

En fin, igual tampoco se merece un 1, pero lo que seguro que no se merece es el 7´5 que lleva de media.
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