Death Note
3.5
9,946
Thriller. Intriga. Fantástico
Un día, cuando Light termina las clases, encuentra un cuaderno negro tendido en el suelo, llamado «Death Note», un cuaderno sobrenatural que es capaz de matar personas si se escriben los nombres en él y si el portador visualiza mentalmente la cara de quien quiere asesinar. Nueva adaptación de la famosa serie (y manga) "Death Note" esta vez con actores reales. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2017
25 de agosto de 2017
128 de 148 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuaderno de bitácora. 25 de agosto del año 2017: Los americanos siguen sin entender el anime.
Antes de ver la película me propuse liberarme de los estereotipos, de las pretensiones que te da el haber visto previamente el anime (y leído el manga) y poner la mente en blanco. Haría así primero una crítica a 'Death Note' como película per se y también a la misma como adaptación del anime. Pero es que lo segundo no hay por dónde cogerlo.
Una película de algo más de 1 hora y media que recoge de su adaptación japonesa lo justo, nombres de personajes, bloque principal del argumento y excentricidades varias (excepto las famosas patatas de Light). Y es aquí donde está a mi entender su principal problema: pretender amasar la esencia de sus 37 capítulos en escasos 100 minutos.
De nuevo los estadounidenses vuelven a darnos más ejemplos que demuestran que o bien no ven la fuente de aquello que quieren grabar o no lo entienden en absoluto. La principal característica de Light (Kira) era ese atractivo tan siniestro que nos producía a todos. Un chaval de nuestra edad que comienza con algo puro y que poco a poco se convierte en rehén de su propio sueño; mitad sociopata, mitad salvador. Y aquí su desarrollo es nulo. Tanto es así que la sensación que me da es que lo han intentado sacralizar. Kira es protagonista y antagonista al mismo tiempo, y en la película parece que los únicos enemigos son aquellos que intentan detenerle.
L es otro que tal baila. Al margen de su cambio de etnia (que sinceramente, me da exactamente igual), queda reducido a una mera caricatura estrafalaria. Como si los guionistas hubieran entendido que lo que hace brillante a L fuera su forma de sentarse, comer caramelos o coger el teléfono, y no su ética particular y su inteligencia sin parangón. Inteligencia al nivel de Kira, que sin embargo ésta solo se deja atisbar en los últimos minutos de la película, siendo el resto del tiempo un adolescente con la posibilidad de matar.
La locura de Mia la han traducido 'decentemente' y me quedo con más ganas de Ryuk (y la voz de Williem Dafoe, impresionante). Mención aparte hay que hacer de la dinámica L-Kira.
A mi entender, la historia de 'Death Note' no es tanto la de un cuaderno que mata gente sino la del juego del gato y el ratón entre sus dos protagonistas, Kira y L (no se entiende si no la bajada de nivel de la serie cuando esa relación desaparece). Juego que gira entorno a la batalla de egos; un ajedrez mortal que nos hacía vibrar con cada encuentro entre ambos. Aquí el único encuentro que presenciamos nos da la impresión de que estamos viendo a dos desequilibrados decir frases de galleta de la suerte y no a dos hombres luchando por ver qué visión del mundo prevalece: la justicia de Kira o la justicia de L.
Termino de ver la película con la misión de sumar otra adaptación más a la sección (encabezada por Dragon Ball): "No, parad, no sigáis, no queremos ver más animes destrozados" y con el sabor de saber que con un poco más de cariño y en un formato de serie Netflix (10-12 capítulos) esta crítica sería muy diferente. Como película es pasable, como adaptación es un cero a la izquierda. Pero no tengáis miedo, pues siempre podremos volver a ver la obra de Tsugumi Ohba y quitarnos este mal sabor de boca.
Antes de ver la película me propuse liberarme de los estereotipos, de las pretensiones que te da el haber visto previamente el anime (y leído el manga) y poner la mente en blanco. Haría así primero una crítica a 'Death Note' como película per se y también a la misma como adaptación del anime. Pero es que lo segundo no hay por dónde cogerlo.
Una película de algo más de 1 hora y media que recoge de su adaptación japonesa lo justo, nombres de personajes, bloque principal del argumento y excentricidades varias (excepto las famosas patatas de Light). Y es aquí donde está a mi entender su principal problema: pretender amasar la esencia de sus 37 capítulos en escasos 100 minutos.
De nuevo los estadounidenses vuelven a darnos más ejemplos que demuestran que o bien no ven la fuente de aquello que quieren grabar o no lo entienden en absoluto. La principal característica de Light (Kira) era ese atractivo tan siniestro que nos producía a todos. Un chaval de nuestra edad que comienza con algo puro y que poco a poco se convierte en rehén de su propio sueño; mitad sociopata, mitad salvador. Y aquí su desarrollo es nulo. Tanto es así que la sensación que me da es que lo han intentado sacralizar. Kira es protagonista y antagonista al mismo tiempo, y en la película parece que los únicos enemigos son aquellos que intentan detenerle.
L es otro que tal baila. Al margen de su cambio de etnia (que sinceramente, me da exactamente igual), queda reducido a una mera caricatura estrafalaria. Como si los guionistas hubieran entendido que lo que hace brillante a L fuera su forma de sentarse, comer caramelos o coger el teléfono, y no su ética particular y su inteligencia sin parangón. Inteligencia al nivel de Kira, que sin embargo ésta solo se deja atisbar en los últimos minutos de la película, siendo el resto del tiempo un adolescente con la posibilidad de matar.
La locura de Mia la han traducido 'decentemente' y me quedo con más ganas de Ryuk (y la voz de Williem Dafoe, impresionante). Mención aparte hay que hacer de la dinámica L-Kira.
A mi entender, la historia de 'Death Note' no es tanto la de un cuaderno que mata gente sino la del juego del gato y el ratón entre sus dos protagonistas, Kira y L (no se entiende si no la bajada de nivel de la serie cuando esa relación desaparece). Juego que gira entorno a la batalla de egos; un ajedrez mortal que nos hacía vibrar con cada encuentro entre ambos. Aquí el único encuentro que presenciamos nos da la impresión de que estamos viendo a dos desequilibrados decir frases de galleta de la suerte y no a dos hombres luchando por ver qué visión del mundo prevalece: la justicia de Kira o la justicia de L.
Termino de ver la película con la misión de sumar otra adaptación más a la sección (encabezada por Dragon Ball): "No, parad, no sigáis, no queremos ver más animes destrozados" y con el sabor de saber que con un poco más de cariño y en un formato de serie Netflix (10-12 capítulos) esta crítica sería muy diferente. Como película es pasable, como adaptación es un cero a la izquierda. Pero no tengáis miedo, pues siempre podremos volver a ver la obra de Tsugumi Ohba y quitarnos este mal sabor de boca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Enserio Kira decapita a una persona y en horas se cree un Dios? ¿No hay un poso ideológico de fondo? No sé, una mínima filosofía jesuíta que le haga querer salvar a todos, algo. En el anime vemos que previamente Light, en el fondo, ya era Kira antes de tener el Death Note, este solo le proporciona una herramienta y le ayuda a perfilar sus pensamientos.
Y además, es la obsesión por acabar con L lo que le hace sucumbir poco a poco a la locura. Debe de ser ese duelo el motor de la evolución personal de Light y no Mia. Es esta última la que es engañada por Kira, es usada por él como un instrumento y no al revés. Por dios, si parece el clásico calzonazos que se deja embaucar por cualquier fémina...
Y además, es la obsesión por acabar con L lo que le hace sucumbir poco a poco a la locura. Debe de ser ese duelo el motor de la evolución personal de Light y no Mia. Es esta última la que es engañada por Kira, es usada por él como un instrumento y no al revés. Por dios, si parece el clásico calzonazos que se deja embaucar por cualquier fémina...
25 de agosto de 2017
25 de agosto de 2017
117 de 144 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar he de decir que he visto el anime en varias ocasiones, y soy un gran admirador de la obra. Quizá es por eso, por el simple contraste, que esta película me parece tan sumamente mala.
Para empezar lo único que tiene en común con el anime es el título y el uso de un cuaderno para matar. Ya está.
Los personajes son vergonzosos y un desastre, careciendo de sentido alguno.
Para empezar lo único que tiene en común con el anime es el título y el uso de un cuaderno para matar. Ya está.
Los personajes son vergonzosos y un desastre, careciendo de sentido alguno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Empecemos por el gran Kira. Light "Turner", es un joven adolescente, nerd, que marginan en el típico instituto americano, por ser un empollón con una inteligencia standard (meten dos escenas con calzador al final para que se note que maneja un poco el tema, pero que en realidad no sirven de nada). Este chaval carece de toda personalidad y simplemente está ansioso por unas migajas de cariño y por llamar la atención. Nos meten con calzador, de nuevo, un amor de adolescentes, y vemos como el cobarde Light, (grita durante dos minutos como una niña de 3 años con la aparición del Ryuk de cartón piedra con leds de tres euros, y no es capaz de matar al que se entromete en su camino, ni una mosca, que no le ordenen claro), es manipulado por una cheerleader que tenemos que aguantar durante toda la película, y la cual mata a los que "Kira" no es capaz.
Hablemos ahora de L. Qué forma de cargarse a un personaje tan fabuloso y completo como L. Nos meten a un crío irascible, irracional, descontrolado, y adicto a las golosinas, (una pobre referencia al anime, así como cuando Watari le da un helado al padre de Light), que es incapaz de transmitir algo más que pena y ganas de que desaparezca. Hace un par de deducciones sin fundamento alguno, simple inspiración divina, y se pasa toda la película con la lágrima de cocodrilo en los ojos, eso es todo. Ni se han molestado en darle un trasfondo o pasado, una referencia, de nuevo con calzador, a su infancia y ya está.
Diré sólo una cosa de Ryuk: hace lo que tiene que hacer. Tiene que "dar miedo", comer dos o tres manzanas y reirse. Eso es Ryuk. Una absurda y patética simplificación del gran shinigami Ryuk, el cual llega porque sí, sin decir qué es (a Light no le importa), y dice sus dos oraciones, fin.
Y el final es el culmen de lo absurdo cuando nos dejan caer que L mata a kira cn una página del Death Note. ¿Cuál es el sentido de esto? ¿Y qué ocurre con el Daeth Note?
Ni idea, porque ahí acaba este tremendo patinazo de Netflix.
Hablemos ahora de L. Qué forma de cargarse a un personaje tan fabuloso y completo como L. Nos meten a un crío irascible, irracional, descontrolado, y adicto a las golosinas, (una pobre referencia al anime, así como cuando Watari le da un helado al padre de Light), que es incapaz de transmitir algo más que pena y ganas de que desaparezca. Hace un par de deducciones sin fundamento alguno, simple inspiración divina, y se pasa toda la película con la lágrima de cocodrilo en los ojos, eso es todo. Ni se han molestado en darle un trasfondo o pasado, una referencia, de nuevo con calzador, a su infancia y ya está.
Diré sólo una cosa de Ryuk: hace lo que tiene que hacer. Tiene que "dar miedo", comer dos o tres manzanas y reirse. Eso es Ryuk. Una absurda y patética simplificación del gran shinigami Ryuk, el cual llega porque sí, sin decir qué es (a Light no le importa), y dice sus dos oraciones, fin.
Y el final es el culmen de lo absurdo cuando nos dejan caer que L mata a kira cn una página del Death Note. ¿Cuál es el sentido de esto? ¿Y qué ocurre con el Daeth Note?
Ni idea, porque ahí acaba este tremendo patinazo de Netflix.
25 de agosto de 2017
25 de agosto de 2017
89 de 112 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya me lo agradeceréis en el futuro. No veáis la película ni por curiosidad. No la veáis ni para poder tener una opinión formada, sobre la que poder basar el insulto que os va a salir desde dentro.
Ya he sufrido yo por todos vosotros , y jamás me devolverán el tiempo perdido.
Disfrutad de una vida en la que poder decir que no la habéis visto ni la pensáis ver. Yo os envidiaré por siempre.
Ya he sufrido yo por todos vosotros , y jamás me devolverán el tiempo perdido.
Disfrutad de una vida en la que poder decir que no la habéis visto ni la pensáis ver. Yo os envidiaré por siempre.
25 de agosto de 2017
25 de agosto de 2017
62 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo palabras para describir esta bazofia. Lo peor es que sabía que iba a ser mala, lo que no sabía era hasta qué punto. Lo que no se le puede echar en cara es que desde el primer momento te avisa de que va a ser una puta mierda. El problema es que cuando parece que no puede ir a peor va y se supera.
Bien nada más empezar ya vemos cómo cambian hasta el más mínimo detalle con tal de que no se parezca en nada al anime. Empiezan enseñando topicazos como el fútbol americano y unas animadoras... Mientras tanto, nuestro protagonista se dedica a hacerle los deberes a todo dios a cambio de una paguita (esto, el verdadero Light NUNCA lo haría porque es demasiado orgulloso). Sin entrar en muchos spoilers, Light aquí es un auténtico pringado incluso después de tener el Death Note y usarlo (la primera forma de morir que escoge os sorprenderá*).
Poco después entra en escena Misa Misa (aquí llamada "Mía") y no es spoiler si digo que la relación entre ellos dos no tiene NADA QUE VER con el anime, y este es uno de los puntos que más me cabreó. No sólo no es una tonta sino que tiene más agallas que el propio Light*.
En resumen estos serían los dos personajes más importantes porque de Ryuk no merece la pena ni hablar, (se la pasa riéndose toda la película y poco más) y L aquí es un tipo impulsivo y patético que nada tiene que ver con la auténtica personalidad de L en el anime.
Dejando a un lado los personajes, que, insisto, son patéticos y ya de paso pésimos actores, nos meten una buena dosis de gore como para intentar hacer más "espectacular" y "atrayente" la película que de por sí genera nulo interés y una banda sonora típica de una comedia romántica con escenas a cámara lenta que lo único que provocan es vergüenza ajena.
En definitiva, adaptación pésima, con personajes malos y nada creíbles, actuaciones bochornosas y diálogos aún más bochornosos y forzados (como la última frase*). Un insulto al anime.
P.D. Voy a ponerme a ver inmediatamente el anime para quitarme este mal sabor de boca.
Bien nada más empezar ya vemos cómo cambian hasta el más mínimo detalle con tal de que no se parezca en nada al anime. Empiezan enseñando topicazos como el fútbol americano y unas animadoras... Mientras tanto, nuestro protagonista se dedica a hacerle los deberes a todo dios a cambio de una paguita (esto, el verdadero Light NUNCA lo haría porque es demasiado orgulloso). Sin entrar en muchos spoilers, Light aquí es un auténtico pringado incluso después de tener el Death Note y usarlo (la primera forma de morir que escoge os sorprenderá*).
Poco después entra en escena Misa Misa (aquí llamada "Mía") y no es spoiler si digo que la relación entre ellos dos no tiene NADA QUE VER con el anime, y este es uno de los puntos que más me cabreó. No sólo no es una tonta sino que tiene más agallas que el propio Light*.
En resumen estos serían los dos personajes más importantes porque de Ryuk no merece la pena ni hablar, (se la pasa riéndose toda la película y poco más) y L aquí es un tipo impulsivo y patético que nada tiene que ver con la auténtica personalidad de L en el anime.
Dejando a un lado los personajes, que, insisto, son patéticos y ya de paso pésimos actores, nos meten una buena dosis de gore como para intentar hacer más "espectacular" y "atrayente" la película que de por sí genera nulo interés y una banda sonora típica de una comedia romántica con escenas a cámara lenta que lo único que provocan es vergüenza ajena.
En definitiva, adaptación pésima, con personajes malos y nada creíbles, actuaciones bochornosas y diálogos aún más bochornosos y forzados (como la última frase*). Un insulto al anime.
P.D. Voy a ponerme a ver inmediatamente el anime para quitarme este mal sabor de boca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*Decapitación. Es un miedica y lo primero que se le ocurre para matar a alguien es decapitación. Claro que sí.
*La tipa es una auténtica psicópata. Cuadra más con el perfil de Kira que el niñato Light, aunque luego el "supergiro" del final nos demuestra que Light no era tan tonto después de todo (nada creíble).
*"Qué interesantes sois los humanos". Frase cuyo único propósito es intentar "satisfacer" a los fans en un momento random donde no aporta nada salvo ver la cara de estupefacción mal hecha del pésimo actor principal.
*La tipa es una auténtica psicópata. Cuadra más con el perfil de Kira que el niñato Light, aunque luego el "supergiro" del final nos demuestra que Light no era tan tonto después de todo (nada creíble).
*"Qué interesantes sois los humanos". Frase cuyo único propósito es intentar "satisfacer" a los fans en un momento random donde no aporta nada salvo ver la cara de estupefacción mal hecha del pésimo actor principal.
25 de agosto de 2017
25 de agosto de 2017
59 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y tuvo que llegar la fatal hora: Death Note ha sido adaptada por occidente y si alguien esperaba una buena película, puede seguir esperando porque esto es todo lo contrario desgraciadamente.
Imagine usted que posee un cuaderno en el cual si escribe el nombre de alguien cuyo rostro tenga en mente puede llegar a matarlo tal y como desee. Qué poder, ¿eh? ¿Decidiría usar ese poder en beneficio propio o para purgar el mundo de todos sus males? Es una gran premisa para una historia, ¿no? Tsugumi Ohba y Takeshi Obata pensaron en ello cuando crearon Death Note, pero, como siempre, el artista es fundamental y esto se demuestra en cómo ellos pudieron hacer una gran obra y los "creadores" de su "adaptación" estadounidense realizan una película simplemente olvidable.
Me equivoqué cuando vi las primeras imágenes de la adaptación en formato de película de Death Note para Netflix. Pensé que era horrible, que habían tergiversado toda la historia con esa manía de volverla estadounidense y que se habían comido los mangas para luego vomitarlos y hacer el guion. Lo reconozco. Me equivoqué. Ahora, tras ver la película... sé que ha sido peor que todo eso.
Al director Adam Wingard (Blair Witch) se le ven las costuras en cada minuto: quiere hacer terror, cuando la obra es... ¡Suspense! ¡SUS-PEN-SE! No "roba" a Hitchcock, roba a Destino final. Podía entender que utilizase algún susto, una estética oscura, pero no que haya sacrificado el misterio. Ni siquiera la fotografía de David Tattersall puede salvar todo esto. Un gran director (y en este caso, lo dudo) no te puede salvar un mal guion, por mucho que decida añadir música de los ´80 porque sí o ponga cámara lenta para darle a todo "intensidad", una intensidad tan vacía y exasperante que hace que cada minuto sea un poco más eterno en un film terriblemente convencional donde los personajes caen mal con un guion estúpido que obvia todo lo interesante de la premisa.
Solo hay que ver cómo a ese joven frío e inteligente de Light Yagami lo han pasado por el filtro hasta transformarlo en un chaval con mechas y algún tipo de problema (¿querer interpretar como Nicolas Cage en un mal día?), Light Turner, encarnado por un Nat Wolff fuera de lugar, al que se añade una Mia que supuestamente tendría que gustarnos porque para algo la han pasado por el filtro de Violet de American Horror Story y, claro, es una animadora tan rebelde como una camiseta negra vendida en una tienda para quinceañeras. Ambos son adolescentes al estilo USA, preocupados por el sexo, buscando "cambiar el mundo" sin pensar (¡sin pensar en nada!) y hacer el idiota. Olvídense de todo aquello que hizo grande al anime con Kira y Misa que, al menos, Kira era brillante y Misa era un personaje que, si bien a merced de otros, demostró desde su aparición varios puntos interesantes por mucho que para algunos fuera insufrible (sin ella, no tenemos los ojos del shinigami ni a Rem, ni tantos otros grandes momentos como la historia del shinigami que se enamoró de ella).
Si ya pensamos en personajes como el jefe de policía, aquí de nuevo el filtro USA se pasa para convertirlo en... váyase a saber muy bien el qué (y olvidad la sorpresa de ver cómo el jefe Yagami resultaba ser el padre del prota, como en el manga). No esperen al héroe incorruptible del manga, el que duda de su propio hijo. ¡Qué va! Aquí tenemos a un tipo que le da igual ya que el delincuente que mató a su esposa esté libre, pero vaya, se va a ocupar de ese tal Kira sí o sí, porque... sí... Y ni siquiera va a tener un grupo de policías con los que contar (ni uno, oiga, ni cuando se cargan a los agentes del FBI). Ah, tampoco va a dudar de su propio hijo (malditamente sospechoso)... lo va a defender. El gran poli al que le dicen "oye, que tu hijo es Kira" y se pone en plan poli chungo de serie estadounidense mala en vez de hacer caso al supuesto gran detective, pero es que el L de está película tampoco hay quien lo salve.
L se caracterizaba en el cómic por ser excéntrico, un Sherlock Holmes hasta las últimas consecuencias, un crío adicto a los caramelos y con un pensamiento que nos hacía pensar que estaba leyendo el guion y así se enteraba de todo. La idea que definía al personaje es que él era la justicia y la impartiría sobre un farsante como Kira, que ni siquiera usaría el cuaderno de muerte bajo ninguna circunstancia y atraparía a Light para llevarlo ante la justicia. Y no, aquí solo es un chaval con problemas de comportamiento al que le da una depresión por perder a Watari en una de las tramas más estúpidas: controlar a Watari para que dé el nombre auténtico de L (así, por la cara) y yendo a un orfanato en ruinas donde se formaban a los mejores detectives del mundo, detectives que son tan idiotas como para dejar todos sus datos en un sótano. Oh, là là... Y, al final, en serio, ¿nos tenemos que tomar esto en serio?
Imagine usted que posee un cuaderno en el cual si escribe el nombre de alguien cuyo rostro tenga en mente puede llegar a matarlo tal y como desee. Qué poder, ¿eh? ¿Decidiría usar ese poder en beneficio propio o para purgar el mundo de todos sus males? Es una gran premisa para una historia, ¿no? Tsugumi Ohba y Takeshi Obata pensaron en ello cuando crearon Death Note, pero, como siempre, el artista es fundamental y esto se demuestra en cómo ellos pudieron hacer una gran obra y los "creadores" de su "adaptación" estadounidense realizan una película simplemente olvidable.
Me equivoqué cuando vi las primeras imágenes de la adaptación en formato de película de Death Note para Netflix. Pensé que era horrible, que habían tergiversado toda la historia con esa manía de volverla estadounidense y que se habían comido los mangas para luego vomitarlos y hacer el guion. Lo reconozco. Me equivoqué. Ahora, tras ver la película... sé que ha sido peor que todo eso.
Al director Adam Wingard (Blair Witch) se le ven las costuras en cada minuto: quiere hacer terror, cuando la obra es... ¡Suspense! ¡SUS-PEN-SE! No "roba" a Hitchcock, roba a Destino final. Podía entender que utilizase algún susto, una estética oscura, pero no que haya sacrificado el misterio. Ni siquiera la fotografía de David Tattersall puede salvar todo esto. Un gran director (y en este caso, lo dudo) no te puede salvar un mal guion, por mucho que decida añadir música de los ´80 porque sí o ponga cámara lenta para darle a todo "intensidad", una intensidad tan vacía y exasperante que hace que cada minuto sea un poco más eterno en un film terriblemente convencional donde los personajes caen mal con un guion estúpido que obvia todo lo interesante de la premisa.
Solo hay que ver cómo a ese joven frío e inteligente de Light Yagami lo han pasado por el filtro hasta transformarlo en un chaval con mechas y algún tipo de problema (¿querer interpretar como Nicolas Cage en un mal día?), Light Turner, encarnado por un Nat Wolff fuera de lugar, al que se añade una Mia que supuestamente tendría que gustarnos porque para algo la han pasado por el filtro de Violet de American Horror Story y, claro, es una animadora tan rebelde como una camiseta negra vendida en una tienda para quinceañeras. Ambos son adolescentes al estilo USA, preocupados por el sexo, buscando "cambiar el mundo" sin pensar (¡sin pensar en nada!) y hacer el idiota. Olvídense de todo aquello que hizo grande al anime con Kira y Misa que, al menos, Kira era brillante y Misa era un personaje que, si bien a merced de otros, demostró desde su aparición varios puntos interesantes por mucho que para algunos fuera insufrible (sin ella, no tenemos los ojos del shinigami ni a Rem, ni tantos otros grandes momentos como la historia del shinigami que se enamoró de ella).
Si ya pensamos en personajes como el jefe de policía, aquí de nuevo el filtro USA se pasa para convertirlo en... váyase a saber muy bien el qué (y olvidad la sorpresa de ver cómo el jefe Yagami resultaba ser el padre del prota, como en el manga). No esperen al héroe incorruptible del manga, el que duda de su propio hijo. ¡Qué va! Aquí tenemos a un tipo que le da igual ya que el delincuente que mató a su esposa esté libre, pero vaya, se va a ocupar de ese tal Kira sí o sí, porque... sí... Y ni siquiera va a tener un grupo de policías con los que contar (ni uno, oiga, ni cuando se cargan a los agentes del FBI). Ah, tampoco va a dudar de su propio hijo (malditamente sospechoso)... lo va a defender. El gran poli al que le dicen "oye, que tu hijo es Kira" y se pone en plan poli chungo de serie estadounidense mala en vez de hacer caso al supuesto gran detective, pero es que el L de está película tampoco hay quien lo salve.
L se caracterizaba en el cómic por ser excéntrico, un Sherlock Holmes hasta las últimas consecuencias, un crío adicto a los caramelos y con un pensamiento que nos hacía pensar que estaba leyendo el guion y así se enteraba de todo. La idea que definía al personaje es que él era la justicia y la impartiría sobre un farsante como Kira, que ni siquiera usaría el cuaderno de muerte bajo ninguna circunstancia y atraparía a Light para llevarlo ante la justicia. Y no, aquí solo es un chaval con problemas de comportamiento al que le da una depresión por perder a Watari en una de las tramas más estúpidas: controlar a Watari para que dé el nombre auténtico de L (así, por la cara) y yendo a un orfanato en ruinas donde se formaban a los mejores detectives del mundo, detectives que son tan idiotas como para dejar todos sus datos en un sótano. Oh, là là... Y, al final, en serio, ¿nos tenemos que tomar esto en serio?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y otro que sale mal parado en esta "adaptación" es Ryuk. Y eso que tenían el casting perfecto con Willem Dafoe (el maldito, gran e increíble Willem Dafoe). Y nada, lo único que deciden demostrar en esta peli es cómo cargarse a un personaje tan interesante. El shinigami que encandiló a todos los lectores, que jamás se involucró en la historia más allá de dar información para divertirse, aquí es considerado en muchos puntos un villano, las "creativas" mentes deciden cansar a base de "sustos" baratos y mil veces vistos y, por supuesto, Ryuk nunca se vislumbra como era en la obra original sino como una especie de... ¿Qué es en realidad? Acaso, ¿agrega algo aparte de explicar algo que ya está en las normas? Porque para eso, ni siquiera haberlo mostrado, ya que abusan de la oscuridad, el desenfoque y demás para ocultar un diseño chusco y unos efectos especiales que se gastaron todos en la escena de la noria y ninguno en crear al shinigami, a Rem o el mundo de estos... Porque aquí se omite esa interesante idea de que el shinigami acude al mundo porque se aburre y Light decide convertirse en dios porque también se aburre. Adiós, paralelismos; hola, versión barata para el público incapaz de leerse un manga o ver un anime... y, si acaso, porque la adaptación es tan pobre que, alguien que no ha disfrutado de esta obra, ¿comprende realmente la historia, esta especie de Death Note para dummies?
No sé qué ocurre con los creadores estadounidenses cuando deciden adaptar mangas o animes a la gran o pequeña pantalla. Hay algo que no funciona. Hay algo en su cultura cinematográfica más mainstream que fagocita, pero no sabe crear en torno a estos elementos. En el cómic, Frank Miller te pillaba El lobo solitario y su cachorro, otros mangas, a Moebius y el ciberpunk y te creaba algo original como Ronin. Aquí no. No entienden qué era lo bueno de Ghost in the Shell. No captan la loca fantasía de Dragon Ball. Nos obliga a pensar directamente en esa época donde Kevin Smith nos hablaba de cómo los productores decidían que Superman no debía volar porque era ridículo y similares.
Me importaba muy poco que la historia transcurriese en Estados Unidos, pero que decidiesen que tenían que meter todos los tópicos típicos de las películas de adolescentes estadounidenses resulta enervante: animadoras, bailes de invierno, matones, empollones, castigos... Blablablá. No hablamos de coger Los Siete Samurais y hacer Los Siete Magníficos, estamos hablando de coger Death Note y hacer la típica serie chorra estadounidense para teenagers.
Death Note, tanto el anime como el manga, se caracterizaron por el suspense, los dilemas morales, los enfrentamientos entre los personajes, las mentiras, las estrategias... Death Note, la película, se caracteriza por todo lo contrario. Si en el cómic podías llegar a pensar que todos eran demasiado inteligentes, en la película llegas a aceptar que todos son demasiado tontos. Y es que es un peligro escribir sobre personajes más inteligentes que tú, pero peor es intentar que parezcan inteligentes y sean idiotas y eso lo han logrado los guionistas que han perpetrado este crimen, mientras que Tsugumi Ohba puede estar satisfecho de haber concebido no solo un gran manga sino también un fenómeno.
Ah, por cierto, si esperáis un final... no lo hay. Alguien tuvo que pensar que un final abierto estilo Blade Runner o Inception haría de esto una gran obra (sí, los finales abiertos son el equivalente a un milagro). Amenazan con una especie de secuela, como si acabasen de darte una paliza y te dijeran: "volveremos para darte otra, ¿ok?". Las mismas ganas me quedan.
No me extraña que en los créditos finales, entre pantallas verdes y rodajes sin alma, los actores salgan riéndose... Evidentemente, se han reído de nosotros.
Publicada originalmente en: http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/08/death-note-2017-terrible-desproposito.html
No sé qué ocurre con los creadores estadounidenses cuando deciden adaptar mangas o animes a la gran o pequeña pantalla. Hay algo que no funciona. Hay algo en su cultura cinematográfica más mainstream que fagocita, pero no sabe crear en torno a estos elementos. En el cómic, Frank Miller te pillaba El lobo solitario y su cachorro, otros mangas, a Moebius y el ciberpunk y te creaba algo original como Ronin. Aquí no. No entienden qué era lo bueno de Ghost in the Shell. No captan la loca fantasía de Dragon Ball. Nos obliga a pensar directamente en esa época donde Kevin Smith nos hablaba de cómo los productores decidían que Superman no debía volar porque era ridículo y similares.
Me importaba muy poco que la historia transcurriese en Estados Unidos, pero que decidiesen que tenían que meter todos los tópicos típicos de las películas de adolescentes estadounidenses resulta enervante: animadoras, bailes de invierno, matones, empollones, castigos... Blablablá. No hablamos de coger Los Siete Samurais y hacer Los Siete Magníficos, estamos hablando de coger Death Note y hacer la típica serie chorra estadounidense para teenagers.
Death Note, tanto el anime como el manga, se caracterizaron por el suspense, los dilemas morales, los enfrentamientos entre los personajes, las mentiras, las estrategias... Death Note, la película, se caracteriza por todo lo contrario. Si en el cómic podías llegar a pensar que todos eran demasiado inteligentes, en la película llegas a aceptar que todos son demasiado tontos. Y es que es un peligro escribir sobre personajes más inteligentes que tú, pero peor es intentar que parezcan inteligentes y sean idiotas y eso lo han logrado los guionistas que han perpetrado este crimen, mientras que Tsugumi Ohba puede estar satisfecho de haber concebido no solo un gran manga sino también un fenómeno.
Ah, por cierto, si esperáis un final... no lo hay. Alguien tuvo que pensar que un final abierto estilo Blade Runner o Inception haría de esto una gran obra (sí, los finales abiertos son el equivalente a un milagro). Amenazan con una especie de secuela, como si acabasen de darte una paliza y te dijeran: "volveremos para darte otra, ¿ok?". Las mismas ganas me quedan.
No me extraña que en los créditos finales, entre pantallas verdes y rodajes sin alma, los actores salgan riéndose... Evidentemente, se han reído de nosotros.
Publicada originalmente en: http://elantrodelosvampirosyotrosmonstruos.blogspot.com.es/2017/08/death-note-2017-terrible-desproposito.html
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