AkiraAnimación
7.6
60,028
Animación. Ciencia ficción. Acción. Thriller
Año 2019. Neo-Tokyo es una ciudad construida sobre las ruinas de la antigua capital japonesa destruida tras la Tercera Guerra Mundial. Japón es un país al borde del colapso que sufre continuas crisis políticas. En secreto, un equipo de científicos ha reanudado por orden del ejército un experimento para encontrar a individuos que puedan controlar el arma definitiva: una fuerza denominada "la energía absoluta". Pero los habitantes de ... [+]
9 de abril de 2013
9 de abril de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
De una obra de arte como esta poco se puede decir a estas alturas. Los otakus y los cinéfilos en general se dividen en dos tipos: los que ya han visto esta película y los que inevitablemente la verán en un futuro tal vez no muy próximo. Es realmente sangrante oír (o leer) decir a personas, con aires gafapastistas y con disimulo para hacer como que saben de lo que hablan, decir eso que tan de moda está en los círculos de fans del cine: que "Akira" es una película sobrevalorada. En fin, ¿hasta qué punto eso es cierto? Yo por desgracia no puedo contestar a tal pregunta y sería una desconsideración por mi parte desprestigiar una película tan bien conseguida como esta.
A diferencia de "Ghost In The Shell" (la cual he visto repetidas veces con inicial interés pero puedo asegurar definitivamente que no logro conectar para nada con su argumento de ciencia ficción, y mira que me he esforzado por entenderla siquiera, pero no hay manera), "Akira" fue una película que en un primer visionado me pareció muy confusa e incluso caótica, pero que mantiene el interés en todo momento y, si bien es cierto que no comprendí del todo la primera vez su argumento, me dejó un muy buen sabor de boca más allá de lo agobiante que pueden resultar ciertas escenas y ciertas partes de su extraña y bizarra banda sonora, de modo que no dudé en darle una segunda oportunidad un tiempo después y en la pantalla grande. Acerté de pleno y logré encontrarme con una película que, más allá de lo increíblemente currada que está en el apartado gráfico (que es impecable e irreal para la época), tenía una historia que, aunque enrevesada, enganchaba de principio a fin y que me parece que comprendí casi en su totalidad.
A la espera de poder tener el placer de leer el largo manga en el cual está basado y despejar algunas de mis dudas (y por supuesto confirmar personalmente si es cierto que incluso en este caso el manga supera al anime), puedo decir sin titubear que, aunque la ciencia ficción y el cyberpunk no sean de mi agrado la mayoría de las veces, "Akira" es un peliculón en toda regla, que destaca por lo gráfico pero que, a diferencia de las macroproducciones hollywoodienses de saturados y apabullantes efectos especiales, logra contar una historia de gran calidad y que, aunque primeramente confusa, tiene completo sentido, y lo que es más: lo logró sin ni tan siquiera haber sido acabado en su momento el manga (algo que normalmente da pie a un final abrupto, inventado y decepcionante, pero que en este caso queda bastante bien y no decepciona), al igual que sucedió también con "Nausicaä Del Valle Del Viento", la ópera prima de Hayao Miyazaki.
Sencillamente esta es una película idónea para mostrar el auténtico poderío de la animación, no solo la japonesa, sino la general, y un ejemplo perfecto de cómo se puede lograr hacer igual de bien en una película tanto el argumento como lo que debería ser siempre secundario (su estética). Una patada en la boca y la conciencia a las personas que durante tanto tiempo han creído ingenuamente que la animación es solo patrimonio de los niños o que en el anime no hay historias más complejas, interesantes y mejor planteadas que en la poderosa industria hollywoodiense. Verdadero manual de instrucciones de cómo hacer bien una gran superproducción cinematográfica verdaderamente épica sin caer en la trampa de no prestar atención a la realización de un buen argumento. Da gusto verla... aunque tal vez Tetsuo no esté tan de acuerdo con esta última afirmación.
A diferencia de "Ghost In The Shell" (la cual he visto repetidas veces con inicial interés pero puedo asegurar definitivamente que no logro conectar para nada con su argumento de ciencia ficción, y mira que me he esforzado por entenderla siquiera, pero no hay manera), "Akira" fue una película que en un primer visionado me pareció muy confusa e incluso caótica, pero que mantiene el interés en todo momento y, si bien es cierto que no comprendí del todo la primera vez su argumento, me dejó un muy buen sabor de boca más allá de lo agobiante que pueden resultar ciertas escenas y ciertas partes de su extraña y bizarra banda sonora, de modo que no dudé en darle una segunda oportunidad un tiempo después y en la pantalla grande. Acerté de pleno y logré encontrarme con una película que, más allá de lo increíblemente currada que está en el apartado gráfico (que es impecable e irreal para la época), tenía una historia que, aunque enrevesada, enganchaba de principio a fin y que me parece que comprendí casi en su totalidad.
A la espera de poder tener el placer de leer el largo manga en el cual está basado y despejar algunas de mis dudas (y por supuesto confirmar personalmente si es cierto que incluso en este caso el manga supera al anime), puedo decir sin titubear que, aunque la ciencia ficción y el cyberpunk no sean de mi agrado la mayoría de las veces, "Akira" es un peliculón en toda regla, que destaca por lo gráfico pero que, a diferencia de las macroproducciones hollywoodienses de saturados y apabullantes efectos especiales, logra contar una historia de gran calidad y que, aunque primeramente confusa, tiene completo sentido, y lo que es más: lo logró sin ni tan siquiera haber sido acabado en su momento el manga (algo que normalmente da pie a un final abrupto, inventado y decepcionante, pero que en este caso queda bastante bien y no decepciona), al igual que sucedió también con "Nausicaä Del Valle Del Viento", la ópera prima de Hayao Miyazaki.
Sencillamente esta es una película idónea para mostrar el auténtico poderío de la animación, no solo la japonesa, sino la general, y un ejemplo perfecto de cómo se puede lograr hacer igual de bien en una película tanto el argumento como lo que debería ser siempre secundario (su estética). Una patada en la boca y la conciencia a las personas que durante tanto tiempo han creído ingenuamente que la animación es solo patrimonio de los niños o que en el anime no hay historias más complejas, interesantes y mejor planteadas que en la poderosa industria hollywoodiense. Verdadero manual de instrucciones de cómo hacer bien una gran superproducción cinematográfica verdaderamente épica sin caer en la trampa de no prestar atención a la realización de un buen argumento. Da gusto verla... aunque tal vez Tetsuo no esté tan de acuerdo con esta última afirmación.
13 de octubre de 2013
13 de octubre de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tienes que ver Akira! por qué? porque no la vas a entender a la primera, porque te la han recomendado mil veces y porque en filmaffinity tiene más de un 7!
Ciberpunk, transgresora y realmente cruda...
Es buena? muy buena!, por qué?, porque visualmente es gloriosa y vertiginosa, te mete en un universo que lo palpas tan lejano y cercano a la vez que casi asusta. Que te expone si el avance científico está justificado ha toda costa sea cual sea el precio. Porque cambia el concepto del Dios hecho hombre por el del hombre hecho Dios y, por ende, tan poderoso como un Dios, tan débil e inestable como un hombre.
Es una lucha moral y ética. La locura y la justicia. La falsedad y el engaño. Toca tantos palos y es tan incomprensible en primera instancia que es inevitable plantearse si, la primera vez que la ves, te ha atropellado un camión, pero si repites la experiencia, te das cuenta de los matices que puede ofrecerte y una nueva forma de ver muchas cosas de nuestra vida.
Muchos alegan que Akira dista mucho de su versión del cómic, algo que es totalmente normal... porque esta cinta no es un resumen de las 2000 páginas del cómic, sino que el cómic se inició en 1983 (creo), el film es de 1988 y el cómic terminó en 1993... ¿qué? que Otomo cambió la linea argumental del cómic a propósito. Ya sea para poder generar un film de menos de 3 horas o por darle mayor transcendencia al cómic que seguiría después del film, Otomo, decidió que el argumento del cómic fuera por otro camino diferente que la película!!!! de ahí que no conecten estas dos en muchos puntos.
Ciberpunk, transgresora y realmente cruda...
Es buena? muy buena!, por qué?, porque visualmente es gloriosa y vertiginosa, te mete en un universo que lo palpas tan lejano y cercano a la vez que casi asusta. Que te expone si el avance científico está justificado ha toda costa sea cual sea el precio. Porque cambia el concepto del Dios hecho hombre por el del hombre hecho Dios y, por ende, tan poderoso como un Dios, tan débil e inestable como un hombre.
Es una lucha moral y ética. La locura y la justicia. La falsedad y el engaño. Toca tantos palos y es tan incomprensible en primera instancia que es inevitable plantearse si, la primera vez que la ves, te ha atropellado un camión, pero si repites la experiencia, te das cuenta de los matices que puede ofrecerte y una nueva forma de ver muchas cosas de nuestra vida.
Muchos alegan que Akira dista mucho de su versión del cómic, algo que es totalmente normal... porque esta cinta no es un resumen de las 2000 páginas del cómic, sino que el cómic se inició en 1983 (creo), el film es de 1988 y el cómic terminó en 1993... ¿qué? que Otomo cambió la linea argumental del cómic a propósito. Ya sea para poder generar un film de menos de 3 horas o por darle mayor transcendencia al cómic que seguiría después del film, Otomo, decidió que el argumento del cómic fuera por otro camino diferente que la película!!!! de ahí que no conecten estas dos en muchos puntos.
21 de octubre de 2016
21 de octubre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que hay que tener en cuenta es que 'Akira' se estrenó cinco años antes de que finalizara la publicación del manga en el que se basaba. Esta circunstancia obligó a Katsuhiro Otomo a modificar la línea argumental, marcando no sólo una enorme diferencia estructural sino dejando al margen buena parte de la trama original. Eso dio como resultado una historia que por momentos es excesivamente liada y que, sin duda, se comprende mucho mejor cuando uno ha leído el manga entero. En cualquier caso, el guión está muy bien desarrollado, con una primera media hora más dinámica y veloz. El libreto nos muestra a una sociedad sin valores sumida en la anarquía y cuya esperanza reside en la amistad entre dos jóvenes pandilleros. De hecho ‘Akira’ no es otra cosa que una portentosa recopilación de los temores de Otomo y de gran parte de la sociedad japonesa contemporánea.
Para aquellos que hayan disfrutado de otros títulos de Otomo como ‘Pesadillas’ o ‘Steamboy’ no pasará desapercibido el acostumbrado alegato antibelicista y tecnófobo. Aquí el ejército y la tecnología representan el terror en una sociedad indefensa que lucha por sobrevivir y librarse del yugo del poder. Todo muy idealista pero en realidad subyugado al aprovechamiento de la informática.
Esta oscura y violenta fantasía creada por Otomo consiguió en su momento un despliegue técnico y visual que cautivó a jóvenes y horrorizó a mayores. A fin de cuentas no era nada habitual encontrarse una película de dibujos animados donde la muerte, los despachurramientos y la eclosión de vísceras es la tónica dominante. Un film realmente impactante.
En definitiva: No estamos ante una película que todos deberían ver, sino ante una que cualquier aficionado del manga o la ciencia-ficción debería haber visto ya. Es una absoluta obra maestra ejecutada con mano firme por uno de los artistas más respetados dentro y fuera de Japón. Una película épica, mítica y transgresora, todo un ejemplo de cyberpunk que bebe directamente de otras obras como ‘Mad Max‘ y ‘Blade Runner‘ pero siempre manteniendo una identidad propia.
-Lo mejor: Es altamente entretenida y está dirigida con mano firme por un genio.
-Lo peor: Lo complicado que puede ser entender la historia si no hemos leido el manga original, de hecho es casi obligado hacerlo.
-Más en: www.cineycine.com
Para aquellos que hayan disfrutado de otros títulos de Otomo como ‘Pesadillas’ o ‘Steamboy’ no pasará desapercibido el acostumbrado alegato antibelicista y tecnófobo. Aquí el ejército y la tecnología representan el terror en una sociedad indefensa que lucha por sobrevivir y librarse del yugo del poder. Todo muy idealista pero en realidad subyugado al aprovechamiento de la informática.
Esta oscura y violenta fantasía creada por Otomo consiguió en su momento un despliegue técnico y visual que cautivó a jóvenes y horrorizó a mayores. A fin de cuentas no era nada habitual encontrarse una película de dibujos animados donde la muerte, los despachurramientos y la eclosión de vísceras es la tónica dominante. Un film realmente impactante.
En definitiva: No estamos ante una película que todos deberían ver, sino ante una que cualquier aficionado del manga o la ciencia-ficción debería haber visto ya. Es una absoluta obra maestra ejecutada con mano firme por uno de los artistas más respetados dentro y fuera de Japón. Una película épica, mítica y transgresora, todo un ejemplo de cyberpunk que bebe directamente de otras obras como ‘Mad Max‘ y ‘Blade Runner‘ pero siempre manteniendo una identidad propia.
-Lo mejor: Es altamente entretenida y está dirigida con mano firme por un genio.
-Lo peor: Lo complicado que puede ser entender la historia si no hemos leido el manga original, de hecho es casi obligado hacerlo.
-Más en: www.cineycine.com
14 de febrero de 2017
14 de febrero de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una fuente de energía de poder ilimitado está a punto de emerger en Neo-Tokyo y nadie imagina su capacidad de destrucción. El fin de los días está cada vez más próximo...
Nos sumergimos en una aventura que desafía las leyes de la lógica y el espacio-tiempo en un mundo donde la tecnología ha llevado a la civilización a su propia destrucción. Prepárense para conocer a Akira.
En 1.988, la animación japonesa regalaba a los fans una maravillosa trilogía cuyos títulos alcanzaron al instante la categoría de obras maestras: "Mi Vecino Totoro", "La Tumba de las Luciérnagas" y, cómo no, "Akira", punto de inflexión absoluto en la industria. Su artífice, Katsuhiro Otomo, había desarrollado una fructífera carrera como dibujante rompiendo con los convencionalismos del manga ya en sus primeros trabajos, consiguiendo con "Fireball" su primer éxito; tras trabajar más incómodo que otra cosa a las órdenes de Shigeyuki Hayashi en "Harmagedon" (adaptación de la legendaria "Genma Taisen"), decidiría embarcarse en su proyecto más ambicioso.
Reuniendo un cúmulo de influencias que iban desde "Tetsujin 28-go" o los relatos de ciencia-ficción de Jean Giraud hasta "Star Wars", y tomando muchos de los elementos ya mostrados en "Fireball", "Akira" empezó a serializarse en 1.982, siendo necesarios ocho años para ser completada. Pero en 1.988, cuando la serie, cuya popularidad ascendía a pasos agigantados, aún iba por su cuarto volumen, se le presentó al autor la oportunidad única de llevarla a la gran pantalla con el incentivo de contar con un abultado presupuesto que superaba el billón de yenes, el cual consiguieron varias productoras y compañías asociadas.
Pero Otomo sólo rodaría la película si le era concedida la total libertad creativa (con el fin de que no se repitieran las malas experiencias de "Harmagedon"), aunque todavía quedaba el inconveniente de que la obra original estaba a medias, por lo que debía condensar su universo y conducir la historia por una línea argumental más bien alternativa, obviando algunas subtramas y personajes que después tomarían importancia en el manga...pero nada de esto parece importar al comienzo del film ya que nos veremos indefensos ante una avalancha imparable de imágenes hecha para hiperestimular nuestros sentidos (el contar con un presupuesto de tal magnitud da sus frutos).
La historia se sitúa en una Tokyo futurista en 2.019 tras librarse una desastrosa 3.ª Guerra Mundial en la que los avances tecnológicos no han sido capaces de detener la enorme inestabilidad que atraviesa la sociedad por la corrupción política y la instauración de un sistema militar abusivo, causas de terribles actos de terrorismo; en este clima de inseguridad, las calles están dominadas por salvajes adictos a la violencia y al peligro, como la banda de motoristas liderada por el intrépido Kaneda. El frenesí y la ultraviolencia campan a sus anchas mientras Otomo presenta un Japón hundido en el caos recordando las consecuencias de las guerras que anteriores ignorantes iniciaron y que marcaron la Historia de la nación.
Este prólogo, que cabalga entre "Blade Runner", "Mad Max" y "The Warriors", pronto se ve interrumpido por el encuentro de Tetsuo, amigo de Kaneda, con un ser de apariencia infantil perseguido por agentes del Gobierno, quienes acaban secuestrando al chico y realizándole una serie de experimentos que terminan por alterar su mente. La pura acción es sustituida por el suspense al tiempo que la realidad comienza a quebrarse desde el punto de vista de Tetsuo, en cuyo interior se está desarrollando un poder a todas luces incontrolable (unas visiones que atormentan a éste sirven de premonición y amenaza).
La trama, que tendrá lugar en el interior de las instalaciones, se volverá tanto más angustiante cuanto que el protagonista vaya sucumbiendo a una evolución en la que poco a poco pierde su humanidad manifestando similitudes con la figura central de la historia que es a su vez el "macguffin" de la misma; objeto de investigación cuyos poderes lo convirtieron en un peligro para aquellos que secuestraron a Tetsuo o especie de nuevo mesías destinado a crear un nuevo mundo a partir de la destrucción total del actual, Akira nunca se presentará realmente en su forma física...de hecho es posible que nunca la tuviera.
Como nos va desvelando Otomo, aunque sin muchas concesiones a la explicación, lo que hace al espectador sentirse como Kaneda (inmerso en las enrevesadas intrigas sin saber el por qué) Akira no es sino la concentración de la máxima energía que reside en cada cuerpo, en cada ser del Universo, y la cual depende de las pulsiones y deseos del individuo, cuyo poder es capaz de expresarse exteriormente; el descubrimiento de la verdad y la inteligente demolición del "macguffin" se desarrollará en un tramo final de tensión creciente donde el director, lejos de olvidarse de la aventura, ofrece un espectáculo de proporciones colosales que a todas luces resulta incomprensible (detallado en Zona Spoiler).
El intrincado argumento, la precisión del ritmo, la enorme cantidad de detalles que contiene la imagen (donde se usan técnicas nunca vistas en el mundo de la animación), facturándose unas secuencias que se inyectan en las retinas, y una iconografía legendaria (los personajes, el diseño de la ciudad y, sobre todo, la moto de Kaneda), hacen de "Akira" una experiencia visual sin parangón, envolvente, trepidante y del todo arrolladora, que confirió al término "cyberpunk" una nueva dimensión tras su estreno, el cual, como estaba previsto, arrasó en taquilla logrando un tremendo éxito tanto a nivel nacional como internacional.
Desde entonces las influencias de "Akira" siempre han estado presentes en la ciencia-ficción, pues pronto sería considerada una cumbre del género en la década de los '80.
Su importancia histórica es tanto mayor cuanto que el autor decidió situar los Juegos Olímpicos de 2.019 en Tokyo...
Nos sumergimos en una aventura que desafía las leyes de la lógica y el espacio-tiempo en un mundo donde la tecnología ha llevado a la civilización a su propia destrucción. Prepárense para conocer a Akira.
En 1.988, la animación japonesa regalaba a los fans una maravillosa trilogía cuyos títulos alcanzaron al instante la categoría de obras maestras: "Mi Vecino Totoro", "La Tumba de las Luciérnagas" y, cómo no, "Akira", punto de inflexión absoluto en la industria. Su artífice, Katsuhiro Otomo, había desarrollado una fructífera carrera como dibujante rompiendo con los convencionalismos del manga ya en sus primeros trabajos, consiguiendo con "Fireball" su primer éxito; tras trabajar más incómodo que otra cosa a las órdenes de Shigeyuki Hayashi en "Harmagedon" (adaptación de la legendaria "Genma Taisen"), decidiría embarcarse en su proyecto más ambicioso.
Reuniendo un cúmulo de influencias que iban desde "Tetsujin 28-go" o los relatos de ciencia-ficción de Jean Giraud hasta "Star Wars", y tomando muchos de los elementos ya mostrados en "Fireball", "Akira" empezó a serializarse en 1.982, siendo necesarios ocho años para ser completada. Pero en 1.988, cuando la serie, cuya popularidad ascendía a pasos agigantados, aún iba por su cuarto volumen, se le presentó al autor la oportunidad única de llevarla a la gran pantalla con el incentivo de contar con un abultado presupuesto que superaba el billón de yenes, el cual consiguieron varias productoras y compañías asociadas.
Pero Otomo sólo rodaría la película si le era concedida la total libertad creativa (con el fin de que no se repitieran las malas experiencias de "Harmagedon"), aunque todavía quedaba el inconveniente de que la obra original estaba a medias, por lo que debía condensar su universo y conducir la historia por una línea argumental más bien alternativa, obviando algunas subtramas y personajes que después tomarían importancia en el manga...pero nada de esto parece importar al comienzo del film ya que nos veremos indefensos ante una avalancha imparable de imágenes hecha para hiperestimular nuestros sentidos (el contar con un presupuesto de tal magnitud da sus frutos).
La historia se sitúa en una Tokyo futurista en 2.019 tras librarse una desastrosa 3.ª Guerra Mundial en la que los avances tecnológicos no han sido capaces de detener la enorme inestabilidad que atraviesa la sociedad por la corrupción política y la instauración de un sistema militar abusivo, causas de terribles actos de terrorismo; en este clima de inseguridad, las calles están dominadas por salvajes adictos a la violencia y al peligro, como la banda de motoristas liderada por el intrépido Kaneda. El frenesí y la ultraviolencia campan a sus anchas mientras Otomo presenta un Japón hundido en el caos recordando las consecuencias de las guerras que anteriores ignorantes iniciaron y que marcaron la Historia de la nación.
Este prólogo, que cabalga entre "Blade Runner", "Mad Max" y "The Warriors", pronto se ve interrumpido por el encuentro de Tetsuo, amigo de Kaneda, con un ser de apariencia infantil perseguido por agentes del Gobierno, quienes acaban secuestrando al chico y realizándole una serie de experimentos que terminan por alterar su mente. La pura acción es sustituida por el suspense al tiempo que la realidad comienza a quebrarse desde el punto de vista de Tetsuo, en cuyo interior se está desarrollando un poder a todas luces incontrolable (unas visiones que atormentan a éste sirven de premonición y amenaza).
La trama, que tendrá lugar en el interior de las instalaciones, se volverá tanto más angustiante cuanto que el protagonista vaya sucumbiendo a una evolución en la que poco a poco pierde su humanidad manifestando similitudes con la figura central de la historia que es a su vez el "macguffin" de la misma; objeto de investigación cuyos poderes lo convirtieron en un peligro para aquellos que secuestraron a Tetsuo o especie de nuevo mesías destinado a crear un nuevo mundo a partir de la destrucción total del actual, Akira nunca se presentará realmente en su forma física...de hecho es posible que nunca la tuviera.
Como nos va desvelando Otomo, aunque sin muchas concesiones a la explicación, lo que hace al espectador sentirse como Kaneda (inmerso en las enrevesadas intrigas sin saber el por qué) Akira no es sino la concentración de la máxima energía que reside en cada cuerpo, en cada ser del Universo, y la cual depende de las pulsiones y deseos del individuo, cuyo poder es capaz de expresarse exteriormente; el descubrimiento de la verdad y la inteligente demolición del "macguffin" se desarrollará en un tramo final de tensión creciente donde el director, lejos de olvidarse de la aventura, ofrece un espectáculo de proporciones colosales que a todas luces resulta incomprensible (detallado en Zona Spoiler).
El intrincado argumento, la precisión del ritmo, la enorme cantidad de detalles que contiene la imagen (donde se usan técnicas nunca vistas en el mundo de la animación), facturándose unas secuencias que se inyectan en las retinas, y una iconografía legendaria (los personajes, el diseño de la ciudad y, sobre todo, la moto de Kaneda), hacen de "Akira" una experiencia visual sin parangón, envolvente, trepidante y del todo arrolladora, que confirió al término "cyberpunk" una nueva dimensión tras su estreno, el cual, como estaba previsto, arrasó en taquilla logrando un tremendo éxito tanto a nivel nacional como internacional.
Desde entonces las influencias de "Akira" siempre han estado presentes en la ciencia-ficción, pues pronto sería considerada una cumbre del género en la década de los '80.
Su importancia histórica es tanto mayor cuanto que el autor decidió situar los Juegos Olímpicos de 2.019 en Tokyo...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando se habla de "Akira", muchos destacan su acción y su fascinante técnica visual, virtudes que hacen del film algo único (la fluidez de la animación, tanto en la expresión y el movimiento de los personajes como en la sensación de realismo que transmite el escenario; nunca se hizo ni se hará nada parecido), pero no nos atrevemos a escudriñar más allá de lo que ofrece la imagen.
Por otra parte algo lógico, pues Otomo, sin haber finalizado el manga, propuso una serie de intrigas y enigmas de aparentemente ininteligible solución que terminan por provocar la confusión en el espectador, dejándole en un estado catatónico tanto por el bombardeo de información imposible de asimilar como por los tremendos excesos a los que llega la técnica visual; así, cuando concluye la película, tenemos la sensación de haber asistido a un hecho grandioso y épico sin entender realmente las razones.
Llegamos a la mitad del metraje cuando Tetsuo logra escapar de las instalaciones en las que se hallaba confinado al igual que esos "niños", quienes manipulaban su mente por medio de asombrosas habilidades, lo que permite a Otomo abrir una brecha entre realidad y surrealidad y penetrar en la psique de los personajes. El misterio de Akira está presente y aunque Kei intente explicarnos a grandes rasgos lo que sucede, todo parece indicar que estamos ante un enigma insondable; un "macguffin" convenientemente destruido por el director al presentarse como una entidad sin forma, distribuida y criogenizada en pequeños frascos.
Para entonces Tetsuo, consumido por el gran poder que brota en su interior, ha ido perdiendo poco a poco su identidad, pues, siempre considerado un ser débil, cae presa del descontrol (ya en sus sueños se ve a sí mismo desintegrándose). Si Akira es la máxima expresión de energía que un ser puede acumular en su alma y su mente, los deseos y pulsiones de dicho individuo condicionarán el modo en que dicha energía se materialice al exterior; el acabar como instrumento del Bien o del Mal únicamente depende del portador, del recipiente.
Las pesadillas y visiones que asaltan al protagonista y las premoniciones de Kiyoko vaticinan el terrible desastre que se abalanza sobre la ciudad de Neo-Tokyo, lo que ocupa el tercer acto del film (sus últimos 25 minutos), donde seremos arrastrados a un espectáculo psicotrópico y a menudo indigesto en el que la pérdida de control de Tetsuo le lleva a convertirse en una masa ingente y grotesca de materia, de pura energía desatada, que despierta accidentalmente a Akira preparando el terreno para la catástrofe final. Todo su potencial se ha liberado, y su esencia, confinada en sí misma por el propio bien de la Humanidad, incapaz de asimilarla y enfrentarse a ella (se trata del súper-ser), toma la forma de un arma que lo consume todo a su paso.
Sin duda, en el grado adecuado, la energía y la fuerza espiritual pueden convertirse en herramientas de destrucción (Otomo parece recordar las catástrofes de Hiroshima y Nagasaki que asolaron su país, donde el mayor potencial del ser humano fue usado para matar). Tras la explosión, Akira "viaja" y transporta a los "niños" y a Tetsuo hacia un plano elevado de existencia y consciencia, transmutándose en la pura energía que gravita en todos los sistemas del universo.
En un conmovedor gesto final, Kaneda "absorbe" una ínfima cantidad de la esencia de Tetsuo, que a partir de ese momento albergará en lo más profundo de su ser. Aunque el director profundizaría mucho más en el complejo universo de "Akira" a través de los cómics (el misterio de su identidad se sigue manteniendo para los espectadores), pocos finales en la Historia (al menos de la animación) son capaces de transmitir la fuerza y brutalidad de la adaptación del que sigue siendo uno de las pilares definitivos de la ciencia-ficción "cyberpunk".
Por otra parte algo lógico, pues Otomo, sin haber finalizado el manga, propuso una serie de intrigas y enigmas de aparentemente ininteligible solución que terminan por provocar la confusión en el espectador, dejándole en un estado catatónico tanto por el bombardeo de información imposible de asimilar como por los tremendos excesos a los que llega la técnica visual; así, cuando concluye la película, tenemos la sensación de haber asistido a un hecho grandioso y épico sin entender realmente las razones.
Llegamos a la mitad del metraje cuando Tetsuo logra escapar de las instalaciones en las que se hallaba confinado al igual que esos "niños", quienes manipulaban su mente por medio de asombrosas habilidades, lo que permite a Otomo abrir una brecha entre realidad y surrealidad y penetrar en la psique de los personajes. El misterio de Akira está presente y aunque Kei intente explicarnos a grandes rasgos lo que sucede, todo parece indicar que estamos ante un enigma insondable; un "macguffin" convenientemente destruido por el director al presentarse como una entidad sin forma, distribuida y criogenizada en pequeños frascos.
Para entonces Tetsuo, consumido por el gran poder que brota en su interior, ha ido perdiendo poco a poco su identidad, pues, siempre considerado un ser débil, cae presa del descontrol (ya en sus sueños se ve a sí mismo desintegrándose). Si Akira es la máxima expresión de energía que un ser puede acumular en su alma y su mente, los deseos y pulsiones de dicho individuo condicionarán el modo en que dicha energía se materialice al exterior; el acabar como instrumento del Bien o del Mal únicamente depende del portador, del recipiente.
Las pesadillas y visiones que asaltan al protagonista y las premoniciones de Kiyoko vaticinan el terrible desastre que se abalanza sobre la ciudad de Neo-Tokyo, lo que ocupa el tercer acto del film (sus últimos 25 minutos), donde seremos arrastrados a un espectáculo psicotrópico y a menudo indigesto en el que la pérdida de control de Tetsuo le lleva a convertirse en una masa ingente y grotesca de materia, de pura energía desatada, que despierta accidentalmente a Akira preparando el terreno para la catástrofe final. Todo su potencial se ha liberado, y su esencia, confinada en sí misma por el propio bien de la Humanidad, incapaz de asimilarla y enfrentarse a ella (se trata del súper-ser), toma la forma de un arma que lo consume todo a su paso.
Sin duda, en el grado adecuado, la energía y la fuerza espiritual pueden convertirse en herramientas de destrucción (Otomo parece recordar las catástrofes de Hiroshima y Nagasaki que asolaron su país, donde el mayor potencial del ser humano fue usado para matar). Tras la explosión, Akira "viaja" y transporta a los "niños" y a Tetsuo hacia un plano elevado de existencia y consciencia, transmutándose en la pura energía que gravita en todos los sistemas del universo.
En un conmovedor gesto final, Kaneda "absorbe" una ínfima cantidad de la esencia de Tetsuo, que a partir de ese momento albergará en lo más profundo de su ser. Aunque el director profundizaría mucho más en el complejo universo de "Akira" a través de los cómics (el misterio de su identidad se sigue manteniendo para los espectadores), pocos finales en la Historia (al menos de la animación) son capaces de transmitir la fuerza y brutalidad de la adaptación del que sigue siendo uno de las pilares definitivos de la ciencia-ficción "cyberpunk".
4 de noviembre de 2014
4 de noviembre de 2014
14 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se me corta el cuerpo cuando termino de ver películas así. Me pasa con todas las que no entiendo. Es posible que sean varios los elementos que hacen que no disfrute nada de "Akira". El primero es que el secundario se llame Kaneda. Cada vez que alguien grita su nombre no puedo evitar que se me venga a la cabeza Jose María Caneda, el presidente de la SD Compostela que en los años 90 estuvo a punto de encontrar una muerte prematura y cruel al amenazar físicamente a Jesús Gil. Se suma a la paranoia sobre la moto de Caneda, que no la entiendo. ¿A qué viene que Tetsuo esté obsesionado con la moto si la moto no sirve para nada? ¿para qué quiere una moto?...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Quiero creer que me centro en esos detalles para obviar que del resto no capto nada. En cuanto comienzan a hablar del Neo Tokyo y aparecen los militares, luego la chavalada ciberpunk y después los muñecos azules, se me nubla la vista. ¿Me he quedado dormido y me perdí algo? ¿Será una versión del director? Y ya cuando el protagonista pierde la poca razón que tenía y se pone a hacer "un Godzilla" me refugio en mi teléfono móvil. No puedo prestarle más atención o convulsiono. Al final un amigo me pregunta qué hago. Le explico que ver "Akira" y me escribe varias veces "SOY TETSUO, SOY TETSUO" y en la tele en ese momento Tetsuo se transforma en un "blandiblú" rosita y grita "¡no veo mi cabeza!". Me toco la mía a ver si sigue en su sitio. Intento encontrar una explicación y me planteo si es que falta metraje, se han terminado los rotuladores o si el guionista tenía ganas de ir de intelectual para que la abuela no piense que lo que hace su nieto son "dibujos animados para niños". Me parece que no es bonito plantarse en casa de tu abuela con semejante milonga.
Al final ¿qué es Akira? El hombrecillo no nos lo quiere decir: puede ser la energía, un virus mortífero o el próximo sistema operativo de Microsoft. En serio, a mí plin. Como dice mi suegro, como si se la machaca. Pero me parece muy feo engañar a niños y mayores con una historia tonta y sin sentido para hacerse el sueco al final y no explicar absolutamente nada.
Al final ¿qué es Akira? El hombrecillo no nos lo quiere decir: puede ser la energía, un virus mortífero o el próximo sistema operativo de Microsoft. En serio, a mí plin. Como dice mi suegro, como si se la machaca. Pero me parece muy feo engañar a niños y mayores con una historia tonta y sin sentido para hacerse el sueco al final y no explicar absolutamente nada.
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