Promesas del este
2007 

7.4
60,269
Thriller. Drama
El misterioso Nikolai es el chófer de una poderosa familia de la mafia rusa en Londres, un clan liderado por el veterano y frío Semyon y por su hijo Kirill, un tipo inestable muy cercano a Nikolai. Un día en el restaurante de Semyon se presenta Anna, una comadrona de hospital muy afectada por la muerte en el parto de una adolescente rusa. Anna ha decidido buscar a la familia de la chica sirviéndose del diario que ésta dejó escrito en ruso. (FILMAFFINITY) [+]
14 de octubre de 2007
14 de octubre de 2007
394 de 441 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta película hay, desde el inicio, secuencias para recordar. Hay momentos en los que parece que estemos ante la película del año. Un Londres violento de lluvias nocturnas, ritos mafiosos y todos los lugares comunes del género desde una perspectiva original (el cadáver, la cita trampa, el "padrino" enfrentado a la sucesión, esos rusos tan rusos como aquellos italianos tan italianos...) Pero la fuerza se escapa por algún hueco del guión cuando vamos llegando al final... Merece la pena, pero deja la sensación desagradable de lo mucho que podría haber sido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película dura 99 minutos. Hasta el minuto 90, se teje una obra maestra que necesitaría de otra media hora más para desarrollar un guión perfecto. Pero todo se derrumba en los últimos 9 minutos más decepcionantes de los últimos años. La penúltina escena, en el muelle, es una insensatez. La última es una tomadura de pelo.
Todo el caso del robo y recuperación del bebé es flojísimo y desde luego no hace justicia a las posibilidades del guión y los personajes. La credibilidad se derrumba. La irritante pincelada amorosa (por favor, que alguien me explique a qué cuento viene el beso) le quita todo el interés como película. No obstante, la fuerza de la primera hora y media, el Londres oscuro y húmedo, el barbero y su sobrino, la ceremonia de los tatuajes y, sobre todo, la escena de los baños públicos, hacen que merezca la pena.
Todo el caso del robo y recuperación del bebé es flojísimo y desde luego no hace justicia a las posibilidades del guión y los personajes. La credibilidad se derrumba. La irritante pincelada amorosa (por favor, que alguien me explique a qué cuento viene el beso) le quita todo el interés como película. No obstante, la fuerza de la primera hora y media, el Londres oscuro y húmedo, el barbero y su sobrino, la ceremonia de los tatuajes y, sobre todo, la escena de los baños públicos, hacen que merezca la pena.
12 de octubre de 2007
12 de octubre de 2007
89 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
La escena que abre la película es una inmejorable introducción de lo que vamos a ver a continuación: un lugar abierto al público, pero que una vez cerrado guarda el más tenebroso de los infiernos, una amistad falsa, muestras de respeto inútiles, tensiones, miedos, dudas, traición, sangre y muerte. Todo ello condensado en unos pocos minutos de forma brutal e implacable, un aviso y preparación para el tortuoso recorrido por el que nos va a guiar Cronenberg.
La historia está trazada por un espléndido guión, que recurre a cuatro lugares fundamentales: la casa donde vive Naomi Watts, el hospital, el restaurante y el pequeño puerto adonde van a parar los "desechos" del negocio. En esos cuatro escenarios el guión construye la trama, en ocasiones desviándola por otros sitios, como la escena de los baños públicos, y lo hace con una ejemplar sencillez que esconde una notable complejidad, haciendo hincapié en la división del mundo de la gente corriente y el otro, lo que viene siendo nuestro lado civilizado, y el sombrío, el salvaje, el que tanto miedo nos da.
Estos magníficos elementos han caído en las expertas manos de Cronenberg, alguien que ya demostró en la más que buena "Una historia de violencia" que tenía una gran capacidad para mostrar lo turbio, lo violento. Aquí acentúa si cabe la oscuridad, la potencia, y la tensión de la anterior, sirviéndose de una violencia crudísima, que para mí gusto se pasa de excesiva en puntos concretos, pero muy pocas veces, siendo la mayoría de esas veces nada gratuita y necesaria.
Sin embargo, parece que los personajes se dejan en un segundo plano, quedándose desdibujados (en especial el de Naomi Watts), confiados a los actores. Viggo Mortensen pone en su papel luces y sombras, un gran trabajo; Naomi Watts, guapísima y pedazo de actriz; y Armin Mueller-Stahl, actor que desconocía y que aquí me deja helado.
La definición de cuento que recibe esta película me parece muy acertada. No nos muestra moralejas , ni conclusiones; se nos cuenta la historia y el director desaparece, deja un hueco para que el espectador saque sus conclusiones, juzgue por sí mismo. Un cuento implacable, sin concesiones, que deja huella. Muy buena.
La historia está trazada por un espléndido guión, que recurre a cuatro lugares fundamentales: la casa donde vive Naomi Watts, el hospital, el restaurante y el pequeño puerto adonde van a parar los "desechos" del negocio. En esos cuatro escenarios el guión construye la trama, en ocasiones desviándola por otros sitios, como la escena de los baños públicos, y lo hace con una ejemplar sencillez que esconde una notable complejidad, haciendo hincapié en la división del mundo de la gente corriente y el otro, lo que viene siendo nuestro lado civilizado, y el sombrío, el salvaje, el que tanto miedo nos da.
Estos magníficos elementos han caído en las expertas manos de Cronenberg, alguien que ya demostró en la más que buena "Una historia de violencia" que tenía una gran capacidad para mostrar lo turbio, lo violento. Aquí acentúa si cabe la oscuridad, la potencia, y la tensión de la anterior, sirviéndose de una violencia crudísima, que para mí gusto se pasa de excesiva en puntos concretos, pero muy pocas veces, siendo la mayoría de esas veces nada gratuita y necesaria.
Sin embargo, parece que los personajes se dejan en un segundo plano, quedándose desdibujados (en especial el de Naomi Watts), confiados a los actores. Viggo Mortensen pone en su papel luces y sombras, un gran trabajo; Naomi Watts, guapísima y pedazo de actriz; y Armin Mueller-Stahl, actor que desconocía y que aquí me deja helado.
La definición de cuento que recibe esta película me parece muy acertada. No nos muestra moralejas , ni conclusiones; se nos cuenta la historia y el director desaparece, deja un hueco para que el espectador saque sus conclusiones, juzgue por sí mismo. Un cuento implacable, sin concesiones, que deja huella. Muy buena.
28 de octubre de 2007
28 de octubre de 2007
130 de 198 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había leído excelentes críticas y esperaba algo de este film. Pero para mí...
...no pasa de aceptable. Todo en la película peca de comedimiento excesivo. Un poco como en "Una historia de violencia", pero amplificado.
Los temas y conflictos únicamente se apuntan. Los personajes apenas corren peligro real y el toque shakesperiano de la historia (el monarca y sus hijos, la traición de tus personas más allegadas...) se esboza, pero no se explota. Las historias se entrecruzan sin apenas colisionar y los dramas parecen deslizarse en vez que chocar. Todo está aquejado de cierta...
...TIBIEZA.
Mi sensación el ver este film es la de un episodio piloto: los personajes y las historias parecen establecerse para ser explotadas más adelante...
Pero eso no ocurre.
Vamos, que a mí "Promesas del este" me ha dejado frío.
Ni idea de porqué los críticos de cine de todo el mundo han visto tantas bondades en ella.
Debe ser que tengo un problema de quimica cerebral.
Veremos que me dice mi médico...
...no pasa de aceptable. Todo en la película peca de comedimiento excesivo. Un poco como en "Una historia de violencia", pero amplificado.
Los temas y conflictos únicamente se apuntan. Los personajes apenas corren peligro real y el toque shakesperiano de la historia (el monarca y sus hijos, la traición de tus personas más allegadas...) se esboza, pero no se explota. Las historias se entrecruzan sin apenas colisionar y los dramas parecen deslizarse en vez que chocar. Todo está aquejado de cierta...
...TIBIEZA.
Mi sensación el ver este film es la de un episodio piloto: los personajes y las historias parecen establecerse para ser explotadas más adelante...
Pero eso no ocurre.
Vamos, que a mí "Promesas del este" me ha dejado frío.
Ni idea de porqué los críticos de cine de todo el mundo han visto tantas bondades en ella.
Debe ser que tengo un problema de quimica cerebral.
Veremos que me dice mi médico...
11 de octubre de 2007
11 de octubre de 2007
110 de 164 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que a mí me encanta el cine de Cronenberg desde que lo descubrí en "Desayuno al desnudo" y que "eXistenZ" es una de mis películas favoritas (con esto ya sé que mi criterio quedará desautorizado para muchísima gente en vista de lo que se lee por ahí).
"Promesas del este" es una muy, muy interesante actualización del cine negro tradicional. Se presentan con naturalidad muchos de los elementos típicos –y tópicos– del género que Cronenberg recrea con tan buen pulso que da la impresión de que es la primera vez que se ven sobre una pantalla: así, la ciudad como un escenario hostil y un laberinto de fealdad y corrupción (Londres, en este caso), con abundancia de escenas nocturnas, muelles donde se arrojan cadáveres y lluvia; el entramado mafioso con sus ronqueras, su código de honor propio y su red de fidelidades familiares y clientelares; la ambigüedad extrema de ciertos personajes, etc.). Todo ello nos remite al cine clásico y lo hace de muy buena ley (si se me permite la expresión). Lo contemporáneo viene por la manera muy explícita de narrar las escenas de violencia y el poco pudor (y ninguna idealización) con los que se muestran los desnudos (habría sido inconcebible rodar una escena como la de los baños públicos con cualquier estrella del cine negro).
¿Qué rechina en este engranaje? La psicología y la historieta de la comadrona/madre frustrada no me pareció bien encajada del todo.
Los actores están muy bien sin excepción y Viggo Mortensen, en particular, es estupendo. Muy recomendable para los amantes del cine de mafiosos. Absténganse las almas sensibles que se marean con la sangre.
"Promesas del este" es una muy, muy interesante actualización del cine negro tradicional. Se presentan con naturalidad muchos de los elementos típicos –y tópicos– del género que Cronenberg recrea con tan buen pulso que da la impresión de que es la primera vez que se ven sobre una pantalla: así, la ciudad como un escenario hostil y un laberinto de fealdad y corrupción (Londres, en este caso), con abundancia de escenas nocturnas, muelles donde se arrojan cadáveres y lluvia; el entramado mafioso con sus ronqueras, su código de honor propio y su red de fidelidades familiares y clientelares; la ambigüedad extrema de ciertos personajes, etc.). Todo ello nos remite al cine clásico y lo hace de muy buena ley (si se me permite la expresión). Lo contemporáneo viene por la manera muy explícita de narrar las escenas de violencia y el poco pudor (y ninguna idealización) con los que se muestran los desnudos (habría sido inconcebible rodar una escena como la de los baños públicos con cualquier estrella del cine negro).
¿Qué rechina en este engranaje? La psicología y la historieta de la comadrona/madre frustrada no me pareció bien encajada del todo.
Los actores están muy bien sin excepción y Viggo Mortensen, en particular, es estupendo. Muy recomendable para los amantes del cine de mafiosos. Absténganse las almas sensibles que se marean con la sangre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
******
Expolio
******
¿Qué le pasa a Naomi Watts con la policía? ¿No paga las multas de tráfico, atropelló a alguien con la moto y se dio a la fuga, tiene cuentas pendientes con la justicia o qué? Porque lo más normal es, si uno se ve envuelto en una situación como la suya, acudir corriendo a la comisaría, digo yo. Para empezar: ¿Por qué no lleva directamente el diario a la policía? La única razón que se me ocurre es porque, de haberlo hecho, Cronenberg habría tenido que contar otra película y no estaba por la labor.
¿Y por qué Watts y el Mortensen convaleciente, con lo pachucho que estaba el pobre, tienen que ir en moto hasta los muelles para salvar al bebé en vez de llamar a la pasma? Porque en el cine las estrellas hacen estas cosas. Si se hubiera roto un cable del ascensor, Mortensen se habría descolgado para salvar a la matrona; si hubiera habido un incendio, él la habría sacado de las llamas con sus propios brazos; todo menos que un bombero nos eclipse a la estrella.
La música: en general está muy bien (preciosa la escena del acordeón en la fiesta rusa), aunque a veces subraya las intenciones del director de forma muy tosca o inapropiada (el coro que se oye en la escena de la investidura archimafiosa de Mortensen parecía un recurso un poco simplón, si el personaje hubiera sido español se habrían oído castañuelas, supongo).
Una curiosidad: la iluminación navideña de Londres es, según esta película, igual que la de Gamonal, con unas luces birriosas que se encaraman al fuste de las farolas como si fueran una hiedra anoréxica.
*************
Una vida de cine
*************
Esta la vimos mi pata Servadac y un servidor en los Cines Princesa de Madrid. Nuestra última diversión es llegar a las taquillas de los cines corriendo, medio minuto antes de que empiecen las películas: ya hemos echado los bofes ante las sufridas taquilleras de los Verdi y los Princesa (ayer no sé qué nos pasó, pero de una manera bastante cronenbergiana nos perdimos por los túneles del metro). Nos sorprendimos hablando de otros filmaffiniteros (Bloomsday, Maldito Bastardo, Khaledia, Dromedario, Gilbert, Tantra, Grandine, Tomine y muchos más) como si los conociéramos de algo o fuéramos amigos íntimos (será porque los que sí conocemos son bastante impresentables: lo digo por ti, Samir). A Servadac, de un modo también muy cronenbergiano, le tocaron los pies una pareja de orientales que se sentaron en las butacas de delante. Pero eso mejor que lo cuente él, si le apetece.
Expolio
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¿Qué le pasa a Naomi Watts con la policía? ¿No paga las multas de tráfico, atropelló a alguien con la moto y se dio a la fuga, tiene cuentas pendientes con la justicia o qué? Porque lo más normal es, si uno se ve envuelto en una situación como la suya, acudir corriendo a la comisaría, digo yo. Para empezar: ¿Por qué no lleva directamente el diario a la policía? La única razón que se me ocurre es porque, de haberlo hecho, Cronenberg habría tenido que contar otra película y no estaba por la labor.
¿Y por qué Watts y el Mortensen convaleciente, con lo pachucho que estaba el pobre, tienen que ir en moto hasta los muelles para salvar al bebé en vez de llamar a la pasma? Porque en el cine las estrellas hacen estas cosas. Si se hubiera roto un cable del ascensor, Mortensen se habría descolgado para salvar a la matrona; si hubiera habido un incendio, él la habría sacado de las llamas con sus propios brazos; todo menos que un bombero nos eclipse a la estrella.
La música: en general está muy bien (preciosa la escena del acordeón en la fiesta rusa), aunque a veces subraya las intenciones del director de forma muy tosca o inapropiada (el coro que se oye en la escena de la investidura archimafiosa de Mortensen parecía un recurso un poco simplón, si el personaje hubiera sido español se habrían oído castañuelas, supongo).
Una curiosidad: la iluminación navideña de Londres es, según esta película, igual que la de Gamonal, con unas luces birriosas que se encaraman al fuste de las farolas como si fueran una hiedra anoréxica.
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Una vida de cine
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Esta la vimos mi pata Servadac y un servidor en los Cines Princesa de Madrid. Nuestra última diversión es llegar a las taquillas de los cines corriendo, medio minuto antes de que empiecen las películas: ya hemos echado los bofes ante las sufridas taquilleras de los Verdi y los Princesa (ayer no sé qué nos pasó, pero de una manera bastante cronenbergiana nos perdimos por los túneles del metro). Nos sorprendimos hablando de otros filmaffiniteros (Bloomsday, Maldito Bastardo, Khaledia, Dromedario, Gilbert, Tantra, Grandine, Tomine y muchos más) como si los conociéramos de algo o fuéramos amigos íntimos (será porque los que sí conocemos son bastante impresentables: lo digo por ti, Samir). A Servadac, de un modo también muy cronenbergiano, le tocaron los pies una pareja de orientales que se sentaron en las butacas de delante. Pero eso mejor que lo cuente él, si le apetece.
2 de mayo de 2010
2 de mayo de 2010
51 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film de encargo realizado por David Cronenberg (Toronto, 1943). El guión, de Steven Knight (“Amazing Grace”, Apted, 2006), desarrolla una historia original basada en un argumento del propio Knight. Se rueda en escenarios reales de Londres (mercado de Broadway, cementerio de Brompton, hospital de Middlesex, universidad de Greenwich...) y en los platós de Three Mills Studios (Londres), con un presupuesto de 45 M USD. Es nominado a un Oscar (actor principal) y a tres Globos de oro (drama, banda sonora y actor principal). Producido por Robert Lantos y Paul Webster para Focus Features y BBC Films, se proyecta por primera vez en público el 8-IX-2007 (Festival de Toronto).
La acción dramática tiene lugar en la ciudad de Londres a lo largo de varios días de las fiestas de Navidad (a partir del 20 de diciembre) de 2006. Anna Khitrova (Watts), comadrona del Hospital Trafalgar, atiende en su turno de guardia a Tatiana (Labrose), una inmigrante rusa de 14 años, embarazada de 9 meses, que llega a urgencias sola y desvanecida, tras perder mucha sangre. Pese a los esfuerzos del equipo, Tatiana muere, pero se salva el bebé, una niña a la que llaman Christine. Dadas las circunstancias del caso, Anna decide buscar a los familiares de Tatiana, lo que le lleva a entrar en contacto con Semyon (Mueller-Stahl) y Nikolai Luzhin (Mortensen), miembros de una oscura organización. Anna es inocente, ingenua, sencilla y tenaz. Nikolai, que trabaja como chófer, es reservado, enigmático y misterioso. Semyon, que regenta el restaurante de cocina rusa “The Dinner”, tiene unos 60 años y es aparentemente bondadoso y comprensivo.
El film suma crimen, drama, neo noir, misterio, thriller y mafia. Desarrolla un relato complejo y cruel sobre una organización secreta de la mafia rusa, llamada Very V Zakone, establecida en Londres, donde se dedica al crimen y al tráfico de armas, drogas y personas. Extiende sobre el mundo una mirada inquietante y desoladora, inspirada en una concepción trágica sobre la injusticia esencial de la persona humana. Juega con personajes oscuros, ambivalentes y ambiguos, que muestran sólo una parte de su personalidad, de su presente y su pasado y de sus proyectos y ambiciones. Su comportamiento es inquietante porque el espectador nunca sabe cómo van a reaccionar y qué van a proponer. Los principales protagonistas guardan secretos íntimos, que se desvelan gradualmente sólo en la medida justa de las conveniencias de la historia. Nadie se explica de modo íntegro, completo y transparente. Las interrelaciones personales y las conductas de los personajes no son gratuitas, pero siempre se mantienen en zonas de penumbra que, a lo sumo, proporcionan al espectador pistas, indicios o sugerencias, que éste deberá procesar desde su subjetividad.
La acción dramática tiene lugar en la ciudad de Londres a lo largo de varios días de las fiestas de Navidad (a partir del 20 de diciembre) de 2006. Anna Khitrova (Watts), comadrona del Hospital Trafalgar, atiende en su turno de guardia a Tatiana (Labrose), una inmigrante rusa de 14 años, embarazada de 9 meses, que llega a urgencias sola y desvanecida, tras perder mucha sangre. Pese a los esfuerzos del equipo, Tatiana muere, pero se salva el bebé, una niña a la que llaman Christine. Dadas las circunstancias del caso, Anna decide buscar a los familiares de Tatiana, lo que le lleva a entrar en contacto con Semyon (Mueller-Stahl) y Nikolai Luzhin (Mortensen), miembros de una oscura organización. Anna es inocente, ingenua, sencilla y tenaz. Nikolai, que trabaja como chófer, es reservado, enigmático y misterioso. Semyon, que regenta el restaurante de cocina rusa “The Dinner”, tiene unos 60 años y es aparentemente bondadoso y comprensivo.
El film suma crimen, drama, neo noir, misterio, thriller y mafia. Desarrolla un relato complejo y cruel sobre una organización secreta de la mafia rusa, llamada Very V Zakone, establecida en Londres, donde se dedica al crimen y al tráfico de armas, drogas y personas. Extiende sobre el mundo una mirada inquietante y desoladora, inspirada en una concepción trágica sobre la injusticia esencial de la persona humana. Juega con personajes oscuros, ambivalentes y ambiguos, que muestran sólo una parte de su personalidad, de su presente y su pasado y de sus proyectos y ambiciones. Su comportamiento es inquietante porque el espectador nunca sabe cómo van a reaccionar y qué van a proponer. Los principales protagonistas guardan secretos íntimos, que se desvelan gradualmente sólo en la medida justa de las conveniencias de la historia. Nadie se explica de modo íntegro, completo y transparente. Las interrelaciones personales y las conductas de los personajes no son gratuitas, pero siempre se mantienen en zonas de penumbra que, a lo sumo, proporcionan al espectador pistas, indicios o sugerencias, que éste deberá procesar desde su subjetividad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El diálogo que el film establece entre el realizador y el público es sumamente interesante porque conforma una exploración de la condición humana. La hipótesis central propone que la presencia del mal en el mundo no responde tanto a factores objetivos, como a la capacidad maquinadora de la mente humana. El mal, bajo sus formas más perversas y crueles, es un producto que surge de la razón movida por la codicia, el egoísmo y la crueldad que anida en el interior de toda persona. Para Cronenberg la dualidad del ser humano, suma de bondad y abyección, tiende siempre a resolverse en términos de predominio del mal. Los límites de éste son escasos e imprecisos, por lo que puede alcanzar, y de hecho alcanza, niveles inimaginables y desgarradores, abominables y brutales. Por lo demás, el mal es contagioso: el malvado engendra sin pausa aspirantes a sustituirle cada vez más perversos e implacables.
Con un final substancialmente antológico, Cronenberg deja al espectador en una situación saturada de interrogantes y dudas. La imágenes de la secuencia final sugieren muchas más cosas de las que dicen. Quedan tantos caminos abiertos que el espectador se siente impulsado a poner en orden las ideas que le bullen en la cabeza y a medir su coherencia con la globalidad de un discurso denso, sólido y consistente, como pocas veces se ve en cine. El film forma con “Una historia de violencia” un díptico de madurez dedicado al análisis de la condición humana. Es excelente la interpretación de Viggo Mortensen y resultan gratificantes las de Armin Mueller-Stahl y Naomí Watts.
La banda sonora, de Howard Shore (“Una historia de violencia”, Cronenberg, 2005), aporta una partitura original de cuerdas, de aires clasicistas, lírica y melancólica, con impresionantes solos de violín a cargo del virtuoso Nicola Benedetti. Como música añadida ofrece varias canciones tradicionales rusas, como “Oche chyornye” (“Ojos negros”), que interpreta al acordeón y canta Igor Outkine; “Slavering and Suffering” a cargo de los coros de la Armada Roja; y un fragmento de “Moonlight Night”, que canta Mueller-Stahl. La fotografía, de Peter Suschitzky (“Una historia de violencia”), en color, deja la cámara en posición estática en escenas inquietantes para acompañar la reacción de pasmo o de dolor del público. La cámara se mueve en general con precisión y suavidad. El cromatismo es sobrio, con predominio de colores neutros o casi neutros, como grises, marrones, celestes y blancos. No faltan imágenes sangrientas espeluznantes, si bien se enmarcan en un contexto más sobrio y contenido de lo habitual en el realizador. Merecen una mención especial el rodaje y el montaje de la lucha en el baño turco.
Bibliografia
- Antonio José NAVARRO, “Cronenberg noir”, ‘Dirigido por’, nº 371, pág. 24-25, octubre 2007.
- Gabriel LERMAN, “Entrevista. David Cronenberg”, Dirigido por’, nº 371, pág. 26-29, octubre 2007.
- Jorge GOROSTIZA y Ana PÉREZ, “David Cronenberg”, Cátedra ed., 386 pág., Madrid 2003.
Con un final substancialmente antológico, Cronenberg deja al espectador en una situación saturada de interrogantes y dudas. La imágenes de la secuencia final sugieren muchas más cosas de las que dicen. Quedan tantos caminos abiertos que el espectador se siente impulsado a poner en orden las ideas que le bullen en la cabeza y a medir su coherencia con la globalidad de un discurso denso, sólido y consistente, como pocas veces se ve en cine. El film forma con “Una historia de violencia” un díptico de madurez dedicado al análisis de la condición humana. Es excelente la interpretación de Viggo Mortensen y resultan gratificantes las de Armin Mueller-Stahl y Naomí Watts.
La banda sonora, de Howard Shore (“Una historia de violencia”, Cronenberg, 2005), aporta una partitura original de cuerdas, de aires clasicistas, lírica y melancólica, con impresionantes solos de violín a cargo del virtuoso Nicola Benedetti. Como música añadida ofrece varias canciones tradicionales rusas, como “Oche chyornye” (“Ojos negros”), que interpreta al acordeón y canta Igor Outkine; “Slavering and Suffering” a cargo de los coros de la Armada Roja; y un fragmento de “Moonlight Night”, que canta Mueller-Stahl. La fotografía, de Peter Suschitzky (“Una historia de violencia”), en color, deja la cámara en posición estática en escenas inquietantes para acompañar la reacción de pasmo o de dolor del público. La cámara se mueve en general con precisión y suavidad. El cromatismo es sobrio, con predominio de colores neutros o casi neutros, como grises, marrones, celestes y blancos. No faltan imágenes sangrientas espeluznantes, si bien se enmarcan en un contexto más sobrio y contenido de lo habitual en el realizador. Merecen una mención especial el rodaje y el montaje de la lucha en el baño turco.
Bibliografia
- Antonio José NAVARRO, “Cronenberg noir”, ‘Dirigido por’, nº 371, pág. 24-25, octubre 2007.
- Gabriel LERMAN, “Entrevista. David Cronenberg”, Dirigido por’, nº 371, pág. 26-29, octubre 2007.
- Jorge GOROSTIZA y Ana PÉREZ, “David Cronenberg”, Cátedra ed., 386 pág., Madrid 2003.
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