Indiana Jones y la última cruzada
1989 

7.8
122,019
Aventuras. Acción
En esta tercera entrega, el padre del protagonista (Harrison Ford), Henry Jones, también arqueólogo (Sean Connery), es secuestrado cuando buscaba el Santo Grial. Indiana tendrá que ir a rescatarlo y, de paso, intentar hacerse con la preciada reliquia, que también ambicionan los nazis. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2006
1 de febrero de 2006
132 de 149 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posiblemente junto con El tesoro de Sierra Madre la película de aventuras por excelencia. De las anteriores partes, todos guardamos escenas imborrables, como Indi corriendo delante de la bola en El arca perdida o peleando en las minas en El templo maldito. Pero sin duda, esta tercera parte ofrece los mejores momentos de una trilogía de por sí histórica.
Posiblemente, en manos de cualquier otro, esta hubiera sido una película de aventuras cutre y previsible. Pero con Spielberg al mando, adquiere unas cotas de calidad increibles. Unas escenas de acción increíblemente dirigidas y montadas. En manos de cualquier otro, serían unas escenas de explosiones, persecuciones y disparos, haciendo de ellas algo anodino. En manos de Spielberg, se convierten en auténticas maravillas, de las que el espectador no se cansa, con una planificación bestial, propia del Rey Midas.
A pesar de contar con todos los tópicos de este género ( protagonista guaperas, chica despampanante y malo maloso ), el guión consigue no caer en lo fácil, y plantea situaciones que no hagan que el espectador vea una y otra vez lo mismo. Y aquí se le agrega un componente importantísimo: su padre el doctor Jones senior. Encarnado magistralmente por Sean Connery, y aporta a a la trama algunos momentos cómicos sin igual ( "¡ Padre, avión a las 12 en punto !"). Y nos demuestra que todo héroe tiene sus miedos internos y sus malos recuerdos. El personaje de su padre complementa así una vertiente desconocida por el espectador, su difícil infancia.
Dicha infancia se nos presente ( y de qué manera ) al comienzo de la película. La pasión de Indiana por las aventuras no es nueva, ya que desde su juventud, siente auténtica pasión por la arqueología. No podrá quejarse River Phoenix del papel que le reservo el maestro. Y precisamente es en ese segmento cuando nos damos cuenta de como consiguió el héroe esos elementos que le hicieron tan celebre: su látigo, su sombrero, y su cicatriz. Esos elementos que nos hacen identificarle sin necesidad alguna de que nos recuerden quién es.
Particularmente hay una escena que me parece muy significativa, y es cuando le están explicando cuál va a ser su tarea, y el personaje de Walter, al tiempo que le explica la historia del grial, le entrega simbólicamente una copa de champán.
Sólo queda esperar a que nos entreguen la cuarta entrega de esta maravilla de saga, que nos ha hecho soñar a más de uno sin necesidad de salir de casa.
Posiblemente, en manos de cualquier otro, esta hubiera sido una película de aventuras cutre y previsible. Pero con Spielberg al mando, adquiere unas cotas de calidad increibles. Unas escenas de acción increíblemente dirigidas y montadas. En manos de cualquier otro, serían unas escenas de explosiones, persecuciones y disparos, haciendo de ellas algo anodino. En manos de Spielberg, se convierten en auténticas maravillas, de las que el espectador no se cansa, con una planificación bestial, propia del Rey Midas.
A pesar de contar con todos los tópicos de este género ( protagonista guaperas, chica despampanante y malo maloso ), el guión consigue no caer en lo fácil, y plantea situaciones que no hagan que el espectador vea una y otra vez lo mismo. Y aquí se le agrega un componente importantísimo: su padre el doctor Jones senior. Encarnado magistralmente por Sean Connery, y aporta a a la trama algunos momentos cómicos sin igual ( "¡ Padre, avión a las 12 en punto !"). Y nos demuestra que todo héroe tiene sus miedos internos y sus malos recuerdos. El personaje de su padre complementa así una vertiente desconocida por el espectador, su difícil infancia.
Dicha infancia se nos presente ( y de qué manera ) al comienzo de la película. La pasión de Indiana por las aventuras no es nueva, ya que desde su juventud, siente auténtica pasión por la arqueología. No podrá quejarse River Phoenix del papel que le reservo el maestro. Y precisamente es en ese segmento cuando nos damos cuenta de como consiguió el héroe esos elementos que le hicieron tan celebre: su látigo, su sombrero, y su cicatriz. Esos elementos que nos hacen identificarle sin necesidad alguna de que nos recuerden quién es.
Particularmente hay una escena que me parece muy significativa, y es cuando le están explicando cuál va a ser su tarea, y el personaje de Walter, al tiempo que le explica la historia del grial, le entrega simbólicamente una copa de champán.
Sólo queda esperar a que nos entreguen la cuarta entrega de esta maravilla de saga, que nos ha hecho soñar a más de uno sin necesidad de salir de casa.
20 de mayo de 2008
20 de mayo de 2008
81 de 91 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sé que parece mentira, sé que muchos no me creerán pero las películas de aventuras existían antes de Indiana Jones. Cuando Lucas y Spielberg decidieron lanzarse en busca de arcas, sólo tuvieron que mirar hacia atrás. Y allí, algo marchito pero todavía con cosas que contar, estaba el director de aventuras por excelencia: John Huston.
Las aventuras de Huston tienen algo que las hace imperecederas. Por mucho tiempo que pase desde que se rodaran, cuando uno las ve, siente que le pertenecen, que las entiende, que su calidad sobresale por encima de actores y efectos especiales. Les daba a esas historias una veracidad difícil de explicar en el cine de aventuras, difícil de constatar sin una somera investigación. Y aunque las aventuras de Indiana Jones ya no llevan asociadas esa veracidad, mantienen el gusto por un excelente guión, unos exteriores milimétricamente buscados para la ocasión y unas grandes actuaciones.
¿Alguien dudaba que la elección de Sean Connery fuera casual? Que mejor tributo a Huston que regalar a la saga de Indiana, al actor que encarnó al masón Daniel Dravot en su película de aventuras “El hombre que pudo reinar” (1975). Es por tanto normal, que el gran Connery de la mejor réplica de toda la saga a Harrison Ford.
Su inicio no es tan demoledor como en “el templo maldito” pero se plasma con acierto y habilidad la creación de un icono: Indiana Jones. Y en pantalla grande. Era la primera de la saga que veía dentro del cine, era la primera vez que John Williams sonaba por los cuatro costados envolviéndome con unos compases que me sabía de memoria. Era la primera vez que iba con ella al cine: la aventura no había hecho más que comenzar.
Para muchos esta es la peor de las tres, para otros es la mejor, para mí es la primera vez que la besé. Tal vez por ello considere a esta película como la que mejor final tiene de las tres.
Las aventuras de Huston tienen algo que las hace imperecederas. Por mucho tiempo que pase desde que se rodaran, cuando uno las ve, siente que le pertenecen, que las entiende, que su calidad sobresale por encima de actores y efectos especiales. Les daba a esas historias una veracidad difícil de explicar en el cine de aventuras, difícil de constatar sin una somera investigación. Y aunque las aventuras de Indiana Jones ya no llevan asociadas esa veracidad, mantienen el gusto por un excelente guión, unos exteriores milimétricamente buscados para la ocasión y unas grandes actuaciones.
¿Alguien dudaba que la elección de Sean Connery fuera casual? Que mejor tributo a Huston que regalar a la saga de Indiana, al actor que encarnó al masón Daniel Dravot en su película de aventuras “El hombre que pudo reinar” (1975). Es por tanto normal, que el gran Connery de la mejor réplica de toda la saga a Harrison Ford.
Su inicio no es tan demoledor como en “el templo maldito” pero se plasma con acierto y habilidad la creación de un icono: Indiana Jones. Y en pantalla grande. Era la primera de la saga que veía dentro del cine, era la primera vez que John Williams sonaba por los cuatro costados envolviéndome con unos compases que me sabía de memoria. Era la primera vez que iba con ella al cine: la aventura no había hecho más que comenzar.
Para muchos esta es la peor de las tres, para otros es la mejor, para mí es la primera vez que la besé. Tal vez por ello considere a esta película como la que mejor final tiene de las tres.
2 de julio de 2023
2 de julio de 2023
44 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Indiana Jones y la Última Cruzada es una mirada a los orígenes del mito en dos aspectos. Por una parte recupera escenarios, personajes, a los nazis como villanos y las reliquias de la cultura judeocristiana de la primera parte. Por otra parte profundizamos en las razones de Indiana Jones para ser como es, a través de una aventura de su adolescencia y, sobre todo, a través de el reencuentro con su padre.
La película comienza con un Indiana Jones Boy Scout en 1912. River Phoenix interpreta con gracia al personaje el día en el que adquiere su sombrero, su látigo, su cicatriz en la barbilla y su ofidiofobia. La dinámica escena se ve enormemente beneficiada por la música de John Williams. El responsable de la heroica fanfarria de la saga y de los siniestros coros de los adoradores de Kali brilla con luz propia en la escena inicial de la que quizás sea la película de la saga con más música incidental.
Indy acepta hacerse cargo de la búsqueda del Santo Grial para encontrar a su padre desaparecido. Cuenta con la asistencia de la antigua ayudante de su padre, la doctora Elsa Schneider (Allison Doody).
En un castillo ocupado por los nazis se produce el encuentro entre padre e hijo. Y Henry Jones Sr. solamente podía interpretarlo un actor, Sean Connery, ya que el James Bond original es casi tan padre del personaje como Lucas y Spielberg. Aunque parece un ratón de biblioteca, el desarrollo de la trama nos desvelará que hay menos diferencias entre padre e hijo de lo que pensábamos en un principio.
El humor, aparte de los diálogos entre Ford y Connery viene de la mano de los recuperados Marcus Brody (Denholm Elliott) y Sallah (John Rhys-Davies). También destaca una escena con el mismísimo Adolf Hitler.
De nuevo tenemos secuencias inolvidables. Como siempre hay bichos, en este caso cientos de ratas de alcantarilla en unas catacumbas venecianas. Y después tenemos persecuciones en lancha, moto (con sidecar) y avión. También una batalla campal con tanque y todo. Las escenas finales nos permiten disfrutar de la belleza de Petra (Jordania), uno de cuyos templos tallados en la roca hace las veces de escondite del Grial.
La película comienza con un Indiana Jones Boy Scout en 1912. River Phoenix interpreta con gracia al personaje el día en el que adquiere su sombrero, su látigo, su cicatriz en la barbilla y su ofidiofobia. La dinámica escena se ve enormemente beneficiada por la música de John Williams. El responsable de la heroica fanfarria de la saga y de los siniestros coros de los adoradores de Kali brilla con luz propia en la escena inicial de la que quizás sea la película de la saga con más música incidental.
Indy acepta hacerse cargo de la búsqueda del Santo Grial para encontrar a su padre desaparecido. Cuenta con la asistencia de la antigua ayudante de su padre, la doctora Elsa Schneider (Allison Doody).
En un castillo ocupado por los nazis se produce el encuentro entre padre e hijo. Y Henry Jones Sr. solamente podía interpretarlo un actor, Sean Connery, ya que el James Bond original es casi tan padre del personaje como Lucas y Spielberg. Aunque parece un ratón de biblioteca, el desarrollo de la trama nos desvelará que hay menos diferencias entre padre e hijo de lo que pensábamos en un principio.
El humor, aparte de los diálogos entre Ford y Connery viene de la mano de los recuperados Marcus Brody (Denholm Elliott) y Sallah (John Rhys-Davies). También destaca una escena con el mismísimo Adolf Hitler.
De nuevo tenemos secuencias inolvidables. Como siempre hay bichos, en este caso cientos de ratas de alcantarilla en unas catacumbas venecianas. Y después tenemos persecuciones en lancha, moto (con sidecar) y avión. También una batalla campal con tanque y todo. Las escenas finales nos permiten disfrutar de la belleza de Petra (Jordania), uno de cuyos templos tallados en la roca hace las veces de escondite del Grial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si en los films anteriores se nos presentaban los dos tipos clásicos de heroína, la independiente y la inútil, aquí estamos ante algo parecido a una mujer fatal. Y digo algo parecido porque si bien utiliza sus armas de seducción con padre e hijo para meterlos en un buen lío, tiene bastantes cualidades redentoras que va mostrando en el último tercio del film. Pese a todo está condenada desde el principio, al final su ambición la llevará a la muerte.
Las pruebas de fe a las que Indy se ha de someter para recuperar el grial, cobran sentido al ser el único modo de recuperar a su padre, aunque finalmente, será Henry Jones Sr. quien salve la vida de su hijo al demostrarle respeto en un momento crucial. Los momentos entre padre e hijo convierten al film en el más sentimental de la trilogía, pero esa sentimentalidad nunca resulta empalagosa al estar sazonados con humor casi constantemente. De hecho aun queda un chiste final para redondear nuestra visión de los orígenes del mito: sabremos por qué Henry Jones Jr. se llama a sí mismo Indiana.
Menos oscura que el Templo Maldito, recuperando muchos elementos de la primera parte y añadiendo más sentimiento que en previas ocasiones, Spielberg y Lucas logran crear un colofón para la trilogía en el que conseguimos por fin conocer al protagonista y saber por qué es como es. En fin, otra brillante entrega de una saga de gran calidad, que nunca defrauda.
Las pruebas de fe a las que Indy se ha de someter para recuperar el grial, cobran sentido al ser el único modo de recuperar a su padre, aunque finalmente, será Henry Jones Sr. quien salve la vida de su hijo al demostrarle respeto en un momento crucial. Los momentos entre padre e hijo convierten al film en el más sentimental de la trilogía, pero esa sentimentalidad nunca resulta empalagosa al estar sazonados con humor casi constantemente. De hecho aun queda un chiste final para redondear nuestra visión de los orígenes del mito: sabremos por qué Henry Jones Jr. se llama a sí mismo Indiana.
Menos oscura que el Templo Maldito, recuperando muchos elementos de la primera parte y añadiendo más sentimiento que en previas ocasiones, Spielberg y Lucas logran crear un colofón para la trilogía en el que conseguimos por fin conocer al protagonista y saber por qué es como es. En fin, otra brillante entrega de una saga de gran calidad, que nunca defrauda.
27 de abril de 2008
27 de abril de 2008
40 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Probablemente la película de Indiana Jones más querida por la audiencia, "La última cruzada" logra poner un broche de oro a la trilogía del arqueólogo y erudito en historia Harrison Ford, y lo hace volviendo a la fórmula utilizada aquella primera vez que se nos presentó el personaje al mundo: nazis como enemigos, vuelta de personajes secundarios como Rhys Davies y Denholm Elliott, un aire más para toda la familia (alejándose de la oscuridad de la extraña, pero no por ello peor, segunda parte) y parajes desiertos rodados en la ciudad española de Almería.
Hablar de "Indiana Jones y la última cruzada" (cuyo título va a perder algo de significado con el esperadísimo e inminente estreno de la cuarta parte) es hablar de la confirmación total y absoluta del cine de aventuras, si bien hay que quitarle algo de mérito al prácticamente copiar todos los elementos de "En busca del arca perdida" (cubriéndose así las espaldas, tras la no tan buena recepción de la segunda), sustituyendo ésta por el cáliz de Cristo. En mi opinión la primera sigue siendo la mejor de las tres cintas que se han hecho del personaje (de nuevo, hasta el momento).
No obstante, esta última cruzada cuenta con varios elementos que juegan (y mucho) a su favor: en el ya clásico prólogo al estilo de las películas de James Bond, Spielberg nos adentra junto a dos boy-scouts en una gruta de los parajes de Utah. Al parecer, Indiana se encuentra realizando una excavación aquí, de la que extrae una ostentosa cruz. En una secuencia de una brillantez asombrosa, bajo el sombrero de fedora se nos es revelada una cara que no conocemos, y la cámara se vuelve a los dos chicos al tiempo que uno de ellos llama al otro por su nombre: Indiana. Prólogo de hecho, pero a su vida. El póstumo River Phoenix se encargó de dar vida a un jovencísimo Indy, en este prólogo en que se nos cuenta como Indiana consigue su sombrero, cómo se hace la cicatriz de la barbilla al usar por vez primera un látigo, y el porqué de su fobia a las serpientes.
Esta entrega ahonda también en el pasado del personaje mediante su padre, un Sean Connery en estado de gracia interpretando al también profesor y arqueólogo obsesionado con la búsqueda del Santo Grial Henry Jones (que cuenta con su propia fobia a las ratas). Es sin duda el gran acierto de la saga, traer al que fuera el mejor James Bond (que en cierto modo fue padre de Indiana, al inspirar las películas) para dar mayor profundidad al personaje de Ford. La química entre ambos actores nos regala dosis de auténtico humor entrelazadas con un sentimentalismo nada gratuito ni empalagoso. Y conformando el frente enemigo a ambos doctores Jones, una Alison Doody y un Julian Glover de dudosas intenciones en cuanto a la búsqueda del Grial.
-sigue en spoiler por falta de espacio sin revelar nada-
Hablar de "Indiana Jones y la última cruzada" (cuyo título va a perder algo de significado con el esperadísimo e inminente estreno de la cuarta parte) es hablar de la confirmación total y absoluta del cine de aventuras, si bien hay que quitarle algo de mérito al prácticamente copiar todos los elementos de "En busca del arca perdida" (cubriéndose así las espaldas, tras la no tan buena recepción de la segunda), sustituyendo ésta por el cáliz de Cristo. En mi opinión la primera sigue siendo la mejor de las tres cintas que se han hecho del personaje (de nuevo, hasta el momento).
No obstante, esta última cruzada cuenta con varios elementos que juegan (y mucho) a su favor: en el ya clásico prólogo al estilo de las películas de James Bond, Spielberg nos adentra junto a dos boy-scouts en una gruta de los parajes de Utah. Al parecer, Indiana se encuentra realizando una excavación aquí, de la que extrae una ostentosa cruz. En una secuencia de una brillantez asombrosa, bajo el sombrero de fedora se nos es revelada una cara que no conocemos, y la cámara se vuelve a los dos chicos al tiempo que uno de ellos llama al otro por su nombre: Indiana. Prólogo de hecho, pero a su vida. El póstumo River Phoenix se encargó de dar vida a un jovencísimo Indy, en este prólogo en que se nos cuenta como Indiana consigue su sombrero, cómo se hace la cicatriz de la barbilla al usar por vez primera un látigo, y el porqué de su fobia a las serpientes.
Esta entrega ahonda también en el pasado del personaje mediante su padre, un Sean Connery en estado de gracia interpretando al también profesor y arqueólogo obsesionado con la búsqueda del Santo Grial Henry Jones (que cuenta con su propia fobia a las ratas). Es sin duda el gran acierto de la saga, traer al que fuera el mejor James Bond (que en cierto modo fue padre de Indiana, al inspirar las películas) para dar mayor profundidad al personaje de Ford. La química entre ambos actores nos regala dosis de auténtico humor entrelazadas con un sentimentalismo nada gratuito ni empalagoso. Y conformando el frente enemigo a ambos doctores Jones, una Alison Doody y un Julian Glover de dudosas intenciones en cuanto a la búsqueda del Grial.
-sigue en spoiler por falta de espacio sin revelar nada-
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una cinta de acción, aventuras, fantástica, mística, poderosa, "Indiana Jones y la última cruzada" nos regala un vibrante final en que la búsqueda del Grial queda relegada a un segundo plano convirtiéndose en la búsqueda del ser que todos llevamos dentro. Una serie de pruebas al estilo del comienzo de la primera parte abren el camino a la copa donde bebió Cristo en la última cena. La relación entre padre e hijo se va cerrando en un perfecto círculo en que la salvación de cada uno depende del otro. Y en un inmejorable plano final (en que descubrimos el verdadero nombre de Indy), cuatro jinetes cabalgan hacia la puesta de sol, al tiempo que en nuestros oídos resuenan los ya míticos compases tan característicos de esta aventura, que, en muy poco tiempo, volverá a continuar.
Nota aparte:
Atención al guiño a la primera aventura del ahora conocido como Henry Jones Junior. Reptando por las cloacas de Venecia junto a la Dra. Schenider, se atisba a ver un dibujo de un arca dorada. La doctora pregunta a Jones que si se trata del Arca perdida de la Alianza, a lo que Jones responde sin dudar que sí. "¿Estás seguro?" pregunta ella. "Muy seguro".
Nota aparte:
Atención al guiño a la primera aventura del ahora conocido como Henry Jones Junior. Reptando por las cloacas de Venecia junto a la Dra. Schenider, se atisba a ver un dibujo de un arca dorada. La doctora pregunta a Jones que si se trata del Arca perdida de la Alianza, a lo que Jones responde sin dudar que sí. "¿Estás seguro?" pregunta ella. "Muy seguro".
2 de mayo de 2007
2 de mayo de 2007
36 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adecuada la aparición de Sean Connery como el padre de Indiana Jones. ¿Quién? otro sino un aventurero por excelencia como Sir. Connery. Y es que se demuestra una vez más que el actor Escocés tiene mucho peso en cualquier filme que aparezca, aunque a veces sea solo unos momentos.
Aquí el “La ultima cruzada” la chispa de humor que brota entre Connery y Ford, no se hace esperar.
Entrañable la interpretación del muy joven Indiana Jones por River Phoenix.
PD: Sentimos cierta nostalgia por el desaparecido River Phoenix.
"Es raro que pase una semana sin pensar en River Phoenix, deseando poder llamarlo y preguntarle cómo anda, o escuchar su entusiasmo por una canción o una película. Su alma es eterna, así que nunca se irá del todo, pero eso no significa que no lo extrañe terriblemente en esta vida por lo que era: un chico tierno, un amigo leal, un poeta de corazón... un verdadero artista".
(El director Peter Bogadonovich, quien lo dirigió en su última película).
Aquí el “La ultima cruzada” la chispa de humor que brota entre Connery y Ford, no se hace esperar.
Entrañable la interpretación del muy joven Indiana Jones por River Phoenix.
PD: Sentimos cierta nostalgia por el desaparecido River Phoenix.
"Es raro que pase una semana sin pensar en River Phoenix, deseando poder llamarlo y preguntarle cómo anda, o escuchar su entusiasmo por una canción o una película. Su alma es eterna, así que nunca se irá del todo, pero eso no significa que no lo extrañe terriblemente en esta vida por lo que era: un chico tierno, un amigo leal, un poeta de corazón... un verdadero artista".
(El director Peter Bogadonovich, quien lo dirigió en su última película).
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