Handia
2017 

6.5
12,215
Drama
Tras haber luchado en la Primera Guerra Carlista, Martín vuelve a su caserío familiar en Guipúzcoa y allí descubre con sorpresa que su hermano menor, Joaquín, es mucho más alto de lo normal. Convencido de que todo el mundo querrá pagar por ver al hombre más grande sobre la Tierra, ambos hermanos se embarcan en un largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiarán para siempre el destino de la familia. Una historia inspirada en hechos reales. [+]
2 de octubre de 2017
2 de octubre de 2017
98 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia inspirada en hechos reales, dirigida con no demasiada imaginación en cuanto a la puesta en escena, pero realizada con indudable cariño.
Sucede que resulta irregular tanto en cuanto al ritmo, preciso y adecuado en su primer tercio, algo romo en el ritmo en su parte central y en cuanto a interés, aunque nunca se le pierde la cara por la curiosidad de la historia.
Muy lograda en cuanto a los aspectos técnicos, con impecable ambientación gracias a una estupenda dirección artística, quizás resulte algo apagada en algunos momentos, ralentizándose el ritmo interior siendo demasiado intimista en ocasiones, sin quedar demasiado bien expresado el dolor y tristeza de sus protagonistas.
La ambición, los sueños incumplidos de viajar en busca de fortuna y aventuras, el amor a la familia y la tierra, todo ello aparece expuesto en un guión a cargo de los dos realizadores más José María Goenaga y Andoni de Carlos.
Resulta irregular, repito, pero interesante, y nunca aburre. Quizás debería haberse aligerado el metraje, pero el Jurado del Festival Internaciona de Cine de Donostias-San Sebastián 2017 le ha concedido el prestigiosísimo Premio Especial del Jurado.
Le vendrá pero que muy bien para su distribución internacional y le deseamos que sea un éxito, incluso, internacional.
https://filmsencajatonta.blogspot.com.es
Sucede que resulta irregular tanto en cuanto al ritmo, preciso y adecuado en su primer tercio, algo romo en el ritmo en su parte central y en cuanto a interés, aunque nunca se le pierde la cara por la curiosidad de la historia.
Muy lograda en cuanto a los aspectos técnicos, con impecable ambientación gracias a una estupenda dirección artística, quizás resulte algo apagada en algunos momentos, ralentizándose el ritmo interior siendo demasiado intimista en ocasiones, sin quedar demasiado bien expresado el dolor y tristeza de sus protagonistas.
La ambición, los sueños incumplidos de viajar en busca de fortuna y aventuras, el amor a la familia y la tierra, todo ello aparece expuesto en un guión a cargo de los dos realizadores más José María Goenaga y Andoni de Carlos.
Resulta irregular, repito, pero interesante, y nunca aburre. Quizás debería haberse aligerado el metraje, pero el Jurado del Festival Internaciona de Cine de Donostias-San Sebastián 2017 le ha concedido el prestigiosísimo Premio Especial del Jurado.
Le vendrá pero que muy bien para su distribución internacional y le deseamos que sea un éxito, incluso, internacional.
https://filmsencajatonta.blogspot.com.es
26 de septiembre de 2017
26 de septiembre de 2017
84 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de la crítica es bastante significativo. Si Tim Burton fuera vasco, habría rodado Handia. Al menos, eso leí en Twitter y me pareció un resumen muy acertado. Desconozco si se estrenara fuera de Euskadi, pero es una película que merece ser vista en toda España. Sorprende, primero, por su historia, desconocida para muchos, y segundo, por el corazón que le pone.
Cine de gran presupuesto en nuestro país que cuenta la peculiar historia real de un gigante vasco de una remota localidad de las montañas, que en plena guerra carlista (sí, la cuidada ambientación te transporta al siglo XIX), lleva a su familia a sacarla de la pobreza. Su hermano, el verdadero protagonista de la función, ejerce de representante a su manera de su particular hermano, este joven que llegó a medir casi 2 metros y medio de envergadura.
Con unos planos bellísimos, una evolución de personajes lógica y realista y una factura impecable, no es de extrañar que su periplo artístico en festivales siga levantando los aplausos que se llevó en el Festival de cine de San Sebastián.
Película hecha con el corazón y las ganas necesarias para que algo que la mayoría desconocemos, termine enganchando y dejándote un poso, incluso una vez sales del cine. Recomendable.
Cine de gran presupuesto en nuestro país que cuenta la peculiar historia real de un gigante vasco de una remota localidad de las montañas, que en plena guerra carlista (sí, la cuidada ambientación te transporta al siglo XIX), lleva a su familia a sacarla de la pobreza. Su hermano, el verdadero protagonista de la función, ejerce de representante a su manera de su particular hermano, este joven que llegó a medir casi 2 metros y medio de envergadura.
Con unos planos bellísimos, una evolución de personajes lógica y realista y una factura impecable, no es de extrañar que su periplo artístico en festivales siga levantando los aplausos que se llevó en el Festival de cine de San Sebastián.
Película hecha con el corazón y las ganas necesarias para que algo que la mayoría desconocemos, termine enganchando y dejándote un poso, incluso una vez sales del cine. Recomendable.
24 de febrero de 2018
24 de febrero de 2018
59 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película que es un alarde continuo de prodigios. A nivel estético, técnico y narrativo. Por no hablar de la lograda ambientación histórica. Goza de unos planos cargados de una belleza embriagadora a la que es imposible resistirse. Estos están acompañados de una historia emotiva y desgarradora que no solo se centra en un tema si no que indaga de forma notable lo que significa el amor por la familia y la tierra, la lucha por adaptarse de los que son condicionados por su propio físico, la ambición , la codicia y lo grotesca que puede llegar a ser la falta de sensibilidad y la maldad humana para con los que son diferentes al resto. Inspirada en una leyenda de principios del XIX en el País Vasco ; nos habla sobre el gigante de Altzo y allí donde se mezclan realidad y ficción vamos descubriendo un cuento en el que comenzamos a crecer al mismo ritmo acelerado que Joaquin.
Y es que el argumento de Handia nos sitúa en plena guerra carlista en un caserío de Guipúzcoa donde un padre debe decidir que hijo ira al ejercito y cual permanecerá a su lado. Una decisión que cambiara el rumbo de sus vidas. Dos hermanos que podrían haber aprovechado el tiempo que pasaron juntos para entenderse y darse afecto pero que se verán separados por el gigantismo de uno de ellos y la codicia del otro.
Y de este modo sera como Martín, el hermano que marcho a la guerra volverá a su antigua casa y recuperara todo lo que creia que su hermano le habia robado. Aprovechándose de su deformidad y asfixiados por la deuda familiar emprenderán un curioso periplo a lo largo del mundo en el que Joaquin sera un espectáculo humano que deberá afrontar con entereza una humillación tras otra para ganar un poco de dinero con el que ayudar a su familia.
Pero en el fondo lo único que quería Joaquin era vivir en el caserío con su familia, sus vecinos y la chica de la que estaba enamorado. Tener una familia y ser normal. Poder llevar una vida pacifica y larga.
Por el contrario Martín tenia sueños de fama y fortuna. Quería marcharse lejos y volver con un nombre. Quería ser grande porque se sentía constantemente inferior por ser el hijo rechazado, por ser el amante al que no se elige, por quedarse con un brazo inservible tras la guerra.
Ambos hermanos acaban fusionados en un mismo cuerpo y en una misma alma sin saberlo.
Y al final asistimos a una metamorfosis de duelos y reconciliaciones que llegan demasiado tarde. De sentimientos encontrados y perdidos para siempre. De redenciones que a pesar de todo nos devuelven el amor perdido y la humanidad que siempre debimos tener.
Hace falta mas cine como este. Un cine que hable de valores tan importantes como lo que significa realmente querer a otros o aceptar a los que son diferentes.
Un cine que sea bello por fuera y por dentro.
Tan bello y tan grande como es Handia.
Porque el cine en España aun puede ofrecernos grandes películas.
Gracias Jon Garaño, gracias Aitor Arregi.
Habéis creado una historia con un corazón mas grande que el de vuestro gigante de Altzo. Dejo en el spoiler las mejores escenas.
Y es que el argumento de Handia nos sitúa en plena guerra carlista en un caserío de Guipúzcoa donde un padre debe decidir que hijo ira al ejercito y cual permanecerá a su lado. Una decisión que cambiara el rumbo de sus vidas. Dos hermanos que podrían haber aprovechado el tiempo que pasaron juntos para entenderse y darse afecto pero que se verán separados por el gigantismo de uno de ellos y la codicia del otro.
Y de este modo sera como Martín, el hermano que marcho a la guerra volverá a su antigua casa y recuperara todo lo que creia que su hermano le habia robado. Aprovechándose de su deformidad y asfixiados por la deuda familiar emprenderán un curioso periplo a lo largo del mundo en el que Joaquin sera un espectáculo humano que deberá afrontar con entereza una humillación tras otra para ganar un poco de dinero con el que ayudar a su familia.
Pero en el fondo lo único que quería Joaquin era vivir en el caserío con su familia, sus vecinos y la chica de la que estaba enamorado. Tener una familia y ser normal. Poder llevar una vida pacifica y larga.
Por el contrario Martín tenia sueños de fama y fortuna. Quería marcharse lejos y volver con un nombre. Quería ser grande porque se sentía constantemente inferior por ser el hijo rechazado, por ser el amante al que no se elige, por quedarse con un brazo inservible tras la guerra.
Ambos hermanos acaban fusionados en un mismo cuerpo y en una misma alma sin saberlo.
Y al final asistimos a una metamorfosis de duelos y reconciliaciones que llegan demasiado tarde. De sentimientos encontrados y perdidos para siempre. De redenciones que a pesar de todo nos devuelven el amor perdido y la humanidad que siempre debimos tener.
Hace falta mas cine como este. Un cine que hable de valores tan importantes como lo que significa realmente querer a otros o aceptar a los que son diferentes.
Un cine que sea bello por fuera y por dentro.
Tan bello y tan grande como es Handia.
Porque el cine en España aun puede ofrecernos grandes películas.
Gracias Jon Garaño, gracias Aitor Arregi.
Habéis creado una historia con un corazón mas grande que el de vuestro gigante de Altzo. Dejo en el spoiler las mejores escenas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me ha cautivado por completo la escena donde Joaquin ve a una ballena en el mar. Un ser salvaje y bello cuya naturaleza es incomprensible para los demás. Alguien como el. Que no encaja y que no pertenece al mundo en el que habita pero que sin embargo se siente profundamente unido a la tierra en la que vive. Ligado al sitio al que lo vio nacer. Amando el escenario que sera su sepulcro con absoluta y compleja adoración. Y es que luego vemos a Joaquin hundirse en ese mar y nos preguntamos. ¿Porque tuvimos que nacer humanos con tan poca humanidad?
Te rompe el corazón la escena donde Joaquin quiere volver a casa porque es el único sitio donde cree que puede vivir con normalidad sin ser un espectáculo. Siendo solo Joaquin, sin que nadie lo llame el gigante o el coloso. Y de pronto descubre que hasta para sus seres mas queridos ha dejado de ser Joaquin para convertirse en un fenómeno de feria.
El final cuando Martin descubre que el hermano al que habia vendido para enriquecerse y cumplir sus sueños le habia dejado toda su herencia es desolador. Porque aunque todo estaba condicionado para que se odiaran desde un principio, en el fondo Joaquin lo amaba con todo su corazón.
Aunque se aprovechara de su anomalía para salir adelante, aunque le robara todo lo que tenia.
Tal como se dice en una escena al final el hueco que dejo Joaquin con su muerte lo lleno dentro de su hermano. En un rincón donde parecía no haber nada. Y hasta los borrachos de los bares hablan del gigante con un solo brazo que no sabia hacer nada porque perdió la movilidad de su brazo en la guerra carlista. Ese que se ha desfigurado con el paso del tiempo hasta convertirse en una leyenda pervertida por la fantasía.
Y es que Joaquin y Martín siempre fueron dos caras de una misma moneda en la que nunca supieron verse hasta el inevitable final.
Te rompe el corazón la escena donde Joaquin quiere volver a casa porque es el único sitio donde cree que puede vivir con normalidad sin ser un espectáculo. Siendo solo Joaquin, sin que nadie lo llame el gigante o el coloso. Y de pronto descubre que hasta para sus seres mas queridos ha dejado de ser Joaquin para convertirse en un fenómeno de feria.
El final cuando Martin descubre que el hermano al que habia vendido para enriquecerse y cumplir sus sueños le habia dejado toda su herencia es desolador. Porque aunque todo estaba condicionado para que se odiaran desde un principio, en el fondo Joaquin lo amaba con todo su corazón.
Aunque se aprovechara de su anomalía para salir adelante, aunque le robara todo lo que tenia.
Tal como se dice en una escena al final el hueco que dejo Joaquin con su muerte lo lleno dentro de su hermano. En un rincón donde parecía no haber nada. Y hasta los borrachos de los bares hablan del gigante con un solo brazo que no sabia hacer nada porque perdió la movilidad de su brazo en la guerra carlista. Ese que se ha desfigurado con el paso del tiempo hasta convertirse en una leyenda pervertida por la fantasía.
Y es que Joaquin y Martín siempre fueron dos caras de una misma moneda en la que nunca supieron verse hasta el inevitable final.
21 de octubre de 2017
21 de octubre de 2017
27 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuenta la leyenda que en pleno siglo XIX en el País Vasco había un hombre que medía 2,42 metros, pesaba 203 kilos, comía lo equivalente a tres personas y bebía 23 litros de sidra diarios. No sabemos con exactitud qué parte es cierta y cuál ha sido reescrita con el paso del tiempo, pero la que queremos creer está contada en ‘Handía’.
Joaquín (Eneko Sagardoy) mide 2,42 metros y no para de crecer. Su hermano Martín (Joseba Usabiaga) aprovecha la extraña enfermedad para sacar partido de la situación, convirtiendo su gigantismo en un espectáculo de masas. El dinero llama a las puertas de una familia que apenas nota como el propio Joaquín se desgasta con cada nueva actuación.
Un maravillosos cuento ambientado de tal forma, que te sumerge en la época, te atrapa con su fotografía y te maravilla con sus paisaje. Que no deja de crecer y mostrar de todo lo que es capaz hasta el final.
Una fábula sobre la adaptación a los cambios a través de un joven al que su propio cuerpo le traiciona, haciendo de él un espectáculo de feria y otro que no consigue encajar en ningún lado. Dos hermanos, dos visiones de la vida y dos formas de vivirla. Mientras que el uno necesita cambiar o huir constantemente; el otro solo busca una vida tranquila alejada de multitudes.
Pero como buena historia tiene más de un mensaje a la vista. También se adentra en los prejuicios hacia el diferente.Y observamos como no solo extraños, sino los propios amigos y familiares, dejan de ver a una persona para observar a un gigante. Y por supuesto, la codicia aflora haciendo que el dinero se interponga al propio bienestar del protagonista.
El cine vasco está dando lecciones de creatividad e ingenio. Handia maravilla porque se sale de lo habitual y arriesga. Como la propia lección que demuestra, la película se adapta a los cambios para llegar al público y dar un resultado gigante.
Joaquín (Eneko Sagardoy) mide 2,42 metros y no para de crecer. Su hermano Martín (Joseba Usabiaga) aprovecha la extraña enfermedad para sacar partido de la situación, convirtiendo su gigantismo en un espectáculo de masas. El dinero llama a las puertas de una familia que apenas nota como el propio Joaquín se desgasta con cada nueva actuación.
Un maravillosos cuento ambientado de tal forma, que te sumerge en la época, te atrapa con su fotografía y te maravilla con sus paisaje. Que no deja de crecer y mostrar de todo lo que es capaz hasta el final.
Una fábula sobre la adaptación a los cambios a través de un joven al que su propio cuerpo le traiciona, haciendo de él un espectáculo de feria y otro que no consigue encajar en ningún lado. Dos hermanos, dos visiones de la vida y dos formas de vivirla. Mientras que el uno necesita cambiar o huir constantemente; el otro solo busca una vida tranquila alejada de multitudes.
Pero como buena historia tiene más de un mensaje a la vista. También se adentra en los prejuicios hacia el diferente.Y observamos como no solo extraños, sino los propios amigos y familiares, dejan de ver a una persona para observar a un gigante. Y por supuesto, la codicia aflora haciendo que el dinero se interponga al propio bienestar del protagonista.
El cine vasco está dando lecciones de creatividad e ingenio. Handia maravilla porque se sale de lo habitual y arriesga. Como la propia lección que demuestra, la película se adapta a los cambios para llegar al público y dar un resultado gigante.
8 de noviembre de 2017
8 de noviembre de 2017
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda Jon Garaño y Aitor Arregi han dado un paso cualitativo en su carrera, han hecho algo a lo que llamaría milagro hoy en día dentro del cine no solo estatal sino en general. Hoy en día ya pocos arriesgan y sacan a la gran pantalla películas artísticas con ritmos pausados, planos eternos, silencios, belleza poética... No es tanto por querer sacar dinero si no por aportar sensibilidad al espectador de hoy en día, y esta obra sin duda lo hace.
Dejémonos de chorradas, Handia es una película bella hasta los tuétanos, un bocado de perfección que perdurará en el tiempo, por sus inolvidables planos, sus juegos de iluminación, su oscura ambientación y su poética que ya está prácticamente olvidada en el cine español, recordando por momentos al cine de Erice, un poco de Malick también, se nota sensibilidad, se notan influencias de cine de autor Europeo, pero sobretodo el buen hacer y el corazón.
Los actores aportan muchísimo a la ya de por si melancólica ambientación, Eneko Sagardoy simplemente impresionante aunque Usabiaga tampoco se queda muy atrás.
Una de las obras maestras de los últimos largos años que hace que el futuro del cine a corto plazo está en buenas manos con estos dos talentazos preocupándose por todavía hacer del cine algo artístico. Dudo que vaya a haber una candidata al Goya más potente que Handia.
En spoiler las mejores partes:
Dejémonos de chorradas, Handia es una película bella hasta los tuétanos, un bocado de perfección que perdurará en el tiempo, por sus inolvidables planos, sus juegos de iluminación, su oscura ambientación y su poética que ya está prácticamente olvidada en el cine español, recordando por momentos al cine de Erice, un poco de Malick también, se nota sensibilidad, se notan influencias de cine de autor Europeo, pero sobretodo el buen hacer y el corazón.
Los actores aportan muchísimo a la ya de por si melancólica ambientación, Eneko Sagardoy simplemente impresionante aunque Usabiaga tampoco se queda muy atrás.
Una de las obras maestras de los últimos largos años que hace que el futuro del cine a corto plazo está en buenas manos con estos dos talentazos preocupándose por todavía hacer del cine algo artístico. Dudo que vaya a haber una candidata al Goya más potente que Handia.
En spoiler las mejores partes:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Cada plano en la naturaleza, una fotografía que quita el aliento.
- Cada mirada entre Joaquin y su hermano Martin, sobran las palabras.
- Ese plano eterno en una calle oscura con luz tenue mientras los dos hermanos hablan.
- La escena de la iglesia como introducción a Joaquin.
- El final, emoción y belleza a raudales.
- Cada mirada entre Joaquin y su hermano Martin, sobran las palabras.
- Ese plano eterno en una calle oscura con luz tenue mientras los dos hermanos hablan.
- La escena de la iglesia como introducción a Joaquin.
- El final, emoción y belleza a raudales.
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