Handia
2017 

6.5
12,219
Drama
Tras haber luchado en la Primera Guerra Carlista, Martín vuelve a su caserío familiar en Guipúzcoa y allí descubre con sorpresa que su hermano menor, Joaquín, es mucho más alto de lo normal. Convencido de que todo el mundo querrá pagar por ver al hombre más grande sobre la Tierra, ambos hermanos se embarcan en un largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiarán para siempre el destino de la familia. Una historia inspirada en hechos reales. [+]
19 de agosto de 2018
19 de agosto de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Técnicamente fantástica, con una fotografía deliciosa, buena elección de planos y correcta ambientación, pero con un guión errático, lleno de socavones y descompensado, que llega a aburrir y dar la sensación de ser uno de esos biopic cansinos que pecan de querer contar demasiado. Esta película rodada en euskera fue premiada con 10 galardones en los Goya. Tiene buenísimos momentos, pero es una lástima que todo se vaya al traste por no seguir un hilo narrativo claro.
29 de marzo de 2019
29 de marzo de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegué a esta película más de un año después del boom que supusieron sus diez Premios Goya. Sabía, antes de verla, que mala no podría ser. Y efectivamente, me he encontrado ante una de las mejores cintas que he visto. Cuenta una historia triste y quizás algo hiperbolizada, pero sin aspavientos ni florituras. Joaquín es parco en palabras, no le hacen falta, con su genial interpretación es capaz de transmitir el sufrimiento y el dolor de casi una vida entera. Pone en énfasis temas como el amor de hermanos (desde el principio), la soledad, el interés económico y la discriminación al diferente. Todo esto, genialmente ambientado en el final de la Primera Guerra Carlista. En esta película todo está cuidado, desde la música original que es muy buena hasta la fotografía, que desde mi punto de vista, es una de las maravillas de esta película. De las mejores cosas que se han hecho en España en los últimos veinte años. Sin duda.
6 de agosto de 2024
6 de agosto de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía a "Handia" como una obra más del prolífico cine español, una que había pasado sin pena ni gloria, pero resulta que no, que fue una de las grandes triunfadoras de los 32ª Premios Goya, con diez estatuillas, si bien no se llevó la que la acreditaba como la mejor película del año. Así, nos encontramos con un largometraje vasco basado en un hecho real, alrededor del Gigante de Alzo, a mediados del siglo XIX, desde la Guipúzcoa rural hasta varios puntos de Europa. Una historia que arranca con la Primera Guerra Carlista (1833-1840), que en el fondo es el mayor reclamo para un servidor. Por desgracia, "Handia" no es en absoluto una película política, ni bélica, ni siquiera de terror (por un momento es que lo parece), así que pasa de puntillas sobre todo este contexto y a lo sumo se dedica a lanzar dos o tres pullas con un aroma mucho más al PNV que a la Tradición.
Sea como fuere, tenemos un trabajo bien ambientado, con unos sorprendentes efectos especiales, realmente Eneko Sagardoy parece que mide los 2,42 metros que se le atribuyen, y con un drama personal no exento de humanidad. Sin embargo, se quedo en el esbozo, le falta desarrollo. La narración, dividida en varios episodios, no ayuda, ocurren demasiadas cosas irrelevantes y la psicología de los personajes principales o no, no queda muy bien trazada. Sin embargo, lo peor de "Handia" es otra cosa, que se reduce a una sucesión de eventos más bien triviales, incurriendo en eso que critico de contarme "la vida de un tío", sin que exista ese hecho crítico que sirve de motor de la historia. O la filosofía inclusiva que propone. Nuestro héroe quiere ser normal, ser uno más, pero no lo es, es un gigante, alguien distinto. Y tiene, tenemos, que aceptar el valor de la diferencia.
Sea como fuere, tenemos un trabajo bien ambientado, con unos sorprendentes efectos especiales, realmente Eneko Sagardoy parece que mide los 2,42 metros que se le atribuyen, y con un drama personal no exento de humanidad. Sin embargo, se quedo en el esbozo, le falta desarrollo. La narración, dividida en varios episodios, no ayuda, ocurren demasiadas cosas irrelevantes y la psicología de los personajes principales o no, no queda muy bien trazada. Sin embargo, lo peor de "Handia" es otra cosa, que se reduce a una sucesión de eventos más bien triviales, incurriendo en eso que critico de contarme "la vida de un tío", sin que exista ese hecho crítico que sirve de motor de la historia. O la filosofía inclusiva que propone. Nuestro héroe quiere ser normal, ser uno más, pero no lo es, es un gigante, alguien distinto. Y tiene, tenemos, que aceptar el valor de la diferencia.
9 de octubre de 2017
9 de octubre de 2017
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Handia es la nueva obra de los creadores de Loreak, los directores vascos Aitor Arregui y Jon Garaño, presentada en la 65 edición del Festival del Cine de San Sebastián, dónde se alzó con el Premio Especial del Jurado.
La película narra la historia de un hombre real, inspirado en Altzo un personaje del País Vasco del siglo XIX, conocido por su gran altura. El director comenta que se quedó fascinado desde niño por esta figura, navegaba por su menta hasta que pudo conseguir la financiación para narrar su historia.
Es una historia de crecimiento, físico pero sobre todo interior. Los directores se hacen valer de la simbología, para con un tono cercano al cuento, narrarnos verdades universales. El universo como algo inmutable, pero como cambio permanente, constante. La fraternidad como valor, como cobijo, como refugio, como fusión y diferencia. La sociedad como unidad. Las fuerzas del cambio como tensión constante. El dolor de la diferencia, la dificultad de aceptarse a si mismo. La tradición como algo frío, estático, sin calidez. La guerra como un sinsentido. La vida como crecimiento constante. La muerte como hueco, como vacío, difícil de llenar, pero del que queda siempre huella.
En suma es una película estéticamente hermosa, que se mueve entre la ficción y la realidad, para buscar aquello más universal. Lo que queda, permanece. Lo que resulta inmutable e imperecedero.
La película narra la historia de un hombre real, inspirado en Altzo un personaje del País Vasco del siglo XIX, conocido por su gran altura. El director comenta que se quedó fascinado desde niño por esta figura, navegaba por su menta hasta que pudo conseguir la financiación para narrar su historia.
Es una historia de crecimiento, físico pero sobre todo interior. Los directores se hacen valer de la simbología, para con un tono cercano al cuento, narrarnos verdades universales. El universo como algo inmutable, pero como cambio permanente, constante. La fraternidad como valor, como cobijo, como refugio, como fusión y diferencia. La sociedad como unidad. Las fuerzas del cambio como tensión constante. El dolor de la diferencia, la dificultad de aceptarse a si mismo. La tradición como algo frío, estático, sin calidez. La guerra como un sinsentido. La vida como crecimiento constante. La muerte como hueco, como vacío, difícil de llenar, pero del que queda siempre huella.
En suma es una película estéticamente hermosa, que se mueve entre la ficción y la realidad, para buscar aquello más universal. Lo que queda, permanece. Lo que resulta inmutable e imperecedero.
26 de octubre de 2017
26 de octubre de 2017
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Un cuento, una parábola de lo diferente, su integración y la belleza de lo que no es igual. La búsqueda de la aceptación interior muchas veces está obstaculizada por el espejo en el que nos reflejamos. Encontrar lo que queremos ser no siempre resulta fácil, pero Usabiaga intenta explicar, con pequeños toques de cuento, que lo que necesitamos muchas veces ya lo tenemos, solo hay que darse de cuenta. Técnicamente es una película intensa, con toques aterciopelados en su fotografía, que no duda en añadir las localizaciones o parajes como interpretadores de las sensaciones narrativas, lo agreste se une al carácter del protagonista en una simbiosis de sensaciones. El guion gana con una narración personal, que no duda en trasladar al público sus dudas, resueltas o no en una narración ágil y bella.
Una música fina y sutil que aguanta las tensiones y opacidades. Unas bellas interpretaciones que encumbran al director de escena, y una cuidada selección de planos, que visualmente nos llegan a recordar las más hermosas estampas realistas se mezcla en una amalgama onírica, siempre sin perder de vista que la realidad, en sus distintos planos, está presente.
Una música fina y sutil que aguanta las tensiones y opacidades. Unas bellas interpretaciones que encumbran al director de escena, y una cuidada selección de planos, que visualmente nos llegan a recordar las más hermosas estampas realistas se mezcla en una amalgama onírica, siempre sin perder de vista que la realidad, en sus distintos planos, está presente.
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