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Rep. Dominicana Rep. Dominicana · Santo Domingo
Críticas de Agorhevi
1 2 >>
Críticas 9
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
30 de marzo de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi descarado intento, de hace dos años, por ver todas las películas por la que una actriz ganó el Oscar, me topé con "Norma Rae" (1979). Se me hizo muy difícil conseguirla. Recuerdo que era de noche e invité a mis padres y hermana a verla conmigo. Lo primero es saber que la película fue estrenada a finales de en la que, en mi opinión, fue la mejor década en el mundo del cine.
Me encuentro ante uno de tantos pueblos en Estados Unidos, en la que sus habitantes no alcanzan un nivel superior de educación y se dedican a "juntarse" con el que más les convenga, tener más de cinco niños y conseguir un trabajo en cualquier fábrica con tal de poder atiborrar la despensa de pan, leche, tocino y huevos... y cerveza.
Norma Rae (Sally Field) aparece como la típica chica rural con un "pasado" más que pintoresco, una actitud rebelde y arraigado inconformismo. Trabaja en un lugar donde los trabajadores no tienen sindicato y, por lo tanto, sus derechos no son respetados. Field hace de este largometraje algo magnífico, ya de por sí es muy bueno, pero ella es esa chispa que vislumbra cada momento. Eso de negarte a hacer las cosas, aunque al final sabes que lo harás pues es lo que te conviene. Ella es esa fuerza convincente, presente, intachable, motivadora...
Una verdadera obra de arte, que disfruté cada segundo: sensacional guion y dirección muy acertada. Mención especial para la canción original del filme: "It Goes Like It Goes", cantada por la estupenda Jennifer Garner.
Sean o no fanáticos de Sally, simplemente véanla por el simple motivo de ver una de las mejores interpretaciones que ha tenido el cine... ¡un Oscar muy merecido!
Además de que la película es motivadora e instructiva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Agorhevi
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10
30 de marzo de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada menos que saber que la cinta optó por 11 premios Oscar en la edición de 1977, y no ganó ninguno, es suficiente motivo como para querer al menos saber de qué va la película.
Desde la amistad y el amor, hasta la ambición y el inconformismo, "The Turning Point" (1977) es de esos filmes que nos invitan a la reflexión y, por ende, al autoescrutinio. Dos amigas: Emma (Anne Bancroft), que rehusó a "sentar cabeza" y tener una familia para triunfar en su profesión, y Deedee (Shirley MacLaine), quien abandonó una prometedora carrera de bailarina para casarse y formar una familia, nos muestran qué ha sido de sus vidas en las últimos años.
Nos encontramos muy a menudo ante esta encrucijada: la de anteponer la carrera a la vida personal, o la de "echar todo por la borda" con tal de tener una familia como Dios manda. Supongo que a muchos les consuela saber que han tomado la mejor decisión, o que hicieron lo que debían en su momento... "no veo cómo pude haber procedido de otro modo".
A medida que la trama avanza, me adentré en la historia, la sentí muy mía. Un guion espectacular, una dirección magistral y espectaculares interpretaciones, especialmente las de las magníficas Bancroft y MacLaine, ambas candidatas al Oscar ese año. Personalmente, ese año las cinco interpretaciones nominadas al premio ese año han sido de las mejores que he visto jamás. Diane Keaton, quien ganó por "Annie Hall" (1977), fue la más débil de la contienda. Reconozco la originalidad de su personaje, pero no tuvo la fuerza que demostraron ambas actrices en esta cinta. Aunque admito que este es un trabajo de dos, no se premia a una sin reconocer los méritos de la otra. (Jane Fonda, por "Julia" (1977, debió haber ganado el Oscar).
Me vi reflejado en unos años con ambos personajes. Hice mío el resentimiento de Deedee y la soledad de Emma. La depresión que es sentir que tu vida está desbalanceada, y que ya es muy tarde para hacer algo al respecto... o al menos pensar que lo es. Que contar con alguien a tu lado, al menos para que te escuche o te vea, es de suma importancia para mantenerse cuerdo y aferrarse a la vida. Lo importante que son esos momentos, esas oportunidades que se nos presentan una vez en la vida, ya sea profesional o personalmente, y saber identificarlas y tomarlas a la vez. Un mensaje maravilloso de reconocer lo importante que es cada segundo y que, al mirar atrás, pueda sentirme orgulloso de lo que he logrado y saber que lo mejor aún está por venir.
Secuencias de bailes estupendas, escenas tan reales que crees que todo pasa a tu alrededor. Sobre todo, saber que eran finales de los setentas y que la vida no era tan apresurada como hoy en día. Leslie Browne, que hace el papel de Emilia, una de las hijas de Deedee (MacLaine), está brillante en su papel: tan frágil, sagaz, sofisticada... Cuando baila es como admirar el arte en su más puro estado de gracia. Merecidísima nominación como Mejor Actriz de Reparto. Mikhail Baryshnikov está muy bien, es un excelente bailarín, aunque creo que no merecía la nominación al Oscar.
Una obra de arte, fabulosa en cada sentido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Agorhevi
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10
29 de marzo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos 6 años tuve una inmensa curiosidad, mientras hacía una reseña sobre los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, por ver este largometraje, pues fue galardonado con 5 de los más importantes. No pude hacerlo hasta 4 años más tarde. La anticipación era más o menos inconmensurable. Me encontré ante una de las películas más hermosas y sencillas que he visto jamás. El tema de la rebuscada relación madre-e-hija, toma matices distintos en esta emotiva cinta.
Aurora Greenway (Shirley MacLaine) y su hija, Emma Horton (Debra Winger) nos llevan por poco más de dos horas por un camino lleno de sentimientos que abarca aproximadamente 30 años. Me sentí plenamente parte de la cinta, como el hijo abandonado de Aurora u otro amigo confidente de Emma.
La película es un despertar del espíritu: es aprender a seguir tu corazón; a tomar tus propias decisiones y atenerte a las consecuencias que estas puedan traer. Sentir que es tu vida, que la vives una sola vez, y que harás lo que creas que es conveniente para ti, aunque eso signifique alejarte de tu madre y, a lo mejor, del ideal o persona que estabas destinado a ser.
Un sendero donde, por evitar la soledad, eres capaz de abrirte a nuevas experiencias para intentar sentir latir tu corazón o una sonrisa en tu rostro.
Cómo eres capaz de defender tus ideas, tu matrimonio, tus hijos, aunque eso signifique ignorar lo que va mal y pretender que esa elección que hiciste, sigue siendo la mejor.
Quedarte con la sensación de que, a pesar de tus errores, valió la pena ir por esa vía, pues fue lo que soñaste. Aunque no salió como lo deseaste, estuvo allí, lo tuviste, lo tocaste, fue real y eso... no te lo quita nadie.
Impresionante Shirley MacLaine (Oscar a la Mejor Actriz y Golden Globe a la Mejor Actriz Dramática), y una más soberbia Debra Winger (en mi opinión ella debió ganar el Oscar y el Golden Globe, pues es mucho más natural y tiene las mejores escenas, les saca el mejor partido). Jack Nicholson se alzó con el Oscar al Mejor Actor de Reparto. Sentí, de alguna manera, que había visto su personaje con anterioridad en varias películas, algo así como el típico personaje que hace Robert De Niro, Al Pacino o Sylvester Stallone... Mención especial para Jeff Daniels (Flap Horton, el esposo de Emma) y los hijos de la pareja. John Lithgow tiene un pequeño papel que optó al Oscar al Mejor Actor de Reparto, aunque de verdad que no entiendo por qué lo nominaron. Debieron haber nominado a Daniels, en su lugar.
La película ganó otros tres Oscars: nada menos que Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Adaptado, todos para el genial James L. Brooks.
Recuerdo haberla visto con mi madre y haber pasado un momento maravilloso: nos reímos y lloramos mucho juntos.
Totalmente recomendable, ¡no van a arrepentirse!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Agorhevi
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9
20 de agosto de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"No hay peor ciego, que el que no quiere ver".
Dirigida por Milton Katselas y escrita por Leonard Gershe, basada en su propia obra de teatro homónima, "Butterflies Are Free" es una expresión a la libertad en todos los sentidos.
Don Baker (Edward Albert) es un joven ciego de unos 22 años (edad real del actor al filmar la cinta), que acaba de independizarse y vive en un viejo apartamento en la ciudad de San Francisco, California (Estados Unidos). En la habitación contigua se muda Jill Tanner, una joven de 19 años, alegre y despreocuoada (Goldie Hawn), que anteriormente había sido hippie y había estado casada. Ambos empienzan a conocerse y a aprender el uno del otro, sin mencionar el mundo que descubren a través del punto de vista del otro.
El tercer personaje clave es la madre de Don, la señora Baker (Eileen Heckart), una mujer sobreprotectora, amorosa y autoritaria, que está totalmente en contra con la relación que han entablado Don y Jill.

La película fue candidata a la Mejor en Comedia o Musical en los Golden Globe y a 3 premios Oscar, ganando uno de ellos. Las actuaciones de los tres personajes es extraordinaria, todos cumplen a cabalidad con su objetivo de transmitir todas las emociones de sus personajes. Edward Albert fue candidato a dos Golden Globe, como Mejor Actor en Comedia o Musical y como "El Recién Llegado Más Prometedor" (Mejor Nueva Estrella), ganado este premio; Goldie Hawn en la categoría homónima femenina y Eileen Heckart, aunque no fue candidata a un Golden Globe, ganó el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto que en mi opinión fue merecidísimo, pues su interpretación, desde cualquier punto de vista, fue inmaculada: cada disgusto, cada ironía, cada expresión de amor y preocupación hacia su hijo... ¡Excelente!

La película es preciosa, llena de sabiduría y de mensajes de autosuperación y aceptación. Aunque muy sencilla, es toda una joya. Recomendable para pasar un buen rato con los ánimos están por los suelos.
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Agorhevi
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8
18 de agosto de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me motivó ver el filme por el Oscar que obtuvo Richard Dreyfuss como Mejor Actor; me esperaba encontrar con un buen largometraje y he conseguido uno notable.
La trama se centra en Paula McFaden (Marsha Mason) y su hija de 10 años, Lucy (Quinn Cummings) al ser abandonadas por Oliver, el novio casado de esta, por irse a Los Ángeles a trabajar como actor. Paula queda devastada con otra relación que no ha funcionado y se siente terrible no solo como mujer, sino como madre por el terrible ejemplo que cree que le da a su hija. Resulta que antes de marcharse, Oliver subarrendó el apartamento a un antiguo colega y amigo, Oliver Garfield (Richard Dreyfuss), que acude a New York para interpretar a Enrique III en una obra teatral, sin consultárselo a Paula.
De ahí, el filme pasa a desarrollar la convivencia entre los tres habitantes del lugar, ya que ninguno de los dos decide marcharse, así que llegan a un acuerdo para vivir juntos.

La película tiene aire de comedia romántica de antaño, es preciosísima y espectacularmente interpretada. Richard Dreyfuss defiende bien su papel, en especial al interpretar una versión moderna de Enrique III, realmente le resulta y le sale fantástico. Por otro lado la sensacional Marsha Mason, que tiene más tiempo en pantalla que nadie más, esto le da oportunidad de desarrollar su papel de manera estupenda. Al contemplarla, de inmediato me cautivó; me volví un fiel admirador, y de verdad que estaba de Oscar, pero precisamente ese año las cinco candidatas estaban inmaculadas, y la actuación de Mason fue quizá la más simple y "natural" (aunque no fue excusa para la de Diane keaton en "Annie Hall" (1977), la ganadora ese año, que iba por la misma vía, aunque su enorme carisma, ingenio y novedad pudieron rescatarla). Me consuela que ella y Keaton hayan empatado en los Golden Globe como mejor Actriz en una Comedia o Musical.
Quinn Cummings, que hace de la hija de Mason, tiene un buen papel: su sabiduría sorprende mucho al igual que sus expresiones, y es totalmente adorable. Pero creo que es una de las actuaciones infantiles más débiles que han optado a un Oscar, comparándola con otros infantes que junto a ella han compartido el honor de ser candidatos (díganse la fantástica Mary Badham de "To Kill a Mockingbird" (1962), el sorprendente Justin Henry de "Kramer vs. Kramer" (1979) o el maravilloso Haley Joel Osment de "The Sixth Sense" (1999)), pues no tiene ningún momento especialmente suyo, que te haga recordarla concretamente al final del filme, aunque destaco que hizo un trabajo formidable.

Definitavemente, un buen filme que les hará pasar un rato muy agradable. Una de las comedias románticas más hermosas y dulces de todos los tiempos. Recomendada para un buen San Valentín o aniversario.
Agorhevi
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