El gabinete del Dr. Caligari
Terror
Sentado en un banco de un parque, Francis anima a su compañero Alan para que vayan a Holstenwall, una ciudad del norte de Alemania, a ver el espectáculo ambulante del doctor Caligari. Un empleado municipal que le niega al doctor el permiso para actuar, aparece asesinado al día siguiente. Francis y Alan acuden a ver al doctor Caligari y a Cesare, su ayudante sonámbulo, que le anuncia a Alan su porvenir: vivirá hasta el amanecer. (FILMAFFINITY) [+]
25 de junio de 2010
25 de junio de 2010
171 de 180 usuarios han encontrado esta crítica útil
Principal largometraje del realizador alemán Robert Wiene (1873-1938). El guión, del austriaco Carl Mayer y del checo Hans Janowitz, se inspira en hechos reales sucedidos en Hamburgo y recoge algunas ideas de Fritz Lang, al que se le ofrece la dirección, pero la declina por sus compromisos anteriores de realización de “Las arañas (parte 1 y 2)”. Se rueda en un estudio instalado en Lixie-Atelier (Weissensee, Berlín) entre diciembre de 1919 y enero de 1920, con un presupuesto estimado de 20.000 DM. Producido por Erich Pommer y Rudolf Meinert para Decla-Bioscop, se proyecta por primera vez en público, en sesión de preestreno, el 26-II-1920 (sala Marmorhaus, Berlín).
La acción dramática tiene lugar en un pequeño pueblo de montaña del noreste de Alemania llamado Holstenwall. El presente narrativo del film (1920) es diferente del presente del relato (anterior, pero indeterminado). La narración se desarrolla en un largo flashback que contiene otro flashback. El joven Francis (Fehér), sentado en el banco de un jardín protegido por una tapia elevada, cuenta al compañero o amigo que le acompaña unos hechos extraordinarios de los que fue testigo directo. El Dr. Caligari (Krauss), un sabio aficionado al estudio de fenómenos de alteración de la mente, especializado en sonambulismo, muestra en su gabinete de la feria de Holstenwall a un sonámbulo, Césare (Veidt), de 23 años, que lleva toda la vida en estado catatónico y que puede dar respuesta a preguntas sobre lo que ocurrirá en el futuro sobre temas relacionados con la vida y la muerte. Al mismo tiempo se producen en el lugar varios asesinatos terribles y otras acciones criminales.
El film suma drama, terror, horror, suspense, thriller y cine mudo. Dividido en seis actos, es una obra vanguardista del momento, que está considerada por los especialistas como la primera cinta expresionista de la historia. Reúne todos los elementos propios del cine expresionista: escenarios amenazantes, interpretaciones exageradas, decorados fuertemente estilizados, objetos deformados, puertas y ventanas irregulares, fuertes contrastes de luces y sombras, maquillaje lúgubre, iluminación tenebrosa, imágenes deformadas, encuadres inclinados, efectos teatrales que exageran o deforman la realidad, etc. Incorpora, también, los elementos argumentales propios del cine expresionista: atmósfera claustrofóbica, exploración del lado oscuro de la condición humana, referencias a la muerte, la violencia, la locura y la maldad, ambigüedades, situaciones de angustia, etc. El estilo narrativo claro y naturalista del cine tradicional se hace aquí oscuro, confuso, desordenado y caótico.
La acción dramática tiene lugar en un pequeño pueblo de montaña del noreste de Alemania llamado Holstenwall. El presente narrativo del film (1920) es diferente del presente del relato (anterior, pero indeterminado). La narración se desarrolla en un largo flashback que contiene otro flashback. El joven Francis (Fehér), sentado en el banco de un jardín protegido por una tapia elevada, cuenta al compañero o amigo que le acompaña unos hechos extraordinarios de los que fue testigo directo. El Dr. Caligari (Krauss), un sabio aficionado al estudio de fenómenos de alteración de la mente, especializado en sonambulismo, muestra en su gabinete de la feria de Holstenwall a un sonámbulo, Césare (Veidt), de 23 años, que lleva toda la vida en estado catatónico y que puede dar respuesta a preguntas sobre lo que ocurrirá en el futuro sobre temas relacionados con la vida y la muerte. Al mismo tiempo se producen en el lugar varios asesinatos terribles y otras acciones criminales.
El film suma drama, terror, horror, suspense, thriller y cine mudo. Dividido en seis actos, es una obra vanguardista del momento, que está considerada por los especialistas como la primera cinta expresionista de la historia. Reúne todos los elementos propios del cine expresionista: escenarios amenazantes, interpretaciones exageradas, decorados fuertemente estilizados, objetos deformados, puertas y ventanas irregulares, fuertes contrastes de luces y sombras, maquillaje lúgubre, iluminación tenebrosa, imágenes deformadas, encuadres inclinados, efectos teatrales que exageran o deforman la realidad, etc. Incorpora, también, los elementos argumentales propios del cine expresionista: atmósfera claustrofóbica, exploración del lado oscuro de la condición humana, referencias a la muerte, la violencia, la locura y la maldad, ambigüedades, situaciones de angustia, etc. El estilo narrativo claro y naturalista del cine tradicional se hace aquí oscuro, confuso, desordenado y caótico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El expresionismo es una corriente artística que abarca la literatura, la pintura, la escultura, la música y, también, el cine. Nace en Alemania después de la IGM, durante la República de Weimar (1919-33), que abre un período breve pero intenso de libertad creativa y de palpitante creación artística, que finaliza (1933) con el ascenso al poder del nazismo.
No hay acuerdo sobre el significado profundo del film. Para unos es una alegoría de la debilidad e incapacidad de la República de Weimar para gobernar el país y resolver sus problemas de paro, inflación y orden público. Para otros es una denuncia de la situación de angustia de Alemania tras su derrota en la IGM y la humillación que supone para ella el Tratado de Versalles (1919). Para unos terceros el film es una exaltación del poder y la autoridad, aunque otros consideran lo contrario. Algunos ven en él una denuncia del desánimo de la juventud alemana, obligada por las circunstancias al ocio, la inacción, la somnolencia y la desesperanza. Unos pocos consideran que carece de significados situados más allá del sentido directo del texto y del relato.
En poco tiempo, la obra se erige en símbolo y estandarte del expresionismo, el nuevo movimiento estético alemán. De las tres tendencias que componen el movimiento y sus derivaciones (expresionismo abstracto, expresionismo surrealista y expresionismo realista), el film se acomoda a los parámetros del expresionismo surrealista, del que es un ejemplo elocuente y emblemático. Influye poderosamente en trabajos que se realizan en EEUU poco después (“Drácula”, Browning, 1931, y “El doctor Frankenstein”, Whale, 1931). Influye decisivamente sobre el cine negro clásico, las películas de terror de la Hammer, una larga serie de obras con monstruos y en el cine contemporáneo de Tim Burton (“Eduardo Manostijeras”, 1990), Terry Gillian, David Lynch y otros.
Restaurado en 1996, incorpora actualmente una banda sonora que toma algunos pasajes de la partitura inicial, extraviada en gran parte, y crea una composición de cuerdas adecuada y gratificante. La fotografía, de Willy Rameister, en B/N, presenta algunos pasajes teñidos de azul, sepia o verde azulado. Se apoya en una decoración imaginativa de los artistas pintores Hermann Warm, Walter Reimann y Walter Röhrig y en una espléndida iluminación tenebrista de propio Rameister. Crea un universo delirante, malsano, enloquecido y angustioso, de magnífica factura. La cámara se sitúa ante el escenario y permanece habitualmente inmóvil, mientras se mueven los actores y algunos objetos como el tiovivo de la feria.
Referencias
- Petra LANGE-BERNDT, “El gabinete del Dr. Caligari”, ‘Cine de los 20’, Taschen ed., Colonia/Barcelona 2007.
- Claude BEYLIE, “El gabinete del Dr. Caligari”, ‘Películas clave de la historia del cine’, Editorial Robinbook, Barcelona 2006.
No hay acuerdo sobre el significado profundo del film. Para unos es una alegoría de la debilidad e incapacidad de la República de Weimar para gobernar el país y resolver sus problemas de paro, inflación y orden público. Para otros es una denuncia de la situación de angustia de Alemania tras su derrota en la IGM y la humillación que supone para ella el Tratado de Versalles (1919). Para unos terceros el film es una exaltación del poder y la autoridad, aunque otros consideran lo contrario. Algunos ven en él una denuncia del desánimo de la juventud alemana, obligada por las circunstancias al ocio, la inacción, la somnolencia y la desesperanza. Unos pocos consideran que carece de significados situados más allá del sentido directo del texto y del relato.
En poco tiempo, la obra se erige en símbolo y estandarte del expresionismo, el nuevo movimiento estético alemán. De las tres tendencias que componen el movimiento y sus derivaciones (expresionismo abstracto, expresionismo surrealista y expresionismo realista), el film se acomoda a los parámetros del expresionismo surrealista, del que es un ejemplo elocuente y emblemático. Influye poderosamente en trabajos que se realizan en EEUU poco después (“Drácula”, Browning, 1931, y “El doctor Frankenstein”, Whale, 1931). Influye decisivamente sobre el cine negro clásico, las películas de terror de la Hammer, una larga serie de obras con monstruos y en el cine contemporáneo de Tim Burton (“Eduardo Manostijeras”, 1990), Terry Gillian, David Lynch y otros.
Restaurado en 1996, incorpora actualmente una banda sonora que toma algunos pasajes de la partitura inicial, extraviada en gran parte, y crea una composición de cuerdas adecuada y gratificante. La fotografía, de Willy Rameister, en B/N, presenta algunos pasajes teñidos de azul, sepia o verde azulado. Se apoya en una decoración imaginativa de los artistas pintores Hermann Warm, Walter Reimann y Walter Röhrig y en una espléndida iluminación tenebrista de propio Rameister. Crea un universo delirante, malsano, enloquecido y angustioso, de magnífica factura. La cámara se sitúa ante el escenario y permanece habitualmente inmóvil, mientras se mueven los actores y algunos objetos como el tiovivo de la feria.
Referencias
- Petra LANGE-BERNDT, “El gabinete del Dr. Caligari”, ‘Cine de los 20’, Taschen ed., Colonia/Barcelona 2007.
- Claude BEYLIE, “El gabinete del Dr. Caligari”, ‘Películas clave de la historia del cine’, Editorial Robinbook, Barcelona 2006.
1 de junio de 2005
1 de junio de 2005
141 de 167 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas, a mi juicio, más sorprendentes del cine mudo. Se ha hablado mucho de sus decorados cubistas y góticos; del mundo de muros inclinados, chimeneas oblicuas y puertas retorcidas; de la atmósfera de amenaza y locura maravillosamente creada por el director checo Robert Wiene. Siendo todos estos detalles suficientes para adorar esta película, sin embargo, lo que más me impactó la primera vez que la vi, fue la "modernidad" (¡es de 1919!) de su estructura narrativa. Los que nos/se sorprendieron con la supuesta originalidad en la narración de películas como "El sexto sentido" u otras por el estilo, con giro argumental de 360 grados, deberían ver este film, creador de la escuela del "caligarismo". Los que no la hayais visto estais de suerte. ¡Que no os la cuenten!
11 de junio de 2006
11 de junio de 2006
72 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre relata a un amigo la terrible historia del Dr. Caligari, un conocido ilusionista quien tiene a su disposición a Cesare, el cual ha permanecido por veintitrés años bajo estado de hipnosis y tiene según su amo la increíble habilidad de predecir el futuro.
Una joya imprescindible del séptimo arte. Constituye junto a Nosferatu (1924) de F.W Murnau las dos obras maestras del expresionismo alemán.
Rodada por Robert Wiene, luego de que Fritz Lang dimitiera debido a un compromiso en otra cinta. El film se divide en seis actos en los que somos testigos de las peripecias del Dr. Caligari (Werner Krauss) y su eterno y misterioso acompañante Cesare (Conrad Veidt) en un pequeño pueblo germano, iluminado por la llegada de una feria, pero también azotado por varios crímenes exentos de un perpetrador.
Magnifica puesta en escena, un diseño de producción vanguardista, en el que se denota una mezcolanza de bizarría en los decorados y una más que lograda acentuación de perfiles psicológicos, en cuanto al extravagante y tétrico maquillaje y vestuario del reparto, los cuales merodean con un delicado aire sepulcral, cubiertos por una cuidada atmósfera espectral.
Un cuento de terror que funciona tanto por su aspecto visual como por su oscura naturaleza. Daría inicio a posteriores tendencias icónicas como los míticos monstruos de la Hammer o la influencia contemporánea contemplada en autores como Tim Burton, Terry Gilliam o David Lynch.
El film demuestra la sagacidad de Wiene en la narración, presentando como base un extenso flash back, el uso constante del iris y un prodigioso montaje que llevará al espectador a presenciar el nacimiento de una eterna duda, un relato donde la ambigüedad cobrará un nueva victima.
Pierluigi Puccini
Una joya imprescindible del séptimo arte. Constituye junto a Nosferatu (1924) de F.W Murnau las dos obras maestras del expresionismo alemán.
Rodada por Robert Wiene, luego de que Fritz Lang dimitiera debido a un compromiso en otra cinta. El film se divide en seis actos en los que somos testigos de las peripecias del Dr. Caligari (Werner Krauss) y su eterno y misterioso acompañante Cesare (Conrad Veidt) en un pequeño pueblo germano, iluminado por la llegada de una feria, pero también azotado por varios crímenes exentos de un perpetrador.
Magnifica puesta en escena, un diseño de producción vanguardista, en el que se denota una mezcolanza de bizarría en los decorados y una más que lograda acentuación de perfiles psicológicos, en cuanto al extravagante y tétrico maquillaje y vestuario del reparto, los cuales merodean con un delicado aire sepulcral, cubiertos por una cuidada atmósfera espectral.
Un cuento de terror que funciona tanto por su aspecto visual como por su oscura naturaleza. Daría inicio a posteriores tendencias icónicas como los míticos monstruos de la Hammer o la influencia contemporánea contemplada en autores como Tim Burton, Terry Gilliam o David Lynch.
El film demuestra la sagacidad de Wiene en la narración, presentando como base un extenso flash back, el uso constante del iris y un prodigioso montaje que llevará al espectador a presenciar el nacimiento de una eterna duda, un relato donde la ambigüedad cobrará un nueva victima.
Pierluigi Puccini
23 de abril de 2009
23 de abril de 2009
77 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Combinando las listas de las películas más importantes de la Historia según los más expertos he obtenido una especie de lista de listas con 100 títulos. Ordenadas por año, dejo aquí mi breve comentario completamente subjetivo que irá siempre en spoiler. He dividido las cien elegidas en cinco grandes grupos, de una a cinco estrellas, siendo cinco el máximo, que corresponde a las más citadas.
Película 2: El Gabinete del Doctor Caligari (1920)
Grupo: (*)
Película 2: El Gabinete del Doctor Caligari (1920)
Grupo: (*)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A merced del entorno
Hay dos formas, a mi juicio, de ver esta película. Una: apreciando la potencia plástica de los decorados, lo que en términos gastronómicos llevaría a disfrutar de la guarnición más que del solomillo. Dos: Intentar descifrar el sentido de semejante experimento como un todo cinematográfico.
Brevemente: yo lo segundo no lo consigo del todo. Entiendo lo que quiere decir la película, me gusta mucho la literatura que ha generado (estupenda crítica de Ignasi Borras, por ejemplo) y me parece apasionante como aventura intelectual. Me falta ser capturado por ella, como le sucede a la protagonista. De alguna forma el propio planteamiento de la película me suscita una reacción distanciada, intelectualizada. Una fascinación demasiado fría. Como la belleza de una ecuación para una persona de letras puras.
Hay dos formas, a mi juicio, de ver esta película. Una: apreciando la potencia plástica de los decorados, lo que en términos gastronómicos llevaría a disfrutar de la guarnición más que del solomillo. Dos: Intentar descifrar el sentido de semejante experimento como un todo cinematográfico.
Brevemente: yo lo segundo no lo consigo del todo. Entiendo lo que quiere decir la película, me gusta mucho la literatura que ha generado (estupenda crítica de Ignasi Borras, por ejemplo) y me parece apasionante como aventura intelectual. Me falta ser capturado por ella, como le sucede a la protagonista. De alguna forma el propio planteamiento de la película me suscita una reacción distanciada, intelectualizada. Una fascinación demasiado fría. Como la belleza de una ecuación para una persona de letras puras.
24 de agosto de 2008
24 de agosto de 2008
49 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Definir "expresionismo" es darle un mazazo al Arte en su concepto. Una forma de invocar la escena mediante la opresión y la asfíxia del decorado. La abstracción de lo sobrecogedor también lo expresan los actores que, como fantasmas en silencio, pululando como presas de pánico, misterio e incertidumbre. Se dejan llevar por este movimiento artístico, manejado a la vez por las viejas bobinas que, mecánica y musicalmente, ruedan y ruedan de principio a fin reflejando, fotograma a fotograma, su imagen salida de la oscuridad. A través de la linterna mágica. Con esto quedaba inaugurada la proeza de Robert Wiene y el cine expresionista alemán.
Planos generales que parecen primeros planos. La amputada perspectiva de fondo en formas cónicas y puntiagudas mirando arriba (los tejados, los ventanales, sillas altas en decorados diminutos...), como las casas y las laberínticas calles de pesadilla, estrechamente concebidas para los más sigilosos caminantes que aparecen en cualquier momento, confundidos por la debil luminosidad que el plató de la época poco podía ofrecer. De esa condición, la creación de una magistral pieza que, vista en otros ojos; vemos la situación de Alemania en el período de entreguerras. El Imperio que decae, la Nación que nace ante un futuro incógnito con sus títeres presas del pánico, llevados por Caligari y su maquiavélico pelegrinaje por las ferias de los pueblos.
No es una película que se congenie con el cine fantástico. Literalmente hablando, claro está. En esos tiempos había que recurrir a George Mélies y sus atracciones de feria, para hablar de géneros cinematográficos, que era decir muy poco. El cine, tal y como lo conocemos, está en su más tierna infancia. Pero dotada de inteligencia y reflexión artística. Y la obra de Wiene es un buen ejemplo. Era el feto del superdotado de ideas mientras "El Nacimiento de una Nación de Griffith" lo era al montaje.
Museo en movimiento. Obra maestra de una culminación. "El Gabinete del Doctor Caligari" removerá conciencias vea como se vea. Con o sin música. Entre diálogos o en el más espectral y agradecido de los silencios.
Planos generales que parecen primeros planos. La amputada perspectiva de fondo en formas cónicas y puntiagudas mirando arriba (los tejados, los ventanales, sillas altas en decorados diminutos...), como las casas y las laberínticas calles de pesadilla, estrechamente concebidas para los más sigilosos caminantes que aparecen en cualquier momento, confundidos por la debil luminosidad que el plató de la época poco podía ofrecer. De esa condición, la creación de una magistral pieza que, vista en otros ojos; vemos la situación de Alemania en el período de entreguerras. El Imperio que decae, la Nación que nace ante un futuro incógnito con sus títeres presas del pánico, llevados por Caligari y su maquiavélico pelegrinaje por las ferias de los pueblos.
No es una película que se congenie con el cine fantástico. Literalmente hablando, claro está. En esos tiempos había que recurrir a George Mélies y sus atracciones de feria, para hablar de géneros cinematográficos, que era decir muy poco. El cine, tal y como lo conocemos, está en su más tierna infancia. Pero dotada de inteligencia y reflexión artística. Y la obra de Wiene es un buen ejemplo. Era el feto del superdotado de ideas mientras "El Nacimiento de una Nación de Griffith" lo era al montaje.
Museo en movimiento. Obra maestra de una culminación. "El Gabinete del Doctor Caligari" removerá conciencias vea como se vea. Con o sin música. Entre diálogos o en el más espectral y agradecido de los silencios.
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