Un film independiente de los amigos Tarantino y Rodríguez fuertemente influenciado por Sam Peckinpah.

Esta frase podría resumir lo que esperaban los hermanos Gecko tras cruzar la frontera y escapar de la justicia. George Clooney, protagonista, encarna a Seth, un atracador "malo" convertido en héroe por circunstancias del destino. Quentin Tarantino hace un cameo de sí mismo - es una opinión personal, basándome en su retorcida personalidad - para interpretar al chiflado, salidorro y violento Richie. Con ellos van de "excursión" sus secuestrados rehenes: Un predicador viudo que ha perdido la fe (Harvey Keitel) y sus hijos.
Con su habitual estilo vulgar, sangriento, soez, pero lleno de humor negro, Rodríguez y Tarantino se unen para elaborar un guión propio de una road movie de fugitivos, pero que acaba derivando en una terroríficamente divertida película sobre vampiros, donde motoristas y camioneros de los más pintoresco (atención a "Sex Machine") se convierten en Van Helsings atípicos. Nunca las cuatro patas de una mesa resultaron tan útiles.
Por último no olvidar la estelar colaboración de la "amiga" Salma Hayek, con un bailecito que ha pasado a la historia del cine más reciente y que fue incluso imitado para el anuncio de un coche cuando salió la película.

Los vampiros como los hombres lobo han tenido tropecientas películas y versiones pero muy pocas llegan a ser recordadas hasta hoy,  esta es una de ellas y gracias sobretodo al mítico baile de Salma Hayek con la serpiente donde la actriz tuvo que superar su fobia con estos particulares reptiles para que el papel no se lo quitara Madonna.

Robert Rodriguez, Tarantino y su circulo nos brinda esta agresiva película sin pelos en la lengua que hoy día no se podrían rodar y si se pudiera se lo cargaria lo "políticamente correcto" puesto que no es apta para feminazis sino para disfrute de colegas y cerveza.

Un par de hermanos delincuentes que creen tener el mundo a sus pies huyen hacia México tomando a una familia de rehén para cruzar la frontera y celebrar el éxito en un templo puticlub azteca de moteros con luces de neón a la espera de ser recogidos al amanecer. Creen que la vida les sonríe pero nada es lo que parece ser y lo que se les viene encima es nada más y nada menos que un festín vampírico homenaje al cine más gore cutre ochentero.

Comienza la cacería.

Una de las películas más desconcertantes, salvajes y entretenidas que he visto en los últimos tiempos. Vaya por delante que a mi el cine de vampiros, hombres lobo, fantasmas y demás criaturas sobrenaturales, (no vale citar a Julián Muñoz), nunca ha sido santo de mi devoción. Pero he aquí que cuando vi esta película no pude menos que quedarme perplejo y a la vez encantado, con tanto surrealismo y cruce de secuencias.
Lo que empieza como una película más de tiros, coches en la carretera, cerveza a gogó y malos muy malos, se convierte pronto en un espectaculo repleto de sangre y criaturas maléficas, (exceptuando a la hermosa Salma Hayek), dispuestas a chuparle la sangre hasta al mismísimo espectador si éste se deja.
Respecto al reparto, el guaperas Clooney cuelga la bata y demuestra que a parte de poner inyecciones, sabe darle al gatillo, junto al buen Harvey Keitel y el excéntrico Tarantino.
Una de las escenas que más me "impactaron", fue la de cuando los protagonistas, asediados por los vampiros, se refugian en una bodega y, al más puro estilo Equipo A, se preparan para hacer frente a los feos bicharracos, con unas armas que ya quisiera el señor Bush para si. Y es que ni Hannibal y sus chicos no lo hubieran hecho mejor. O quizá si, aunque con "menos sangre".

Ante ustedes... el catálogo de improperios más grande jamás filmado (de momento) y con todas las garantías de diversión.

La receta perfecta de acción de serie Z de videoclub (ya sabeis... "Desaparecido en combate parte IV", "Namo el luchador", "Pelea callejera II"... etc...) y el peor terror que os podais imaginar ("Critters", "Drácula Negro", "La Novia de Drácula contra Godzilla"...) mezclado con pimienta, frijoles y tequila aderezado con cinco litros de mala leche.

Un genial Keitel (irreconocible, por cierto), una sexy "Lolita" como Juliette Lewis (antes de sucumbir a la ¿música?), un increíblemente creíble George Clonney acompañado de sus gestitos carácterísticos y un tatuaje muy imitado (...y antes de cagarse en el interior del traje de ¿Batman?) y... como no... un psicópata (no sé si en la ficción o en la realidad) Quentin Tarantino "post-Pulp Fiction".


Lo mejor: (Además de lo anterior) Un polifacético Cheech Marin (con unos cuantos papeles en la misma peli), Salma Hayek y su albina serpiente, Tito Tarántula (y su "puta banda" de "Cucarachas Enojadas") y el siempre mejicanísimo y fabuloso Danny Trejo y su mirada intimidante.

Lo peor: Que esta clase de producciones diera pie a otras peores bajando la calidad de la misma hasta la saciedad, me refiero a sus secuelas (o precuela según su tercera parte) y lo que luego nos vino encima en forma de "Planet Terror" (tiene un pase) o "Death Proof" (pasa de ella).
Le falta un poco de "merchandaising" en forma de figuritas, maquetas, etc... (Algunos adornamos las vitrinas con estas tonterías).