Promesas del este
2007 

7.4
60,271
Thriller. Drama
El misterioso Nikolai es el chófer de una poderosa familia de la mafia rusa en Londres, un clan liderado por el veterano y frío Semyon y por su hijo Kirill, un tipo inestable muy cercano a Nikolai. Un día en el restaurante de Semyon se presenta Anna, una comadrona de hospital muy afectada por la muerte en el parto de una adolescente rusa. Anna ha decidido buscar a la familia de la chica sirviéndose del diario que ésta dejó escrito en ruso. (FILMAFFINITY) [+]
3 de abril de 2010
3 de abril de 2010
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El argumento gira en torno a la mafia rusa asentada en Europa, teniendo como hilo conductor para su relato una familia criminal de la que es visible el protagonista de esta cinta, Nikolai (Viggo Mortensen), chófer de la organización citada y más concretamente de Kirill (Vincent Cassel), el hijo del máximo mandatario de la misma, Semyon (Mueller-Stahl). Por otro lado está Anna (Naomi Watts), una comadrona de un hospital londinense que después de asistir a una adolescente rusa que daba a luz en su hospital poco antes de morir, buscará a los familiares más directos de la recién nacida, deteniendo sus pesquisas precisamente ante las puertas de un lujoso restaurante regentado por Semyon. Las continuas visitas de la enfermera al local mafioso en busca de respuestas, harán que Nikolai fije su mirada en la chica y acabe prendado de la misma.
Es la trama de esta irregular cinta de David Cronenberg que, a pesar de haber obtenido grandes opiniones generalizadas entre crítica y público, a mi parecer no supera las expectativas creadas. Si bien cuenta con buenas escenas que llegan a impactar, creo que dichos elementos sirven precisamente para tapar las deficiencias de un guión hueco y forzado que no consigue tener el calado dramático necesario para este tipo de historias. Resulta incomprensible que en una película sobre la mafia rusa, la historia más completa y fuerte sea la del bebé recién nacido y la búsqueda de sus padres. Lo estético reina un metraje en el que veremos sangre y situaciones desagradables perfectamente representadas, seguido esto de toda una necesaria y curiosa explicación sobre el sentido simbólico de los tatuajes en los cuerpos de los miembros de organizaciones criminales como la de la cinta, o de elementos como la ceremonia de iniciación De los noventa y nueve minutos que dura esta película, noventa y cinco son para advertirnos de lo que sucederá en los tres últimos, en los que pasan más cosas que en todo el resto del filme. La película dedica muchísima calma y tiempo para mostrar lo más banal de su argumento para pintar lo más interesante de un plumazo y con prisas, dando la sensación de que el tiempo se le echaba encima a la dirección.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
Es la trama de esta irregular cinta de David Cronenberg que, a pesar de haber obtenido grandes opiniones generalizadas entre crítica y público, a mi parecer no supera las expectativas creadas. Si bien cuenta con buenas escenas que llegan a impactar, creo que dichos elementos sirven precisamente para tapar las deficiencias de un guión hueco y forzado que no consigue tener el calado dramático necesario para este tipo de historias. Resulta incomprensible que en una película sobre la mafia rusa, la historia más completa y fuerte sea la del bebé recién nacido y la búsqueda de sus padres. Lo estético reina un metraje en el que veremos sangre y situaciones desagradables perfectamente representadas, seguido esto de toda una necesaria y curiosa explicación sobre el sentido simbólico de los tatuajes en los cuerpos de los miembros de organizaciones criminales como la de la cinta, o de elementos como la ceremonia de iniciación De los noventa y nueve minutos que dura esta película, noventa y cinco son para advertirnos de lo que sucederá en los tres últimos, en los que pasan más cosas que en todo el resto del filme. La película dedica muchísima calma y tiempo para mostrar lo más banal de su argumento para pintar lo más interesante de un plumazo y con prisas, dando la sensación de que el tiempo se le echaba encima a la dirección.
(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Viggo Mortensen (Alatriste, 2006), demuestra que un traje le sienta divinamente, y más si se combina con la conducción de un precioso Mercedes-Benz S 350. Su papel resulta creíble por la calma con la que hace desarrollar los actos, su aspecto, frialdad y misterio. Desde luego que tiene porte para hacer más papeles como este, espero que mejor dirigido y aprovechado que la cinta por la que mediante estas líneas se da opinión. Vincent Cassel, con su papel del desagradable, frustrado y alocado Kirill, transmite perfectamente lo que se propone, causando al espectador rechazo y odio hacia su maldito personaje. Naomi Watts se muestra convincente y decidida, ofreciendo un papel que se ajusta a lo pretendido y transmitiendo con ello la credibilidad necesaria.
Con todo esto: deficiente argumento para un desaprovechado reparto. Es innegable que la película cumple con su propósito de entretener, que estéticamente es brillante y que cuenta con elementos tan útiles como interesantes, pero a mi parecer se queda todo aquí, en unas cuantas escenas que son las intenciones de lo que podía haber sido y no fue, por la incompetencia de la dirección de no saber librarse de las garras argumentales de la historia del bebé.
La música, de Howard Shore, compositor de obras como ¡Jo, que noche! (1985), El silencio de los corderos (1991), Se7en (1995) y la trilogía de El señor de los anillos, entre otras, está cargada de tanta belleza como frialdad, y de ella sobresalen las piezas tocadas o acompañadas con violín.
Con todo esto: deficiente argumento para un desaprovechado reparto. Es innegable que la película cumple con su propósito de entretener, que estéticamente es brillante y que cuenta con elementos tan útiles como interesantes, pero a mi parecer se queda todo aquí, en unas cuantas escenas que son las intenciones de lo que podía haber sido y no fue, por la incompetencia de la dirección de no saber librarse de las garras argumentales de la historia del bebé.
La música, de Howard Shore, compositor de obras como ¡Jo, que noche! (1985), El silencio de los corderos (1991), Se7en (1995) y la trilogía de El señor de los anillos, entre otras, está cargada de tanta belleza como frialdad, y de ella sobresalen las piezas tocadas o acompañadas con violín.
9 de octubre de 2007
9 de octubre de 2007
25 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión, "Promesas del Este" es una historia, fundamentalmente, de padres e hijos y una profunda reflexión sobre las cicatrices que deja el tiempo. Tres relaciones paterno-filiales gravitan en torno a toda la película:
A) La relación entre la matrona y la pequeña bebé: una relación que suple las carencias de la primera y colma las ausencias de la segunda. La protección y la salvación del rol de madre que en esta película bien podría ser la propia Rusia encarnada en una bella mujer que ayuda a otras a traer vida al mundo.
B) La relación entre el jefe de la mafia y su hijo: predomina el orgullo y el honor del apellido por encima del verdadero sentimiento de ligazón emocional. El padre que rechaza al hijo porque no cumple con sus ambiciones y el hijo que se rechaza a sí mismo por no estar a la altura de las circunstancias.
C) La relación entre el matón y sus padres: ausente en la trama aunque muy significativa en una escena en la que se menciona el pasado del protagonista. Las ausencias marcan al hombre que ha decidido renunciar a su ámbito familiar para entregarse en cuerpo y alma a una filiación mucho más amplia.
La brutalidad de algunas escenas está rodada con tal naturalidad que a veces su realismo puede parecer mero efectismo. La película no concede tregua emocional alguna al espectador en gran parte por su ajustada duración y por la deliberada inclinación hacia la expresividad de la acción en detrimento del eufemismo.
Viggo Mortensen con un halo especial y Naomi Watts muy convincente pero sin llegar a la brillantez de otros trabajos, son el referente moral de la película, aunque por vías radicalmente diferentes. Armin Mueller-Stahl se aleja del histrionismo para conseguir una interpretación contenida realmente notable mientras que su hijo en la película (Vincent Cassel) tan sólo consigue de una manera aceptable plasmar algunas escenas que describen su personalidad violenta.
Los tatuajes actuán a modo de metáfora de la necesidad de hacer explícita la historia que palpita en nuestro interior. Al igual que la película, que hace totalmente explícito la violencia, no por una inclinación malsana hacia el morbo sino por la imposibilidad de narrar de otra forma sin ser fiel a lo que se pretende contar. "Diles que has visto estrellas en mi pecho" es una frase brillante que define el protagonismo de los símbolos grabados en la piel.
Cronenberg tiene un gran aliado: el tiempo. Eso que pone a cada uno en su sitio y que en este caso sitúa a este director de culto entre los más creativos y geniales de su tiempo. Tanto los que le siguen desde sus primeras películas como los que no, hemos de sentirnos afortunados de por poder disfrutar de un auténtico creador de emociones y mundos únicos, de microcosmos llenos de matices y profundidad. Cronenberg se ha convertido junto con David Lynch y otros genios del subconsciente, en un auténtico diseccionador del alma humana.
Sin lugar a dudas una de las mejores películas del año.
A) La relación entre la matrona y la pequeña bebé: una relación que suple las carencias de la primera y colma las ausencias de la segunda. La protección y la salvación del rol de madre que en esta película bien podría ser la propia Rusia encarnada en una bella mujer que ayuda a otras a traer vida al mundo.
B) La relación entre el jefe de la mafia y su hijo: predomina el orgullo y el honor del apellido por encima del verdadero sentimiento de ligazón emocional. El padre que rechaza al hijo porque no cumple con sus ambiciones y el hijo que se rechaza a sí mismo por no estar a la altura de las circunstancias.
C) La relación entre el matón y sus padres: ausente en la trama aunque muy significativa en una escena en la que se menciona el pasado del protagonista. Las ausencias marcan al hombre que ha decidido renunciar a su ámbito familiar para entregarse en cuerpo y alma a una filiación mucho más amplia.
La brutalidad de algunas escenas está rodada con tal naturalidad que a veces su realismo puede parecer mero efectismo. La película no concede tregua emocional alguna al espectador en gran parte por su ajustada duración y por la deliberada inclinación hacia la expresividad de la acción en detrimento del eufemismo.
Viggo Mortensen con un halo especial y Naomi Watts muy convincente pero sin llegar a la brillantez de otros trabajos, son el referente moral de la película, aunque por vías radicalmente diferentes. Armin Mueller-Stahl se aleja del histrionismo para conseguir una interpretación contenida realmente notable mientras que su hijo en la película (Vincent Cassel) tan sólo consigue de una manera aceptable plasmar algunas escenas que describen su personalidad violenta.
Los tatuajes actuán a modo de metáfora de la necesidad de hacer explícita la historia que palpita en nuestro interior. Al igual que la película, que hace totalmente explícito la violencia, no por una inclinación malsana hacia el morbo sino por la imposibilidad de narrar de otra forma sin ser fiel a lo que se pretende contar. "Diles que has visto estrellas en mi pecho" es una frase brillante que define el protagonismo de los símbolos grabados en la piel.
Cronenberg tiene un gran aliado: el tiempo. Eso que pone a cada uno en su sitio y que en este caso sitúa a este director de culto entre los más creativos y geniales de su tiempo. Tanto los que le siguen desde sus primeras películas como los que no, hemos de sentirnos afortunados de por poder disfrutar de un auténtico creador de emociones y mundos únicos, de microcosmos llenos de matices y profundidad. Cronenberg se ha convertido junto con David Lynch y otros genios del subconsciente, en un auténtico diseccionador del alma humana.
Sin lugar a dudas una de las mejores películas del año.
9 de octubre de 2007
9 de octubre de 2007
28 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cronenberg es uno de esos tipos cuyo cine siempre va ligado a un fondo, a un mensaje, a una intrínseca reflexión que, pueda gustar o no, ahí está, y no es ni facilona, ni gratuita, ni panfletesca, son reflexiones sobre lo más bajo de nuestro ser, pero también sobre esas virtudes que nos arman como lo que somos: Personas de carne y hueso totalmente imperfectas.
Es posible que su cine no enganche a mucha gente, que les parezca de mal gusto, facilón y otros adjetivos que no vienen a cuento al hablar de este gran director, porque la afición de Cronenberg por lo escabroso, no hace sino abrirnos más los ojos a todo aquello que nos delata como seres salvajes y peligrosos, que en cualquier momento pueden sacar lo peor de sí y arrasar con todos. Lo mostró en "Videodrome", lo volvió a hacer en "Una historia de violencia", y lo ha hecho durante lo largo de su carrera, gracias a pequeños detalles, momentos o gestos que sólo han de ser percibidos, para darnos cuenta de ante qué nos encontramos.
Cuando ví que su nuevo proyecto, "Eastern promises", iba a salir a la luz, no dudé ni un segundo en informarme y remover todos los lugares posibles para enterarme sobre mínimos detalles que me dijesen sobre que iba a hablarnos Cronenberg esta vez.
Observé el trailer, y no capté demasiado, así que pensé que David dejaría sus reflexiones para su casi siempre lúcido y competente cine, pero no fue así.
Está claro, "Eastern promises" nos habla sobre nuevas eras, sobre esas mafias tan consolidadas, sobre los cambios, las segundas oportunidades, la confianza y lo hace a través de dos personajes totalmente opuestos como el de Viggo y el de Vincent, pero sin embargo, no lo hace con la brillantez que arrastraba esa "Una historia de violencia", ni ese aplomo que demostraba en "Videodrome" o esa densidad que poseían otras grandes cintas como "Crash" o "Inseparables".
No lo hace así, pero sí conforma un thriller adictivo, un thriller que en quince exactos minutos te ha presentado a sus personajes principales y no ha dejado ni un sólo detalle atrás sobre sus personalidades, que te ha sumergido en la trama con total sobriedad y que ha desarrollado vagamente la acción sin ningún tipo de carencia rítmica.
(Al spoiler...)
Es posible que su cine no enganche a mucha gente, que les parezca de mal gusto, facilón y otros adjetivos que no vienen a cuento al hablar de este gran director, porque la afición de Cronenberg por lo escabroso, no hace sino abrirnos más los ojos a todo aquello que nos delata como seres salvajes y peligrosos, que en cualquier momento pueden sacar lo peor de sí y arrasar con todos. Lo mostró en "Videodrome", lo volvió a hacer en "Una historia de violencia", y lo ha hecho durante lo largo de su carrera, gracias a pequeños detalles, momentos o gestos que sólo han de ser percibidos, para darnos cuenta de ante qué nos encontramos.
Cuando ví que su nuevo proyecto, "Eastern promises", iba a salir a la luz, no dudé ni un segundo en informarme y remover todos los lugares posibles para enterarme sobre mínimos detalles que me dijesen sobre que iba a hablarnos Cronenberg esta vez.
Observé el trailer, y no capté demasiado, así que pensé que David dejaría sus reflexiones para su casi siempre lúcido y competente cine, pero no fue así.
Está claro, "Eastern promises" nos habla sobre nuevas eras, sobre esas mafias tan consolidadas, sobre los cambios, las segundas oportunidades, la confianza y lo hace a través de dos personajes totalmente opuestos como el de Viggo y el de Vincent, pero sin embargo, no lo hace con la brillantez que arrastraba esa "Una historia de violencia", ni ese aplomo que demostraba en "Videodrome" o esa densidad que poseían otras grandes cintas como "Crash" o "Inseparables".
No lo hace así, pero sí conforma un thriller adictivo, un thriller que en quince exactos minutos te ha presentado a sus personajes principales y no ha dejado ni un sólo detalle atrás sobre sus personalidades, que te ha sumergido en la trama con total sobriedad y que ha desarrollado vagamente la acción sin ningún tipo de carencia rítmica.
(Al spoiler...)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo mejor que se puede encontrar en "Eastern promises", a parte de ese lado visceral que Cronenberg nunca aleja de su portentoso cine, son a unos grandes actores cumpliendo con su labor (geniales tanto Cassel como Mortensen, muy bueno Mueller-Stahl y correctita Watts), una historia que a la vez que se desenmaraña ofrece agradables sorpresas por no poseer un desarrollo cómodo y, sobretodo, una de las escenas mejor coreografíadas, más atrevida y más directa de cuantas servidor haya visto en mucho tiempo. Una coreografía que desnuda el cine de Cronenberg, que ofrece su cara más amarga, más brusca, que detona esa tensión que el espectador ha ido acumulando en todo el film y que, seguramente, es la parte de "Eastern promises" que nos muestra su verdadero rostro, el de una cinta tensa y brutal por momentos, pero que nunca termina de encontrar a ese Cronenberg que tanto nos gusta a sus seguidores, aunque el tipo siga haciendo cine, comercial y de calidad.
10 de octubre de 2007
10 de octubre de 2007
19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo malo de esperar una película, convencida de que es buena, es que muchas veces te decepciona, puesto que no es todo lo que te esperabas. Este definitivamente no es el caso, es brillante, un guión bien resuelto, unos actores esplendidos, no sólo Mortensen, que francamente no hace más que mejorar y madurar como uno de los mejores actores del cine actual y tengo que quitarme el sombrero ante Cassel, del que no esperaba mucho pero que me ha sorprendido gratamente.
Watts pasa un tanto desapercibida porque la historia realmente es sencilla y los personajes pocos pero hay que reconocer que el duo Mortensen-Cassel roba la pantalla y te hace olvidar la belleza delicada de Naomi.
La pelicula es de lo más recomendable, dura, realista sin excesos, con un toque humano más que necesario y te deja con ganas de más.
Watts pasa un tanto desapercibida porque la historia realmente es sencilla y los personajes pocos pero hay que reconocer que el duo Mortensen-Cassel roba la pantalla y te hace olvidar la belleza delicada de Naomi.
La pelicula es de lo más recomendable, dura, realista sin excesos, con un toque humano más que necesario y te deja con ganas de más.
13 de octubre de 2009
13 de octubre de 2009
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al último David Cronenberg se le puede achacar ciertas concesiones en los guiones que dirige desligándole de su autoría. Los desenlaces de “Promesas del Este”, “Una historia de violencia” o incluso “Spider” puede dejar entrever ciertas concesiones o licencias que poco o nada tienen que ver con filmes como “eXistenZ”, “Crash” o “Videodrome”, donde la firma en los guiones del propio Cronenberg no hacía más que no limitar las necesidades inconfundibles de su cine.
Tal vez esa necesidad de filmar los guiones, como realizó David Lynch en “The Straight Story”, tal y como llegan, en un ejercicio de pintor naturalista dando trazos legibles que concuerdan plenamente con el guión. Posiblemente la ausencia de autoridad sea otra loable característica de la genialidad.
“Promesas del Este” es un ejercicio pleno sobre los recuerdos de una vida en forma de diario o tatuajes que nos muestra lo que somos tanto a nosotros como al que los observa. Detalles en el silencio, las llamas y las cenizas que se llevarán todo, el conductor, la muerte y los muertos que deben irse con su pasado. El presente tiene que estar escrito o llevarlo escrito cada uno: diario o tatuaje como un curriculum permanente de cada vivencia. Grandes frases: «Londres es una ciudad de putas y maricones» o «Yo sólo soy chofer» con lágrimas contenidas en los ojos. Grandes secuencias: la violencia marcada por el contenido sexual refuerza su mensaje de fruta prohibida y al mismo tiempo deseada. Gran cine: pese a sus deslices argumentales, por otro lado, necesarios para conducir la trama aparece un inconfundible talento que se superpone a todo.
El propio Cronenberg habla de la relación sentimental de esa comadrona y ese mafioso: «Son como barcos que se cruzan en la noche». Tal vez el cine cada vez menos brumoso de un director capaz de trascribir en imágenes cualquier guión deja entrever que la genialidad cruzada en la oscuridad de otros deja poso y un rastro, que pese a desaparecer, llega a siempre buen puerto. A barco nuevo, capitán viejo.
Tal vez esa necesidad de filmar los guiones, como realizó David Lynch en “The Straight Story”, tal y como llegan, en un ejercicio de pintor naturalista dando trazos legibles que concuerdan plenamente con el guión. Posiblemente la ausencia de autoridad sea otra loable característica de la genialidad.
“Promesas del Este” es un ejercicio pleno sobre los recuerdos de una vida en forma de diario o tatuajes que nos muestra lo que somos tanto a nosotros como al que los observa. Detalles en el silencio, las llamas y las cenizas que se llevarán todo, el conductor, la muerte y los muertos que deben irse con su pasado. El presente tiene que estar escrito o llevarlo escrito cada uno: diario o tatuaje como un curriculum permanente de cada vivencia. Grandes frases: «Londres es una ciudad de putas y maricones» o «Yo sólo soy chofer» con lágrimas contenidas en los ojos. Grandes secuencias: la violencia marcada por el contenido sexual refuerza su mensaje de fruta prohibida y al mismo tiempo deseada. Gran cine: pese a sus deslices argumentales, por otro lado, necesarios para conducir la trama aparece un inconfundible talento que se superpone a todo.
El propio Cronenberg habla de la relación sentimental de esa comadrona y ese mafioso: «Son como barcos que se cruzan en la noche». Tal vez el cine cada vez menos brumoso de un director capaz de trascribir en imágenes cualquier guión deja entrever que la genialidad cruzada en la oscuridad de otros deja poso y un rastro, que pese a desaparecer, llega a siempre buen puerto. A barco nuevo, capitán viejo.
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