El signo de la cruz
1932 

6.9
753
Drama
Imperio Romano, siglo I d. C. Después del gran incendio de Roma, el emperador Nerón, decide culpar a los cristianos y publica un edicto por el cual todos ellos deberán ser arrestados y enviados a la arena del circo. Entre los detenidos se encuentran dos viejos cristianos y la hermosa hija de uno de ellos, de la que se enamora Marcus: el más alto funcionario de Roma. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2010
2 de febrero de 2010
25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las más brillantes y polémicas películas históricas del épico Cecil B. DeMille, que ya en el cine mudo había dado muestras de su magna visión cinematográfica con títulos como Los diez mandamientos (1923) y Rey de reyes (1927). En esta ocasión, y sobre el texto de una obra de Wilson Barrett, nos cuenta la historia de cómo Nerón incendió Roma culpando de ello a los cristianos para justificar su persecución de cara al pueblo. Aunque lo más destacado de la función acabó siendo el latente erotismo mostrado por Claudette Colbert (como la malvada emperatriz Poppea), bañándose en leche de cabra ante la atenta y lasciva mirada de Nerón (un superlativo Charles Laughton).
Además, la película estaba repleta de orgías, sadismo y otras actividades sexuales, estrenándose íntegra ya que todavía no estaba instaurado el código censor. DeMille ya había dirigido una primera versión sobre el tema en 1914. Para este remake gastó 650.000 dólares, rodándola en tan solo ocho semanas. Constituyó un enorme éxito de taquilla y obtuvo una nominación al Oscar a la mejor fotografía (Karl Struss).
Además, la película estaba repleta de orgías, sadismo y otras actividades sexuales, estrenándose íntegra ya que todavía no estaba instaurado el código censor. DeMille ya había dirigido una primera versión sobre el tema en 1914. Para este remake gastó 650.000 dólares, rodándola en tan solo ocho semanas. Constituyó un enorme éxito de taquilla y obtuvo una nominación al Oscar a la mejor fotografía (Karl Struss).
14 de enero de 2011
14 de enero de 2011
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
DeMille era un director tan enérgico (o incluso más) que Ford, e infundía en sus rodajes una tensión que trascendía e impulsaba la acción con un ritmo vibrante que jamás desfallecía. Un buen ejemplo de esto es “El signo de la cruz”, rompedora en más de un sentido (casi “gore”), con el ínclito Fredric March (menudo carrerón) ejerciendo de macho alfa dominante. La película en sí retrata a la perfección los pormenores de la época, la visión de los cristianos como secta proscrita, y lo hace desde la dureza de lo que conllevaba (sin escatimar un ápice de violencia). Luego vendría LeRoy y nos ofrecería una versión más edulcorada y familiar. A la postre la moraleja es la misma, la fe inquebrantable más allá del dolor y el sufrimiento consigue la conversión del más incrédulo y escéptico (¿o tal vez fue el triunfo del amor sobre lo humano y lo terreno?). Con todo, altamente recomendable, para apreciar como se merece a un gran director. Excelente fotografía (gloriosas armaduras brillando al sol).
6 de noviembre de 2011
6 de noviembre de 2011
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver la versión restaurada y sin cesura de la película de Cecil B. DeMille “El signo de la cruz”, de la que siempre se había dicho que como se hizo antes de que entrara en vigor la ley de censura que impuso el senador del Partido Republicano William H. Hays, conocida como el código Hays, Cecil B.DeMille realizó una película cargada de erotismo y de violencia con orgías y toda una serie de atractivos sensuales, que en realidad no es para tanto ni mucho menos.
Todo reside en la pericia de Cecil B. De Mille para insinuar y poner en pantalla el estímulo que hará que el espectador imagine y vea en su mente lo que no se ve en la pantalla. Unicamente, como siempre, hay más permisividad en el uso de la violencia y en los minutos finales en el circo romano, muy bien hecho por cierto.
Para mi gusto, lo mejor de la película es la fotografía sobre todo de los excelentes trajes de los romanos con armadura y la secuencia final en la que triunfa el amor sobre la muerte. Muy bien elegido el actor que hizo de Nerón, Charles Laughton, aunque prefiero el de Qwo Vadis, de Mervin Leroy con Peter Ustinov.
Todo reside en la pericia de Cecil B. De Mille para insinuar y poner en pantalla el estímulo que hará que el espectador imagine y vea en su mente lo que no se ve en la pantalla. Unicamente, como siempre, hay más permisividad en el uso de la violencia y en los minutos finales en el circo romano, muy bien hecho por cierto.
Para mi gusto, lo mejor de la película es la fotografía sobre todo de los excelentes trajes de los romanos con armadura y la secuencia final en la que triunfa el amor sobre la muerte. Muy bien elegido el actor que hizo de Nerón, Charles Laughton, aunque prefiero el de Qwo Vadis, de Mervin Leroy con Peter Ustinov.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La famosa escena de Claudette Colbert que hace de Popea, la esposa de Nerón, bañándose en una piscina llena de leche de burra, sólo tiene de erotismo la cara de Popea, que es en realidad el elemento más sensual de toda la película, su cara. Lo demás son insinuaciones. El famoso tema de los pezones de la actriz mientras se baña es un visto y no visto insignificante.
La escena de la chica semidesnuda en el circo y el gorila que se acerca, no es nada porque se acerca y se cambia de escena y todo queda dicho por las caras de los espectadores romanos y por los gritos que se oyen, pero no se ve nada, al igual que la de la chica atada en horizontal para que se la coman cuatro cocodrilos, o los elefantes pisando las cabezas de los cristianos atados al suelo y el espectador se puede imaginar qué pasará pero no lo ve.
Toda la sensualidad de las llamadas orgías romanas se basa en trajes y sedas y en ese sentido es igual de efectiva su posterior película Cleopatra realizada después del código Hays y poco se tienen que envidiar en cuanto a sensualidad y no a erotismo que no lo hay.
La escena de la chica semidesnuda en el circo y el gorila que se acerca, no es nada porque se acerca y se cambia de escena y todo queda dicho por las caras de los espectadores romanos y por los gritos que se oyen, pero no se ve nada, al igual que la de la chica atada en horizontal para que se la coman cuatro cocodrilos, o los elefantes pisando las cabezas de los cristianos atados al suelo y el espectador se puede imaginar qué pasará pero no lo ve.
Toda la sensualidad de las llamadas orgías romanas se basa en trajes y sedas y en ese sentido es igual de efectiva su posterior película Cleopatra realizada después del código Hays y poco se tienen que envidiar en cuanto a sensualidad y no a erotismo que no lo hay.
17 de junio de 2019
17 de junio de 2019
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los más característicos espectáculos de recreación de los fastos y atrocidades de las épocas antiguas que encantaban a Cecil B. De Mille. La historia es muy cercana a la de Quo Vadis. Tras el incendio de Roma, Nerón (interpretado por un casi irreconocible Charles Laughton) lanza una ofensiva contra los cristianos. El prefecto interpretado por Fredric March trata de proteger a Elissa Landi, la joven y bella cristiana de la que se ha enamorado, pero ello despierta las iras de Popea, la depravada esposa del emperador (interpretada por Claudette Colbert) que siempre ha querido liarse con él y se ha visto rechazada y que, naturalmente, va a ser un enemigo muy feroz. Destacan los toques morbo eróticos de hipócrita puritano con que De Mille ilustra la depravación pagana que la moral cristiana trata de combatir: el baño en leche de Colbert, la canción de gestos lésbicos de la cortesana que intenta en vano corromper a la angelical Landi y, especialmente, la larga y detallada sesión circense que De Mille combina con jugosos planos del público groseramente entusiasmado: chicas echadas desnudas a los cocodrilos y los gorilas (con sólo una cuerda en forma de enredadera de flores que las cubre ligeramente pechos y partes bajas), o el jugoso combate de amazonas bárbaras contra pigmeos.
29 de julio de 2022
29 de julio de 2022
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente película de 1932 de la que resulta una amalgama de sensaciones y contenidos dispares que trataré de definir, a bote pronto, en dos apartados:
ASPECTOS POSITIVOS
A) A pesar de lo antiguo de la cinta, abundan las imágenes impactantes, la fuerza de algunas escenas es portentosa, la falta de medios no fue suficiente para que no se puedan evocar momentos sobrecogedores de un pasado no tan lejano.
B) El cine moderno debería consultar este tipo de producciones para comprender que en el pasado hay un filón de historias de lo más increíble, sin necesidad de acudir a tanto superhéroe o fantasías galácticas. La época histórica referente al primer cristianismo está condenada al ostracismo, pero aquí podemos comprobar que, potencialmente, no le faltaba riqueza a todos los niveles.
C) El director DeMille consigue combinar una variedad de elementos dentro del argumento, construyendo un reflejo (irregular) de hechos históricos mezclado con un drama amoroso de dos personajes; unas acciones propias de la mundanidad terrenal con otras evocadoras del espíritu humano inasible; unos momentos de decisiones políticas sobre un imperio con otros de la más común cotidianeidad. El conglomerado funciona, y bien, a pesar de las pequeñas rémoras.
D) Las imágenes del circo romano son tremendas, a pesar de su senectud. Las apariciones del ejército romano son explosivas, a pesar del reducido escenario. Las escenas en los palacios de los poderosos no desentonan en absoluto. No todo el metraje ha envejecido bien, pero lo que he mencionado mantiene bien alto el pabellón.
E) La película invita a investigar y a revisar la historia que nos ha llegado. Uno se da cuenta de que hace falta reinterpretar los hechos acaecidos durante todos esos años, hasta el 400 d.C al menos. A la actualidad nos han llegado los méritos de aquel Imperio que no dudó en masacrar y hacer genocidio contra aquellos pueblos que habían encontrado otra manera de entender el mundo. La brutalidad con que se actuó sobre ellos, incuestionable y demostrado, no está suficientemente analizado y puesto en su sitio.
F) Lo crucial de la película, aunque se hable poco, es la cosmovisión cristiana. Ojo que no es lo mismo esa cosmovisión que la doctrina católica, creada posteriormente por Constantino y su Iglesia. La cosmovisión cristiana tenía tal fuerza que el Imperio no la podía frenar, a pesar de las matanzas. ¿Qué filosofía e ideario consiguió movilizar a todo aquel torrente humano que no se arrodillaba ante la muerte? Lo de los cánticos antes de morir está también testimoniado. Pero no quisieron dejar pruebas y nos ha llegado muy poco.
G) Aunque no muy logrado, la escena final de Marcus con Marcia es muy bella. Muy bella por el significado en sí. No es un final que veremos mucho en el cine. También es bella la entrega y el apoyo entre algunos miembros de la comunidad cristiana.
ASPECTOS NEGATIVOS
A) Como ya anticipé, algunas escenas no han envejecido bien, aunque me parece un mal menor visto lo ambicioso del guion. Pero es cierto que esos momentos desinflan la rueda en algunos momentos.
B) Da la impresión que el director se ceba demasiado en las escenas del circo. Supongo que el elemento "espectacular" tenía que ser obligatorio para producir esta obra.
C) El discurso cristiano se me antoja pobretón, demasiado maniqueo y facilón, no ayuda a entender a ese movimiento. Mayormente aparecen mujeres y ancianos, cuando lo cierto es que era un movimiento popular en todas las edades, y además era revolucionario (a todos los niveles) no pacifista exactamente, lástima que se hayan quedado con el estereotipo.
D) El romance de los protagonistas tampoco está bien cuajado. Sobre todo se me cae Marcus, el General, su retrato es difuso, lo malean cual plastilina según interesa, sin resultar convincente. Y tampoco transmite el enamoramiento del que hace ostentación.
E) La película se titula "El signo de la cruz", lo que implica que lo central es la filosofía cristiana. Pero a la hora de la verdad, ésta se queda en un segundo plano, lo central es el espectáculo fílmico (lo brutal, el erotismo, etc.), al menos podían haber sido más rigurosos con los textos cristianos.
Mi conclusión es que "El signo de la cruz" consigue trasladarte a aquella época histórica, y te deja imágenes imborrables (como el combo "muerte en la arena - carcajadas del público"), además de dejarte las bases para una reflexión más profunda, por lo que el visionado me ha resultado más que satisfactorio. Ya sólo te queda hacer una revisión profunda de lo acaecido esos años. Un 7,5.
ASPECTOS POSITIVOS
A) A pesar de lo antiguo de la cinta, abundan las imágenes impactantes, la fuerza de algunas escenas es portentosa, la falta de medios no fue suficiente para que no se puedan evocar momentos sobrecogedores de un pasado no tan lejano.
B) El cine moderno debería consultar este tipo de producciones para comprender que en el pasado hay un filón de historias de lo más increíble, sin necesidad de acudir a tanto superhéroe o fantasías galácticas. La época histórica referente al primer cristianismo está condenada al ostracismo, pero aquí podemos comprobar que, potencialmente, no le faltaba riqueza a todos los niveles.
C) El director DeMille consigue combinar una variedad de elementos dentro del argumento, construyendo un reflejo (irregular) de hechos históricos mezclado con un drama amoroso de dos personajes; unas acciones propias de la mundanidad terrenal con otras evocadoras del espíritu humano inasible; unos momentos de decisiones políticas sobre un imperio con otros de la más común cotidianeidad. El conglomerado funciona, y bien, a pesar de las pequeñas rémoras.
D) Las imágenes del circo romano son tremendas, a pesar de su senectud. Las apariciones del ejército romano son explosivas, a pesar del reducido escenario. Las escenas en los palacios de los poderosos no desentonan en absoluto. No todo el metraje ha envejecido bien, pero lo que he mencionado mantiene bien alto el pabellón.
E) La película invita a investigar y a revisar la historia que nos ha llegado. Uno se da cuenta de que hace falta reinterpretar los hechos acaecidos durante todos esos años, hasta el 400 d.C al menos. A la actualidad nos han llegado los méritos de aquel Imperio que no dudó en masacrar y hacer genocidio contra aquellos pueblos que habían encontrado otra manera de entender el mundo. La brutalidad con que se actuó sobre ellos, incuestionable y demostrado, no está suficientemente analizado y puesto en su sitio.
F) Lo crucial de la película, aunque se hable poco, es la cosmovisión cristiana. Ojo que no es lo mismo esa cosmovisión que la doctrina católica, creada posteriormente por Constantino y su Iglesia. La cosmovisión cristiana tenía tal fuerza que el Imperio no la podía frenar, a pesar de las matanzas. ¿Qué filosofía e ideario consiguió movilizar a todo aquel torrente humano que no se arrodillaba ante la muerte? Lo de los cánticos antes de morir está también testimoniado. Pero no quisieron dejar pruebas y nos ha llegado muy poco.
G) Aunque no muy logrado, la escena final de Marcus con Marcia es muy bella. Muy bella por el significado en sí. No es un final que veremos mucho en el cine. También es bella la entrega y el apoyo entre algunos miembros de la comunidad cristiana.
ASPECTOS NEGATIVOS
A) Como ya anticipé, algunas escenas no han envejecido bien, aunque me parece un mal menor visto lo ambicioso del guion. Pero es cierto que esos momentos desinflan la rueda en algunos momentos.
B) Da la impresión que el director se ceba demasiado en las escenas del circo. Supongo que el elemento "espectacular" tenía que ser obligatorio para producir esta obra.
C) El discurso cristiano se me antoja pobretón, demasiado maniqueo y facilón, no ayuda a entender a ese movimiento. Mayormente aparecen mujeres y ancianos, cuando lo cierto es que era un movimiento popular en todas las edades, y además era revolucionario (a todos los niveles) no pacifista exactamente, lástima que se hayan quedado con el estereotipo.
D) El romance de los protagonistas tampoco está bien cuajado. Sobre todo se me cae Marcus, el General, su retrato es difuso, lo malean cual plastilina según interesa, sin resultar convincente. Y tampoco transmite el enamoramiento del que hace ostentación.
E) La película se titula "El signo de la cruz", lo que implica que lo central es la filosofía cristiana. Pero a la hora de la verdad, ésta se queda en un segundo plano, lo central es el espectáculo fílmico (lo brutal, el erotismo, etc.), al menos podían haber sido más rigurosos con los textos cristianos.
Mi conclusión es que "El signo de la cruz" consigue trasladarte a aquella época histórica, y te deja imágenes imborrables (como el combo "muerte en la arena - carcajadas del público"), además de dejarte las bases para una reflexión más profunda, por lo que el visionado me ha resultado más que satisfactorio. Ya sólo te queda hacer una revisión profunda de lo acaecido esos años. Un 7,5.
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