Un enredo de familia

El irregular e inquieto Ignacio F. Iquino dirigió esta divertida comedia para los Estudios CIFESA, con una excelente dirección artística. Los Capitetos y los Tontescos, un guiño gracioso al memorable drama amoroso de Capuletos y Montescos de la inmortal Romeo y Julieta de Shakespeare. Dos familias enfrentadas pero condenadas a entenderse, el film tiene un prólogo de unos 15 minutos con la estética y los rótulos de un film mudo y tras él irá derivando hacia la clásica comedia musical de enredo.

Aunque para muchos resulte un desconocido, Iquino fue cineasta, guionista y luego fundó su productora que pertenece a la Historia del Cine Español por derecho propio con más de 50 años de azarosa vida profesional, produjo unas 120 películas de las que dirigió unas 90. De ahí la importancia de este cineasta catalán si no universal, al menos incombustible, se podría decir que era una especie de Roger Corman a la española, por la forma de financiar películas interesantes y de bajo coste.

Una disparatada comedia, de celos, equívocos y situaciones jocosas, ideal para que el público asistiera a las salas de cine, olvidando por un rato la cruda realidad social de miseria y privaciones que tenían que soportar en aquella España de la posguerra. Una lujosa farsa plena de frases desternillantes, narrada con un ritmo trepidante, mostrando las nefastas costumbres con que los hombres pretendían resolver las cuestiones del honor mancillado. Ambos protagonistas realizan cuatro papeles diferentes al tratarse de dos parejas de mellizos.

Los números musicales interpretados por Mercedes Vecino son de la mejor del film con un estilo cercano al jazz y el musical americano. Iquino se luce con una buena puesta en escena, grandes “travellings” y planos generales de las escenas de baile muy conseguidas. Diálogos jugosos e irónicos, en un tono desenfadado y simpático. Todo ello desde el buen gusto y la elegancia sumisa, para no molestar a la infausta censura, siempre velando por los buenos principios morales.

Una película que pertenece a una época en la que los cineastas españoles tenian que inventarse el cine paso a paso ante la carencia de medios técnicos solventes. Sin embargo Iquino aquí ya da muestras de estar bastante espabilado detrás de la cámara ya que tiene la cinta algunos momentos de un discreto virtuosismo técnico y en todo momento la cámara se mueve en función de la forma de interpretar de los actores los cuales actuan de un modo teatral con reminiscencias expresivas del cine mudo y de la revista española de toda la vida. Parece simplona la obra en principio pero aglutina variadas influencias artísticas. El estilo técnico viene determinado pues por el estilo artístico. La cinta produce una reacción tibia en el espectador aunque tenga gracia en algunos momentos y la historia está narrada de una manera bastante tonta pero se palpa en ella una personalidad ya incipiente para el cine español a pesar de que a nivel estético Iquino todavía no estaba bien definido. Si se está muy atento se puede hallar a Manolo Gómez Bur en una aparición muy fugaz. Lástima que no le dieran más papel porque habría animado una película que tal como se muestra al espectador no resulta demasiado amena cayendo algunas veces en lo monótono. Pero situándose en la época en que se realizó lo cual no es tan difícil encontramos una comedia por lo menos aceptable cuyo mayor aliciente es fijarse en como está filmada y ver así como era la técnica de los primeros años 40, una época de nuestro cine que merece atención y que reserva algunas sorpresas. Pero a pesar de los reparos expuestos resulta ser una de las comedias menos tediosas del Iquino de la primera etapa, tal vez por su alocada estructura y por algunos detalles relativamente delirantes. Resulta curiosa por lo menos.

Esto es una farsa y una parodia de Romeo y Julieta, con una técnica que vive conscientemente del cine mudo. Para que sea farsa, Catalina es hermosa (Mercedes Vecino) el “Romeo” es más feo que Pifio. Los diálogos son a veces ingeniosos, a veces muy previsibles, pero en poco más de una hora se despacha una película que tiene, más que nada, interés histórico y en el cine de Iquino que como he anotado para otras de sus películas antiguas, en los años setenta y ochenta haría bodrios mucho peores que este, si es que este lo es.
Todo está conscientemente exagerado, en las frases, en los gestos, en las poses que a veces imiten al guiñol.
Un prólogo ambientado a finales del XiX o principios del XX y un desarrollo veinte años después , con los descendientes: dos hijos gemelos y dos hijas gemelas lo típico para que se genere el lío entre Tontescos y Capitetos.
Curiosidades, unos jóvenes Paco Martínez Soria y la larga Mary Santpere.
También puede considerarse un musical, una revista, porque en tan breve tiempo hay seis números, e interesantes.

Pues vengo del futuro, hoy 23-12-2020 para contestarme a la crítica que hice de esta película el 22-06-2011.

Aunque 5 de 8 usuarios les pareció útil la primera crítica, me voy a contestar.

Primero comento lo que dije en su día: "Mal envejecida"

Comentaba que no me gustaba el trabajo de Iquino donde casi todas las películas eran iguales (comentaba que no quería ver a mi querido Paco Martínez Soria en sus películas por no destaca nada de él y siempre hace lo mismo), repite actores y repitiendo decorados. También comentaba que Mercedes Vecino, está muy bien, quizás mal dirigida, pero se nota que es buena actriz y ha hecho otros papelazos, y que seguramente hubiera triunfado en Hollywood por su saber hacer y belleza. Comento también que Soria no acaba de despegar y que me encanta ver a una Mary Sampere tan joven. Y por último, que el resto del elenco es muy malo, y ha envejecido muy mal la película, que seguramente tendrían éxito estas películas, porque si no, no se entiende tantas películas iguales.

Pues vista de nuevo, he buscado más información y sí, puedo auto contestarme jajajaja.

Primero, Iquino hizo muchas películas iguales, con la coproductora Campa, para ganar dinero fácil con estas películas y poder producir Cifesa las grandes producciones (que seguramente saldrían deficitarias) que hacía en estos momentos. Momentos muy duros de postguerra y de rivalidades. Y estas películas querían que fuese para distraer a la población con lujos, interpretaciones y escenarios muy hollywoodenses. Cosa que algunos críticos del momento la criticaron, ya que no querían nada de fuera, sólo querían productor 100% español. En fin, lo que viene siendo la España fascista de antes y de ahora.

Pues eso, que es una película barata, hecha muy rápida, para ganar dinero fácil. Tuvo éxito en taquilla y repetía actores porque Iquino ya los conocía y para hacerlo rápido pues iba mejor, y repetía escenarios para abaratar la máximo la producción.

Le mantengo el dos, porque realmente no es muy buena. La comedia ha envejecido muy mal, y sí que tiene su punto de gracia al principio, cuando quiere simular las películas mudas (aunque se hablan) con interpretaciones super exageradas y rótulos explicativos.

Era la época dorada de la cantante y actriz Mercedes Vecino, buna presencia y una voz aceptable, en esta película acompañada de un histriónico Antonio Murillo, en una trama verdaderamente ingeniosa y divertida que tuvo que hacer las delicias de los espectadores en aquellos años.

Ese doble papel que interpretan por los hermanos y hermanas gemelas no resulta fácil, y sin embargo, lo sacan adelante con éxito. Aquí a Don Paco Martínez Soria, por aquel entonces un cuarentón que se quiere parecer demasiado a un Groucho Marx en su pleno apogeo, le dan un papel secundario en el que poco se parece al tipo de actor que terminó siendo, pero está más que aceptable. Y no puedo olvidar a la inmensamente larga, Mary Sempere, en su hábitat natural. En definitiva, una película tremendamente agradable, muy divertida y con la duración adecuada para no abrir. Un 7.