FleabagSerie
2016 

Phoebe Waller-Bridge (Creadora), Harry Bradbeer ...
7.8
21,207
Serie de TV. Comedia
Serie de TV (2016-2019). 12 episodios. 2 temporadas. Fleabag es una joven londinense de 30 años, directa y descarada, que pasa por una crisis vital tras perder a su mejor amiga. Su actitud es inconformista, se acuesta con todo el que se acerca a ella, intenta no pedir dinero a su hermana Claire y se niega a llevar de una vez una vida independiente y madura. Sin reparos, la protagonista desafía al espectador que quiera plantearse ... [+]
24 de febrero de 2021
24 de febrero de 2021
8 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aguantado solo dos episodios. Debo decir que cada vez me dan más tirria los personajes que pretenden ser "excéntricos, irónicos e inconformistas", gente solitaria que parece que no se atreva a mostrar los sentimientos más sinceros y desnudos que -supongo- alberga en realidad. No me parecen vidas atractivas, ni mucho menos modélicas o admirables, aunque supongo que sí son un reflejo de formas de vivir que uno se puede encontrar hoy en día. Lo cual también me da lástima, pero en fin.
Una protagonista hablando a cámara, ¡wow! ¡Nunca se había visto nada igual! ¡Qué forma de narrar tan alternativa y osada! Por favor, que estamos en 2021. "Amélie" estuvo bien en su momento, porque al menos había una trama central y la protagonista tenía algún propósito en la vida, y narrativamente era coherente y novedosa.
Si a todo eso le sumas la rabia que da la forma de expresarse de los ingleses, con ese desprecio y falsedad que llevan intrínseco en su entonación de mierda, pues el coñazo está asegurado. No voy a perder 20 minutos más de mi vida en una serie que de momento no me ha contado nada interesante. Para ver vidas sin rumbo prefiero bajar al bar o hacerme Tinder.
"Euphoria", en cambio, sí me pareció algo más honesta por mostrar cómo los afectos heridos de la posmodernidad no encuentran consuelo en los excesos que ésta tiene para ofrecer a los jóvenes.
Una protagonista hablando a cámara, ¡wow! ¡Nunca se había visto nada igual! ¡Qué forma de narrar tan alternativa y osada! Por favor, que estamos en 2021. "Amélie" estuvo bien en su momento, porque al menos había una trama central y la protagonista tenía algún propósito en la vida, y narrativamente era coherente y novedosa.
Si a todo eso le sumas la rabia que da la forma de expresarse de los ingleses, con ese desprecio y falsedad que llevan intrínseco en su entonación de mierda, pues el coñazo está asegurado. No voy a perder 20 minutos más de mi vida en una serie que de momento no me ha contado nada interesante. Para ver vidas sin rumbo prefiero bajar al bar o hacerme Tinder.
"Euphoria", en cambio, sí me pareció algo más honesta por mostrar cómo los afectos heridos de la posmodernidad no encuentran consuelo en los excesos que ésta tiene para ofrecer a los jóvenes.
16 de noviembre de 2018
16 de noviembre de 2018
7 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie que te quedas con ganas de ver a los protagonistas durante más tiempo, que le va a pasar a ella, a su hermana, al odioso cuñado (excelente actor), su padre, la madrastra (excelente actriz), porque lo que sabemos es lo que le pasa a su amiga...que si bien...no lo sabemos hasta el final...bien bien...Tragedia que se envuelve en comedia y en una Phoebe Waller que te atrapa por su carismática interpretación...Ninfomanía o vahido emocional...Me parece por momentos ver una película nipona, por el complicado intringulis emocional...Un acierto y queremos ver más...Amazon un acierto.
24 de julio de 2020
24 de julio de 2020
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al fin pude ver Fleabag, una comedia laureada de la que mucho se ha escrito.
Fleabag (Phoebe Waller-Bridge, también autora) es una treintañera londinense que maneja y atiende un café al borde de la quiebra. Sobrelleva el duelo por la muerte de su mejor amiga y socia en el café y mantiene fluctuantes relaciones con Claire, su aplicada y fóbica hermana mayor (Sian Clifford) , su cuñado, su padre (de holgada situación económica) y la nueva pareja de su padre, una venenosa y brillante Olivia Colman (que es un show aparte) y ocasionales novios o levantes.
Fleabag establece una inmediata complicidad con el espectador, ya que mira a cámara y nos transmite sus estados de ánimo o nos habla y pone en situación (a la manera de Tilda Swinton en Orlando). Es tan entrañable como provocadora, hace cosas (y maldades) porque sí y (porque) básicamente está deprimida. El carisma y la fotogenia de PWB son irresistibles, combinando un aire a la vez de actriz de otros tiempos y cierta androginia muy moderna.
Algunas situaciones y chistes son muy graciosos y originales, muchos diálogos, agudos y brillantes y nos dedica varios pequeños gestos elocuentes. De ningún modo estamos ante una sitcom sino ante una comedia de cuño bien inglés, con algunos duros o sombríos momentos cortados a tiempo.
En suma, una muy buena comedia (acaso algo sobrevalorada), con bastante originalidad en su puesta en escena, un inesperado protagonismo de los vínculos familiares y la cautivante presencia de su algo perdida protagonista.
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Sobre la Temporada 2: SENCILLAMENTE BRILLANTE:
Continúan las aventuras de esta chica rota a la que nadie llama por su nombre.
Se agrega al universo familiar de la temporada 1 (su entrañable hermana Claire -una notable Sian Clifford, en la que sea tal vez la relación más interesante de la serie-, el patán de su cuñado, su vacilante padre y la tremenda madrastra/madrina a cargo de Olivia Colman) un cura católico (Andrew Scott), que estará a cargo de la boda de su padre con su madrastra y que despertará el interés de Fleabag. Y disfrutaremos de la presencia de algunas actrices invitadas de gran calibre a cargo de personajes ocasionales.
La genialidad de la serie sigue intacta y acaso supera a la de la temporada 1: la protagonista explota aún mejor el recurso de mirar y hablarle a cámara, combinado con diálogos y escenas de conjunto de una velocidad y agudeza apabullantes. ¿Hay amenaza de giro moralista como en tantas series? ¿Será posible el amor y recomponer los vínculos familiares? Deberán verla para sacarse las dudas. Y no crean que con eso agotamos los tópicos de esta temporada.
Acaso esta T2 tenga el mejor capítulo de ambas temporadas (abajo pongo cuál en un aviso de spoiler), donde la combinación de un humor desopilante y mordaz con la desolación llega a una síntesis perfecta. Se agrega una banda sonora muy elocuente y momentos de humor físico o escatológico.
En suma, un temporada que probablemente supera a la primera en agudeza y profundidad y en la que terminamos de caer rendidos ante la genialidad de Phoebe Waller-Bridge y sus personajes.
Fleabag (Phoebe Waller-Bridge, también autora) es una treintañera londinense que maneja y atiende un café al borde de la quiebra. Sobrelleva el duelo por la muerte de su mejor amiga y socia en el café y mantiene fluctuantes relaciones con Claire, su aplicada y fóbica hermana mayor (Sian Clifford) , su cuñado, su padre (de holgada situación económica) y la nueva pareja de su padre, una venenosa y brillante Olivia Colman (que es un show aparte) y ocasionales novios o levantes.
Fleabag establece una inmediata complicidad con el espectador, ya que mira a cámara y nos transmite sus estados de ánimo o nos habla y pone en situación (a la manera de Tilda Swinton en Orlando). Es tan entrañable como provocadora, hace cosas (y maldades) porque sí y (porque) básicamente está deprimida. El carisma y la fotogenia de PWB son irresistibles, combinando un aire a la vez de actriz de otros tiempos y cierta androginia muy moderna.
Algunas situaciones y chistes son muy graciosos y originales, muchos diálogos, agudos y brillantes y nos dedica varios pequeños gestos elocuentes. De ningún modo estamos ante una sitcom sino ante una comedia de cuño bien inglés, con algunos duros o sombríos momentos cortados a tiempo.
En suma, una muy buena comedia (acaso algo sobrevalorada), con bastante originalidad en su puesta en escena, un inesperado protagonismo de los vínculos familiares y la cautivante presencia de su algo perdida protagonista.
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Sobre la Temporada 2: SENCILLAMENTE BRILLANTE:
Continúan las aventuras de esta chica rota a la que nadie llama por su nombre.
Se agrega al universo familiar de la temporada 1 (su entrañable hermana Claire -una notable Sian Clifford, en la que sea tal vez la relación más interesante de la serie-, el patán de su cuñado, su vacilante padre y la tremenda madrastra/madrina a cargo de Olivia Colman) un cura católico (Andrew Scott), que estará a cargo de la boda de su padre con su madrastra y que despertará el interés de Fleabag. Y disfrutaremos de la presencia de algunas actrices invitadas de gran calibre a cargo de personajes ocasionales.
La genialidad de la serie sigue intacta y acaso supera a la de la temporada 1: la protagonista explota aún mejor el recurso de mirar y hablarle a cámara, combinado con diálogos y escenas de conjunto de una velocidad y agudeza apabullantes. ¿Hay amenaza de giro moralista como en tantas series? ¿Será posible el amor y recomponer los vínculos familiares? Deberán verla para sacarse las dudas. Y no crean que con eso agotamos los tópicos de esta temporada.
Acaso esta T2 tenga el mejor capítulo de ambas temporadas (abajo pongo cuál en un aviso de spoiler), donde la combinación de un humor desopilante y mordaz con la desolación llega a una síntesis perfecta. Se agrega una banda sonora muy elocuente y momentos de humor físico o escatológico.
En suma, un temporada que probablemente supera a la primera en agudeza y profundidad y en la que terminamos de caer rendidos ante la genialidad de Phoebe Waller-Bridge y sus personajes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Considero que el mejor capítulo de ambas temporadas es el primero de la T2, una cena con toda la familia de Fleabag donde pasa literalmente de todo con un ritmo de vértigo. Una obra maestra.
29 de junio de 2021
29 de junio de 2021
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
250/50(29/06/21) Serie de esas que he terminado de ver empujado por la fama de alabanzas críticas que atesora, también porque me había gustado mucho la primera temporada de “Killing Eve” (creada por la misma guionista), porque Daniel Craig ha exigido escriba el guion de “No Time to Die”, la nueva película de James Bond, mis expectativas eran enormes, y al final me he encontrado que la he terminado a trompicones, por que como eran pocos episodios (6+6) y no soy de los que me gusta dejar las cosas a medias pues con tardanza desde que la inicie, pero la he acabado en su segunda y última temporada. Y es que nunca he entrado en este humor seco y adusto centrado en los sentimientos vaginales de una mujer, sintiéndome incomodo en muchos momentos, habiendo pocos en los que me ha haya sacado un esbozo de sonrisa, lo bueno es que nunca me ha aburrido, pero tampoco me ha enganchado y no echaré de menos no hagan una tercera temporada.
Serie de televisión británica dramedia de la BBC Three en un acuerdo de coproducción con Amazon Studios. Creada, escrita y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge, basada en su espectáculo unipersonal estrenado por primera vez en 2013. Waller-Bridge interpreta al personaje principal, joven londinense de espíritu libre y sexualmente muy activa, de hecho su mundo solo parece girar en torno a esto. La protagonista rompe frecuentemente la cuarta pared para monólogos internos y un comentario continúo a la audiencia para crear complicidad con ella. No es un recurso original pues por ejemplo ya fue utilizado en “House of cards” por Frank Underwood (antes de ser censurado), pero si queda un toque fresco, e incluso en la segunda temporada hay una especie de visión turbadora cuando un personaje se da cuenta y le pregunta a Fleabag que con quien habla (¿?), provocando con ello una reflexión sobre la situación.
Unos capítulos que mezclan el drama con el humor particular de Fleabag, donde se habla de suicidios, adulterios, promiscuidad, sodomización, relaciones paterno-filiales, masturbación, relaciones de hermanos, el peso de la culpa, y todo con epicentro en Fleabag. Ella como ejemplo de empoderamiento femenino, como ejemplo de mujer moderna, liberada, autónoma, que hace con su vida lo que quiere, al menos eso quiere la creadora. Pero lo que es a mí me ha sido un personaje que nunca me ha llegado, nada empático, egoísta, mala amiga, egocéntrica, irritante, cínica, siempre destilando superioridad moral, parece darnos lecciones todo el tiempo, su coraza para no dejar ver sus fragilidades me han sido cortantes. Y donde su campo de conversación es el del tamaño de un sello, su temario es escaso, no hay una charla que destile inteligencia, solo importa ella y sus ganas de fornicar con todo lo que se mueve, y con ello proyectar una Magna misandria. Pues todos los hombres que aparecen o son tontos, o caricaturescos, o manipulables, o peleles, o mentirosos, o curas (¿?).
No solo la protagonista resulta nada simpática, el resto del elenco me son patéticos, en el peor sentido de la palabra, ninguno despierta dulzura en mí, desde la hermana snob, el padre distante (correcto Bill Paterson), la potencial madrastra repelente en su altanería, o el cura de la segunda temporada, que se ven venir de lejos sus debilidades en la primera escena, cortado por un patrón ya visto del sacerdote transgresor malhablado y bebedor.
Recibió elogios generalizados de la crítica, particularmente por su escritura, actuación y la singularidad y personalidad del personaje principal. Waller-Bridge ganó el premio de la Academia Británica de Televisión a la Mejor Interpretación de Comedia Femenina por la primera serie. La segunda temporada recibió 11 nominaciones al premio Primetime Emmy y ganó seis, con Waller-Bridge ganando Mejor Serie de Comedia, Mejor Actriz Principal y Mejor Escritura para una Serie de Comedia; Clifford, Colman y las estrellas invitadas Fiona Shaw y Kristin Scott Thomas recibieron nominaciones adicionales de actuación. La serie recibió el Globo de Oro a la Mejor Serie de Televisión y Mejor Actriz por Waller-Bridge, y una nominación para Scott.
La primera temporada tiene como eje tenue el dolor oculto de Fleabag por la disfuncional muerte de su amiga y socia, tiene graves problemas de dinero con su cafetería, la vemos relacionarse con su insegura hermana (buena Sian Clifford), y la vemos enfrentada de modo frio a su madrastra (siempre excelente Olivia Colman). Vemos como Fleabag tiene sexo con varios personajes sin que ello suponga sentimiento alguno para ella; La segunda temporada está centrada en la atracción que Fleabag siente por un sacerdote (buen Andrew Scott) católico (por tanto célibe), que tiene como rampa de salida la (batalla) cena del primer capítulo, con lo que se convierten los capítulos en algo previsible, solo queda saber la reacción del cura cuando caiga bajo el influjo de la ‘mantis religiosa’. En este caso en el clímax en un confesionario perturbador. Dejando esta temporada las preguntas referentes a la condición de la prota sobre si en realidad quiere al párroco, o lo que quiere es el reto transgresor de que rompa sus votos de celibato (emparentado con aquello de conseguir que un gay se acueste con ella)? O lo que aspira es a esa pregunta que flota en la serie de si ella quiere fornicar con Dios, y hacerlo con este es hacerlo con lo más cercano a ello?
Mi valoración de la serie es que me ha sido irregular en su humor, grimante en su drama, y forzada en las relaciones que establece, sobre todo midiéndola con el cuchillo en los dientes por lo bien valorada que esta. Me considero un tipo abierto de miras, pero en su conjunto me ha sido una especie de club en el que tras ser invitado no he conseguido ser socio, no ha habido conexión emocional y al final si el cura se va con ella o la deja me ha sido naif. Fuerza y honor!!!
Serie de televisión británica dramedia de la BBC Three en un acuerdo de coproducción con Amazon Studios. Creada, escrita y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge, basada en su espectáculo unipersonal estrenado por primera vez en 2013. Waller-Bridge interpreta al personaje principal, joven londinense de espíritu libre y sexualmente muy activa, de hecho su mundo solo parece girar en torno a esto. La protagonista rompe frecuentemente la cuarta pared para monólogos internos y un comentario continúo a la audiencia para crear complicidad con ella. No es un recurso original pues por ejemplo ya fue utilizado en “House of cards” por Frank Underwood (antes de ser censurado), pero si queda un toque fresco, e incluso en la segunda temporada hay una especie de visión turbadora cuando un personaje se da cuenta y le pregunta a Fleabag que con quien habla (¿?), provocando con ello una reflexión sobre la situación.
Unos capítulos que mezclan el drama con el humor particular de Fleabag, donde se habla de suicidios, adulterios, promiscuidad, sodomización, relaciones paterno-filiales, masturbación, relaciones de hermanos, el peso de la culpa, y todo con epicentro en Fleabag. Ella como ejemplo de empoderamiento femenino, como ejemplo de mujer moderna, liberada, autónoma, que hace con su vida lo que quiere, al menos eso quiere la creadora. Pero lo que es a mí me ha sido un personaje que nunca me ha llegado, nada empático, egoísta, mala amiga, egocéntrica, irritante, cínica, siempre destilando superioridad moral, parece darnos lecciones todo el tiempo, su coraza para no dejar ver sus fragilidades me han sido cortantes. Y donde su campo de conversación es el del tamaño de un sello, su temario es escaso, no hay una charla que destile inteligencia, solo importa ella y sus ganas de fornicar con todo lo que se mueve, y con ello proyectar una Magna misandria. Pues todos los hombres que aparecen o son tontos, o caricaturescos, o manipulables, o peleles, o mentirosos, o curas (¿?).
No solo la protagonista resulta nada simpática, el resto del elenco me son patéticos, en el peor sentido de la palabra, ninguno despierta dulzura en mí, desde la hermana snob, el padre distante (correcto Bill Paterson), la potencial madrastra repelente en su altanería, o el cura de la segunda temporada, que se ven venir de lejos sus debilidades en la primera escena, cortado por un patrón ya visto del sacerdote transgresor malhablado y bebedor.
Recibió elogios generalizados de la crítica, particularmente por su escritura, actuación y la singularidad y personalidad del personaje principal. Waller-Bridge ganó el premio de la Academia Británica de Televisión a la Mejor Interpretación de Comedia Femenina por la primera serie. La segunda temporada recibió 11 nominaciones al premio Primetime Emmy y ganó seis, con Waller-Bridge ganando Mejor Serie de Comedia, Mejor Actriz Principal y Mejor Escritura para una Serie de Comedia; Clifford, Colman y las estrellas invitadas Fiona Shaw y Kristin Scott Thomas recibieron nominaciones adicionales de actuación. La serie recibió el Globo de Oro a la Mejor Serie de Televisión y Mejor Actriz por Waller-Bridge, y una nominación para Scott.
La primera temporada tiene como eje tenue el dolor oculto de Fleabag por la disfuncional muerte de su amiga y socia, tiene graves problemas de dinero con su cafetería, la vemos relacionarse con su insegura hermana (buena Sian Clifford), y la vemos enfrentada de modo frio a su madrastra (siempre excelente Olivia Colman). Vemos como Fleabag tiene sexo con varios personajes sin que ello suponga sentimiento alguno para ella; La segunda temporada está centrada en la atracción que Fleabag siente por un sacerdote (buen Andrew Scott) católico (por tanto célibe), que tiene como rampa de salida la (batalla) cena del primer capítulo, con lo que se convierten los capítulos en algo previsible, solo queda saber la reacción del cura cuando caiga bajo el influjo de la ‘mantis religiosa’. En este caso en el clímax en un confesionario perturbador. Dejando esta temporada las preguntas referentes a la condición de la prota sobre si en realidad quiere al párroco, o lo que quiere es el reto transgresor de que rompa sus votos de celibato (emparentado con aquello de conseguir que un gay se acueste con ella)? O lo que aspira es a esa pregunta que flota en la serie de si ella quiere fornicar con Dios, y hacerlo con este es hacerlo con lo más cercano a ello?
Mi valoración de la serie es que me ha sido irregular en su humor, grimante en su drama, y forzada en las relaciones que establece, sobre todo midiéndola con el cuchillo en los dientes por lo bien valorada que esta. Me considero un tipo abierto de miras, pero en su conjunto me ha sido una especie de club en el que tras ser invitado no he conseguido ser socio, no ha habido conexión emocional y al final si el cura se va con ella o la deja me ha sido naif. Fuerza y honor!!!
14 de marzo de 2020
14 de marzo de 2020
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Según su creadora y protagonista no habrá tercera temporada, a menos a corto plazo, de esta comedia que va in crescendo durante los doce episodios que componen la suma de sus dos primeras, y por lo visto únicas entregas. Y decimos que va de menos a más ya que en los primeros capítulos da la impresión de que asistimos a un cúmulo de insensateces de un inestable personaje con el que cuesta empatizar, en cuyo camino se cruzan diferentes secundarios de los que poco sabemos, todo ello con el sexo como eje central de sus variopintas historias.
Por suerte, ya en el cierre de la primera temporada, vemos por donde iban e irán los tiros, y es en la segunda cuando las piezas empiezan a encajar en un hilo narrativo bien definido y ejecutado que no se dedica a provocar risas simplemente a base de perturbarnos, lo cual también hace de vez en cuando, sino mediante tramas y situaciones más cotidianas donde el amor, que no el sexo, y la familia, copan el protagonismo, consiguiendo que su antiheroína llegue incluso a caernos bien, y dejándonos con varias incógnitas argumentales que quizás nos sean reveladas en diez o veinte años, o incluso nunca.
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Por suerte, ya en el cierre de la primera temporada, vemos por donde iban e irán los tiros, y es en la segunda cuando las piezas empiezan a encajar en un hilo narrativo bien definido y ejecutado que no se dedica a provocar risas simplemente a base de perturbarnos, lo cual también hace de vez en cuando, sino mediante tramas y situaciones más cotidianas donde el amor, que no el sexo, y la familia, copan el protagonismo, consiguiendo que su antiheroína llegue incluso a caernos bien, y dejándonos con varias incógnitas argumentales que quizás nos sean reveladas en diez o veinte años, o incluso nunca.
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