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VikingosSerie

Serie de TV. Acción. Drama. Bélico Serie de TV (2013-2020). 6 temporadas. 89 episodios. Narra las aventuras del héroe Ragnar Lothbrok, de sus hermanos vikingos y su familia, cuando él se subleva para convertirse en el rey de las tribus vikingas. Además de ser un guerrero valiente, Ragnar encarna las tradiciones nórdicas de la devoción a los dioses. Según la leyenda era descendiente directo del dios Odín. Sexta temporada (SPOILER DE LA 5ª): La temporada 6 de Vikings ... [+]
Críticas 148
Críticas ordenadas por utilidad
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6
26 de julio de 2022
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empece a ver Vikingos animada por la excelente serie The last kingdom. Esta última ofrece algo que últimamente no encuentro y es un personaje al que seguir. Alguien con el suficiente atractivo físico, la suficiente credibilidad como protagonista y el suficiente carisma como para que una servidora requiera su presencia en esas dosis de ficción que llamamos capítulos. Cuando The last kingfom terminó sentí esa ansiada sensación de pérdida que pocos personajes dejan, dije adiós al bello Uhtred de Bebbanburg y empecé Vikingos.

Cualquier parecido entre ellas, se me antoja, es pura coincidencia ya que en ambas inventan una buena parte de la historia e interpretan libremente la realidad… pero en Vikingos el intento de ser verdad se hace evidente en un principio perdiendo a medida que avanza toda credibilidad.

En las primeras temporadas la presencia de un actor como Travis Fimmel, capaz de interpretar a la perfección al espíritu de la contradicción… llena la pantalla. Travis es de esos actores que son capaces de conseguir que los personajes adopten su forma y no a la inversa. Es decir, no es buen actor, solo tiene un registro… “líder loco con inteligencia pero parámetros morales muy subjetivos”. Pero consigue estereotipar y extraer esa circunstancia para convertirlo en un comportamiento común que vale para todo. Un vikingo o un cura interplanetario (en raised by wolves)… Su versatilidad radica en esa “esencia” que esquematiza tan bien el bueno de Travis.

Pero un personaje no es suficiente para solventar la falta de ritmo, el exceso de violencia y la, a ratos, pesada intención de sustituir el hueco dejado por Juego de Tronos. Es en este punto donde la historia se pierde y los guionistas empiezan a dar paso a una producción cada vez más estrambótica y, sobre todo, a la invención de una suerte de coreografías extraviolentas que aportan poco y aburren mucho.

Los diálogos se sustituyen por los gritos de los protagonistas y las historias se vuelven repetitivas, sangrientas y cíclicas. A medida que fallece un personaje y la serie le dedica un capítulo de homenaje que a todas luces va de relleno… nos sumimos más y más en la rutina. Se mueren sin pena ni gloria, batallan sin pena ni gloria y conspiran como sin ganas contagiándonos como espectadores la misma apatía que destilan. Al llegar a la sexta temporada, no recordarás casi a Ragnar y por ello repetirán su nombre una y mil veces en un intento fallido de hacerlo presente. Cómo llega Vikingos a permanecer 6 temporadas es un misterio… La diferencia más enorme con The last kingdom es que esta última supo dejarnos con ganas de más… Vikingos a todas luces echó el resto despidiendo a Ragnar y a partir de ese momento empezó a hundir sus naves.
8
5 de octubre de 2022
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sombra de la mítica serie de HBO es muy alargada y cuando había cumplido ya sus dos primeras temporadas de vida y vislumbraba, con una incipiente y fiel audiencia bajo palio ya, un futuro muy prometedor, nació esta producción principalmente irlandesa que, no hay que negar la obviedad, siempre estuvo un poco a esa sombra de la primera. La temática y mucho más el modo de afrontarla han tenido la culpa de toda comparación. Sin embargo, la serie que profundiza en la apasionante cultura nórdica y sigue la pista de Ragnar Lothbrok como uno de los vikingos más populares, así como de su familia y coetáneos y las incursiones de éstos en Inglaterra o Francia, ha contado con la virtud o el defecto desde su partida del factor realidad, una responsabilidad siempre autoimpuesta a la que te terminas debiendo. A pesar de esto, la línea que separa esa realidad de la ficción se difumina a lo largo y ancho de toda la serie, siendo variadas y hasta grotescas las diferencias históricas contadas con demasiado libre albedrío de las que sí se tiene constancia. Por tanto, la disección completa entre una y otra se puede realizar con datos muy esclarecedores de los factores narrados más importantes. En otros, puede que no tanto, los registros que se tienen, no solo del personaje principal y sus descendientes, sino prácticamente de la historia vikinga con fidelidad de nombres, fechas y demás, no abundan en precisión como de otros imperios o culturas, siendo entremezclados con los escritos oficializados con posterioridad difundidos a través de la expresión oral a lo largo de varios siglos, legados en una tradición algo parecida al romancero español.

Con este tejido de luces y sombras en pugna con la veracidad, la serie tiene una predisposición, con bastante intención malsana por desgracia hay que decir, a entrelazar lo que es verdad de lo que no lo es. Saltos temporales incongruentes y otras muchas incoherencias significativas plagan la producción en sus seis temporadas. Independientemente de ello, sigue los pasos desde finales del siglo VIII y da a entender una indefinición temporal a lo largo del IX, de Ragnar Lothbrok, campesino nórdico que vive junto a su mujer Lagertha y sus hijos en la aldea vikinga de Kattegat regida por el conde Haraldson. Como todo vikingo, Ragnar, junto a su hermano Rollo, Floki o la misma Lagertha, además de labriegos o artesanos cumplen como resueltos guerreros (bueno, en una de esas múltiples inexactitudes, la repercusión de Lagertha en la batalla era más de escudera que guerrera, como, además, así la llaman, algo de relativa frecuencia en su cultura, implementándole la serie un valor añadido como combatiente vikinga con mayor presencia en el campo de batalla en el transcurso de las temporadas que la que la realidad otorgaba a sus mujeres, a pesar de contar con mucha independencia en comparación con otras culturas históricas).

Podría achacarse esta reiterada asincronía con el deseo de dar mayor agilidad a la épica por delante de todo rigor, lo que tal vez hayan conseguido en detrimento del crédito. De hecho, me juego lo que sea a que ha sido así, inclinando al Canal Historia, su baluarte formal, como una atracción turística más que didáctica.
Dejando a un lado todos los asuntos concernientes a la veracidad histórica, grosso modo, va de más a menos. Sus tres, tal vez cuatro, primeras temporadas tienen como figura central al mencionado Ragnar, desde los días en que era un guerrero a la par que campesino, explotado como el resto bajo la falsa protección del noble de turno, en ese caso el conde Haraldson, una tiranía velada con cierta similitud al protectorado feudal en que la nobleza ofrecía esa defensa a cambio de diezmos (salvando distancias, la mafia moderna). Su rebelión y ascenso entre los suyos hasta convertirse en admirado rey, tras sus conquistas lejos de tierras vikingas le encumbraron hasta ser uno de los grandes nombres de la cultura nórdica. Héroe y referencia para los suyos, las ansias de expansión, con invasión sajona y franca especialmente, centran la mayor parte de la atención belicosa durante ese espacio de tiempo, con campos embarrados dispuestos a menudo a ser teñidos de sangre, pasando sus huestes a sus víctimas a espada o hacha en mano, combatiendo la rudeza vikinga con la educación noble de sus conquistados en los salones en formas semejantes a las que se abandonan en el campo de batalla. Los sometimientos con violencia física comparten sitio siempre con los de alcoba, en un continuo devenir de personajes que reparten su tiempo entre el placer bajo las cálidas mantas y el deber aguerrido. Entre medias, naturalmente el drama carece de la misma sutileza y deambula entre palacios y aldeas con la misma brusquedad mayoritariamente, con abundante deslealtad y numerosas afrentas. Nada que no supongamos. Los ritos o costumbres entroncan con la misma crudeza sanguinolenta, igual que la tradición vikinga absorbe la cristiana y viceversa.

Después, el relevo generacional de los Lodbrok va tomando protagonismo, gracias a los diversos hijos con distintas mujeres que el rey Ragnar tuvo en vida, y la serie, paulatinamente, va descendiendo en atención y frescura, más notorio en sus dos últimas temporadas en que adolece también de cuantiosas de esas muestras de poca seriedad con la cronología real de los hechos o la presentación de los mismos. Bjorn Piel de Hierro como primogénito de Ragnar, Ivar sin Huesos, Hvitserk o Ubbe ocupan el mayor protagonismo, sembrando una diáspora con sus fratricidas luchas en diversos emplazamientos, alguno de ellos con escaso interés en la acción mostrados casi como un callejón sin salida, como el momento en que, alentados por la posibilidad de cultivar tierras deshabitadas y más prosperas que las propias, un numeroso grupo comandados por Floki, díscolo constructor de barcos y amigo de Ragnar, arriban en nuevas tierras al oeste, tierras que más tarde acabaríamos conociendo como Islandia.

Nota: en el spoiler figura el resto por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En general es una serie que se gana su reconocimiento, en la que ahondan más los méritos del ocio que los atenuantes históricos, aun estando un escalón por debajo en intriga e intensidad que otras que no hace falta mencionar. Los puntos álgidos son suficientes para reclamar una consideración siempre bajo un muy cuidado diseño de producción que termina repitiéndose, pero los personajes, numerosos, van distanciando como la trama su mesura con el devenir final, algo que no debería ser y que la impide situarla entre las más grandes. Aun así, quien guste de una serie de hazañas bélicas, romances de todo tipo, conquistas por la fuerza bruta (una redundancia en sí misma) y un sinfín de cuestiones derivadas de éstas, le robará horas de entretenimiento que justifiquen su visión.
9
30 de junio de 2017 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente ambientación y caracterización.
Personajes principales muy completos y diferentes. Además evolucionan muy bien y de forma inesperada. Gran historia. Destacables las actuaciones de Travis Fimmel, Katheryn Winnick, Clive Standen, George Blagden y el gran Gustaf Skarsgard con el que me he reído muchísimo debido a su carácter excéntrico, oscuro e ingenioso y con el que he llorado por su grandísima lealtad en cuanto a amistad con Ragnar.
Tocan muchos temas: se ve a la mujer en un papel de guerrera y con carácter, se puede ver la libertad en el plano sexual, creencias mitológicas excesivas y leyendas en cuanto a cultura llegando en ocasiones a parar en hacer sacrificios humanos.. Hay violencia pero no es presentada de forma morbosa. Cuando acabas cada capítulo te quedas con ganas de ver algo mas, adictiva por la trama. Muy recomendable.
7
10 de julio de 2017 5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablamos del "Canal Historia". Eso lleva la premisa de calidad en cuanto a la ambientación y recreación de épocas pasadas y un fuerte carácter didáctico. Dar a conocer momentos históricos de la forma más fiel posible al mismo tiempo que entretener con las historias que nos narra. En este caso dichas historias se apoyan en el rey semilegendario de Dinamarca Ragnar "Calzones peludos" (Lothbrok) que vivió entre los siglos VIII y IX d.c.

Su vida y andanzas provienen básicamente de relatos literarios de leyendas escritas 200 años después y no está claro si todo lo que se le atribuye no es un compendio de varios personajes sintetizados en su figura. Su fama le viene dada por sus éxitos en las numerosas razzias o incursiones en Inglaterra, Francia y Noruega (se dice que llegó a remontar el Sena hasta París), sus famosos hijos cuya vida si está documentada y su "modus operandi" de pedir rescates por abandonar sus conquistas.

Con todo ello Michael Hirst utiliza las licencias que le interesan para aderezar dramáticamente la historia y presentar a unos personajes más asequibles para la audiencia.

Un casting acertado en los roles principales, fotografía, vestuario, atrezzo y localizaciones nos hacen viajar a las tierras nórdicas y entender un poco mejor como eran estos "hombres del norte" (y mujeres), sus costumbres, sus dioses y religión y matizar su barbarie, poniéndola en su contexto. Durante cientos de años asolaron parte del mundo conocido (algunas ciudades españolas) e incluso tocaron tierra americana mucho antes que Colón.

Lo dicho: "Vikingos" entretiene y enseña que no es poco. Al menos en las dos primeras temporadas vistas y nos invita a seguir las próximas e indagar sobre este rey escandinavo y su mundo al margen de la serie, para descubrir sus diferencias con ella.
7
25 de marzo de 2013
38 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo, como saben, tengo una relación de amor-odio, con Juego de "troncos". La parte mía muy friky, le gusta, quiero decir, le gustaría que le gustara. Porque al final la expectativa por ver la serie se me va cayendo a medida que voy visualizando. Tal es así, que si ahora me pregunta por las temporadas pasadas, no me acuerdo de trama, argumento preciso y muchas situaciones no las llevo bien ubicadas en la memoria.

Además está el tono de la serie. Que sí, que aunque nos quieran vender la moto de épica, yo no recuerdo combates épicos ni nada...Palabras muy "fuertes" como "honor", "the king", "the blood", y demás pero que mientras lo ves aquello siempre terminas diciendo algo así como: Joer, aquí no se pega un solo palo en todo el episodio. O sea, que al final la serie se desvirtúa en un Falcon Crest, en armadura de placas, en definitiva, en chismes de viejas en el portal.

Esta serie sin embargo, habiendo protocolarias escenas de politiqueo y dimes y diretes, no son tan cargantes. Además no son tan alambicadas, que en "Juego de tronos", da la impresión de que esto es Dunne, con los Hakkonen contra la casa Atreides - ya saben aquello de "veo planes dentro de planes"-. No aquí el politiqueo y los chismes son menos, y por ello más creíbles. Pues además esta serie "Vikings" es del canal Historia por tanto, en lo que se hace muchísimo hincapié es en el aspecto histórico de la Era de los vikingos y sus incursiones en una pérfida Albión, que estaba en media ebullición de conquista y división (como toda Europa en aquella época), con sus Sajones, anglos y normandos, dándose palito entre ellos. La matanza de la abadía de Landarfane, los avances vikingos en navegación con brújula solar y los cristales de "Visby" (cortesía de santa Wiki). Mucho hachazo, mucho saqueo y pillaje y unos protagonistas vikingos que cuesta mucho cogerles cariño. Con politiqueo justo y necesario, o sea realista. Sí , naturalismo épico, lo llamaría, y es el subgénero que creo que más me gusta. Un poco como propuestas tipo Black death.

Problemón con el prota, que da el pego en lo físico pero le falta, por algún motivo por determinar, presencia y carisma...No sé, algo pasa con el tal Travis Fimmel.

Muy recomendable para su público.

Nota: No hagan caso a las críticas americanas...Flipan. Claro que la producción no es americana y éstos tiran piedras contra todo lo que no hacen ellos. Muy, muy buena producción que no desmerece ni atrezzo, ni escenarios, ni vestuarios a Juego de tronos. Desde luego que no.

8,3
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