Ágora
6.5
66,990
Aventuras. Romance
En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del ... [+]
2 de mayo de 2010
2 de mayo de 2010
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces ocurren cosas extrañas. A veces el mundo del cine parece del revés. A veces esa extraña especie que es la crítica cinematográfica hace cosas incomprensibles. No voy a ser yo la que alabe esa posición peloteada de la que goza Alejandro Amenábar en la prensa, entre otras cosas porque a veces es injusta y porque tiene más que ver con el odio infundado que muchos le tienen al otro gran triunfador en Hollywood, que es Almodóvar. Pero el porqué Ágora, que es muchísimo mejor película que Mar adentro, ha recibido tanto desprecio por parte de ciertos sectores críticos, es una duda que me atormenta. En mi opinión, Los otros sigue siendo la obra maestra de Amenábar, pero Ágora se le queda muy cerca.
Que Amenábar es un mago con la cámara no es ningún secreto. Sin embargo, el tono medio épico de la historia le permite demostrarlo en todo su esplendor. No puede jugar con la luz y las sombras, como hacía en Los otros, pero por el contrario se marca un estilo a lo Ridley Scott o Wolfgang Petersen que no está nada mal. Pero lo que hace de la película la cosa maravillosa que es es ni más ni menos que la emoción que desprende su historia, la emotividad de sus imágenes y la identificación total que existe entre personajes y espectador. La película no es 100% histórica, ni falta que le hace. Tampoco es anticristiana, com ose ha dicho por ahí. Que esté ambientada en Alejandría y su protagonista sea Hipatia es únicamente una excusa. Lo que es Ágora es un alegato antibelicista y antifanatismo, venga de donde venga. De verdad que no comprendo qué problema hay en mostrar que los primitivos cristianos eran una panda de salvajes. Pues sí, claro. como los judíos, los paganos... com otodo el mundo. La historia que cuenta Amenábar es la de la Historia de la Humanidad, la de los oprimidos que se vuelven opresores cuando al fin ocupan el poder. Y la de la spersonas inocentes que pierden la vida por defender sus convicciones o, simplemente, por ser fieles a sí mismos únicamente. Porque esa es la tragedia de Hipatia. Y Amenábar lo ilustra con una segunda hora d emtraje magistral, en la que todo encaja con total precisión, y en la que los actores brillan como nunca. Rachel Weisz demuestra una vez más la magnífica actriz que es (atención a las escenas con su esclavo Aspasio, emotivas y bellísimas), y tanto Oscar Isaac (brillante en su visita al templo) como Max Minghella (ver el final, con ese soberbio trabajo de ojos que hace) resultan una gratísima sorpresa.
Es una lástima que Amenábar no haya cuidado más los primeros cuarenta minutos de película, algo flojos, porque si no fuera por éso yo ya estaría hablando más entusiasmada aún de una nueva obra maestra.
Lo mejor: Casi todo.
Lo peor: Los primeros 40 minutos, que no están a la altura de la película.
Que Amenábar es un mago con la cámara no es ningún secreto. Sin embargo, el tono medio épico de la historia le permite demostrarlo en todo su esplendor. No puede jugar con la luz y las sombras, como hacía en Los otros, pero por el contrario se marca un estilo a lo Ridley Scott o Wolfgang Petersen que no está nada mal. Pero lo que hace de la película la cosa maravillosa que es es ni más ni menos que la emoción que desprende su historia, la emotividad de sus imágenes y la identificación total que existe entre personajes y espectador. La película no es 100% histórica, ni falta que le hace. Tampoco es anticristiana, com ose ha dicho por ahí. Que esté ambientada en Alejandría y su protagonista sea Hipatia es únicamente una excusa. Lo que es Ágora es un alegato antibelicista y antifanatismo, venga de donde venga. De verdad que no comprendo qué problema hay en mostrar que los primitivos cristianos eran una panda de salvajes. Pues sí, claro. como los judíos, los paganos... com otodo el mundo. La historia que cuenta Amenábar es la de la Historia de la Humanidad, la de los oprimidos que se vuelven opresores cuando al fin ocupan el poder. Y la de la spersonas inocentes que pierden la vida por defender sus convicciones o, simplemente, por ser fieles a sí mismos únicamente. Porque esa es la tragedia de Hipatia. Y Amenábar lo ilustra con una segunda hora d emtraje magistral, en la que todo encaja con total precisión, y en la que los actores brillan como nunca. Rachel Weisz demuestra una vez más la magnífica actriz que es (atención a las escenas con su esclavo Aspasio, emotivas y bellísimas), y tanto Oscar Isaac (brillante en su visita al templo) como Max Minghella (ver el final, con ese soberbio trabajo de ojos que hace) resultan una gratísima sorpresa.
Es una lástima que Amenábar no haya cuidado más los primeros cuarenta minutos de película, algo flojos, porque si no fuera por éso yo ya estaría hablando más entusiasmada aún de una nueva obra maestra.
Lo mejor: Casi todo.
Lo peor: Los primeros 40 minutos, que no están a la altura de la película.
11 de octubre de 2009
11 de octubre de 2009
19 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de demostrar, con la impresionante "Mar adentro", que no era un director especializado únicamente en thrillers y películas de terror, Alejandro Amenábar da un paso más en su camino hacia la diversificación de géneros con este peplum de tintes filosófico-científicos. Lo hace demostrando que a nivel técnico puede competir perféctamente con las grandes superproducciones americanas. En este sentido "Ágora" no es ninguna cutrez ni nada por el estilo. Muy al contrario, presenta una factura impecable en aspectos como la fotografía, montaje, vestuario ...
El principal handicap del film se haya en su concepto general y en el guión. Da la impresión que Amenábar ha querido aglutinar demasiados temas en una misma película y esto ha dado como resultado un híbrido que se mueve entre la película de romanos de corte clásico, la trama de hipótesis científicas y la inevitable historia de amor (complétamente prescindible) para endulzar el argumento e intentar captar un número mayor de espectadores. Así pues, entre confrontaciones religiosas que recuerdan inevitablemente a la situación política actual y elucubraciones sobre cual es el centro del universo la película transcurre un poco en tierra de nadie a modo de esforzada denuncia de los dogmas y reivindicando la duda y la investigación como manera de progreso social.
Si bien Alejandro Amenábar parece consagrarse definitivamente con esta película (si es que no lo estaba ya), también pone en evidencia que este tipo de producciones no son la mejor plataforma para demostrar todo su talento. Un tipo más modesto de filmes, donde importe más el contenido que la carcasa que lo recubre, donde el ingenio a la hora de elaborar el guión se eriga en una prioridad básica, se adecuan mucho más a su estilo de dirección. En "Ágora" nada sorprende ni emociona y en cambio hay muchos momentos (quizás demasiados) en que la trama aburre y pierde interés. Un evidente paso en falso en su carrera que parece aún mayor si se tiene en cuenta la obra maestra que había filmado anteriormente.
El principal handicap del film se haya en su concepto general y en el guión. Da la impresión que Amenábar ha querido aglutinar demasiados temas en una misma película y esto ha dado como resultado un híbrido que se mueve entre la película de romanos de corte clásico, la trama de hipótesis científicas y la inevitable historia de amor (complétamente prescindible) para endulzar el argumento e intentar captar un número mayor de espectadores. Así pues, entre confrontaciones religiosas que recuerdan inevitablemente a la situación política actual y elucubraciones sobre cual es el centro del universo la película transcurre un poco en tierra de nadie a modo de esforzada denuncia de los dogmas y reivindicando la duda y la investigación como manera de progreso social.
Si bien Alejandro Amenábar parece consagrarse definitivamente con esta película (si es que no lo estaba ya), también pone en evidencia que este tipo de producciones no son la mejor plataforma para demostrar todo su talento. Un tipo más modesto de filmes, donde importe más el contenido que la carcasa que lo recubre, donde el ingenio a la hora de elaborar el guión se eriga en una prioridad básica, se adecuan mucho más a su estilo de dirección. En "Ágora" nada sorprende ni emociona y en cambio hay muchos momentos (quizás demasiados) en que la trama aburre y pierde interés. Un evidente paso en falso en su carrera que parece aún mayor si se tiene en cuenta la obra maestra que había filmado anteriormente.
17 de noviembre de 2009
17 de noviembre de 2009
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
No creo que los sectores religiosos y/o afines a determinadas ideas político-religiosas se deban sentir muy orgullosos con la polémica que han montado con esta película. Más bien han quedado en evidencia y están demostrando que lo que se recrea en Ágora es tristemente cierto. Nada parece haber cambiado desde el s. IV en este aspecto.
Decir que Ágora es una película anticristiana o maniquea y que Amenábar es un enemigo de la fé es una memez como un castillo, una falta de sensibilidad patética y una burda simplificación. Ágora es más bien una película sobre el fanatismo religioso, los prejuicios y dogmas y las diferencias de culto que imposibilitan una convivencia pacífica.
¿Que culpa al cristianismo especialmente? Si, porque es cierto que nos muestra una faceta vergonzante del cristianismo, no por patética menos cierta. Es que es HISTORIA: Ni guión, ni argumento, ni licencias históricas (que se las toma, no se puede negar), ni nada; en esencia fueron hechos tristemente constatables. Pero no por ello es una película anticristiana.
Porque por mucho que cacaree el gallinero, el cristianismo (catolicismo), cuando pasó a ser el credo dominante, se alejó por completo de todo cuanto Jesucristo predicaba, que precisamente era tolerancia por encima de todo.
De perseguidos a perseguidores, es algo inherente a la propia condición humana, que fué la que pervirtió el verdadero mensaje del evangelio. Y creo que un auténtico cristiano debería reconocerlo y no darse por aludido. Pero es que cristianos auténticos se cuentan con los dedos de una mano, ahora y siempre.
La Historia de la religión está llena de episodios tremendos, crueles y patéticos ¿Acaso tampoco es cierta la Edad de Hierro de los Papas, la Santa Inquisición, las guerras santas?
¿No es cierto que en los inicios de la Edad Media se despreció y destruyó la mayor parte del saber de la Antiguedad por ser considerado pagano y racional ya que no emanaba de Dios? Lo que ocurre es que la historiografía cristiano-católica echó el muerto a los pueblos germánicos, ocultando el papel fundamental que en ello tuvo el fanatismo religioso del cristianismo en el poder. Fanatismo que prendió como la pólvora, que no es más que el retrato del género humano.
Amenábar desmonta y relativiza el mito del cristianismo mártir como única referencia al bien en el mundo conocido. Y nos descubre una cara muy diferente y desconocida, una Hipatia pagana, virgen y mártir de la filosofía, que dió su vida por el conocimiento y la ciencia, en un símil al propio Jesucristo. Bellísima Raquel Weisz, la virgen pagana.
En resumen, una película necesaria y apasionante, interesantísima, divulgativa y con una realización de 10. Para mi gusto, una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo. Muy alejada del típico peplum hollywoodiense, Ágora tiene mucha más miga de lo que parece o algunos hayan podido o querido captar. Depende de la venda de prejuicios que lleven delante de sus ojos.
Decir que Ágora es una película anticristiana o maniquea y que Amenábar es un enemigo de la fé es una memez como un castillo, una falta de sensibilidad patética y una burda simplificación. Ágora es más bien una película sobre el fanatismo religioso, los prejuicios y dogmas y las diferencias de culto que imposibilitan una convivencia pacífica.
¿Que culpa al cristianismo especialmente? Si, porque es cierto que nos muestra una faceta vergonzante del cristianismo, no por patética menos cierta. Es que es HISTORIA: Ni guión, ni argumento, ni licencias históricas (que se las toma, no se puede negar), ni nada; en esencia fueron hechos tristemente constatables. Pero no por ello es una película anticristiana.
Porque por mucho que cacaree el gallinero, el cristianismo (catolicismo), cuando pasó a ser el credo dominante, se alejó por completo de todo cuanto Jesucristo predicaba, que precisamente era tolerancia por encima de todo.
De perseguidos a perseguidores, es algo inherente a la propia condición humana, que fué la que pervirtió el verdadero mensaje del evangelio. Y creo que un auténtico cristiano debería reconocerlo y no darse por aludido. Pero es que cristianos auténticos se cuentan con los dedos de una mano, ahora y siempre.
La Historia de la religión está llena de episodios tremendos, crueles y patéticos ¿Acaso tampoco es cierta la Edad de Hierro de los Papas, la Santa Inquisición, las guerras santas?
¿No es cierto que en los inicios de la Edad Media se despreció y destruyó la mayor parte del saber de la Antiguedad por ser considerado pagano y racional ya que no emanaba de Dios? Lo que ocurre es que la historiografía cristiano-católica echó el muerto a los pueblos germánicos, ocultando el papel fundamental que en ello tuvo el fanatismo religioso del cristianismo en el poder. Fanatismo que prendió como la pólvora, que no es más que el retrato del género humano.
Amenábar desmonta y relativiza el mito del cristianismo mártir como única referencia al bien en el mundo conocido. Y nos descubre una cara muy diferente y desconocida, una Hipatia pagana, virgen y mártir de la filosofía, que dió su vida por el conocimiento y la ciencia, en un símil al propio Jesucristo. Bellísima Raquel Weisz, la virgen pagana.
En resumen, una película necesaria y apasionante, interesantísima, divulgativa y con una realización de 10. Para mi gusto, una de las mejores películas que he visto en mucho tiempo. Muy alejada del típico peplum hollywoodiense, Ágora tiene mucha más miga de lo que parece o algunos hayan podido o querido captar. Depende de la venda de prejuicios que lleven delante de sus ojos.
13 de octubre de 2009
13 de octubre de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ágora es una mezcla de poesía antigua y arte rococó que despliega un verdadero encanto natural de sofisticación y alegoría.
Dentro de un marco histórico conflictivo, la película muestra en todo su máximo esplendor una realidad tan pura y realista que marca los límites de la crueldad provocando una evocación de sensaciones, a veces desagradables, y emociones que dejan muestra de la espectacular complejidad y a la vez sencillez que caracterizan a un film como Ágora.
Se puede palpar con deseado gusto el ambiente tenso y frío de las distintas situaciones del filme, que por momentos se hace más y más interesante mostrando poco a poco los secretos ocultos que provocan en el espectador la admiración inducida ante la flamante cinta de Amenábar.
Sus personajes, creados y ajustados a la máxima medida y precisión, originan una masa de sugerencias destacables en las que prima la ausencia de pesadez y cansancio pues la película no deja de sorprender a medida que avanza, dejándose ver como una verdadera obra de culto, envuelta con una banda sonora que realza los sentimiento evocados.
Dentro de un marco histórico conflictivo, la película muestra en todo su máximo esplendor una realidad tan pura y realista que marca los límites de la crueldad provocando una evocación de sensaciones, a veces desagradables, y emociones que dejan muestra de la espectacular complejidad y a la vez sencillez que caracterizan a un film como Ágora.
Se puede palpar con deseado gusto el ambiente tenso y frío de las distintas situaciones del filme, que por momentos se hace más y más interesante mostrando poco a poco los secretos ocultos que provocan en el espectador la admiración inducida ante la flamante cinta de Amenábar.
Sus personajes, creados y ajustados a la máxima medida y precisión, originan una masa de sugerencias destacables en las que prima la ausencia de pesadez y cansancio pues la película no deja de sorprender a medida que avanza, dejándose ver como una verdadera obra de culto, envuelta con una banda sonora que realza los sentimiento evocados.
25 de enero de 2010
25 de enero de 2010
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Valiente pero fallido proyecto de Amenábar donde engancha la sinopsis y una eterna espera emocional que nunca llega (ni tan sólo con el desenlace).
Amenábar no consigue convencer en ninguno de los tres temas que deambulan por Ágora, la religión, la astronomía y el amor.
-El conflicto religioso termina por ser algo hueco en su contenido y pobre en su guión.
(La violencia es mala, venga de dónde venga, vale)
-Los razonamientos astronómicos de Hipatia acaban por irritar, más cuando no logran alcanzarte y son además la parte más floja en la sólo suficiente actuación de Weisz.
-La que se presenta como una lucha escondida de amor hacia Hipatia entre dos hombres acaba diluyéndose en el transcurrir del largometraje sin conseguir llegar a ningún lugar.
Y en todos los citados aspectos, un problema añadido, que no es su criticada lentitud, sino su falta de ritmo.
Ante todo la dirección no deja de ser correcta y efectiva, a pesar de algún que otro elemento (innovador) difícil de concebir, véase esos diminutos hombres corriendo a cámara rápida desde un plano cenital, que lo que consigue es restar, explícitamente, emoción a la violencia, puesto que no es el espectaculo que el director desea ofrecer. Y los ilógicos zooms desde el espacio exterior, estilo "google earth", que te separan de la película incomprensiblemente.
Tal vez Amenábar ha querido abarcar demasiado con Ágora, desea contar una história épica, pero algunos aspectos y sobre todo su guión, la convierten en la típica película que no alcanza sus pretensiones.
Valiente, sí, pero lastima...
Lo mejor: El atrevimineto del director.
Lo peor: Los 50 millones.
Amenábar no consigue convencer en ninguno de los tres temas que deambulan por Ágora, la religión, la astronomía y el amor.
-El conflicto religioso termina por ser algo hueco en su contenido y pobre en su guión.
(La violencia es mala, venga de dónde venga, vale)
-Los razonamientos astronómicos de Hipatia acaban por irritar, más cuando no logran alcanzarte y son además la parte más floja en la sólo suficiente actuación de Weisz.
-La que se presenta como una lucha escondida de amor hacia Hipatia entre dos hombres acaba diluyéndose en el transcurrir del largometraje sin conseguir llegar a ningún lugar.
Y en todos los citados aspectos, un problema añadido, que no es su criticada lentitud, sino su falta de ritmo.
Ante todo la dirección no deja de ser correcta y efectiva, a pesar de algún que otro elemento (innovador) difícil de concebir, véase esos diminutos hombres corriendo a cámara rápida desde un plano cenital, que lo que consigue es restar, explícitamente, emoción a la violencia, puesto que no es el espectaculo que el director desea ofrecer. Y los ilógicos zooms desde el espacio exterior, estilo "google earth", que te separan de la película incomprensiblemente.
Tal vez Amenábar ha querido abarcar demasiado con Ágora, desea contar una história épica, pero algunos aspectos y sobre todo su guión, la convierten en la típica película que no alcanza sus pretensiones.
Valiente, sí, pero lastima...
Lo mejor: El atrevimineto del director.
Lo peor: Los 50 millones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La revuelta de los paganos contra los cristianos con espadas de cartón y otras escenas:
De acuerdo que Amenábar rechace ofrecer espectáculo con la violencia que justamente critica, de acuerdo que quiera mostrarnos como bichitos con ese plano cenital más tarde, para hacernos entender que no somos nada desde arriba, pero por fabor que no sea Ridículo.
Ni hace falta sangre para dar espectáculo, ni tampoco espadas de cartón para cohibirnos de la violencia gratuita.
Y un penúltimo por favor, un poquito de emoción y trascendencia en lo que considero el hecho más importante de lo que transcurre en la história que cuenta Ágora, incluso más que la muerte de Hipatia: La quema de la Biblioteca de Alejandría, o es que tal vez Amenábar (de nuevo con otro plano cenital) no ha querido hacer espectáculo con la quema del innumerable conocimiento arrasado y a preferido salir volando. Pues eso, emoción.
Y por cierto, cuantos espectadores después de ver el film, habrán sido conscientes de la magnitud de esa atrocidad? (me dirijo a los que no lo supieran de antes).Pues eso, trascendencia.
Y para acabar: no vuelvan a darle colosal montón de millones a Amenábar. Así este volverá a deleitarnos con lo que mejor sabe hacer. Cine sin pretensiones.
De acuerdo que Amenábar rechace ofrecer espectáculo con la violencia que justamente critica, de acuerdo que quiera mostrarnos como bichitos con ese plano cenital más tarde, para hacernos entender que no somos nada desde arriba, pero por fabor que no sea Ridículo.
Ni hace falta sangre para dar espectáculo, ni tampoco espadas de cartón para cohibirnos de la violencia gratuita.
Y un penúltimo por favor, un poquito de emoción y trascendencia en lo que considero el hecho más importante de lo que transcurre en la história que cuenta Ágora, incluso más que la muerte de Hipatia: La quema de la Biblioteca de Alejandría, o es que tal vez Amenábar (de nuevo con otro plano cenital) no ha querido hacer espectáculo con la quema del innumerable conocimiento arrasado y a preferido salir volando. Pues eso, emoción.
Y por cierto, cuantos espectadores después de ver el film, habrán sido conscientes de la magnitud de esa atrocidad? (me dirijo a los que no lo supieran de antes).Pues eso, trascendencia.
Y para acabar: no vuelvan a darle colosal montón de millones a Amenábar. Así este volverá a deleitarnos con lo que mejor sabe hacer. Cine sin pretensiones.
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